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Entre cuentos e ilusiones | Alison Dennings
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Entre cuentos e ilusiones | Alison Dennings
Sali de casa a un paso apresurado, si no queria que me regañaran por salir sin avisar debia darme prisa. Acababa de darme cuenta que en el instituto me habian encargado leer un libro de ciencia, por suerte esa tarea era para mañana y tendria tiempo de leerlo muy bien. Trate de no tropesarme mientras corria por la acera e intentar no chocar con alguien, suelo ser muy torpe a veces. Seguramente Sophia, mi dama de compañia se pondria histerica cuando se diera cuenta de que no estaba en mi habitacion practicando el violín.
Llegue hasta la bilioteca mas cercana a mi casa, aminore el paso y sonrei como siempre mientras me sacudia un poco el pantalon que traia. Mi agitada respiracion se acelero un poco por la corrida, y di un pequeño salto cuando mire a la empleada de la bblioteca, un hada. Trate de que no se diera cuenta de que sabia que era y camine por los pasillos y estantes buscando el libro de ciencias naturales que necesitaba.
Estaba concentrada mirando los miles de colores que tenian los libros que no note a alguien frente a mi, por consiguiente choque con la chica de cabellos rubios. -Lo... lo siento- tartamudee un poco mientras sentia el dolor en mi trasero por la caida. Al tratar de levantarme me apoye en uno de los estantes, y por mi mala suerte este cayo tirando muchos libros al suelo y sobre mi.
Llegue hasta la bilioteca mas cercana a mi casa, aminore el paso y sonrei como siempre mientras me sacudia un poco el pantalon que traia. Mi agitada respiracion se acelero un poco por la corrida, y di un pequeño salto cuando mire a la empleada de la bblioteca, un hada. Trate de que no se diera cuenta de que sabia que era y camine por los pasillos y estantes buscando el libro de ciencias naturales que necesitaba.
Estaba concentrada mirando los miles de colores que tenian los libros que no note a alguien frente a mi, por consiguiente choque con la chica de cabellos rubios. -Lo... lo siento- tartamudee un poco mientras sentia el dolor en mi trasero por la caida. Al tratar de levantarme me apoye en uno de los estantes, y por mi mala suerte este cayo tirando muchos libros al suelo y sobre mi.
Invitado- Invitado
Re: Entre cuentos e ilusiones | Alison Dennings
Tenía que documentarme más sobre aquel nuevo mundo que se había abierto ante mí. Antes de la muerte de mi madre no sabía nada sobre licántropos o vampiros y toda esa parafernalia extraña en la que seguramente no habría creído por falta de pruebas. Por eso, salí de donde me habían dado cobijo aquellos licántropos y caminé por la calle hacia la biblioteca, seguramente allí encontraría libros sobre eso, aunque los clasificaran como libros mitológicos o de leyendas. También tendría que hablar con los demás licántropos, tarde o temprano, sobre su versión de aquel mundo, porque seguramente sería totalmente distinta a lo que los humanos conocían. Sin embargo, siempre estaba bien saber cualquier cosa sobre lo que interesaba.
Mientras avanzaba por la calle hacia la biblioteca, me pregunté si mi madre sabría que mi padre se había convertido en un hombre lobo o que aquellos seres que habían ido a nuestra casa aquel fatídico día eran vampiros. Probablemente sí, seguramente lo sabría, de lo contrario habría llamado a la policía y no se habría mostrado tan preocupada e insistente en que me quedase en aquel hueco en la pared que hacía de habitación del pánico. Y, por consiguiente, también sabría que mi padre era... Tuve que detenerme un momento para cerrar los ojos y respirar hondo. Las palabras de mi padre me hacían pensar que, tal vez, mi madre me estaba protegiendo de él, que él esperaba el momento adecuado para llevarme con él y transformarme... Al final lo había conseguido, por suerte o por desgracia, a pesar de todo —y según me habían contado los de mi “manada” (qué raro era decir que alguien era mi manada)— dudaba que mi padre se hubiese aliado con aquellos chupasangres para librarse de mi madre y secuestrarme... Sólo había sido un golpe de suerte para él... sólo eso.
Entré en la biblioteca y me maravillé al ver aquel edificio por dentro, estar rodeada de libros era un paraíso para mí. Caminé hacia la sección de mitología directamente y cogí el primer libro que vi sobre criaturas de la noche, pero cuando iba hacia una mesa a sentarme para leer tranquilamente, alguien chocó conmigo y el libro se me cayó. La chica que se chocó conmigo acabó en el suelo y yo hice una mueca mientras me agachaba a recoger el libro. Para cuando me di cuenta, escuché un estruendo y alcé la vista para ver, con asombro, que la chica había tirado una estantería.
—¿Pero qué...? ¿Sabes la bronca que me va a caer por tu culpa? —me puse en pie y traté de levantar la estantería. —Qué desastre... —murmuré.
Mientras avanzaba por la calle hacia la biblioteca, me pregunté si mi madre sabría que mi padre se había convertido en un hombre lobo o que aquellos seres que habían ido a nuestra casa aquel fatídico día eran vampiros. Probablemente sí, seguramente lo sabría, de lo contrario habría llamado a la policía y no se habría mostrado tan preocupada e insistente en que me quedase en aquel hueco en la pared que hacía de habitación del pánico. Y, por consiguiente, también sabría que mi padre era... Tuve que detenerme un momento para cerrar los ojos y respirar hondo. Las palabras de mi padre me hacían pensar que, tal vez, mi madre me estaba protegiendo de él, que él esperaba el momento adecuado para llevarme con él y transformarme... Al final lo había conseguido, por suerte o por desgracia, a pesar de todo —y según me habían contado los de mi “manada” (qué raro era decir que alguien era mi manada)— dudaba que mi padre se hubiese aliado con aquellos chupasangres para librarse de mi madre y secuestrarme... Sólo había sido un golpe de suerte para él... sólo eso.
Entré en la biblioteca y me maravillé al ver aquel edificio por dentro, estar rodeada de libros era un paraíso para mí. Caminé hacia la sección de mitología directamente y cogí el primer libro que vi sobre criaturas de la noche, pero cuando iba hacia una mesa a sentarme para leer tranquilamente, alguien chocó conmigo y el libro se me cayó. La chica que se chocó conmigo acabó en el suelo y yo hice una mueca mientras me agachaba a recoger el libro. Para cuando me di cuenta, escuché un estruendo y alcé la vista para ver, con asombro, que la chica había tirado una estantería.
—¿Pero qué...? ¿Sabes la bronca que me va a caer por tu culpa? —me puse en pie y traté de levantar la estantería. —Qué desastre... —murmuré.
Alison Dennings- Licántropo
- Mensajes : 42
Fecha de inscripción : 16/05/2014
Re: Entre cuentos e ilusiones | Alison Dennings
Me sonroje por la vergüenza y el arrepentimiento, no podía tener una escusa buena para disculparme con la chica, en realidad todo mi mundo era un completo desastre, siempre tiraba cosas por doquier, rompiendo otras e incluso tropezándome con mis propios pies. En realidad yo era todo un caso, aun no entendía el como mi madre y padrastro aguantaban mi completa torpeza, suponía por eso habían contratado a Helen mi dama de compañía.
Aun con la pena encima me arrodille a recoger los libros que estaban a mi alrededor. -En serio lo siento- le dije a la chica aun sin verle a la cara, me sentía pésimo, ahora tal vez le había causado un gran problema. -No te preocupes con la repisa, yo pagare los daños- me levante con muchos libros en mis brazos, miré al rededor en espera a que llegara algún encargado para que nos reprendiera, o mas bien explicarle que fue mi total culpa.
No pasó ni un minuto cuando uno de los trabajadores de la libreria llego a donde estabamos, se notaba en su cara el enojo ocasionado por la repisa rota y el revuelo de libros que aun quedaban en el suelo. -No la culpe señor, yo me tropece y al sostenerme tire de la repisa- le sonrei a la chica intentanto mostrarle que yo arreglaria el problema y que se podia retirar si asi lo deseaba.
Aun con la pena encima me arrodille a recoger los libros que estaban a mi alrededor. -En serio lo siento- le dije a la chica aun sin verle a la cara, me sentía pésimo, ahora tal vez le había causado un gran problema. -No te preocupes con la repisa, yo pagare los daños- me levante con muchos libros en mis brazos, miré al rededor en espera a que llegara algún encargado para que nos reprendiera, o mas bien explicarle que fue mi total culpa.
No pasó ni un minuto cuando uno de los trabajadores de la libreria llego a donde estabamos, se notaba en su cara el enojo ocasionado por la repisa rota y el revuelo de libros que aun quedaban en el suelo. -No la culpe señor, yo me tropece y al sostenerme tire de la repisa- le sonrei a la chica intentanto mostrarle que yo arreglaria el problema y que se podia retirar si asi lo deseaba.
Invitado- Invitado
Re: Entre cuentos e ilusiones | Alison Dennings
Vi cómo se agachaba a recoger los libros y yo me llevé una mano a la cara. ¿Toda la gente era así siempre? Sinceramente esperaba que no. La manada de Roderick no era así, pero ellos eran licántropos... y mi madre era humana y tampoco era así, pero... quién sabe. También mi madre era buena y otros humanos, no. Resoplé, molesta, mientras ella recogía los libros. ¿Para qué narices estaba haciendo eso? ¡Si había tirado la estantería! ¿Qué iba a hacer? ¿Dejarlos en el aire? ¿Cuándo va a dejar de decir lo siento? Tal vez era demasiado malhumorada, pero me cabreó que dijera que ella pagaría los daños. Así que era eso, ¿no? La gente que tiene dinero de sobra no pone cuidado en nada porque, claro, su dinero puede arreglarlo todo. Yo nunca había sido pobre y prácticamente nunca me había faltado algo que necesitase, pero mi madre trabajaba mucho para poder mantenernos a las dos, en mi casa nunca se desperdició dinero. Y esa chiquilla iba y tiraba la maldita estantería. ¿Cómo podía haberla tirado siendo tan floja?
Poco después de que ella se llenara los brazos de libros llegó un hombre con cara de malas pulgas. La chica no tardó en soltar su parafernalia de nuevo, ¿en serio la gente era así? ¿Se disculpaba de esa forma tan... tan poco...? ¡¿Es que la chica no tenía un poco de amor propio?! Yo era insegura, pero no iba por ahí como si fuera una pluma, ni pidiendo disculpas a todo el mundo, maldita sea. Resoplé de nuevo y me agaché para intentar enderezar la estantería, aunque suponía que, dado su gran tamaño, no podría hacerlo... pero sí que pude. La levanté y la dejé tal y como estaba. Después de todo no se había roto, sólo se había desencajado una de las tablas. La coloqué en su sitio y miré a ambos.
—No está rota, no hay nada por lo que enfadarse, ha sido un accidente y punto. —le digo con tono neutro al tipo, que ha dejado su cara de mala leche para sustituirla por una expresión de sorpresa. ¿Por qué...? Mierda, la estantería tal vez pesaba más de lo que suponía... Vale, acostumbrarme a mi nueva naturaleza estaba siendo más difícil de lo que pensaba que sería, y no precisamente por las dolorosas transformaciones durante la luna llena. —Anda, dame eso. —le quité unos cuantos libros a la chica aquella y empecé a colocarlos en su sitio. —Ya está, todo en su sitio. —dije mientras los seguía colocando. —No hay por qué enfadarse.
Poco después de que ella se llenara los brazos de libros llegó un hombre con cara de malas pulgas. La chica no tardó en soltar su parafernalia de nuevo, ¿en serio la gente era así? ¿Se disculpaba de esa forma tan... tan poco...? ¡¿Es que la chica no tenía un poco de amor propio?! Yo era insegura, pero no iba por ahí como si fuera una pluma, ni pidiendo disculpas a todo el mundo, maldita sea. Resoplé de nuevo y me agaché para intentar enderezar la estantería, aunque suponía que, dado su gran tamaño, no podría hacerlo... pero sí que pude. La levanté y la dejé tal y como estaba. Después de todo no se había roto, sólo se había desencajado una de las tablas. La coloqué en su sitio y miré a ambos.
—No está rota, no hay nada por lo que enfadarse, ha sido un accidente y punto. —le digo con tono neutro al tipo, que ha dejado su cara de mala leche para sustituirla por una expresión de sorpresa. ¿Por qué...? Mierda, la estantería tal vez pesaba más de lo que suponía... Vale, acostumbrarme a mi nueva naturaleza estaba siendo más difícil de lo que pensaba que sería, y no precisamente por las dolorosas transformaciones durante la luna llena. —Anda, dame eso. —le quité unos cuantos libros a la chica aquella y empecé a colocarlos en su sitio. —Ya está, todo en su sitio. —dije mientras los seguía colocando. —No hay por qué enfadarse.
- Spoiler:
- Perdona por tardar tanto >_<
Alison Dennings- Licántropo
- Mensajes : 42
Fecha de inscripción : 16/05/2014
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