Sol de otoño (Clary)

"El libro de los Gris"  Había escuchado más de tres veces, mencionar ese libro, según Isabelle, era la razón por la que los Cazadores de Sombras podían tener runas en su cuerpo, na había una sola runa que existiera, que no estuviera impresa en esas hojas. Recordaba la primera vez que pise suelo en este lugar, las cosas no eran tan sencillas, pero eran más agradable antes. La pequeña biblioteca estaba oscuras, a excepción de la lampara de mesita que tenía delante de mi mientras iluminaba mi libro de dibujos. Simon se había limitado a ir a descansar, la verdad es que últimamente estaba más cansado que con anterioridad, quería que me dijera que era alguna enfermedad o algo por el estilo, pero Simón jamás me diría algo que yo quisiera oír. No después de todo esto.

Aire fresco, si, era lo que necesitaba con toda seguridad. Tomé mi cuaderno entre mis brazos mientras caminaba por los pasillos repletos de esos cuadros de pinturas que jamás logré entender. La que más se desplazaba ante mis ojos era la de un ángel con copa y espada en manos surgiendo de algún lado. La verdad aún no sabía si eso estaba aquí, en New York. Sería una coincidencia y una colmo. El Instituto parecía estar solo. ¿Donde estaba Alec, Izzy...Jace? Incluso Iglesia se había ido de mi vista. Con un suspiro, me dirigí hacia el jardín, lugar para las mentes en desorden.
Cabellos rubios se habían interpuesto entre la visión que tenía. Jace. Mi hermano. Aún estas palabras clavaban como cuchillas en mi interior. La hija de alguien, la novia de alguien, la hermana de alguien y en realidad, no sabía aún quien era yo. Caminé con paso lento, pero era más posible hacer pasar desapercibido delante de un vampiro que de Jace. Me había escuchado, se giró y poso sus ojos sobre los míos. Había algo en ellos, algo extraño, pero hice caso omiso a mi pequeña voz interna y caminé hasta él cuando este se volteó de nuevo para seguir haciendo lo que hacia. Me senté a su lado sin rozarle siquiera.
-¿Ocupado?- pregunté -Veo que no soy la única que no puede estar en el interior- bromee. No era tal vez buen momento, pero era mejor que el silencio.

Un cambio de atmósfera, tal vez no solo aquí, sino fuera de la ciudad, fuera de todo lugar que le recordara que conocía a Jace, que le recordara, por más doloroso que fuera, que es su hermano. Tal vez, después de todo lo que había pasado, después de todo lo que en la historia pudo haberse contado. Jace era en parte, un pedazo de mi vida, fuera mi hermano o no.

¿Dibujabas? Levanté la cabeza repentinamente mientras observa a Jace. -Si, la verdad intento pensar en algo que no fuera..ya sabes, mi madre- me encogí de hombros, no pude mencionar "nuestra madre"  jamás me atreví a decir esa palabra en voz alta, aunque en la mente, rondaba mas de trece veces por minuto. Y aún  pensaba en Simon. ¿Estara bien? A pesar de todo lo que pasamos juntos, jamás he tenido el valor de dejarlo solo. Ni una sola vez. -Intento quitar ese imagen de mi cabeza. No ayuda mucho, sabes? y menos cuando intento dormir. Siento que ella me necesita, me busca-
Normalmente mi madre me hacía entender cuando me necesitaba, fuera lo que fuera. Pero sentía que a veces se metía en mis sueños, que me hablaba sobre su pasado. Realmente era desesperante y a la vez, aterrador.

Era de esperarse, era solo cuestión de tiempo, sabía que en cuento mi madre despertara de ese sueño profundo, yo, como hija obediente, se marcharía con ella. Tendría oportunidad con Simon y las cosas que me han estado rodeando y que hasta ahora no había visto en ellas. Era lo mejor para todos, era lo mejor para los dos. Si me alejaba de Jace, él terminaría por enamorarse de alguien más, tal y como debería ser. Como hermana, debería estar feliz por eso, verlo feliz. Pero...¿Con otra mujer? El simple hecho me dio escalofrío e hizo que bufara quedamente.

Pregunto… Cuando Jocelyn despierte y… y que? ¿Desaparecería de aquí? ¿Me irá del Instituto? Jace sabía la respuesta mejor que lo que yo podría explicarle.  Seguía con la mirada puesta en el césped bajo mis dedos los cuales comenzaron a acariciarlo.
-Creo que si- murmuré tan quedo que pensé que solo mi mente lo había dicho. -Es lo mejor.- lo había dicho y ya era muy tarde, él lo había oído y no había vuelta atrás. Él tenía que admitirlo, tenía que admitir que era lo mejor. ¿Como podía estar en un mismo sitio sin poder tocarlo? Al parecer el no sabía lo doloroso que había sido para mi asumir todo esto. Era completamente innecesario sentir esto y solo hacerme sufrir más.

