Fairy Angel, una nefilim de los cuentos de hadas

Merak es siempre alegre. La sonrisa es siempre parte de su rostro justamente porque siente esa felicidad y gusta de compartirla a los demás. En apariencia es inocente, pero tras esa inocencia se oculta su un toque de sensualidad. Prefiere ver lo bueno del mundo y encarar la vida con optimismo, derrotar a la tristeza con esa sonrisa. Es muy honesta en cada gesto, sea una sonrisa, un abrazo o incluso un beso. Rara vez llora, y cuando lo hace, al igual que sus otras expresiones de cariño, es completamente sincera. Le gusta escuchar a los demás, aunque no siempre los ayuda. A veces piensa que los demás se dejan derrotar por cosas que no deberían. Inteligente y observadora, tiene gran facilidad para aprender idiomas y para el canto. Le encanta soñar y en parte porque le permite evadirse de la realidad, aunque está consciente de que lo hace. Desea convertirse en cantante y de hecho, casi todo el tiempo está cantando.

Como cazadora su mejor habilidad es su agilidad y su equilibrio. No es muy fuerte, pero esta agilidad la hace una cazadora capaz, aunque no sobresaliente. Este hecho rara vez la hace sentir mal, ya que de hecho, ella no es muy fanática de las peleas. Considera que La Clave juzga con demasiada rudeza a los subterráneos, pero por otro lado, le gusta que proteja a los mundanos. Por otro lado, le es fiel tanto a su sangre como a los ideales de su padre.

La madre de Merak era una cazadora de sombras muy hermosa, una de las dos hijas del director del Instituto de París. Su principal talento era la diplomacia, ya que ante todo, siempre respetó a los subterráneos, en especial a las hadas. Secretamente las admiraba y envidiaba, considerándolas majestuosas debido a que al igual que ella, tienen sangre de ángel.

Fue en una de estas misiones diplomáticas que conoció a Mark, un hado de buen porte y elegancia, británico y a todas luces, un príncipe encantador. Todo un caballero, pero la frialdad de su corazón y la sensación de prohibido, fue lo que hizo que Ailée se enamorara perdidamente de él. A su vez, Mark se encaprichó con ella y se convirtieron en amantes secretos. Ailée pensó que lograría ganarse el corazón de su amor, pero por más que lo intentaba, jamás lo logró. Y llegó lo inevitable: se embarazó.

Mark la rechazó, alegando que ningún bastardo nefilim podría tener su sangre, y desolada, Ailée suplicó, pero nada ablandaría un corazón que parecía no existir. La pobre nefilim fue repudiada por su padre y por el resto de los suyos en cuanto el tamaño de su vientre fue evidencia suficiente de lo que contenía. Las súplicas de la mujer esta vez dieron como resultado la "misericordia" de su padre, quien le dijo que si se deshacía del niño, entonces recuperaría a su familia. Si se negaba, sería despojada de sus marcas.

La niña que nació parecía normal hasta que abrió los ojos por primera vez. Sus ojos eran azul cielo, pero el blanco de sus ojos tenía líneas negras que hicieron que la partera gritara horrorizada. Para Ailée en cambio, era la señal que buscaba de que su hija tenía la sangre del amor de su vida.

Sin embargo, una promesa es una promesa, y se vistió con su uniforme de cazadora. Le escribió una carta a su hija y dejó un cuchillo serafín entre sus mantas, y fue de nuevo a buscar a Mark. La niña le pareció curiosa, particularmente cuando fue claro que había heredado de algún modo la capacidad suya para cambiar sus ojos de color, además de las líneas negras que de acuerdo con Mark, evidencian que él es más demonio que ángel, llegados a ese punto de comparación. La relación continuó, de nuevo en secreto y unos meses después, Mark estaba harto. Pensó en sólo echar a Ailée, pero una noche, no volvió.

Un par de días después, encontraron el cadáver de Ailée en el fondo del Sena y en ese momento el corazón de hielo del hado sintió lástima por la mujer que le había sido tan devota, y odio por las acciones de los cazadores de sombras. A regañadientes, decidió criar a su hija, para lo cual se mudó definitivamente a un apartamento mundano. Nombró a su hija Merak, como la estrella más visible para él en el cielo y Nimue, como el hada que amó a Merlín, y le dio su apellido.

Merak crecía y su belleza y su sonrisa terminaron por ser motivo de orgullo de su padre. El cariño que le profesaba la niña, terminó por lograr lo que su madre no había podido lograr nunca, y se ganó el amor incondicional de su padre. Lo inevitable ocurrió, y la pequeña fue encontrada por su abuelo, quien ofreció entrenarla como cazadora de sombras. Mark no podía aceptarlo, estuvo reacio, pero la dulzura de Merak lo convenció. Comenzó a entrenar bajo la condición de que sólo aprendería lo que pudiera para usarlo en su propio beneficio, no para luchar una guerra que podía terminar con su vida, igual que terminó con la de su madre. Y así, a los ocho años, recibió la runa de la visión. Al mismo tiempo, su padre le consiguió un maestro de violín, ya que Merak prefirió este instrumento, y aunque Mark había preferido enseñarle piano, ella se lo ganó al decirle que así podrían hacer bonitos duetos. Desde entonces acude a la Corte Seelie a ensayar con su maestro.

Su padre continuó enseñándole como haría un tutor mundano, además de enseñándole sobre los subterráneos desde una perspectiva muy distinta a la que le enseñaban en el Instituto. Recibió su estela y su padre le regaló el arma que usa ahora, una espada plegable fabricada por hadas y cuyo brillo cambia de forma muy sutil. Ahora Merak era una adolescente y aunque sabía pelear, al igual que su madre prefiere dialogar, y tal y como le ha pedido su padre, no busca peleas.

Fue en el Instituto de París, cuando se enamoró por primera vez. Una de sus instructoras le robaba el aliento y pese a la diferencia de edad y el tabú comenzaron a verse en secreto. Pero nada es para siempre, y la reina Seelie envió primero a Mark a Londres por un año, y la relación terminó. Merak lloró, pero por desgracia, de los nefilims aprendió el rechazo hacia la homosexualidad y desde entonces siente que debe ocultárselo también a su padre.

Con la aparición del hada joven asesinada en Nueva York, Mark fue enviado a esta ciudad y Merak por supuesto, viene con él.

Postea a continuación cuando termines.

Bienvenida pequeña nefilim con sangre de hada, hija de una mujer con una vida tragica, aqui aprenderas a que ser tu misma es mejor que ocultarse. Ahora puedes pasar a hacer registros