Últimos temas
Navegación
Noticias
Destacas entre el resto. (Flashback 1833 Londres~) [Camille]
Página 1 de 1.
Destacas entre el resto. (Flashback 1833 Londres~) [Camille]
Luego de diversos viajes el brujo había caído en las húmedas calles de Londres, no era un mal lugar pero la humedad hacia denso el aire casi provocando la sensación de que le faltase el aire a cualquiera. Espesa bruma luego de las constantes lluvias y el paisaje Londinence, le hacia entender porque ese lugar era tan elegido por los románticos, nada mejor que un paisaje gris para hacer brotar el color.
Como todos los días en ese lugar estaba nublado y a pesar de que ya eran mas de media noche la luna no lograba hacerse lugar entre las espesas masas de gas y agua, dejando solo mas blancas las nubes que lo rodeaba, rayos de luz que nunca tocaran el suelo de este lugar. Magnus observaba por la ventana de su alojamiento la vista del puente de Londres, cuando un suspiro pesado, derrumbo el silencio de la habitación, se enderezo de pocas ganas y con un traje ya colocado de acomodo la corbata, que parecía estar rebelde, o con pocas ganas de que la llevase consigo a esa "Reunion".
De Quincey, el jefe del clan de vampiros de Londres lo había citado para una reunión de trabajo, que de mala gana el brujo había aceptado. Que mas queda que llevarse bien con el jefe de los vampiros, era ademas de favorable invitación al trabajo, dado que los submundos y en especifico los vampiros últimamente reclamaban muchos de sus servicios, una oportunidad para asegurarse de no tener aquel enorme clan pisandole los talones, no era que los vampiros de asustaran, mucho menos. Pero preferia ahorrarse problemas.
Se llevo el cabello hacia atrás para estar mas presentable, ni el sabia porque se demoraba tanto, el cielo no tardaría mucho en ceder ante la presión del agua que ansiaba caer.... otra vez. - Bien, solo un par de horas, ¿De Quincey no puede tener un trato tan largo que ofrecerme, no? -Trato de convencerse.- Si puede. -Hizo una mueca y cargando su billetera en los bolsillos y porque no un amuleto contra los vampiros que podría activar si acaso los colmillos de algunos no podían mantenerse alejados de su cuello. La idea lo tremesino y como quien no quiere la cosa camino hacia la puerta. Un portal seria demasiado cansado y un carro muy ruidosa para el humor no muy bueno del brujo, opto por caminar, con suerte una brisa fresca rosaría su rostro y quitara un poco de la humedad de este, pero aunque el viento soplaba, Magnus avanzaba sin cambiar su expresión seria.
Llego a la puerta del lugar donde lo habían citado y, como no le sorprendió, haba vampiros en la puerta y esperaba ver a todo el clan en cuanto entrara. Los ojos rojos del guardia lo miraron y Magnus pronuncio su nombre, el vampiro se hizo a un lado y dejo al brujo la puerta del lugar para que pasase dentro, las luces eran opacas y apenas alcanzaban a iluminar el lugar por donde caminaba, "No debía esperar menos de los vampiros" Se dijo a si mismo y su mirada identifico rápidamente al jefe del Clan que con solo una seña, le indico que se acercara. Magnuns mantuvo los sentidos alertas, aunque dio una bocanada de aire para disimular y metió sus manos en los bolsillos, sacando solo una para saludarlo formalmente.
El brujo se sorprendió al ver que los vampiros que los rodeaban se abrían paso a los costados, miles de rostros pálidos y colmillos los seguían mientras De Quincey, llevaba a Magnus a la mesa principal. Copas de sangre como si fueran vino le ofrecieron, el brujo rechazo estas de manera suave con un gesto delicado, lo que menos quería era ofender, por fin el jefe empezó a hablar, y Magnus lo observo atento, no quería perderse ningún gesto, no era de desconfiado, pero los años, no ayudaban a que la gente confié de mas.