Mis ojos se fueron elevando mediante escuchaba las palabras de Jace. Si, yo sabía que no iba a ser fácil olvidar todo esto, pero creo que era mucho mejor que fingir algo que ni siento. No podía estar fingiendo que no amara a Jace como se supone debería amar a Simon, quien había sido mi mejora amigo desde siempre, así que, por más que lo intente, ambos sabíamos que era lo mejor, aunque este lo negara, él lo sabía.

Mis ojos se clavaron en los de él,  como siempre, no había marcha atrás, entrecerré los ojos y ladee nuevamente la cabeza ya que había algo en sus ojos que definitivamente me tenía un poco efecto en mi.
-Jace...no..- empecé a decir, que se supone que le iba a decir? -No me digas que no es lo mejor...tú lo sabes tan bien como yo.- murmuré quedamente. Suspiré por lo bajo de nuevo mientras me limitaba a seguir dibujando. No había venido aquí a discutir con Jace sobre algo que tenía que pasar, sobre algo que debería de pasar. Tal vez tener a Luke de nuevo en la familia, a pesar de lo que se que es. Como padre tal vez, alguien que tiene más derecho de ser llamado "padre" que Valentine,  ese hombre que apenas y sabía que existía. Amaba a Luke como debería amar a Valentie, amaba a Jace como debería amar a Simon y amaba a Simon como debería amar a Jace. Una historia completamente desconcertante.

Mis labios de abrieron automáticamente con su comentario. ¿Como se atrevía a hablarme así? No era su problema que yo quisiera estar en casa con mi madre, con la mujer que me crió y que tenía mucho sin hablar de eso. Era como si me hubieran arrojado una cubeta de agua fría y me quedara ahí, congelada, o que me hubieran dado una bofetada cuando mi cuerpo se irguió de forma repentina hacia atrás. Me sostuvo la mirada mientras todas esas palabras salían de su boca. Simon. Mi mente recapituló todo eso. Recordaba cuando habíamos visto esa película de vampiros y Simon se puso enfermo mientras se apoyaba en el lavabo con las manos separadas las unas de las otras, inclinado. Estaba vomitando.

Levanté una ceja en su dirección cuando sacó los sentimientos a flote. A ninguno de los dos nos iba a hacer bien esto y eso si lo sabía, más que de sobra. ¿Que le pasa?
-¿Por que haces estos- mi voz se había tornado ronca debido a la sorpresa, tuve que carraspear para aclararla -No tiene sentido seguir con esto, Jace. No lo tiene. Ambos sabes lo que pasará. - giré mi rostro. Ya no quería seguir viendo esos ojos que tanto me habían gustado. No era correcto.

La mirada fija. No lo mires. Me repetía una y otra vez, era mejor de esa manera, no tener que intercambiar la mirada con Jace. No cuando incluso sin las palabras, sabía perfectamente lo que me iba a decir, sabía todo con solo mirarle y era mejor de esta manera o de otra forma, tendía que quedarme y no era sana, para ninguno de los dos. Pero sus palabras habían tenido algunas especie de efecto en mi. Me giré repentinamente y fruncí el ceño "Eso es lo que soy" si, creo que a pesar de todo esto, él tenía razón. Yo era esto y no podría huir.
-Si, tal vez tengas razón, esto es lo que soy. Pero puedo ser como mi madre y borrar todo eso o posiblemente visite a Magnus- Todos sabíamos que solamente iría a ver a Magnus solo para borrar los recuerdos y volver a una vida normal. -Los recuerdos no volverán Jace- murmuré mientras volvía a mirar hacia el césped. Haría que Magnus me ayudara, al fin y al cabo también eliminará mis recuerdos de él y eso, me imagino era bueno en su defensa. Solo seríamos mi madre, Simon, Luke y yo. Como siempre había sido durante años. Cuando Luke me leía cada noche antes de dormir o cuando iba por mi a la escuela en su camioneta destartalada. Suspiré por los viejos tiempos. Extrañaba todo cuando a eso se refería.

Mis dedos se encontraron con mi cabello rojizo mientras lo retorcía entre ellos una y otra vez. No podía permitir que nada de lo que Jace diga, me haga molestar, es lo que él quería, siempre lo quería. Pero tengo que admitir que tenía en parte razón. De nuevo. Los recuerdos regresarían, pero si le decía a Luke o a mi madre que me mantuvieran oculta de todo esto, lo harían, por mi. Estaba segura de eso. Aunque en cierta manera, Magnus estaría feliz de quitarse de encima a una chamarra de sombras que solo lo llama cuando esta en aprietos o necesita algo.
"A demás soy tu hermano, tengo todo el derecho a formar parte de tu vida si es que quiero" dicho estas palabras, me levanté de golpe dejando caer mi cuaderno. Me sorprendía que no haya llegado Izzy o Alec. Simon me había llamado, por que no lo hace? hubiéramos evitado todo esto desde un inicio.
-Ahora si eres mi hermano- rectifiqué. -Pero no puedes admitir que mi madre es tu madre. Y no me digas que es por falta de costumbre, por que eso también aplica en mi. Siempre he sido hija única, no pienses ni por un segundo que no me gustaría volver a hacerlo!- lo había dicho. Le había dicho a Jace que no lo quería como hermano. Era algo completamente obvio, jamás lo quice como hermano. No de esa manera. Jamás lo quise como mi propia sangre y eso estaba más de sobra.

Mis labios cada vez se abrían más debido a la sorpresa. No podía creer todo lo que estaba escuchando, lo que él me estaba diciendo. Pero no podía culparlo por nada, había sido mi culpa yo era la que había puesto las cartas sobre la mesa. Todo lo que decía, todo lo que expresaba, tenía más que la razón. Yo sabía, mas que de sobra, que si iba a buscar a Magnus, sería solo para borrar los recuerdos, sin embargo, sabría que algo me faltaba, en mi corazón algo me faltaría.
Tragué saliva ruidosamente cuando terminó. Si él continuó con esto, yo podría terminar. Me acerqué de él con solo un par de pasos de distancia.
-¿Tu crees que no lo se? Yo haría cualquier cosa por quitar este sentimiento de mi. Es imposible por más que me aferre a él. Me gustaría poder...desintegrar mi sentimientos, pero no es así- En ningún momento alcé la voz, hablaba natural, calmada, como si fuera una platica común entre hermanos. -No puedo amar a mi hermano como lo amó. Me gustaría amar a Simon como te amo a ti- bajé la vista hasta mis manos que se habían entrelazado entre si.
Esa era la cuestión. Debería amar a Simon como amaba a Jace y debería amar a Jace como amo a Simon. Solamente como hermano.

En cierto modo, Jace fue sincero y cálido. Las palabras que salían de sus labios ya no destilaban enojo o ningún sentimiento que había producido en él antes. Mis ojos verdes, examinaron los suyos de un claro reluciente. Eso fue lo primero que llamó mi atención de Jace. No sus palabras sarcásticas o su falta de confianza hacia las personas nuevas para él. fueron esos ojos que, a pensar de que hipnotizaban, sabía que decía la verdad. Sus palabras podrían mentir, pero no sus ojos. La ventana del alma de cada persona. Mundana o no.
Mordí mi labio inferior cuando las palabras "Te amo" llenaron el espacio que había entre nosotros. Mi corazón palpitó de manera desesperada. No podía contener nada. Siempre era yo la que terminaba pidiendo perdón.
-Lamento lo que te estoy causando, Jace. Pero no eres el único con ese sentimiento. Ya te lo dije. Te amo de la manera incorrecta-
Si mi madre me hubiera dicho desde un inicio que Jace era mi hermano, lo hubiera amado de la manera correcta, lo hubiera amado como una hermana menor ama a su hermano mayor. Sentirse protegida por él, ponerse celosa de la manera correcta cuando una chica lo mira y coquetea como él, no como yo lo haría.

¿Que se lamenten aquellos que nos hicieron esto? Claro estaba que Valentine se iba a arrepentir, pero, mi madre? Ella lo único que hizo fue protegerme de Valentine, lo único que hizo fue darme una vida normal alejada de todo esto, sabía lo que me esperaba, sabía lo que el futuro tenía deparado para mi si me quedaba en este mundo, tal vez mi madre no pensó jamás que podría enamorarme de mi propio hermano. A los ojos de mi madre, Jace, era un monstruo.

Cuando se acercó a mi, no había manera de retirarme, simplemente por que no quería hacerlo. Ya tenía un tiempo prolongado de que Jace no me tocaba de la manera que justo ahora estaba haciendo. Nos lo impedíamos, pero yo ya no quería, ya no quería impedirle nada a Jace, suficiente tenía con impedírmelo a mi misma. Dejó caer su mano sombre mi cuello y nos miramos por un momento. Definitivamente sus ojos eran hipnotizantes y fue eso precisamente lo que me impidió que me apartara de él. Le sonreí ligeramente de lado y desvié la mirada. Lo que estaba pensando no lo iba a hacer. Es mi hermano. Me tuve que recordar una y otra vez.