Magical Song [Clary]

El camino no fue tan largo, particularmente por la hora y porque uso algunos trucos para no tener que recorrer las calles sólo como un mundano más. Además, ya conozco bastante bien el lugar.

Al llegar aparco cerca de la entrada y tras trazar algo con el dedo sobre la bolsa de mangas, la regreso a casa porque soy capaz que lo pierdo. Bajo de la moto y me estiro, echándole una mirada al ifrit de la entrada que parece bastante contrariado porque venga acompañado de una mujer, ya que normalmente vengo solo y no es como si me viera como el típico tipo que usa la moto para ligar.

- Hola, Ifrit.

Por supuesto que no debe de llamarse Ifrit, pero yo le digo así porque me recuerda a Ifrit de los Final Fantasies. Entro con Clary sin que le digan nada, aunque la miran extraño por supuesto. Una vez dentro, le echo una mirada a las mesas, antes de elegir una que está algo apartada, justo en una esquina del local, ya que imagino que pese a estar en un lugar de subterráneos, lo que Clary quiere contarme debe ser algo bastante delicado.

Apenas habíamos salido de la tienda de comics me había subido a la moto de Kyo, agarrándome a su cintura y suspirando por un momento mientras nos llevaba de camino a Taki's. Por momentos recordé cómo me sentí cuando monté en moto con Jace, y la sensación era claramente distinta. Aunque nada era comparable a sentir la fuerte y firme espalda de Jace contra mi cuerpo, su calor y cómo parecía tensarse ligeramente cuando me aferraba algo más fuerte a él, con Kyo al menos no resultaba tan tenso y no tenía que preocuparme de que tomase a mal el que me sujetase a él por no caerme. Era más relajado.
Me bajé con una sonrisa amistosa apenas aparcamos, conteniendo una pequeña risita divertida al ver cómo saludaba al Ifrit de la puerta. En cuanto entramos le comenté con una sonrisa curiosa.

- Apenas he venido un par de veces por aquí. Aún se me hace raro, pero es más cómodo para hablar de lo que sea que un sitio corriente.

Le comenté, sentándome con él en esa mesa apartada que había escogido Kyo, agradeciendo que se mostrase cauto a pesar de todo. Lo que quería contarle no dejaba de ser personal y mejor que fuese un poco más privado.
No recordaba mucho de lo que servían aquí, así que le pregunté por si acaso.

- Oye, no me acuerdo mucho de lo que tenían por aquí. ¿Crees que prepararán pizzas o hamburguesas como en cualquier sitio corriente además de las comidas típicas de vampiros o hadas?

Solo había venido un par de veces y siempre acompañada, lo que había sido más bien incómodo y había dejado que pidiesen por mí.
Esbocé una leve sonrisa amable a la camarera con alas de la barra, a la que vi la primera vez que vine, y que parecía conocer a Jace, pero seguro que yo no era tan fácil de recordar como él.
Suspirando por un momento miré a Kyo entonces algo más seria y, mientras veía si nos atendían, le comenté para ir iniciando el tema.

- Lo que quería comentarte tiene que ver con mi madre y es algo muy importante para mí... toda la gente que conozco a intentado ya todo lo posible, incluído Magnus, pero no parece que hayan conseguido nada, aunque es posible que tú quizá tengas alguna otra idea.

Le dije, añadiendo entonces, aún preocupada. Acordarme de mi madre me hacía preocuparme sin poder evitarlo.

- Ella está en una especie de coma, aunque al parecer no de forma natural. Lleva así unas semanas.

Si Kyo puede ayudarme no creo que haya nada en el mundo con lo que sea capaz de pagarle.

Aunque es raro ir en la moto con una chica detrás, y más aún, una que no conozco lo que se dice mucho, no me inmuto. Yo sólo conduzco y ella sólo se sostiene, así que no hay ningún momento incómodo y lo agradezco, porque ya no estoy para más traumas.

Al llegar únicamente mando de regreso mi bolsa de compras y saludo a Ifrit. Empecé por fastidiarlo, supongo, pero ya era una especie de costumbre.

- Yo he venido bastantes veces, más de una vez por semana porque soy muy flojo para cocinar y me gusta lo que preparan aquí.

Elijo una mesa apartada, y pronto estamos instalados, frente a frente. Parece que tomé la decisión correcta, ya que no es tan agradable ir por la vida contando cosas importantes y que todos cotilleen. Y lo pienso yo, que soy muy cotilla.

- Sí, claro que preparan comida corriente. Es lo que como yo, aunque de repente sí pido algo loco, sólo por probar.

A veces pedía sangre, aunque poca, o carne tártara o cualquier carne término inglés del menú licano, o algo estrambótico y dulce del menú de hadas, siempre que no tuviera algún insecto. Subo las piernas a la silla de al lado y mientras esperamos a que el hada venga a dejarnos el menú, Clary inicia la conversación. La miro tranquilo, como si esto no me matara de curiosidad, aunque por supuesto que vengo sólo por eso. La reunión otaku con su amigo Simon no es ahora, y ayudar nefilims en desgracia no es uno de mis talentos. Espera, ¿qué es ayudar? No existe en mi vocabulario.

- Yo siempre tengo otras ideas, te lo dije y es cierto. Pero necesito saber más.

Asumo que su madre está muerta y no lo sabe, por lo que dijo de que Valentine la había secuestrada, pero no. Un coma no natural. Pero antes de que abra la boca, el hada se acerca con esa sonrisa que supongo que será coqueta, pero que a mí me da igual. Nos deja los menús y pregunta por nuestras bebidas.

- Sake, obvio.

Abro el menú hasta la parte de atrás y le señalo a Clary.

- La última parte es la comida de brujos, nefilims y mundanos. Pero a ver... ¿saben qué provocó el coma? ¿Saben si hay reso- evidencia de algún hechizo? ¿Tienes acceso a tu madre o está desaparecida? Pudo ser envenenada, con algo que sea mortal para un mundano, pero la sangre de ángel la protegió y por eso está así.

Hojeo el menú, como si me fuera a dar alguna idea que no tenga que ver con magia oscura.

Kyo me comentó que venía aquí con frecuencia, porque le daba pereza cocinar. Creo que eso a mí me ocurre también bastante, y a Luke, con eso de que tiene que ocuparse de la manada.
Esbocé una sonrisa curiosa con eso.

