Planetarium [Jace Wayland]

No estaban siendo unos buenos días para Jace, pasando por el desastre de la fiesta de Maryse, el fracaso de su intento de buscar una solución al problema de los subterráneos y que la clave era una completa perdida de tiempo, estaban más interesadas en ver que hacía Valentine, buscándolo como sus perritos falderos u observando a sus hijos que fijándose que cada vez los demonios estaban más fuertes, había más y a nadie le parecía importar ese detalle. Usando como método de escusa a Valentine o a el pajarito que pasaba por enfrente dejaron de preocuparse en mantener a salvo la ciudad, el mundo a preocuparse si ellos morirán mañana o no.
"Claro que tenemos que morir", ese era el pensamiento del rubio, sabía que morían jóvenes porque hacían mucho más que un simple mundano, protegían su miserable vida. Erradicaban a los demonios del planeta e intentaban una especie de paz entre ellos y los submundos. Pero aun así, la Clave estaba dispuesta a ir en contra del mandato del ángel y los submundos estaban empezando a creerse superiores a los nephilims. Tal vez, él sea el único que no estaba completamente de acuerdo con eso, ellos eran quienes ponían su vida en peligro para sacar del camino a los demonios, ¿Qué hacían los submundos para mejorar? nada, pero entonces gracias a un brujito de por ahí ahora se estaban creyendo superiores y eso le molestaba demasiado.

Por eso decidió buscar y solucionar el mismo el problema, después de todo, si no era él, ¿quien sería? Nadie podría hacerlo mejor.
Le costó un par de semanas dar con el brujo de la idea principal, lo siguió y luego de unos minutos decidió que era mejor actuar. Salió del instituto con su ropa de combate, dio con él y espero a que sea el mejor momento, y esté no tardo en llegar. Aprovechó que estaba distraído mirando las estrellas o lo que sea que esté mirando y justo detrás de él a un par de metros habló. —¿Así se supone que vas a mostrar tu famosa superioridad? ¿Mirando las estrellitas como un joven enamorado? —Le preguntó mientras se tiraba la capucha de su chaqueta hacía atrás y se cruzaba de brazos expectante.

Recorrió la habitación con los ojos lentamente —¿Celoso? —Cuestionó cuando el brujo nombro a su parabatai con Magnus, a él no le molestaba demasiado la vida sexual de Alec, de echo podía hacer con ella lo que quisiera, lo tenía asumido y lo aceptaba; por lo que defendería esa relación siempre que pudiera, porque era su parabatai y su hermano. —¿Celoso de que "el gran brujo" salga con un nephilim? dime... ahora deseas ser nephilim para estar en su cama—Comentó haciendo hincapié en "desear ser", porque estaba claro que el brujo que tenía enfrente no era demasiado amigo de los Nephilims y que los odiaba. Lo que era demasiado gracioso puesto que varios de sus amigos lo odiaban a él.
—¿Por qué tendría que envidiarte?—Preguntó sin entender mientras apoyaba sus hombros sobre la pared más cercana. Sabía que así estaba completamente desprotegido pero no había forma que eso le importara demasiado —Creo que ya tienes demasiado castigo con vivir por siempre y ver a todas las personas que alguna vez te importaron morir... ¿O acaso me vas a decir que nunca quisiste a nadie?—Volvió a preguntar con una pizca de interés en su voz.

Recordó porque estaba allí hablando con el brujo, lo había estado buscando por mucho tiempo pero justo ahora no sabía bien que hacer con él, sentía más bien una especie de justicia a mano propia por arruinar la fiesta de Maryse hace unas semanas pero no que hacer de verdad con él. Sabía que no podía matarlo, no porque no quisiera (de echo deseaba matarlo solo por ser tan arrogante y repulsivo) pero no tenía mucho poder para hacerlo, era un gran brujo, intentar matarlo sería como intentar matar a Magnus Bane, un nephilim contra un brujo... Y este parecía saber eso al respecto.
Por eso solo se limito a seguir atacando con sus palabras que era algo que se le daba con naturalidad, tanto como usar su espada. —¿Qué te hace pensar que te estoy siguiendo? Ni que fueras la gran cosa...—Dijo mientras se encogía de hombros.

Escuchó con atención lo que el brujo le dijo, entrecerró los ojos y ladeó la cabeza —No me rompieron el corazón, de hecho, creo que en las relaciones siempre he sido yo quien ha roto corazones —Admitió con cierto aire de suficiencia. Si bien era cierto, no le rompieron el corazón porque nunca se involucró demasiado en las relaciones como para que en algún momento le rompieran el corazón, eso ocultaba algo más… Clary… No le rompió el corazón técnicamente, solo lo hizo enfadar más de una vez negándose a seguir con la relación por más de ser hermanos, al rubio no le importaban esas cosas, pero a ella parecía que si, entonces, por ende, no estaban juntos porque ella así lo quería. Aunque había que admitir que seguramente la pelirroja lo deseaba igual. Todos lo deseaban.

Se metió con su parabatai, nadie se mete con él estando Jace cerca y no se retracta de lo que dijo. —No todos odiamos a los homosexuales —Comentó un poco molesto por los dichos del brujo —“Ojitos azules”, como tú lo llamas, tiene nombre, y es mi parabatai. Pero déjame preguntar, ¿qué otras ventajas, aparte de ser “magia” les da la sangre de demonio? —Dijo y preguntó con cierto recelo. Jace consideraba un castigo vivir por siempre, por más que una belleza como la suya luego de su muerte quede en estado bacante, él quería vivir y morir junto a las personas que consideraba importante, hacer algo por su nombre y apellido y morir dignamente y ser recordado por todas las cosas que hizo, en cambio, vivir por siempre… nunca te daba la posibilidad de ser recordado o extrañado y ¿eso no era ya suficiente castigo? —Espera… —Dijo interrumpiendo sus pensamientos y una carcajada asomo por sus labios — ¿Eres popular? —No puedo evitar no reír. —Ese es un buen chiste… Cuéntame otro… —Ya con una risa más evidente de lo normal dejó el tema de lado. Si que podía divertirse con el brujo, después de todo.
El brujo volvió otra vez a los mismos temas que antes, ¿de verdad no conocía otra cosa o era de lo que estaba tan interesado hablar? — ¿Y yo qué? ¿Si puedo amar? Claro, por suerte para mí y para el resto es una de las cosas que me suceden —Dijo con un gesto desinteresado. —No sé qué es eso de “amar y no ser correspondido” puedes enseñarme ideas de porque sucede eso o cosas así, porque nunca me pasó. —Manifestó con una sonrisa ladina en su rostro. Siempre Jace era el que estaba del otro lado del mostrador, era a quien siempre amaban, querían o cosas así, pero nunca le tocó estar del otro lado, del lado al que le rompen el corazón o sufre, solo si contaban a Clary como hecho, pero ella fue su hermana en un tiempo y estaba enamorada de él, entonces no era considerado como amor no correspondido. Fingió que pensaba un poco y luego asintió —No, nunca no fui correspondido, que suerte para mi, ¿no? —.

Había pensado tanto antes de que iba a decirle en cuanto lo encontrará que ahora ya no tenía ni idea de cómo encaminar bien el tema o siquiera que decir. Y eso le molestaba, le molestaba demasiado porque casi nunca era de simplemente no tener palabras, para todo lo tenía, podía ser un “lanzado” y no pensar demasiado en las consecuencias cuando de su vida se tratara, pero no saber bien que decir era algo nuevo y tenía que acostumbrarse y aprender a vivir con ese nuevo defecto que estaba saliendo ante tanta cosa perfecta —Mmm tú no eres el problema, lamento que sea un golpe a tu ego —Comenzó hablando el rubio —Si lo son ese grupito de submundos queriéndose llamar “rebeldes” por intentar derrocar o destruir la clave. —.