Como todos los días en ese lugar estaba nublado y a pesar de que ya eran mas de media noche la luna no lograba hacerse lugar entre las espesas masas de gas y agua, dejando solo mas blancas las nubes que lo rodeaba, rayos de luz que nunca tocaran el suelo de este lugar. Magnus observaba por la ventana de su alojamiento la vista del puente de Londres, cuando un suspiro pesado, derrumbo el silencio de la habitación, se enderezo de pocas ganas y con un traje ya colocado de acomodo la corbata, que parecía estar rebelde, o con pocas ganas de que la llevase consigo a esa "Reunion".
De Quincey, el jefe del clan de vampiros de Londres lo había citado para una reunión de trabajo, que de mala gana el brujo había aceptado. Que mas queda que llevarse bien con el jefe de los vampiros, era ademas de favorable invitación al trabajo, dado que los submundos y en especifico los vampiros últimamente reclamaban muchos de sus servicios, una oportunidad para asegurarse de no tener aquel enorme clan pisandole los talones, no era que los vampiros de asustaran, mucho menos. Pero preferia ahorrarse problemas.
Se llevo el cabello hacia atrás para estar mas presentable, ni el sabia porque se demoraba tanto, el cielo no tardaría mucho en ceder ante la presión del agua que ansiaba caer.... otra vez. - Bien, solo un par de horas, ¿De Quincey no puede tener un trato tan largo que ofrecerme, no? -Trato de convencerse.- Si puede. -Hizo una mueca y cargando su billetera en los bolsillos y porque no un amuleto contra los vampiros que podría activar si acaso los colmillos de algunos no podían mantenerse alejados de su cuello. La idea lo tremesino y como quien no quiere la cosa camino hacia la puerta. Un portal seria demasiado cansado y un carro muy ruidosa para el humor no muy bueno del brujo, opto por caminar, con suerte una brisa fresca rosaría su rostro y quitara un poco de la humedad de este, pero aunque el viento soplaba, Magnus avanzaba sin cambiar su expresión seria.
Llego a la puerta del lugar donde lo habían citado y, como no le sorprendió, haba vampiros en la puerta y esperaba ver a todo el clan en cuanto entrara. Los ojos rojos del guardia lo miraron y Magnus pronuncio su nombre, el vampiro se hizo a un lado y dejo al brujo la puerta del lugar para que pasase dentro, las luces eran opacas y apenas alcanzaban a iluminar el lugar por donde caminaba, "No debía esperar menos de los vampiros" Se dijo a si mismo y su mirada identifico rápidamente al jefe del Clan que con solo una seña, le indico que se acercara. Magnuns mantuvo los sentidos alertas, aunque dio una bocanada de aire para disimular y metió sus manos en los bolsillos, sacando solo una para saludarlo formalmente.
El brujo se sorprendió al ver que los vampiros que los rodeaban se abrían paso a los costados, miles de rostros pálidos y colmillos los seguían mientras De Quincey, llevaba a Magnus a la mesa principal. Copas de sangre como si fueran vino le ofrecieron, el brujo rechazo estas de manera suave con un gesto delicado, lo que menos quería era ofender, por fin el jefe empezó a hablar, y Magnus lo observo atento, no quería perderse ningún gesto, no era de desconfiado, pero los años, no ayudaban a que la gente confié de mas.
Invitado- Invitado
Re: Destacas entre el resto. (Flashback 1833 Londres~) [Camille]
Odiaba esas reuniones. Las detestaba, pero se obligaba a sí misma a sonreír, aún cuando ardía en deseos de llorar y de destruir a todos los que allí estaban. Malditos vampiros, malditas leyes, maldito todo. Estaba enfadada, más que eso, estaba absolutamente indignada por lo que habían hecho, pero sabía que debía esperar a la oportunidad exacta, no por nada llevaba viva tantos años. Ralf hubiera deseado que ella actuara calmada, o que no actuara para nada, no le hubiera gustado que tuviera que vivir presa del rencor o que se hubiera arriesgado para salvarle le pellejo. No, Ralf Scott había dejado la vida por ella, y actuar imprudentemente sería un desperdicio... Con lo que le gustaba la inmortalidad...