- Te entiendo, también en mi familia solemos pedir comida para llevar, sobre todo últimamente. Creo que a Luke no le va mucho eso de cocinar. Nunca pensé que echaría tanto de menos la comida de mi madre.

Comenté con una leve sonrisa nostálgica, sentándome con Kyo en una mesa apartada y suspirando aliviada cuando me dijo que tenían cosas normales, aunque a veces él pidiera cosas nuevas por probar.

- Supongo que no será muy distinto a ir a la India a comer sesos de mono, aunque yo no me apuntaría para algo así. Creo que nos acostumbramos a una serie de comidas habituales y no todo el mundo está preparado para salir de esa zona de confort.

Como era obviamente mi caso, al menos por el momento. La idea de probar sangre o tomar un filete crudo no está en mi lista de una buena cena.
Eché un vistazo al menú mientras intentaba abordar el tema de mi madre, y obviamente Kyo pedía más datos.
Le comenté la situación un poco por encima, parando cuando la camarera con alas nos preguntó lo que queríamos para beber.

- Un refresco de naranja, por favor.

Comeneté, dedicando a Kyo una leve sonrisa.

- Te acompañaría con el sake, pero no bebo. Ya sabes, aún soy menor y eso.

Apenas se fue, no miré mucho la carta, aunque la dejé abierta en la parte de comida de mundanos, pero centrándome en explicar a Kyo todo lo que sabía.

- Pues no lo tengo muy claro, pero el caso es que se lo tomó ella. Encontramos una botellita de cristal verde con adornos en dorado. Era redonda y pequeña, similar a un frasco de perfume, y ella misma la tenía guardada en una caja de madera desde hacía tiempo, al parecer. No sabemos lo que había dentro.

Le expliqué, suspirando ligeramente.

- Valentine la buscaba por información, así que se tomó ese frasco para que él no pudiese sacar nada de ella. Entonces se la llevó y la estuvimos buscando unos días, pero desde que la hemos recuperado, está en el hospital. Los médicos dicen que está estable y sus constantes son buenas, pero no son capaces de despertarl y al parecer ni siquiera Magnus puede.

Es todo lo que sé, aunque dicho así, sonaba muy escaso. Espero que Kyo pueda ayudarme. Le estaría muy agradecida.

Así que no soy el único en el mundo al que le da flojera cocinar. Era bueno saberlo, me hacía sentir mejor.

- A mí es que me deprime comer solo con el gato. Ah, tengo un gato. Pero si estoy solo, prefiero no comer hasta que ya siento un agujero en el estómago.

Intento tranquilizar a Clary, diciéndole que efectivamente, hay comida normal aquí. Pensé que los nefilims la traerían, aunque quizá este lugar es más popular entre los subterráneos. Río con lo de sesos de mono.

- Jajajaja, como en Indiana Jones. Quizá yo soy aventurero o quizá sólo es la sangre de demonio, la curiosidad o el aburrimiento. He comido cosas horrendas y no tenía opción. ¿Puedes creer que alguien pensó que era remilgoso porque no me comí las vísceras de un conejo? Puaj.

Aunque en realidad durante las guerras, uno apenas si comía, lo que fuera era bueno.

Ordeno sake y dejo que el hada se marche. Le dedico otra mirada a Clary, aunque sí que no se ve mayor de edad.

- Bah, eso no importa conmigo. Si quieres probar, te doy. No le diré a nadie.

Le hago un guiño y sonrío, divertido. Como si a mí que no me importan las reglas de la Clave ni la ley mundana, fuera a importarme que no tenga 20 años, o la edad que sea a la que te haces mayor como nefilim neoyorkino, que tampoco me importa.

Pido detalles sobre su madre y miro la carta como si fuera a revelarme algún secreto. Pronto, no puedo seguir fingiendo y la dejo sobre la mesa para poder mirar mejor a Clary. Como siempre que estoy pensando, jugueteo con los piercings de mis labios.

- El tipo de botella no importa, le dirá más detalles a Magnus, pero sólo te ayuda a encontrar a quien hizo la poción, a menos claro, que tu madre la haya cambiado de frasco. ¿Lo tienes? Seguro tiene restos del contenido, un olor, algo. Eso podría dar información sobre el tipo de poción.

Que vamos, el gran Kyosuke usa frascos de todos tipos, justamente para evitar que sus pociones oscuras puedan ser rastreadas, pero no he escuchado de otros brujos que hagan eso, así que podría ser útil. Aunque claro, seguro no para mí, que no conozco a muchos brujos en Occidente, pero pociones, sí.

Me sorprende escuchar que su propia madre se tomó la poción. Incluso bajo las piernas de la silla de al lado y entrelazo las manos sobre la mesa. Esta mujer o está loca para hacer algo así, o es la más inteligente que he visto.

Tener a su madre en el hospital me parece tonto por un lado y muy inteligente por el otro. Dudo que la busquen los nefilims en un hospital, porque creen que son inútiles.

Me quedo en silencio un momento y vuelvo a mirar el menú, distraído.

- Ve qué pedirás, yo necesito un minuto para pensar...

El hada vuelve con el refresco de Clary y una botella de cuarto de litro de sake para mí. Paso las hojas de regreso al menú de hadas.

- Tráeme también uno de estos, ¿quieres?

Le señalo una especie de jugo frappé dulce que me ayudaba siempre a revivir. Si Clary ordena comida, pediré también, si no, sólo eso y devolveré el menú.

- Bueno Clary, ¿has pasado alguna vez junto a alguien que usa mucho perfume? Cuando se aleja, sigues oliendo su perfume aunque ya no esté, ¿cierto?

Sí, suena a que no tiene absolutamente nada que ver, pero a mí me gusta empezar por el principio.

Sonreí cuando me dijo que tenía un gato. Me gustan, pero creo que ahora no es muy factible tener uno.

- Me gustan mucho los gatos, aunque no creo que pudiera tener uno ahora mismo. Ya sabes, vivo con un licántropo. Y entiendo a lo que te refieres, a veces da pereza ponerse a cocinar si es para uno mismo. Simon y yo solemos preparar ramen instantaneo a veces, cuando no nos apetece cocinar y hemos quedado para ver algún anime.

Puse cara de asco cuando me contó su anécdota de las vísceras del conejo.

- Vaya... me parecen demasiado adorables como para pensar el comer nada que venga de ellos... Supongo que en ese sentido también yo prefiero la comida a la que estoy acostumbrada.

Negué su oferta con una amistosa sonrisa. Aunque tenía cierta curiosidad por el sake, mejor no arriesgarme. Ya hay bastantes problemas como para que Luke me eche la bronca si llego a casa borracha.

- Será mejor que no. Si me sube demasiado no creo que sea buen momento para mi primera experiencia con el alcohol. A Luke no le haría ninguna gracia.

Me mostré entonces más seria y preocupada al salir el tema de mi madre. Ojala Kyo pueda ayudarla, así que intenté darle todos los datos posibles, pensando por un momento cuando me preguntó por la botella.

- Pues no la tengo ahora mismo, está en casa de Luke, pero podría traértela. Yo no recuerdo mucho de si olía a algo, pero me la guardé con mis cosas cuando trasladamos todo de nuestro antiguo apartamento a casa de Luke. Aunque no sé si Magnus la habrá examinado.

Asentí cuando me pidió un poco de tiempo para pensar, echando un vistazo a la carta y pidiendo algo cuando la camarera llegó con mi refresco y tomó el segundo pedido de Kyo.

- ¿Puede traerme uno de estos sandwiches de pollo con lechuga y salsa césar?

Sonreí amablemente cuando ella asintió y le devolví la carta, volviendo a centrarme en Kyo y atendiendo a lo que me decía.
Algo extrañada, respondí.

- Sí, claro, ¿por qué lo dices?

No tenía muy claro qué tenía que ver con lo que estábamos hablando hace un momento.

No entiendo mucho qué tiene ver lo de vivir con un licántropo con que no pueda tener un gato, a menos que se lo fuera a comer cuando se transforma. Simplemente me encojo de hombros, pero escuchar que ella y su amigo comen sopa ramen, me divierte.

- ¿Y se la comen con palitos? Digo, al menos, es de otakus. Aunque yo no entiendo cómo puedes comer sopa ramen con otra cosa que no sean palitos.

Río un poco, divertido al escuchar que Clary está de acuerdo conmigo con eso de las vísceras de conejo.

- Me lo dijo un licántropo, así que espero que con el que vives puedas comer algo más apetecible. Aunque eran otros tiempos.

Le ofrezco probar el sake, aunque es obvio que no acepta por el miedo a embriagarse, un miedo muy real. El sake es fuerte, pero es justo lo divertido de dárselo a probar a alguien que no está acostumbrado.

- Espera, ¿nunca te has emborrachado? ¿Cuántos años tienes? Los adolescentes lo hacen todo el tiempo.

Hablamos entonces sobre su madre, y presto atención a los detalles. Clary en verdad no me niega ninguno, y me concentro en lo que dice sobre la botella, aunque la forma no me dirá mucho necesariamente.

- Sería útil para mí tanto la botella como lo que recuerdes sobre el olor. Si la revisó, ya tendrá lo que necesita, y si no, es porque no lo consideró tan importante. Fue mi mentor, pero no tenemos la misma forma de trabajar.

En realidad es demasiado diferente a veces, pero en todo caso, yo necesito unos minutos para pensar. La camarera llega y le pido otra cosa, aunque Clary pide comida y entonces decido pedir algo yo también.

- A mí tráeme unas crepas de jamón con queso crema.

Devuelvo el menú y dejo que se marche el hada. Decido entonces que Clary debe entender mejor algunas cosas, ya que los nefilims son tan idiotas que no le han explicado algo tan básico como las marcas de brujo.

- Algo así pasa con la magia, aunque es mucho más sutil. Tú puedes ver a través del glamour y hay incluso mundanos que pueden. Pero también puedes llegar a saber si se hizo magia en algún lugar. A veces no es tan fácil, pero es como tratar de identificar ya sea a una persona o al perfume, como en el ejemplo que te di. Ahora...

Entrelazo las manos sobre la mesa.

- Los brujos firmamos nuestros hechizos y pociones, aunque hay brujos que no firman todo. En pociones, puedes incluir alguna sustancia inocua que no altere la poción y que sea siempre la misma en tus pociones. Esto es relativamente difícil, pero una forma mucho más fácil es usar sólo un tipo de frascos. Porque después de todo, puedes alterar su forma con un hechizo de transmutación y lograr que sea como tú lo quieres. Por eso yo creo que el frasco es importante en dos niveles. Uno, por su forma, para poder rastrear al creador. Todas las pociones tienen una opuesta o una forma de contrarrestar sus efectos, es sentido común. La otra posibilidad es que los restos de la poción sigan pegados al frasco, y con alquimia, puedo saber los componentes y con suerte, crear un antídoto. Si leíste Harry Potter y el Príncipe Mestizo, es parecido a lo que dice la Tercera Ley de Golpalott.

Tras mi enorme pronunciamiento mezclado con cosas mundanas, abro la botella de sake y bebo un buen trago. Ya que es de mala suerte servirte tu propio sake, yo simplemente nunca lo sirvo y ya.

Asentí con una alegre sonrisa cuando preguntó si tomábamos el ramen con palillos.

- Por supuesto, es como hay que tomarlo. Aunque alguna vez me gustaría probar el casero de Japón y no seguir limitándome a los precocinados.

Eran los que Simon y yo solíamos comprar, los que solo les echas el agua caliente y los dejas tres minutos reposando, pero estaría bien probar alguna vez ramen casero.
Asentí cuando me dijo que un licántropo le había recomendado eso del conejo, dejando claro que tenía más suerte en ese aspecto.

- Por suerte a Luke le gusta la pizza tanto como a cualquier mundano americano.

Me preguntó si nunca me había emborrachado, a lo que negué con una leve sonrisa, recordando por un momento a mi madre.

- No... mi madre siempre fue muy sobreprotectora conmigo, y cuando solía salir por ahí con Simon íbamos a una cafetería donde lee poesía un amigo suyo. La primera vez que salí de bares fue al Pandemonium por mi último cumpleaños, y después de presenciar cómo tres cazadores mataban a un demonio, no es que tuviese precisamente tiempo de tomarme unas copas.

Esa fue mi primera y última visita a un bar de ese estilo, aunque me pregunto si Jace o Izzy me llevarían allí de fiesta si se lo pido algún día. Probablemente a Jace no le haga mucha gracia, pero puede que Izzy se lo piense.
Centrándonos en un tema más serio, intenté que me echase una mano con mi madre, pero necesita que consiga la botella. Asentí con todo lo que me decía, quedándome con los datos.

- Vale, se la pediré a Luke en cuanto pueda o simplemente la cogeré de entre las cosas de mi madre. ¿Crees que podríamos vernos de nuevo cuando la encuentre? Los médicos del hospital no tienen ni idea de cómo ayudarla, y hasta el momento eres el único que me ha dado alguna esperanza.

Le dije sinceramente a Kyo, pidiendo entonces ambos algo de comer y no tardaron en traerlo, pero apenas toqué mi sandwich mientras le escuchaba atentamente. Apenas terminó, asentí cuando mencionó Harry Potter.

- Sí, los he leído y creo que te sigo, pero entonces, además del frasco, ¿crees que podría haber algún tipo de huella también en nuestro apartamento? Encontramos el frasco en el cuarto de baño, al parecer mi madre lo escondía en una caja de madera con las iniciales de mi hermano mayor.

Le expliqué, mordisqueando un poco entonces la punta del sandwich. La verdad es que llevaba horas sin comer y no me venía mal llevarme algo al estómago ahora que no lo tengo tan sumamente cerrado.

- Podríamos acercarnos allí, o si te vale con el frasco, lo conseguiré esta misma noche.

Ni siquiera lo llevamos al hospital, ya que al ser algo místico no había manera de que les sirviese de nada cuando dejamos allí a mi madre.

Sonrío divertido y encantado al comprobar que Clary y su amigo son muy buenos otakus.

- Debe haber algún buen restaurante por aquí, yo sólo he visto uno como de comida japonesa más elegante. O bueno, se supone que es elegante, pero venden cosas que en realidad son sencillas. Lo mejor es ir a Japón.

Para mí obviamente es algo fácil, un portal y listo. De hecho viajo con frecuencia porque soy el gran brujo allá y no aquí.

Recuerdo cuando me negué a comer vísceras de conejo, y río divertido al escuchar que hay un licántropo aquí que come pizza.

Me sorprende enormemente escuchar que Clary no se ha emborrachado jamás, tanto como que fue al Pandemonium y vio que unos malditos nefilims idiotas mataban a un demonio.

- Creo que me guardaré mi comentario, pero digamos que no me agradan mucho los nefilims. En general, al menos.

Hablamos sobre su madre y trato de explicarle por qué es importante la botella, pero de nuevo esta chica me sorprende. Con que soy el único que le ha dicho que hay formas de seguirle la pista a lo que se bebió su madre...

- ¿Y Magnus? ¿En serio no te ha dicho nada. Por mí está bien si nos vemos, pero espero que estés consciente de que yo no hago el trabajo gratis. No cobro caro, y no cobro en dólares, pero tengo que tener algo a cambio. Como ves por lo que te digo, hago las cosas bien y minuciosamente, a mi manera, y no te ocultaré nada. Pero si estás acostumbrada a Magnus Bane y que ahora trabaja gratis, bueno pues, yo no soy así.

Simplemente quiero dejar las cosas claras, porque puedo ayudarla hasta cierto punto hoy a cambio de saber que hay más nefilims en el Instituto de Nueva York, pero rastrear, hacer alquimia y probar antídotos, no iba a hacerlo gratis.

Pido de comer y continúo con la explicación para demostrarle a Clary que no estoy hablando sólo por hablar. Empiezo a comer, alternando con la bebida extraña feérica. Y Clary sigue dispuesta a compartir información, así que en verdad está preocupada.

- Es posible, aunque no necesariamente. Quizá es más probable que encuentres ahí el motivo para que ella tuviera que beber la poción, aunque la caja sí que sería útil, si quien creó la poción tuvo contacto con la caja.

Sigo pensando que la mejor opción es encontrar al brujo que hizo la poción. A algunos nos gusta experimentar y no hacemos pociones muy convencionales que digamos.

- Podríamos hacer ambas, pero espero a escuchar qué estás dispuesta a ofrecerme a cambio de ayudarte.

En aparente tranquilidad, pero en realidad muerto de la curiosidad por ver sus reacciones, continúo comiendo.

Sonreí divertida con su respuesta.

- Claro, tú tienes esa opción, abres portales a donde te apetece. A mí me cuesta demasiado el billete de avión.

Bromeé un poco, aunque la verdad sí que me gustaría poder viajar alguna vez, pero supongo que cuando termine toda esta locura, y con mi madre y Luke... y quizá con Jace... Aunque la verdad, por mucho que lo intento, me resulta imposible de imaginar unas vacaciones "familiares". Sigo sin poder ver a Jace como a un hermano.
Por lo que me dijo no solían gustarle los cazadores y supongo que es normal. A los vampiros no van a gustarles los cazavampiros, aunque Angel y Spike fuera una excepción con Buffy.
Esbocé una leve sonrisa amistosa antes de responder.

- Supongo que es normal, va en vuestra naturaleza, pero me alegra que seas lo bastante abierto como para conocer a cada uno por separado antes de meterlos a todos en el mismo saco. Como tú mismo has dicho, no todos somos iguales.

El tema se volvió algo más serio al hablar de mi madre, y aunque se ofreció a ayudar, estaba claro que no iba a salirme gratis. Eso no importaba, entiendo por qué lo hace Magnus, pero no esperaba lo mismo de Kyo. A fin de cuentas acabamos de conocernos, no es que seamos ya amigos del alma. Aun así le miré algo confusa cuando me dijo que no cobraba en dólares.

- ¿Te pagan en yenes? La verdad no sé ahora mismo a cuánto estará el cambio... O si vas más por objetos o cosas así, no tengo muchas cosas, ¿qué pedirías a cambio?

Le pregunté por curiosidad, aunque cuando me comentó lo del motivo de mi madre para tomar la poción, suspiré algo incómoda. No me gustaba reconocer algo así... Si no me hubiera ido de casa ese día tan rápido, quizá ella habría venido conmigo a la cafetería o habríamos ido a comer algo juntas, y no la hubieran encontrado...

- Sé por qué se lo tomó. Para que Valentine no le obligase a contarle dónde escondió la Copa Mortal. Se la tomó para que él no pudiese obtener nada de ella.

Le conté a Kyo, aunque cuando me preguntó lo que estaba dispuesta a ofrecerle a cambio, le miré algo más decidida.

- Hay poco que no daría por mi madre. Dime lo que quieres, o cómo suelen pagarte, y haré prácticamente lo que sea.

Querría poder decir que haría cualquier cosa sin condición alguna, pero no solo mi madre es alguien a quien amo. También están Luke, Simon... y ahora Jace. Por mucho que quiera a mi madre, no podría cambiarla por alguno de ellos, aunque no tengo motivos para pensar que Kyo pudiera pedirme algo así.

Río divertido al escuchar que por supuesto que entendió que hago bastante portales sólo para tonterías.

- Iba a hacer uno para ir por el manga, así soy de desperdiciado. En realidad viajo mucho a mi país. Tú podrías conseguir quien te lleve por una módica cantidad.

Dependiendo de qué tan bien me caiga para cuando sea el próximo tour de alguna de mis bandas favoritas, podría cobrarle barato si va y vuelve cuando yo viajo. Digo, es el mismo portal.

Admito que no me agradan los nefilims, aunque intento que no suene tan malditamente horrible como es. Porque en realidad los detesto, aunque ahora supongo que ellos me detestan también a mí y estamos empatados.

- En realidad los meto a todos en el mismo saco, pero de repente en alguna década, alguno sale de ahí y me demuestra ser decente. Son años de experiencia, y si no me respetan, yo no tengo por qué respetarlos, ¿no?

Hablamos sobre su madre, pero aclaro que no soy Magnus y no hago las cosas gratis, aunque estoy perfectamente consciente de que un adolescente no tendrá una cuenta de banco tan genial. Aunque Clary lo toma por otro lado y me hace reír.

- Bueno en general, los subterráneos no me pagan con dinero. Me pagan en objetos y cosas por el estilo. Información.

Hablamos sobre la poción y noto que se incomoda, así que como, aparentando que no me di cuenta, aunque estoy pendiente de cada gesto de Clary. Aunque me atraganto cuando me dice la verdad.

- ¿Eh? ¿Tu madre escondió la Copa Mortal?

Ok, sí que tuve suerte hoy al ir a la tienda de manga, me he topado con alguien realmente impresionante. Aunque claro que eso no hará que trabaje gratis.

- Bien, ¿qué tal que te cobro en etapas? Dependiendo de lo que logre. Y lamento decirte esto, pero no hay garantías. Si llego a un punto muerto, te lo diré, en cuyo caso te daré alguna opción. Bien, lo primero que te dije que haría es ir a tu casa a ver el lugar y tratar de sacar lo más que pueda de él, y examinar el frasco. Por supuesto también, examinar el contenido y ver qué componentes tenía la poción. Por todo eso, quiero que me consigas dos estelas y un par de cuchillos serafín. Por hacer un antídoto, quiero uno de los libros de la biblioteca del Instituto, uno que en realidad, no es muy apreciado ya.

No es ni la primera ni la última vez que le pedía una paga como esta a un nefilim, pero es mucho más cómodo que ellos roben a que yo me meta a un Instituto a mermar sus reservas, aunque por supuesto que lo he hecho. Y el libro en realidad dudo que lo entiendan ellos, así que para qué lo quieren.

- ¿Qué dices?

Sonreí agradecida con la idea, pero negué amablemente. Dudo que a Luke le gustase la idea de irme de viaje a Japón con un brujo que no conoce, por muy barato que pudiese salirme.

- Gracias, pero no es que esté para viajes últimamente. Aunque no me parece mal que uses tus poderes si los tienes. No es que hagas daño a nadie por ir de un lado a otro más rápido.

Ante su respuesta sobre los nefilim me encogí de hombros. Aún me suena raro el nombre... En realidad entiendo que, si le han hecho daño a Kyo alguna vez, tenga ese recelo, pero creo que, como con el racismo, son prejuicios que no tienen mucho sentido, ya que al final lo que cuenta es quien eres como persona.

- Bueno, entiendo que lo veas así, si no te han tratado bien, pero siempre he creído que al final todo depende de cómo sea la persona, independientemente de su procedencia o su especie. A mí me atacaron vampiros, pero mi mejor amigo ahora es uno de ellos y sigue siendo una de las mejores personas que he conocido. También entre los cazadores de sombras la mayoría me han tratado bien, aunque otros no lo hicieran, y en La Clave dicen que todos los subterráneos no son de fiar, pero Luke es como un padre para mí, Magnus nos ha ayudado mucho y tú has sido muy agradable conmigo. Al final todo depende de cada uno.

Dije con una amistosa sonrisa. No creo que aferrarse a la idea de que unos son malos y otros buenos tenga mucho sentido, porque al final es cómo encajas con la gente y cómo tratas a los demás lo que demuestra la persona que eres.
Le presté toda mi atención cuando hablamos de mi madre y me dijo lo que podría hacer. Mordisqueé un poco mi sandwich, asintiendo con lo que me comentaba. Al parecer le pagaban más con objetos, favores o cosas así, un poco más a la antigua.
Como imaginaba, se sorprendió cuando le dije que mi madre escondió la copa, suspirando al final. Sabía que el tema saldría tarde o temprano.

- Sí, mi madre es Jocelyn Fray, aunque creo que su apellido de soltera era Fairchild. Soy hija de Valentine, aunque no es algo que me haga muy feliz... Como ves, no es lo primero que comento al conocer a alguien.

Escuché entonces lo que me pedía para empezar, como pago por intentar ayudar a mi madre. No sé si sería buena idea... Al menos en la armería del instituto hay cuchillos serafín por lo que sé, que puede coger cualquier cazador, pero con lo de las estelas, le pregunté un poco confusa.

- Bueno, creo que los cuchillos podría conseguirlos, ¿pero se te ocurre de dónde se sacan las estelas? Pensé que era algo así como las varitas de los magos en Harry Potter, que solo puede tenerse una por cazador o algo así... Yo ni siquiera tengo la mía propia, heredé la de mi madre.

Le comenté, pensando también en lo del libro, cuando me dijo que sería la segunda parte del trato.

- Supongo que podría hacerlo, pero entonces el libro sería si pudieras hacer un antídoto que despertase a mi madre, ¿no?

No quería arriesgarme a robar algo valioso de la biblioteca del instituto sin estar segura que realmente a cambio de ese precio salvaría a mi madre.

Me encojo de hombros, aunque me sorprende que Clary no acepte la insinuación de viajar a Japón por un bajo precio conmigo.

Admito también que los nefilims la verdad no me son nada gratos, por no decir que los aborrezco y los odio más que a ninguna otra raza en el mundo.

- Los vampiros tienen que comer, y sólo comen sangre. No deberías juzgarlos tan a la ligera. Son territoriales y sólo pueden subsistir a base de algo que muchos consideran repulsivo. ¿Pero acaso no matamos animales para alimentarnos de ellos? Hay de todo en cada raza, y bien y mal son conceptos muy ambiguos. La Clave dice que es el bien, pero mata subterráneos sin escuchar su versión. Igual que el Círculo, sólo que ellos son simplemente más extremos.

En realidad para mí ni siquiera luz y oscuridad son conceptos válidos. Simplemente hay demasiado gris en el mundo, y en todo caso, puedes usar por ejemplo magia oscura para ayudar a alguien.

Hablamos entonces sobre su madre y trato de explicarle lo que hay que hacer. Ya se demostró que los nefilims no le enseñaron bien y en todo caso, me gusta enseñar algunas cosas y explicar lo que hago, sin dar detalles, por supuesto. Explico incluso la forma de pago, aunque ella me sorprende al decirme quién es su madre. Aunque bueno, la conocía por reputación, no por nombre, porque los nombres nefilims me tienen muy sin cuidado.

- Fairchild es un apellido nefilim, debe ser. Fray suena más cool. Y bueno, no puedes evitar quién es tu familia, no la escoges. Me alegra ver que pese a ese tipo idiota, tú eres una buena persona.

Definitivamente hoy es mi día de suerte, aunque pese a eso, le doy el precio. Esperaba por supuesto que negociáramos.

- Hay estelas de repuesto en los Institutos. Las he visto en las armerías, pero están ocultas. Bueno va, una sola entonces, y puedo intercambiártelo por información. Digo, debes saber bastantes cosas con esos padres que tienes.

Mi segundo precio es el libro, pero se nota que ella es buenita y no quiere robar.

- Sería por un antídoto y la lista de ingredientes de la poción que se bebió. Significa que tienes que pagarme aunque no funcione, porque con la lista de ingredientes, aunque por ejemplo yo no conociera la poción, es mucho más fácil encontrarla a partir de los ingredientes. Mira, si te tranquiliza, quiero un libro de cuentos japoneses. Está en japonés y nadie de ahí lo lee, no es como si quisiera un libro de magia superpoderosa.

Aunque claro, tiene secretos, pero ningún nefilim podría descubrirlos, son demasiado santurrones para eso.

No estaba muy de acuerdo con la respuesta de Kyo sobre los vampiros, aunque en cierto modo sí que tenía razón en parte con lo de los animales. Nunca lo había mirado de ese modo, pero tampoco puedo ver igual a los animales que a las personas, aunque también los animales tengan sus sentimientos.

- Bueno, no sé, no puedo ver a las personas como a los animales, aunque puedas tener parte de razón, pero creo que tampoco está bien que secuestren a la gente. A mi amigo Simon lo secuestraron en una de las fiestas de Magnus. Además, yo no es que entienda aún mucho de eso, pero si no necesitan matar a la gente para beber, seguro que hay por ahí un montón de góticos que se ofrecerían a donar un poco de sangre. Ya sabes, como en algunas de esas series de vampiros que tienen voluntarios o algo así.

No es que eso me gustase mucho tampoco, pero al menos lo veía menos mal que secuestrar a la gente o matarla por las calles.
Le hablé a Kyo de mi madre, terminando por contarle también quién soy, o mejor dicho, de quién soy hija... No me enorgullece, ni mucho menos, pero no puedo evitar la realidad tampoco.
Asentí cuando me dijo que le gustaba más Fray.

- Se lo cambió cuando escapó de Valentine, aunque supongo que al final no le sirvió de mucho...

Él ha terminado encontrándola y al final también se llevó la copa, y ahora mi madre está en coma por su culpa.
Aun así me esforcé por esbozar una leve sonrisa con el cumplido de Kyo.
Me centré entonces en escuchar lo que pedía como pago para ayudar a mi madre, asintiendo cuando me dijo dónde estaban las estelas. Revisaré bien la armería cuando no haya nadie por allí. No quiero que se enteren de esto, porque seguramente se enfadarían. Al menos, si funciona y se enteran después, podré decir que lo hice por algo bueno. En cuanto a la información, le miré con cierta curiosidad.

- Supongo que depende de lo que quisieras saber. No sé mucho del instituto, aún soy nueva en esto. Tendrías que preguntarme, aunque no me importa contarte cosas, si las sé.

No creo que lo que yo pueda saber pueda perjudicar a nadie, ni en manos de Kyo ni en las de cualquiera. O al menos eso creía.
Finalmente, con lo de la poción, me dijo que al menos necesitaba los ingredientes. Esos sí sé donde están y me parecía justo. Es como pedirle a alguien que te cocine una tarta y a cambio te pida la leche y la harina.
En cuanto a lo del libro, asentí con una sonrisa más tranquila cuando me lo dijo.

- Ah, vale, supongo que en ese caso me siento algo mejor, aunque no sé qué hace un libro así allí. Pensé que solo tenían libros de runas, armas, magia y ese tipo de cosas, aunque siendo tan grande la biblioteca supongo que tiene sentido que tengan de todo.

Creo que más o menos nos estamos poniendo de acuerdo, y me alegro. Fui terminando mi sandwich mientras más o menos memorizaba lo que Kyo me pedía. Quizá podamos ir a mi antiguo apartamento después. Cuanto antes terminemos con esto, mejor. Si me pillan que sea con todo ya hecho.

Para mí, beberte la sangre de una persona no es tan malo, y mucho menos secuestrarla. Me encojo de hombros, pero sé que Clary como buena nefilim y como buena... pues mundana, ve cosas así como moralmente mal.

- Bueno, Magnus es amigo de cada tío que... bueno. Y no, no necesitan matarte, sólo intento decirte que los vampis no son tan malos. Y al menos en mi experiencia, que te muerdan no es tan malo. Lo que dices pasa, hay vampiros con esclavos de sangre.

En realidad no había forma de decirlo mejor, y no voy a suavizarle la realidad a Clary. Sí que hay gente a la que le gusta que los muerdan los vampiros y se siente rico, qué más da. Lástima que mi sangre les provoca alucinaciones.

Me cuenta que es hija de Valentine, y de algún modo, me da igual, pero sólo porque ya demostró que no es una maniática como él. A mí ese tipo me tiene muy sin cuidado porque algún día se morirá y dejará de estar fastidiando la existencia, pero el Círculo es molesto por lo extremistas que son. En cambio su madre parece mucho mejor.

- Sirve para no sonar nefilim, quizá tampoco quería que la asociaran con ellos.

Pasamos entonces a hablar de negocios y le voy explicando lo que le daré a cambio de cada cosa que me pague y cómo conseguirlo. Sí que es inocente, hay que guiarla, pero esto lo hace más divertido. Las estelas son prácticamente imposibles de conseguir para mí y sirven bastante bien en algunas pociones oscuras.

- Oh, no quiero saber los pasadizos oscuros del Instituto ni mucho menos. Más bien cosas curiosas, información simple pero valiosa o al menos algún buen cotilleo. Soy inmortal y a veces me aburro.

En realidad espero alguna cosa buena, pero no voy a presionarla ni a decirlo abiertamente. Luego le digo que le daré la lista de los ingredientes que conforman la poción, y que quiero un libro a cambio. Se lo describo, pero es de esos libros que sólo puedes aprovechar al máximo si usas magia no aprobada por la Clave, de modo que estoy seguro de que no saben lo que es.

- Tampoco lo sé. A veces los Institutos guardan cosas de las que sospechan porque se las quitaron a algún subterráneo, pero también cargamos cosas inútiles para los demás.

Termino de comer y me bebo como postre la bebida de hadas.

- ¿Algo más que quieras?

off:

Entiendo que Kyo ha vivido más que yo, y obviamente por eso tiene muchas más experiencias y ejemplos que dar, pero en mi caso, al menos por el momento, los vampiros no me han dado mucha confianza. El único hasta ahora ha sido Simon, y porque lo han convertido hace poco. Espero que dentro de cien años no sea como los del Hotel Du Mort.

- Bueno, supongo que tienes más experiencia que yo para decir eso, pero en mi caso de momento no he conocido a muchos simpáticos. En el Hotel Du Mort por poco no salimos, y supongo que en cuanto a la dieta, todos pueden elegir. Mi amigo Simon solo toma sangre de animales que consigue de la carnicería y lo hace por elección propia.

Supongo que no es un tema en que vayamos a ponernos muy de acuerdo. Cada uno tenemos nuestra opinión al respecto, pero no por ello tenemos que llevarnos mal. También a veces con Simon no coincido en absolutamente todo.
Le hablé de mi madre, asintiendo cuando me dijo que quizá no quería que los nefilim la encontrasen.

- Sí, bueno, como comprenderás, teniendo la Copa Mortal escondida, procuraba que no la encontrase ni Valentine ni ningún otro. Además, si se esforzó tanto por ocultarme la verdad, no creo que le hubiera sido fácil de haber tenido visitas de cazadores continuamente.

Aún seguía un poco dolida porque me hubiese mentido tantos años, pero reconozco que ahora estaba más preocupada por su estado que enfadada con ella.
En cuanto a la información, me aseguró que no quería saber nada malo, solo algunas curiosidades quizá, e incluso me hizo reír un poco con eso de los cotilleos.

- Bueno, no vivo allí, pero de vez en cuando sí me entero de cosas, aunque, ¿por qué los subterráneos no pueden visitarlo? Si pudiera no me importaría enseñártelo, pero no sé por qué, si hay tratados, no os dejan ir, al menos a la mayoría. Magnus sí ha venido alguna vez.

Me pareció curioso que me dijera que tenían cosas que quitaban a los subterráneos, pero que guardaban sin saber ni lo que era.

- ¿Cómo que se las quitan? ¿Como en plan cuando la policía te requisa algo como ilegal o algo así? No sabía que se hacía eso.

Negué tras terminar mi sandwich cuando Kyo preguntó si quería algo más. Además, si íbamos a hacer esto, tenía que empezar cuanto antes, para que nadie sospechase. Sé que no está bien del todo, pero si puede ayudar a mi madre, mejor que se despierte para apoyarme lo antes posible, o me caerá una buena bronca si Luke o Jace se enteran de esto.

- No, gracias. Además, creo que debería empezar a moverme si vamos a hacer esto. No creo que a Luke y a Jace les hiciera mucha gracia, así que lo mejor será despertar a mi madre antes de que se enteren que faltan cosas en el instituto.

Le dije a Kyo, añadiendo por si le parecía bien.

- Si te parece podemos quedar en un par de horas en la dirección de mi antigua casa y te llevo el frasco que tomó mi madre y lo que me has pedido de primer pago del instituto.

No creo que fuera muy difícil entrar y salir rápido. Como no hay mucha gente en el instituto y es enorme, por norma cuando me paso suelo tardar en encontrar a alguien.

OFF: No hay problema Si quieres vamos mirando para ir terminando este rol y abrir otro en el antiguo apartamento de Clary.

Me encojo de hombros al escuchar que su amigo Simon bebe sangre animal refrigerada. Allá él si le gusta la cosa que le ponen para que no coagule, a mí me parece realmente tonto porque es ir en contra de quien eres.

- ¿Y para qué entraste ahí? Los vampiros tienen su lado animal y salvaje, y por eso son territoriales. No es nada bueno meterte a su territorio, podrías no salir. Serías como comida de servicio al cuarto.

En serio que los nefilims no le han enseñado absolutamente nada si va a meterse a la guarida de los vampiros sin permiso. Porque vamos, nunca dan permiso. Si quieres un encuentro con un vampiro, es en algún lugar mundano o en su casa, pero no en el hotel.

La conversación se torna mucho más interesante al escuchar sobre su madre.

- Me agrada tu madre, se ha dado cuenta de que la Clave es una porquería y también se ocultó de ellos. Y en mi experiencia, los cazadores no son buenas visitas.

Aunque tal vez no es algo que debiera decir abiertamente, pero el hecho es que son presumidos a más no poder y sólo quieren matar subterráneos.

El precio es algo acorde a una chica como ella, pero que me da beneficios, ya que es bastante ingenua. Mira que preocuparse por de dónde va a sacar las estelas en lugar de preguntarse para qué las quiero, era realmente adorable. Sí que íbamos a llevarnos bien.

- Los subterráneos pueden visitar un Instituto, pero es más o menos como con Drácula, tienen que invitarnos. Magnus Bane es el Gran Brujo de Brooklyn, yo puedo entrar al Instituto de Tokio. Aunque Bane hace lo que se le dá la gana. De poder, podemos entrar, sólo los demonios físicamente no pueden entrar porque hay salvaguardas que protegen el Instituto, pero no somos bienvenidos ahí. Honestamente, no somos muy adeptos a entrar a un lugar donde todos quieren matarnos, pero a veces nos invitan, amablemente, y entonces debemos ir.

Intentan que seamos sus perritos falderos, pero eso jamás sucederá. Y se nota que Clary no ve todo, pero yo voy a abrirle los ojos.

- Exactamente en plan policía. Si te notan muy apegado a algo, suponen que es algo relacionado con magia oscura o cosas no autorizadas por la Clave. Sea lo que sea eso. Así que te lo quitan. Pero vamos, uno puede estar apegado a cosas mundanas, igual que un mundano. Todo parte de que la Clave se siente ama y señora de todos los subterráneos.

A diferencia de Clary, yo aún tengo algo de elixir mágico en mi vaso, y no lo apuro.

- Ey, tranquila, quizá no logremos despertarla hoy. Y no sé quién rayos es Jace, pero no tienen que enterarse. Vamos, te aseguro que no hacen inventario y mucho menos detallado.

Propone que nos veamosen un par de horas, lo que me viene perfecto porque tengo que darle de comer al gato.

- Seguro, dame tu dirección y nos vemos ahí. Sirve que me acabo esto con calma y le doy de comer a mi bola de pelos.

Suspiré algo agobiada al recordar esa noche en el Hotel Du Mort. Fue realmente angustiosa y por momentos pensé que no saldríamos de allí. De no haber sido por la manada de Luke...
Pero respondí a Kyo sinceramente.

- Se habían llevado a mi amigo Simon y no podía dejarlo ahí, podrían haberlo matado... Vale, luego se convirtió en vampiro, pero eso es otra historia aparte...

Comenté algo apurada. Era difícil de explicar lo que le había pasado a Simon, o más bien largo, ya que tendría que detallar lo de la fiesta de Magnus, nuestra temporal relación, lo de la corte Seelie y una serie de cosas que ahora no venían mucho a cuento, aunque supongo que ya se lo contaré más adelante, si Kyo y yo llegamos a hacernos buenos amigos en algún momento.
Él parecía más que de acuerdo en la decisión que había tomado mi madre, aunque yo no terminaba de tenerlo claro...

- Supongo que solo intentaba protegerme y alejarnos a las dos de Valentine. No la culpo por eso, pero quizá, si me lo hubiese contado, ahora no estaría como está...

A cambio de intentar ayudar a mi madre, Kyo me pidió algunas cosas. No estaba muy segura de inicio, pero al final terminé por aceptar. Es de mi madre de quien hablamos, y si consigo despertarla, habrá merecido la pena. Le pregunté lo de los Institutos, si podían entrar, pero al parecer sonaba todo muy restrictivo.

- Vaya... no suena muy bien. A lo mejor, si consigo que mi madre despierte, podría intentar que me ayudase a cambiar eso. Ella sí conoce más a los Lightwood, y Luke es un hombre lobo y lleva con nosotros desde que yo era niña. A lo mejor podría relajarse un poco toda esa norma de ir con permisos y solo a cosas importantes.

Al parecer todo el problema venía de la Clave, como siempre. No me sorprendía después de lo que la Inquisidora había hecho con Jace, pero eso no significaba que todos los cazadores de sombras fuesen iguales.

- Supongo que entiendo tu rechazo hacia ellos, pero no todos son así. Jace, Izzy e incluso Alec han hecho amistad con subterráneos y mi madre siempre fue amiga de Luke. Puede que la Clave sea el problema, no los cazadores en general. Quizá se podría pedir una votación o algo, para modernizar sus normas.

Sé que sonaría muy idealista, pero las cosas, si no se intentan, es imposible que se solucionen.
No pude evitar ponerme un poco nerviosa cuando tuve que responderle sobre Jace, notándose un leve rubor en mis mejillas, nada natural a la hora de mencionar nuestra relación.

- Es... mi hermano, en teoría...

Aún me dolía reconocer eso, así que intenté dejar aparcado el tema y asentí con la idea de quedar en unas horas. Saqué del bolso mi cuaderno y arranqué una hoja, escribiendo mi antigua dirección y pasándosela a Kyo. También estaba el número de mi móvil.

- Ten, nos vemos allí entonces, y gracias por todo. Te he puesto mi número también. Si me das una perdida, apunto el tuyo, y te aviso si surge algún problema en caso de que no pudiese sacar las cosas del Instituto. Nos vemos en un rato.

Dije bastante entusiasmada, levantándome alegremente y saliendo de allí, de camino al Instituto. Solo esperaba no cruzarme con nadie y hacer esto de la forma más rápida y discreta posible.

OFF: Saco a Clary y ya abrimos otro tema cuando podamos para la parte del apartamento

No insisto en el asunto de su amigo, pero me da información sobre ella: es capaz de hacer lo que sea para proteger a alguien a quien quiere. Tiene buen corazón, pero igual eso puede terminar por matarla si no está preparado.

Comprendo que su madre no quiera tener nada que ver tampoco con la Clave, pero Clary parece estar echándose la culpa.

- Ey, no lo sabes. Las mujeres son tercas y tú lo eres, normal que tu madre lo sea. Así que lo que sea que ella decidiera, si no te lo dijo, es porque no quiso y estaba preparada para asumir las consecuencias.

Suspiro entre divertido y fastidiado por la reacción de Clary a las restricciones del Instituto y los nefilims en general.

- Creo que tienes la idea equivocada, ¿pero acaso crees que nosotros los subterráneos queremos entrar a los Institutos? Porque no es así, y llevo vivo casi 400 años y la Clave no ha cambiado en nada, no tiene sentido para nosotros ir. Y cuando nos invitan, nos tratan realmente mal. Somos el relleno, no nos dejan opinar en nada, si nos llegan a servir algo de comida, destruyen los platos y cubiertos que usamos para que no puedan contaminar a nadie. Y se la pasan discutiendo que debemos trabajar gratis para ellos, como si fuéramos sus esclavos. ¿Quién querría entrar a su santuario?

En realidad me tenía muy sin cuidado saber quién era algún tipo nefilim, así que sólo me encojo de hombros. Ya tengo contacto con una hija de Valentine, me da igual si hay veinte.

Clary me anota la dirección y su número de móvil, así que saco el mío y guardo su número para poder llamarla.

- Eres afortunada, no le doy este número a cualquiera.

Es cierto, uso otro móvil para ligues.

- Nos vemos en un par de horas entonces, ahí estaré.

Me despido de ella con la mano y termino mi bebida antes de marcharme a casa con el gatito.