Se quedó cayado ahogando sus ganas de golpearlo y matarlo por hablar mal de Alec; demasiado tenía con él y su lucha por recomponer la relación que perdieron por causas un poco extrañas o porque su parabatai era un tanto sensible a temas como el "novio y sus brillos", donde Jace nunca imaginó que eso podría llegar a molestarle a alguien. Pero le molesto, discutieron y eso cayó en Alec en Pandemónium buscándolo y saliendo herido casi a punto de morir. Agradeció a Magnus, incluso logro que ahora tenga un gran respeto hacia él, pero no sabía que otra persona había actuado, y se sentía en deuda también con Nightshadow, aunque le cueste admitirlo y aceptarlo: Había salvado la vida de su parabatai. —No... No sabía que tú le salvaste la vida junto a Bane... —Dijo con un tono de duda en su voz. "Genial, ahora el insignificante brujo..." pensaba mientras ya comenzaba a arrepentirse de las próximas palabras que saldrían de su boca —Ya sabes... Eso... Gracias por salvar a Alec— Comentó tan rápido mientras miraba para otro lado. Odiaba dar las "gracias", odiaba deberle favores a la gente y más a aquellas que no eran del agrado del rubio. Podría decirse muchas cosas de él ahora, entre ellas que no era confiable por ser hijo de Valentine; pero si de algo estaba seguro Jace era que cuando uno tenía una deuda con alguien se tenía que estar dispuesto a pagarla, sea quien sea.

—Las marcas de brujo no tienen ningún atractivo visual sexy —Aseguró un poco estupefacto ante las declaraciones del brujo, —En cambio las runas... eso queda bien, significan poder, superioridad, respeto... honor... podría decirte todas las cosas y nombrartelas toda la noche. — Las runas para él eran un orgullo, llevar puestas marcas en su piel, tanto como las cicatrices de lucha daba símbolo de poder y de ser un guerrero, algo por lo cual luchó toda su vida y fue su sueño desde siempre. Y por ello amaba ver marcas en su cuerpo y en el de los demás.
—No sabía que los brujos tenían pelusa en el ombligo... debe significar un trabajo para ti quitarlos ¿no? —Comentó irónicamente mientras se alejaba de la pared y recorría el lugar a pasos lentos y firmes —Apuesto a que te llevará todo el día, ¿sabes donde está, por lo menos?— Preguntó con una sonrisa estúpida en sus labios dando cuenta de la ironía en su pregunta y voz. —Soy tan aburrido, pero tan aburrido que todavía te tengo acá, hablándome y respondiendo cada una de mis "idioteces" —Contestó con un tono triunfal en su voz. Está vez había ganado. Si hablar con el rubio daba cuenta de una perdida de tiempo, ¿por qué no se había ido antes? se preguntaba Jace en un mente mientras festejaba triunfal.

Lo escuchó y frunció un poco el seño –Ya… No hace faltas que aclares tantas veces “tu gran acto” –escupió casi sin pensarlo –te dije una vez gracias, no esperes que sigas diciéndote… ni que fueras la gran cosa –Terminó el rubio. Si bien había salvado la vida de su parabatai, no estaba dispuesto a seguir con ese juego de agradecer todo el tiempo por algo que hizo. No era su estilo, demasiado que había podido formular un “gracias” coherente y no fue solo por él, sino por Alec, porque la culpa lo hubiera matado si moría esa noche. Decidió ignorar sus siguientes palabras y las pasó por algo, estaba ya aburrido y cansado de hablar con el brujo al respecto de Alec y Magnus y de su creencia de que eran pareja.

Se dio vuelta luego y se puso a mirar el lugar, evitando posar la mirada sobre el brujo y sus estúpidas palabras. –No lloro las muertes de nadie, tampoco mato submundos pero como está en tu espíritu el ser dramático diremos que si… yo llevo una vida de guerrero, algo que está lejos de formar parte de tu vida, por suerte… me aburres –dijo caminando por el lugar nuevamente mientras la voz del brujo sonaba apenas en sus oídos pero él no estaba prestando demasiada atención. Sabía que estaba hablando pero no prestaba demasiada atención. Suspiro pesadamente y cuando estaba por decir algo se dio cuenta que se estaba yendo, se encogió de hombros más por él que por el brujo y musitó un leve –Adiós –Con una gran sonrisa irónica en sus labios, –deja de pensar mucho en Bane que está muy interesado en Alec… –dijo con el mismo tono.

Espero a que se fuera y a los minutos salió el a buscar un poco de diversión con demonios, los únicos capaces de hacerlo irse de la realidad, y su único método de diversión.