Suspiro, aburrida, sentada en una silla, mirando alrededor para ver si al menos había un platillo de su interés. Vio a un joven rubio, ancho de espaldas, pero cuando dio vuelta y vio su rostro, casi muere, presa del espanto. Lleno de granos, caray, que estas si eran fiestas cada vez más decadentes y carentes del buen gusto. Si ella fuera la jefa del clan, el glamour rebosaría por todas partes, y el buen gusto sería ley entre los hijos de la noche. Miro con desprecio a una pareja de vampiros llamar al muchacho de los granos, e hizo una mueca de asco cuando los vio beber de él. Repugnante.
Siguió desplazando su vista por el salón, hasta que vio que De Quincey estaba hablando con un hombre alto, de buen porte, bastante apuesto. Dudaba que tuviera granos, aún bajo sus toneladas de ropas se notaba que tenía buen cuerpo, de la clase que podía satisfacerla. El desconocido recorrió el salón con su mirada, y ella tuvo por fin la oportunidad de ver sus ojos. Ojos dorados, de gato. Un brujo, y un brujo muy muy atractivo.
Acostumbrada a hacerse con la que quería, aún cuando su orgullo había recibido un golpe reciente, de unos 20 años antes, que en aquellos para los que el tiempo era un accesorio de moda significaba poco y nada, se acercó, con su sonrisa más sensual, y se colocó detrás de De Quincey, mirando al extraño, esperando que alguien reparara en ella y la uniera a la conversación. Al ver que nadie la notaba, carraspeó e ingresó en el círculo de conversación. - Parece que andas perdiendo tus modales con los años, querido Alexander. ¿Es que no piensas presentarme? - preguntó, sonriendo al extraño. Sus ojos le gustaban. Lo conseguiría, siempre lo hacía. Esa noche, ese hombre estaría en su alcoba. Nadie podría impedirlo.
Suspiro, aburrida, sentada en una silla, mirando alrededor para ver si al menos había un platillo de su interés. Vio a un joven rubio, ancho de espaldas, pero cuando dio vuelta y vio su rostro, casi muere, presa del espanto. Lleno de granos, caray, que estas si eran fiestas cada vez más decadentes y carentes del buen gusto. Si ella fuera la jefa del clan, el glamour rebosaría por todas partes, y el buen gusto sería ley entre los hijos de la noche. Miro con desprecio a una pareja de vampiros llamar al muchacho de los granos, e hizo una mueca de asco cuando los vio beber de él. Repugnante.
Siguió desplazando su vista por el salón, hasta que vio que De Quincey estaba hablando con un hombre alto, de buen porte, bastante apuesto. Dudaba que tuviera granos, aún bajo sus toneladas de ropas se notaba que tenía buen cuerpo, de la clase que podía satisfacerla. El desconocido recorrió el salón con su mirada, y ella tuvo por fin la oportunidad de ver sus ojos. Ojos dorados, de gato. Un brujo, y un brujo muy muy atractivo.
Acostumbrada a hacerse con la que quería, aún cuando su orgullo había recibido un golpe reciente, de unos 20 años antes, que en aquellos para los que el tiempo era un accesorio de moda significaba poco y nada, se acercó, con su sonrisa más sensual, y se colocó detrás de De Quincey, mirando al extraño, esperando que alguien reparara en ella y la uniera a la conversación. Al ver que nadie la notaba, carraspeó e ingresó en el círculo de conversación. - Parece que andas perdiendo tus modales con los años, querido Alexander. ¿Es que no piensas presentarme? - preguntó, sonriendo al extraño. Sus ojos le gustaban. Lo conseguiría, siempre lo hacía. Esa noche, ese hombre estaría en su alcoba. Nadie podría impedirlo.
Última edición por Camille Belcourt el Miér Nov 13, 2013 7:50 pm, editado 1 vez
Invitado- Invitado
Re: Destacas entre el resto. (Flashback 1833 Londres~) [Camille]
No era como si al brujo le faltaran miradas sobre el, de hecho nunca le faltaron precisamente, el es atractivo y siempre lo tuvo en cuenta, el brujo no era la clase de persona que tenia la autoestima baja, sino, no se molestaría en destacar con sus ropas y cabellos, ¿Le gustaba que lo observasen? No los sabia solo le gustaba vestir así. Las miradas eran un Bonus extra.
Le resto importancia a los vampiros que se encontraban alrededor, puesto que el jefe parecía estar muy concentrado en su charla. Movía la lengua con tanta rapidez que el brujo se pregunto como estando muertos era posible. Por supuesto, sabia la respuesta pero era una forma de pensar. Aunque por fuera el brujo observaba directamente los ojos del jefe del clan, y hacia comentarios ocasionales, no era mas que una manera para disimular el aburrimiento que la conversación de años atrás y sobre temas que, probablemente, les resultasen interesantes, al brujo no le provocaba mas que ganas de irse, o peor, de dormir. Una voz interrumpió la conversación y Magnus no hizo mas que agradecerle mentalmente esa intromisión, de reojo la observo, alta, esbelta, ojos de un color verde casi traslucido que aun en la oscuridad destacaban con un brillo que parecía vivo ademas de unos labios rojos, que si bien el brujo se esforzó en disimular, eran imposibles de pasar por alto.
Uno de los vampiros, flaco y alto de la derecha asintió hacia la vampiresa y parándose de su asiento con una afirmativa del jefe, presento a la joven.
- Ella es Lady Belcourt, una adquisición relativamente nueva, al menos en este clan. -La presento, y Magnus frunció el entre-ceño pensativo, ella no era como las otras vampiresas que estaban en la conversación, definitivamente "Destacaba entre el resto." Sopeso su nombre y la manera en la que lo pronunciaba, reconociendo al momento el idioma.
-Un apellido francés, ¿No es así?- Pregunto estando seguro de la respuesta y medio sonrió, ¿Era demasiada suerte, si ademas, su lugar de origen era París? Al final el dicho era cierto, "No hay mal que por bien no venga", se cruzo de piernas acomodándose contra el respaldo, como si diera amplitud a que alguien mas se sumergiera en la conversación, cosa que mantenía cerrado, no quería algo que alargara el tiempo de estadía en ese lugar, pero como siempre las excepciones son imprescindibles para una buena velada. Sonrió apenas notoriamente, y observo con cuidado al jefe del clan para asegurarse de que no se molestara con aquello, pero sus rasgos eran indiferente- Mi nombre es Magnus Bane, encantado en conocerla, Lady Belcourt.- Se presento el mismo ya que nadie mas parecía tener la intensión de hacerlo, y no iba a desperdiciar la oportunidad de conocer a tan delicada rosa roja como la sangre.
Le resto importancia a los vampiros que se encontraban alrededor, puesto que el jefe parecía estar muy concentrado en su charla. Movía la lengua con tanta rapidez que el brujo se pregunto como estando muertos era posible. Por supuesto, sabia la respuesta pero era una forma de pensar. Aunque por fuera el brujo observaba directamente los ojos del jefe del clan, y hacia comentarios ocasionales, no era mas que una manera para disimular el aburrimiento que la conversación de años atrás y sobre temas que, probablemente, les resultasen interesantes, al brujo no le provocaba mas que ganas de irse, o peor, de dormir. Una voz interrumpió la conversación y Magnus no hizo mas que agradecerle mentalmente esa intromisión, de reojo la observo, alta, esbelta, ojos de un color verde casi traslucido que aun en la oscuridad destacaban con un brillo que parecía vivo ademas de unos labios rojos, que si bien el brujo se esforzó en disimular, eran imposibles de pasar por alto.
Uno de los vampiros, flaco y alto de la derecha asintió hacia la vampiresa y parándose de su asiento con una afirmativa del jefe, presento a la joven.
- Ella es Lady Belcourt, una adquisición relativamente nueva, al menos en este clan. -La presento, y Magnus frunció el entre-ceño pensativo, ella no era como las otras vampiresas que estaban en la conversación, definitivamente "Destacaba entre el resto." Sopeso su nombre y la manera en la que lo pronunciaba, reconociendo al momento el idioma.
-Un apellido francés, ¿No es así?- Pregunto estando seguro de la respuesta y medio sonrió, ¿Era demasiada suerte, si ademas, su lugar de origen era París? Al final el dicho era cierto, "No hay mal que por bien no venga", se cruzo de piernas acomodándose contra el respaldo, como si diera amplitud a que alguien mas se sumergiera en la conversación, cosa que mantenía cerrado, no quería algo que alargara el tiempo de estadía en ese lugar, pero como siempre las excepciones son imprescindibles para una buena velada. Sonrió apenas notoriamente, y observo con cuidado al jefe del clan para asegurarse de que no se molestara con aquello, pero sus rasgos eran indiferente- Mi nombre es Magnus Bane, encantado en conocerla, Lady Belcourt.- Se presento el mismo ya que nadie mas parecía tener la intensión de hacerlo, y no iba a desperdiciar la oportunidad de conocer a tan delicada rosa roja como la sangre.
Invitado- Invitado
Re: Destacas entre el resto. (Flashback 1833 Londres~) [Camille]
Prefería que la llamaran "la Baronese" Belcourt, pero era un nombre por el que jamás conseguiría ser llamada en la grosera Inglaterra. Hizo una mueca de disgusto al ser presentada de esa manera, fulminando con la mirada al fulano que se las había dado de presentador. Luego regresó su mirada y su sonrisa al llamativo brujo, y le tendió la mano, para que fuera besada, de forma digna para su título y su clase.
- Está usted en lo cierto, es un apellido francés. De allí vengo, Monsieur...? preguntó, dejando la pregunta al aire, ya que el papanatas de presentador no había tenido el decoro necesario para presentar a tan apuesto invitado. Absoluto desconsiderado con el público femenino, pensó. Sonrió, siempre sin mostrar sus dientes, como era propio de la época, cuando recibió la información que tanto buscaba, el nombre de su próxima compañía, algo que ella ya había decidido - Monsieur Bane, créame, el gusto es mío.
Sintió su mirada admirándola, y río en su mente, pensando en que a veces, o mejor dicho, casi siempre, que deseaba algo, sólo debía extender la mano y tomarlo. Lo miró deseosa, y se mordió apenas el labio, intentando tantear el terreno para saber si la conversación que mantenía con De Quincey ya había acabado y si a este le molestaría que intentara secuestrar a su invitado para poder apropiárselo. Decidió que, teniendo en cuenta que es más fácil atrapar moscas con miel que con vinagre, debería ser una aduladora por un rato para convencerlo o para evitar su ofuscamiento si este era posible. Se acercó al jefe del clan, y posó su mano sobre su hombro, fingiendo afecto - ¿No crees que el invitado debería disfrutar de una compañía que pueda mostrarle tu hermosa propiedad? Estaría gustosa de hacerlo... No me gustaría que el jefe de mi clan quedara mal parado por un presentador que se olvida de presentar a alguien, probablemente confundiría el toilet con un armario de escobas. - miró con desdén al vampiro en cuestión y pensó en lo mucho que preferiría beber a un borracho sucio y zaparrastroso antes que decir lo siguiente - Su... Excelencia - la palabra resonó como si estuviera algo ahogada - merece mejores lacayos. Déjeme prestarle mis servicios. Prometo que haré que el invitado se sienta cómodo y pase una agradable velada - Sonrió, pensando en que sobre todo se aseguraría de esto último, pensaba dejar al brujo rogando por más, como a todos sus amantes. Nunca se cansaban de ella, y por algo era.
Se separó de De Quincey y se acercó al brujo, tomándolo del brazo - Si a su excelencia le parece bien, le mostraré primero sus jardines. De seguro le interesan sus especies exóticas, además que debería estar orgulloso de su jardín más que el inglés promedio. - sabía que el vampiro confundiría sus halagos con obediencia, después de todo, era bastante engreído, y aunque sabía que ella siempre tenía planes ocultos, no sabría resistirse a tan buenos cumplidos. Hizo una pequeña reverencia para completar su actuación, y permaneció firme, escuchando la respuesta que tanto esperaba y sintiendo a sus labios sonreír aún de manera más amplia, curvándose hacia sus costados.
- Está usted en lo cierto, es un apellido francés. De allí vengo, Monsieur...? preguntó, dejando la pregunta al aire, ya que el papanatas de presentador no había tenido el decoro necesario para presentar a tan apuesto invitado. Absoluto desconsiderado con el público femenino, pensó. Sonrió, siempre sin mostrar sus dientes, como era propio de la época, cuando recibió la información que tanto buscaba, el nombre de su próxima compañía, algo que ella ya había decidido - Monsieur Bane, créame, el gusto es mío.
Sintió su mirada admirándola, y río en su mente, pensando en que a veces, o mejor dicho, casi siempre, que deseaba algo, sólo debía extender la mano y tomarlo. Lo miró deseosa, y se mordió apenas el labio, intentando tantear el terreno para saber si la conversación que mantenía con De Quincey ya había acabado y si a este le molestaría que intentara secuestrar a su invitado para poder apropiárselo. Decidió que, teniendo en cuenta que es más fácil atrapar moscas con miel que con vinagre, debería ser una aduladora por un rato para convencerlo o para evitar su ofuscamiento si este era posible. Se acercó al jefe del clan, y posó su mano sobre su hombro, fingiendo afecto - ¿No crees que el invitado debería disfrutar de una compañía que pueda mostrarle tu hermosa propiedad? Estaría gustosa de hacerlo... No me gustaría que el jefe de mi clan quedara mal parado por un presentador que se olvida de presentar a alguien, probablemente confundiría el toilet con un armario de escobas. - miró con desdén al vampiro en cuestión y pensó en lo mucho que preferiría beber a un borracho sucio y zaparrastroso antes que decir lo siguiente - Su... Excelencia - la palabra resonó como si estuviera algo ahogada - merece mejores lacayos. Déjeme prestarle mis servicios. Prometo que haré que el invitado se sienta cómodo y pase una agradable velada - Sonrió, pensando en que sobre todo se aseguraría de esto último, pensaba dejar al brujo rogando por más, como a todos sus amantes. Nunca se cansaban de ella, y por algo era.
Se separó de De Quincey y se acercó al brujo, tomándolo del brazo - Si a su excelencia le parece bien, le mostraré primero sus jardines. De seguro le interesan sus especies exóticas, además que debería estar orgulloso de su jardín más que el inglés promedio. - sabía que el vampiro confundiría sus halagos con obediencia, después de todo, era bastante engreído, y aunque sabía que ella siempre tenía planes ocultos, no sabría resistirse a tan buenos cumplidos. Hizo una pequeña reverencia para completar su actuación, y permaneció firme, escuchando la respuesta que tanto esperaba y sintiendo a sus labios sonreír aún de manera más amplia, curvándose hacia sus costados.
Última edición por Camille Belcourt el Dom Nov 17, 2013 8:07 pm, editado 1 vez
Invitado- Invitado
Re: Destacas entre el resto. (Flashback 1833 Londres~) [Camille]
Observo el gesto de la vampiresa al ser pronunciado así su apellido, y contuvo una pequeña risa divertida, "Ella parece ser muy orgullosa de si misma, dura pero sobre todo..." Magnus tomo su mano parándose de su lugar para mostrar su respeto en una elegante reverencia mediante la cual poso sus labios sobre la piel blanca del dorso de su mano, dejando un beso en esta... "Pero sobre todo seductora" Completo su pensamiento y parpadeo lento para volver a abrir los ojos hacia su mirada mientras dejaba resbalar la mano de la propia, sonrió con delicadeza y ladinamente para volver a sentarse, no quería despreciar al jefe del clan, olvidándose de el en compañía de una de las miembros. -Permitame discrepar.- