Viejo amigo... Necesito ayuda (Kyo)

Hace dos días que había llegado a la ciudad de Nueva York, vine persiguiendo a un rebelde desde Japón, llevo varios días de viaje y termino aquí, creo que aquí quería venir desde un principio porque el demonio no se ha movido, llevo un tiempo rastreandolo hasta que pude encontrarlo, y la pelea no fue muy justa, pero al final termine por salir victorioso, pero él dejo una marca en mí, una marca de la cual no dejaba de salir sangre. Creo que debo buscar ayuda de alguien profesional.

Me habían dicho que Nighthsadow-sama vivía en Nueva York desde hace un tiempo y me dieron una dirección, así me dirijo a verlo, caminar sólo hace que la herida de mi costado sangre más, pongo la mano sobre la herida y ejerzo un poco de presión, para cuando llego al lugar, apenas puedo respirar, no creo que pueda hablar, espero que este porque no se que me hizo ese demonio pero me cuesta mucho respirar, le deberé algo será la segunda vez que me salve la vida, aunque le puedo dar lo que me pida sólo porque en una ocasión salvo mi vida, pero no pidió mucho esa vez, mi padre pago además.

Toco el timbre insistentemente, esperando que alguien conteste, tal vez tenga compañía, sólo quiero que alguien me escuche y abra la puerta sin hacer tantas preguntas.

-Nightshadow-sama

Digo en un susurro que no creo que me escuche, sobretodo si esta dormido.

Tomo un baño de tina, largo y durante el que aprovecho para pintarme las uñas de galaxia. Esta noche voy a salir a bailar y vaya que no voy a regresar solo. Mi gatito pasa a hacer sus rondas, pero huye al ver que estoy en un lugar con una gran reserva de agua que podría lanzarle. A la quinta visita creo que ya es hora de que salga de aquí, así que me seco y voy a mi enorme armario a decidir qué ponerme. Saco varias playeras, varios pantalones y zapatos, y trato de armar un buen atuendo, con la idea de que no parezca tan Kyo, pero que lo evoque. Lo considero más bien una práctica para ahora que volveré a ser modelo.

Es entonces cuando suena mi timbre mágico y maldigo un poco antes de recordar que iba a pedir comida china y jamás lo hice. Iba a hacerme tonto hasta que insistieran, pero entonces tanto Jinx como yo lo escuchamos. Aunque no identifico la voz, las únicas personas que podrían decirme "Nightshadow-sama", son aquellos nefilims a los que tengo que abrirles la puerta. Ser el Gran Brujo de Tokio a veces es muy complicado.

Con un hechizo, devuelvo la ropa a su lugar, y en cambio me pongo un pants negro y la primera playera que encuentro, que es negra. Bajo las escaleras mientras me la pongo y abro la puerta. Me sorprende demasiado ver al chico Asada, aunque al darle una segunda mirada es obvio por qué está aquí.

- Debí imaginar que volverías a meterte en problemas cuando no estuviera ahí para interponerme. Anda, métete.

Lo tomo de los hombros y lo ayudo a caminar hasta el sofá negro. Dudo que llegue más lejos. Con un ademán cierro la puerta y empiezo a revisar su herida. Hay sangre, pero también hay icor de demonio.

- ¿Qué diablos? Vas a deberme otra, Asada-kun.

Coloco las manos sobre su herida y dejo salir unas lucecitas verdes que irán sanándolo poco a poco. Cierro los ojos y me concentro en salvar a este chico, de nuevo.

Llego muy mal herido a casa de Nightshadow-sama, le ruego a Dios que esté porque no creo poder encontrar a alguien a tiempo, siento que me voy a desmayar, timbro una vez y con las fuerzas que me quedan lo llamo, rogando que no esté dormido la última vez. Me recargo un poco en la puerta mientras espero.

Creí que nadie abriría pero lo hace, una sonrisa gastada pero sincera se pinta en mí rostro, él parece sorprendido de verme pero antes de que pudiera decir algo ya sabe para que vengo, suspiro aliviado pero sonrió por lo que dice.

-Ya sabes… cómo soy… parece que necesito… de alguien que me ayude… cuando peleo.

Todo lo dije con muchas pausas, me duele mucho la herida y me cuesta cada vez más respirar con normalidad. Agradezco la ayuda para llegar hasta un sofá negro, cuando me siento suelto un jadeo porque así duele más dejo que revise la herida y por lo que me dice parece que es grave, asiento con la cabeza y dejo que él haga lo suyo.

Cuando cierra los ojos me quedo viéndolo, se ve muy concentrado, sus facciones no han cambiado en nada, mi mirada baja a sus labios y recuerdo aquella ocasión cuando fui por su ayuda y me besó, me sonrojo ligeramente, sabía que era mal visto por los neflins, así que no solía comentar sobre eso, a nadie le había dicho que el gran brujo de Tokio me había besado.

Espero hasta que siento que la herida ya no molesta tanto y le hablo.

-Sí, sé que te debo una muy grande Nightshadow-sama.

Es realmente sorprendente que pese a que he dejado brujos buenos en sanación, de algún modo el chico Asada venga hasta mi puerta. O está loco o realmente confía más en mí que en ellos, o en Magnusito, que es después de todo, el brujo local. Tampoco esperaba que me sonriera. El maldito es guapo, no lo voy a negar. Se nota que hasta en esta raza tan podrida puede haber gente decente y atractiva. Aunque claro, sólo me buscan cuando me necesitan, bzzzz.

- Creo que es mejor que te calles. Por unos minutos al menos. Hablas y me estás manchando mi ropa.

El tarado se queda sentado, y pongo los ojos en blanco al ver su expresión de dolor, y entonces lo ayudo a que se recueste. De este modo, su herida queda del lado opuesto al respaldo, y así podré curarlo más fácil.

- ¿Qué nadie te enseñó que debías conseguirte un parabatai y salir a cazar con él? Ni siquiera recuerdo si tienes. Supongo que has tenido otras cosas en las que pensar.

Comienzo a curarlo, consciente de que se arruinó mi noche de ligue y alcohol. Al irle quitando el icor y lo que parece más bien sangre de demonio, sé que peleó con más de uno, y al menos uno que era bastante poderoso. Luego por qué se mueren a los 20. Siento la conexión con su herida a través de la luz y vapor verdes de la sanación. Aunque soy bueno en esto, y lo sé. Presto tanta atención a él que como algunas veces, mis alas dejan de ocultarse, y termino por abrir los ojos para hacerle un hechizo a mi hermosa playera y poder sacarlas bien. Reviso la herida y el chico me habla.

- Bueno, siempre puedes pagarme con tu cuerpo, Asada-kun. Puedes ser mi esclavo sexual durante una semana.

Espero el efecto de mis palabras y luego río.

- O sólo esclavo. Necesito un asistente mañana y me lo debes. Oh, y también tengo ropa que lavar y flojera de hacer hechizos para lavarla.

Llego a la casa de un viejo amigo, claro que lo más seguro es que sólo yo lo vea de ese modo, para él sólo soy parte del negocio, pero es al mejor que conozco y no confió en los demás. Sólo le puedo confiar mi vida a él y esto es cuestión de vida o muerte, a menos que esté dramatizando mucho pero por lo que siento no creo y ese demonio me dio un buen golpe y algo no está bien. Cuando abre la puerta sonrió y cuando habla me calla porque le estoy ensuciando la ropa, una razón muy tonta, sonrió de nuevo y me siento donde me dice pero duele.

Lo nota y me ayuda a recostarme, veo lo que hace y me detengo a observarlo detenidamente cuando cierra los ojos y recuerdo su beso, no he podido olvidarlo, cómo hacerlo si fue el primer hombre en darme un beso de esa manera, seguro que es algo que ya olvidó pero yo no podría porque aunque no lo quiera admitir me encanto ese beso. Dejo de observar su cara para ver sus alas siempre me gustaron pero no me atrevo a comentar nada, cuando termina veo que las deja visibles, sonrió ligero porque podré verlas. Y le digo que le debo una muy grande, me siento y toco el lugar, ya no duele y ya no sale sangre.

Lo miro me dice como puedo pagar y casi me voy de espaldas con eso de esclavo sexual, abro la boca para decir algo pero la cierro de nuevo porque no sé que decir, no es que le pueda negar algo porque ya van dos veces que me salva, luego lo cambia sólo por esclavo y entonces sonrió ampliamente.

-Encantado en ayudarte en lo que pueda, sólo que espero que me des asilo, acabo de llegar y no he buscado un lugar para quedarme, podría ir con los neflins de acá pero... no me sentiría en casa. Espero que me entiendas.

Me pide cosas super sencillas y que él bien podría hacer, y no me molesta lavar o ayudarlo en arreglar la casa, incluso podría cocinar si me lo pidiera, pero no creo que sepa que cocino. Me levanto y me acerco a él, veo sus alas y luego a él.

-Eres diferente Nightshadow-sama, me pides cosas que podrías hacer sin problema, no me pides nada raro, y con gusto lo haré, te ayudaré en lo que pueda. Por cierto... tengo hambre, tienes algo o pido algo o puedo salir por algo y regreso. ¿Ya cenó?

Pregunto todo con respeto, pero en verdad muero de hambre.

Recuesto al chico sobre el sofá y a propósito no le pongo un cojín de almohada, porque no sé cuánta sangre a perdido. Y si ya anda sonriendo, o perdió mucha o lo golpearon fuerte en la cabeza, porque no veo razones para sonreír. La curación al menos es como cualquier otra, aunque como siempre, hay que tener cuidado en dejar la herida limpia o no sanará. Sólo salvo mi playera y particularmente mis alas que atrapadas dentro de la ropa se siente horrible, y luego termino la curación. Dolerá, quizá sólo esta noche, no sé si cuando se pinte un iratze eso puede mejorar, pero no se le quitará por completo hasta mañana.

Efectivamente me debe algo, y como se ve tan tierno así pálido y agradecido conmigo, no puedo evitar molestarlo un poco. Su reacción me hace reír, pero aunque vaya que me echaría al chico, o algo al estilo uke, ya me mató la iniciativa que tenía hace una hora y en todo caso tendría que curarlo otra vez porque jodería la curación. Y... no quiero tener problemas con los del Instituto de Tokio, gracias. No lo vale. Tampoco creo que aceptara, así que mejor sentiré un enorme placer al verlo hacer cosas de mundano sólo por fastidiar, en parte. Lo de la ropa es sólo por fastidiar, al asistente sí lo necesito y vaya que es genial poder ir a una sesión de fotos diciendo que mi asistente es en realidad alguien de una raza que se cree superior. Al menos para mí es buena forma de cobrar, y él lo ve como algo sencillo, aunque también quiera asilo. Tch, ¡encajoso!

- Sólo hay lugar en mi cama, abajo de mí.

Ah, maldita sea.

- Bueno ya. Mira, no entiendo por qué no te quedarías en uno de esos cuartos aburridos y sin personalidad de los institutos gaijin como el de aquí, pero en fin. En cierto modo me halagas, pero lo sumaré a tu cuenta. Puedes quedarte en la habitación de huéspedes. Pero ahora, ¡acuéstate! ¿Qué no te mareas? Vas a tener que tomártelo con calma esta noche, chico.

Me siento en el piso, ahí frente al sofá y lo miro como si fuera el ser más extraño sobre la faz de la Tierra. Ya extrañaba el respeto, digo, a comparación del parabatai de "ojitos amados por Magnusín", pero en realidad sí le pedí cosas raras.

- No me tientes o regreso a la oferta de esclavo sexual. Descansa esta noche y mañana podrás empezar a pagarme, no tengo prisa. Si se te abre la piel, la herida, te pasa algo por idiota estando aquí, no seré tan buena onda, ¿me oíste? Me gusta que se aproveche mi trabajo. Y ni creas que vas a salir.

Yo en realidad no tengo hambre, nunca tengo hambre, pero no recuerdo si comí... ni si desayuné. Esas cosas no tienen mucha importancia para mí. Me saco el celular de la bolsa.

- Supongo que no te valdrá si lo aparezco, pero bueno. Tengo teléfono de pizzería, comida china, un restaurante como occidental, Taki's... Espera, yo creo que de Taki's mejor. Es el mejor restaurante de la ciudad y es sólo para nefilims y subterráneos, y tienen de todo. ¿Qué se te antoja? Escoge, porque tú invitas, pero no te vas a levantar de ahí hasta que yo diga.

Cuando termina su trabajo le digo que le debo una muy grande, y me pide primero ser su esclavo sexual por una semana, pero lo cambia y le digo que estoy bien con eso, pero le pido que me de asilo, por ahora no quiero llegar al Instituto, aunque suene loco prefiero permanecer con este brujo aunque medio loco muy bueno en lo que hace, y creo que lo necesitare de nuevo, hoy pelee con un demonio muy fuerte, pero aún me falta uno de los blancos de los que me pidieron que me encargara, un licantropo, y al parecer ya había matado a varios de los nuestros, aunque esa parte la omito. Me dice que sólo hay una lugar para eso y es debajo de él, lo miro levantando una ceja, luego ya me dice que hay una habitación de huéspedes respiro aliviado. Me había levantado para ver sus alas más de cerca, y me regaña, asiento y me acuesto de nuevo.

-Sí, me siento algo mareado pero es normal luego de que un par de demonios atacan, además... quería ver tus alas. Pero permaneceré acostado.

Sonrió divertido que hoy me lo tomaré con calma, sé que muchos piensan que Kyo no tiene escrúpulos y es la peor persona y probablemente estén en lo cierto, pero también sé porque lo he vivido en carne propia que es capaz de anteponer una vida a la suya, y cuando se le pide ayuda a curar a neflins de Tokyo, al menos ahí lo he visto. Lo miro cuando se sienta junto a mí, creí que saldría o se iría a algún lado, no sé, no esperaba esto.

-Gracias por permitirme quedarme acá, ademas creo que podría hacer más cosas de esclavo si estoy cerca.

Dije sonriendo divertido, esto de esclavo es raro, pero me pide cosas de mundanos que sé hacer así que no me parece un pago excesivo por salvar mi vida. Y creo que tendrá que curarme de nuevo pero no por algo idiota, no creo salir bien librado de la pelea con el licantropo, ellos eran muy fuertes.

Le digo que tengo hambre pero como ya me prohibió salir escucho las opciones que me da, al final decide que de Taki's, pero que yo escoja, yo voy a pagar, eso lo deja muy claro.

-Quiero hamburguesas en realidad, si yo pago ¿igual comerás verdad?

Me muevo un poco y saco mi cartera, cuando llegue cambie algo de dinero a dolares para que todo se me hiciera más fácil. Me quedo viendo al techo mientras dejo que Nightshadow-sama escogiera algo para comer también, cierro los ojos y mi mente vuela al día que fui a pedirle su ayuda, estábamos perdiendo y sin su ayuda no hubiésemos podido ganar y yo estaría muerto. Me agrada saber que estaba en su casa y que me había ayudado de nuevo, aunque siento que me estoy aprovechando de él al no pagarle como sé que le pide a los demás, no me siento bien con eso ahora.

Ruedo los ojos divertido al escuchar que el niño quería ver mis alas. Ni que fueran blancas. He visto hadas con alas blancas y los nefilims enloquecen porque parecen ángeles.

- ¿Te gustan? Son como de ángel caído, ¿no? Creí que algo así no le agradaría a un nefilim.

De todos modos no va a salvarse del regaño, que si hace tonterías lo amarro al sofá. Su padre me agradaba, era un buen hombre y creo que fue el primero que me respetó, al menos entre los nefilims de la edad moderna. Los de antes eran muy extraños.

Aunque el pequeño Asada es un encajoso y se aprovecha de mi escaso espíritu bondadoso, pero acepto. Ahora más que nunca necesito votos positivos entre los nefilims de Japón, así que aunque en realidad no tengo por qué aceptarlo, lo hago.

- Eso, me gustan los esclavos con iniciativa.

Por supuesto que no es todo, y el bebé tiene hambre, pero aunque en realidad sí le tocaría ir a él por la comida, no puede salir en este estado. Si el buen Ifrit no me quiere traer el pedido pues saldré yo, pero no hay nada mejor. Empiezo a buscar el número en el teléfono, cuando el chico de nuevo me toma por sorpresa.

- ¿Qué rayos le pasa a los esclavos? Siempre tienen que estar insistiendo con que coma. Sí, comeré, pero no hamburguesa.

Llamo a Taki's y tomo la cartera de Kira antes de que me tomen la llamada.

- ¡Kaelie, darling! Nop, soy Kyosuke. Oye, ¿todavía hay pedidos a domicilio? Anda, dile a Ifrit que le doy un fuego fatuo de propina.

Espero un par de minutos, pero sé muy bien que el ifrit de la entrada a quien yo llamo Ifrit como al de los Final Fantasies, no puede resistirse a un fuego fatuo temporal.

- ¡Genial! Sí, entendí que ya no sea rojo. Bueno pues voy a querer una hamburguesa angus con tocino y doble queso y un Delaware Punch grande. Eso aparte. Tengo un chico guapo acostado al lado, you know, así que es para él. Para mí las crepas de jamón y queso con esa salsa blanca de quesos, doble. Sí, me encanta. Y una naranjada mineral grande y una malteada de vainilla endulzado con esa cosa de hadas maravillosa. Y de postre tráeme tres flanes napolitanos. Sí, yo espero guapa, no te apures. Dile a Ifrit que le mando un beso.

Cuelgo riendo y me levanto. Parece que Kira está durmiéndose, y por mí perfecto. Paso a mi sótano por uno de los frascos especiales y mientras llega la comida me pongo a conjurar el fuego fatuo, esta vez, lila.

No sé como paso, le dije que quería ver sus alas por eso me levante y me acerqué a él, veo que rueda los ojos y me da mucha vergüenza, creo que hice algo incorrecto así que me disculpo apropiadamente inclinándome noventa grados y me quedo unos segundos. Lo miro extrañado cuando habla, parece que no le molesto que hiciera eso. Asiento con la cabeza cuando me pregunta si me gustan.

-Me encantan, y si se parecen mucho a las de un ángel caído. No se los demás pero a mí me gustan mucho, desde la primera vez que las vi me llamaron mucho la atención, pero no me debo quedar viendo fijamente a alguien así que disimule.

Me regaña y me acuesto de nuevo, y le pido que me de asilo, sé que lo necesitare porque aún no terminan mis misiones, y quiero que esté cerca, sí, me estoy aprovechando mucho de él, pero sé que igual me pedirá mas cosas. De una vez le digo que me puedo encargar de más cosas que lo que acaba de pedirme, rió divertido cuando dice que le gustan los esclavos con iniciativa, me parece que se tomará muy enserio eso de que soy su esclavo.

Le digo que tengo hambre, me dice que elija que quiero comer porque voy a pagar, y le pregunto nuevamente si va a comer, rió divertido, creo que desde que llegue he sonreído ya varias veces, creo que debo controlarme.

-Tal vez será porque sabemos que no cuidas mucho esa parte de tu vida.

Y yo lo pedí porque odio comer solo. Escucho que llama a un lugar, me quedo mirando el techo pensando en mil cosas, una de esas cosas es el beso y eso es algo que no debería siquiera recordar. Escucho sus pasos alejarse de mi lado, dormito un rato y luego escucho el timbre, me iba a levantar pero él tiene mi cartera. Lo veo pasar y me siento en el sofá, no sé donde comeremos, a mí no me importa comer acá pero no sé que haga, después de todo soy un invitado nada más, me adaptaré a lo que me diga.

La verdad es que me satisface verlo disculparse ante mí, porque me hace pensar de nuevo, que es buen chico y sabe respetar. Aunque el asunto de que le gusten mis alas no deja de parecerme extraño, porque no son de angelito bueno y lindo.

- A mí puedes mirarme fijamente. Veo en tus ojos que no lo haces con mala intención, ni porque estés pensando en decenas de formas de atravesarme el corazón con un cuchillo serafín. Y me gusta que me miren los chicos guapos.

Le hago un guiño y luego lo obligo a acostarse y escucho que ya quiere asilo, pero acepto. En parte porque en teoría se lo debo porque somos paisanos, pero también porque eso me dará puntos buenos y podré terminar mis investigaciones en Tokio, que se ve que Magnusín terminará por exiliarme. Molesto un poco al chico Asada y luego mi única forma de aceptarlo es diciéndole que me gustan los esclavos con iniciativa. Y eso porque en realidad no sé qué diablos decirle.

Dejo que escoja la comida pero aclaro que él pagará. Me recuerda a Evan, mi antigua esclava. Aunque ella sí era una esclava formal. Le resto importancia a la comida con un ademán, pero en el fondo en realidad me gusta que se preocupen por mí. Y a diferencia de Evangeline, Kira no tiene en realidad una razón ni para estar aquí, ni para aceptar ser mi esclavo, ni mucho menos para preocuparse porque coma. Si me colapso, él puede perfectamente volver solo, o quedarse en el Instituto, o qué sé yo.

- La comida está sobrevalorada.

Tomo el celular y pido la comida. Yo le escojo bebida a él, algo dulce pero sin gas, y al terminar, cuelgo. Está dormido y sonrío divertido antes de pasar a mi laboratorio secreto por un frasco de cristal para conjurarle su fuego fatuo a Ifrit.

Media hora después, tengo el fuego fatuo listo, el dinero más la propina mundana, y calcetines que no hacen par de diseños extravagantes en morado y negro. En cuanto toca Ifrit, me levanto y tras echarle una mirada a Kira y ver que está despertándose, salgo. Saludo a Ifrit lanzándole un beso, le pago y le digo que se quede el escaso cambio, le entrego el frasco y tomo la comida. Regreso a la casa y pongo la comida sobre la mesita. Echo un cojín sobre el piso y me siento así, usando la mesa al estilo japonés.

- ¿Cómo te sientes? Te pedí delaware punch porque no tiene gas, pero tómate esto también.

Separo la malteada en dos partes iguales y le doy una a él.

- Es malteada de vainilla, te gustará. Está endulzada con un néctar bizarro que le gusta a las hadas, pero da energía y es lo que te falta. Si no mejoras después de comer, te doy una poción, pero yo creo que no te fue tan mal dentro de lo que cabe.

Tomo el tenedor, digo un "itadakimasu" y empiezo a comerme las crepas.

ME disculpo por mirarlo fijamente y le digo que me encantan sus alas aunque no son como las de un ángel, desde la primera vez que las vi me llamaron mucho la atención, y ahora podía verlas y saber que no se iba a molestar, le sonrío ampliamente, y asiento con la cabeza agradeciendole.

-Jamás podría hacer algo así, no después de que me salvaras la vida no una sino dos veces, será traición y deshonor, no lo haría.

Dije firme, sé lo que es, sé a que se dedica y aún así no podría hacer algo tan bajo, Nightshadow tiene honor y es capaz de recibir un golpe por alguien, conozco más esa parte que la otra, de esa sólo he escuchado pero no la he visto y como dicen hasta no ver no creer. Lo que me toma por sorpresa es que me vea como un chico guapo y luego el guiño, quedo rojo en un segundo, desvió la mirada y contesto nervioso.

-No soy guapo, no diga esas cosas.

Me recuesto y le pido asilo, acepta aunque seré su esclavo pero no me molesta porque no me pide cosas que no pueda hacer, aunque seguro lo hace para burlarse porque son cosas que podría hacer con magia. Le digo que tengo hambre y le pregunto si comerá, me dice que sus esclavos se preocupan por esa parte y le doy mi razón para hacerlo, seguramente los demás piensan igual, solo sonrió ligero cuando dice que esta sobrevalorada la comida. Yo lo hago porque me importa, quiero que esté bien y para eso debe comer algo, tal vez debí ofrecerme a cocinar, tal vez algo de casa le guste.

Llama y pide la comida, yo cierro los ojos y descanso hasta que escucho que suene el timbre, estaba por levantarme y él va a pagar y todo, me siento y lo miro. Me sorprende un poco que pregunte como me siento.

-Mejor, ya puedo respirar sin problemas, eso ya es ganancia, creo que después del descanso de hoy estaré mejor.

Veo todo lo que saca, me da la mitad de una malteada, agarro el vaso y tomo un trago. Tiene un sabor diferente y es rica, escucho todo lo que dice y asiento.

-No, me pudo haber ido peor. Mi misión era matar a ese demonio porque había estado matando mundanos y neflins sin discriminación en Japón. Alguien tenía que detenerlo, pero no contaba con que se habría asociado cn otros demonios, no fue una pelea muy justa pero al final salí con vida lo cual creo que es mucho.

Le doy una mordida a mi hamburguesa, igual estaba rica, la comida de acá era buena, aunque creo que sólo podría comerla ocacionalmete, creo que me quedo con la comida de Japón.

-¿Cómo le ha ido estando acá? A veces... a veces me pregunto porque se fue en primer lugar.

Niego con la cabeza cuando me doy cuenta que de nuevo estoy haciendo algo que no está bien.

-Lo siento, no tiene que responder es sólo curiosidad mía.

Parpadeo lentamente mientras escucho la forma en la que habla Kira, en cómo dice traición y deshonor... me recuerda a Ryô, y me recuerda por qué respeto a las personas como él.

- Los nefilims lo hacen, los humanos lo hacen, cualquiera sin honor lo hace. Me agrada ver que al menos en Japón, o al menos tú y tu padre piensan de este modo. Fui samurai, lo aprecio más de lo que imaginas.

Así que no volveré a burlarme. Al menos no de esto. Si bien la luz y la oscuridad son cosas muy relativas, el honor no lo es. Se puede ser oscuro y honorable, aunque sea de forma selectiva como lo soy yo.

Veo cómo se sonroja y río en silencio al ver cómo se pone.

- Te vez encantador así rojito. ¿Qué no tienes espejo en tu habitación de nefilim? Eres más guapo que muchos idols, seguro que hay decenas de chicas nefilims rogándote que te cases con ellas. Eres guapo, y te lo digo yo que como ya sabe todo el mundo, soy gay y sé apreciar la belleza masculina, sin importar la raza.

Acepto darle asilo y ordeno la comida. Dejo que duerma mientras le preparo su fuego fatuo a Ifrit y me pongo calcetines para estar más cómodo. Cuando llega el genio, tomo la cartera de Kira y pago la comida. Me instalo en la mesita de centro porque no creo que sea buena idea que mi nuevo esclavo temporal ande por ahí paseando. Le devuelvo su cartera y le pregunto cómo se siente, que es lo mínimo que debo hacer.

- Genial, porque mañana a mediodía tienes que estar lo suficientemente bien como para ser mi esclavo y no puedo cambiar mi llamado. Ah, es cierto, no lo sabes todavía. Dejé mi trabajo de espía informático y voy a volver a ser modelo para la marca de ropa de mi adorada nueva alumna. Aunque creo que sólo tu padre supo que yo era modelo la otra vez, ya no me acuerdo qué trabajo tenía esa vez que te conocí.

Le sirvo la mitad de la malteada, pero dependiendo de cómo lo vea, podría darle un poco más. Necesita azúcar, y darle más pociones podría ser contraproducente. Escucho sobre lo que pasó y hasta dejo de comer.

- Espera, ¿viniste herido hasta aquí? ¿Usaste uno de esos portales ya abiertos? Estás loco, pudiste ir con otro brujo, aunque no fuera tan guapo como yo. Insisto, deberías conseguirte un parabatai o... ¿algo le pasó a tu parabatai?

Que yo recuerde, esa vez tampoco tenía parabatai, y por su forma de ser igual es demasiado tímido como para tener un vínculo tan fuerte con alguien, pero también es posible que se le haya muerto y ya no pueda tener otro, o era chica y se enamoraron y tuvieron que quitarse la marca de parabatai y dicen que no hay dolor más grande que quitarte runas de las permanentes... Aunque quizá sólo me estoy inventando ideas telenovelescas.

No esperaba que me preguntara esto y lo miro mientras mastico un trozo de crepa.

- Me ha ido bien, supongo. Tengo esta casa que aunque no es la de Japón, no está nada mal, tengo cerca a mi antiguo mentor... aunque por el momento me detesta, pero bueno. Y ahora tengo una nueva discípula. En realidad no he hecho mucho, sólo un poco de desastre, ya sabes.

En realidad no lo sabe, pero seguro se entera.

- Vine en parte por tomarme un respiro de Tokio, y en parte por el asunto de Valentine. Sólo quería investigar un poco y ver qué tanto peligro corre Japón, porque parece muy lejano, pero para los nefilims no lo es. De paso me acordé de un asunto que tenía pendiente con un hado y luego decidí quedarme. Aunque vuelvo cada 15 días a Tokio. ¿Por qué lo preguntaste? ¿Acaso me extrañas, guapo?

Le hago otro guiño y le sonrío antes de seguir comiendo.

- Ya cuéntame si tienes novia. No irás a decirme que eres virgen, sería un desperdicio.

Soy sincero y le digo a Nightshadow-sama que no podría pensar en clavarle un cuchillo en el corazón ni nada, por honor, él me ha salvado la vida, le debo mucho, ese pensamiento jamás cruzará por mi mente y se lo dejo claro. Noto que le agrada, sonrió ligero porque sé que lo entendió.

-Mucha gente lo hace, pero aún hay quienes creemos en el honor, y yo soy uno de ellos. Mi padre me enseño bien supongo.

Luego hace que me sonrojo en un minuto al decirme guapo y guiñarme el ojo, lo miro cuando habla y dice que soy guapo y lo puede decir porque es es gay y sabe de chicos guapos, me da mucha más pena escucharlo decir eso, bajo la mirada, siento que me puede salir humo de las orejas como en los animes cuando dice que sabe apreciar la belleza masculina.

-Yo... si, muchas quieren eso, incluso algunas incluso llegaron a hablar con mi padre, lo bueno es que no me obligo a eso.

Me alegraba que mi papá no me obligara a casarme, creo que mi papá sospechaba que no me gustaban del todo las mujeres, nunca me dijo nada ni me reclamo pero creo que no estaba de acuerdo con eso, yo no sé si este bien eso. Luego le pido que me deje quedarme con él por un tiempo y que tengo hambre, pide la comida y yo aprovecho descansar hasta llega la comida, entonces me siento y observo lo que hace. Me sorprende que me pregunte como seguía.

-Estaré bien para mañana, lo ayudaré en lo que necesite, sólo pidamelo y lo haré. Que padre que eres modelo, no recuerdo tampoco en que trabajabas. ¿Podré verte modelar? Me encantaría.

Me da mi comida y la pruebo, me gusta, también pruebo la malteada que me da. Le cuento que fue lo que paso, y niego con la cabeza.

-Seguí al demonio acá, vino a Nueva York, tuvimos la pelea acá. Y si, vine hasta acá a verte. Trabajo mejor sin parabati, además no he encontrado con quien. Creo que no podría, además sé que tu eres muy bueno en las curaciones y eso así que no lo pensé dos veces y vine contigo.

Le pregunto como le ha ido y me pregunto porque se cambio de país, no lo entiendo. Me mira y contesta, lo escucho con atención. y sonrió divertido que ha hecho desastre. Sonrió cuando dice que vino a ver a Valentín, y me pregunta si lo exttrañe.

-Bueno... yo... tal vez... sólo un poco.

Respondí a si lo extrañaba, la verdad sí, y mucho, algunas veces llega sólo para platicar con él un rato, claro que había un pretexto. De nuevo me guiña el ojo y me pongo super nervioso, afortunadamente pregunta sobre mí.

-No, no tengo novia, en el instituto odio que me salten encima y me pregunten si se quieres casar conmigo, una hasta me puso una canción romántica, pero no me parecen bonitas, Tal vecesnecesiten su correa.

- Tu padre era un buen hombre, un hombre de honor.

Veo cómo se sonroja de una forma realmente encantadora y que sólo me provoca para seguir molestándolo.

- ¿Y qué hay de chicos? ¿También hay alguno detrás de ti? No entiendo por qué te sonrojas, pero te ves precioso. Así que entiendo que muchas quieran ser tu esposa, pero lo que no entiendo es eso de las bodas. No le veo nada de malo a evitar estar casado. Además los nefilims sólo lo ven como un medio para crear más carne de cañón.

En todo caso, yo estoy en contra de los matrimonios, me parecen de lo más tonto y de todos modos no garantizan ni el amor ni la fidelidad.

Dejo que se quede y pregunto cómo sigue. Más le vale sí estar mejor.

- Sí, podrás verme modelar. Es para una sesión de fotos y un anuncio de tele. Se supone que es mi primer trabajo como modelo, aunque obvio que no lo es en realidad. Sólo tendrás que manejar y cargar mis cosas, no es tan difícil.

Sirvo la comida y continúo con la plática. La verdad es que quiero más detalles de cómo fue que terminó así.

- También soy bueno para otras cosas, Kira-kun.

Claramente no explico cuáles y continúo comiendo como si nada, pero vaya que me deleito con sus reacciones. Más le vale cuidarse o terminaré saltándole encima.

Le cuento por qué vine a Nueva York y aprovecho para preguntarle si me extrañó. Las dudas lo hacen más encantador y divertido.

- Yo sí te extrañé.

Observo a Kira mientras empieza a hablar de una forma en la que realmente hablaría alguien que o ya está enamorado de otra persona, o es gay.

- ¿Eres gay? A un hombre heterosexual le encantaría que le saltaran encima. A ti parece que te desagradan todas las mujeres y eso es lo que pasa con nosotros los gays.

Bebo un poco de naranjada y lo miro, serio.

- No le diré a nadie, pero no debería ser un problema. Debes estar orgulloso de quien eres y lo que te gusta, al diablo lo que opinen los demás.

Sonrió y asiento con la cabeza cuando dice que mi papá era un buen hombre, porque lo fue, y lo extrañaba. Luego hace que me sonroje porque me dice que soy guapo y debo creerle porque es gay y sabe de eso. Y hace preguntas raras, niego con la cabeza a lo primero, y creo que comparto su opinión de porque se casan muchos neflins, no digo que todos porque sé que mi padre amo a mi mamá hasta el día en que murió pero muchos se casan para que sus hijos sean como ellos, eso no me gusta mucho.

-No, dudo que lo haya, ya sabes que son mal visto por los neflins las relaciones homosexuales, así que no creo que un chico esté tras e mí. Me da mucha pena escucharte decir eso de mí, no me veo como alguien guapo, no creo que alguien me vea así.

Al menos alguien que me interese, de las chicas muchas me veían así y no me gustaban. Luego que permite que me quede, le digo que mañana estaré mejor y lo ayudare en lo que necesite, me explica que necesita y me dice que podré verlo trabajar.

-Que bueno que podré verlo trabajar en algo tan de mundanos, no me lo imagino haciendo eso, pero igual es algo de según es cool, seguramente lo hará muy bien.

Le cuento que paso y mi motivo para venir a verlo y lo que dice hace que tosa un poco porque no me esperaba esa respuesta, nuevamente me sonrojo porque pensé que es bueno en la cama y ese no es un buen pensamiento. Y le digo que lo extrañe pero sólo un poco, no iba a decirle que en realidad lo había extrañado mucho, cuando me dice que él sí aunque no sé si es verdad hace que sonría mucho.

Cuando contesto a su pregunta si tengo novia, le digo la verdad y veo que me mira de manera diferente, aún así terminó de hablar, y lo que viene después es algo que no quiero contestar. Me mira y me dice que no le dirá a nadie, veo mi comida, termino de comer en lo que él termina de hablar, cuando termina bostezo.

-Lo siento, tengo mucho sueño, gracias por la comida y por curarme.

Me levanto y hago una reverencia y me voy al cuarto de huespedes, me tiro en la cama boca abajo, abrazo una almohada y aunque lo dije para no contestar a su pregunta, caigo dormido hasta la mañana siguiente.

Muy oruglloso me dice que efectivamente debe haber hombres detrás de él, pero al mismo tiempo dice que no es guapo. Ruedo los ojos.

- Insisto, ¿qué no tienes espejo en tu habitación de nefilim? ¿Qué no te puedes mirar en él o qué? ¡Al diablo lo que opinen los nefilims! No pueden quitarle lo gay a alguien, así que seguirán existiendo. Tan cierto como que tú eres guapo, y yo te veo así.


Terco como él solo, y lo único que hace es darme más armas para fastidiarlo. Particularmente porque mañana va a ser un buen día y voy a lucirme y él estará ahí y tendrá que mirar. Hasta parece un mocoso adolescente.

- Ya lo verás y podrás decidir por ti mismo si te gusta cómo lo hago. Modelar, digo.

Escucho su historia y al menos me tranquilizo de que no vino sangrando desde Tokio porque entonces sí que mi reputación como Gran Brujo se iba a ir al diablo. Aprovecho de nuevo para molestarlo al decirle que yo lo extrañé. ¡Y sonríe! Es un niño muy adorable.

En realidad por muchas cosas empiezo a pensar que es gay. No le agrada que se le lancen mujeres, se excusa en que está prohibido ser nefilim y gay al mismo tiempo, la forma en la que reacciona a mis coqueteos... definitivamente o duda de su sexualidad, o es gay o le gusto. O las tres. Sin embargo no contesta mi pregunta y exagera. Enarco una ceja y le señalo la puerta de la habitación de huéspedes.

- Tú pagaste la comida, no tienes que agradecerla. Mejórate.

Le lanzo un beso y luego termino de comer y me subo a dormir. Reviso la alarma para ponerla a una hora que aunque es tarde para las personas normales, no para mí.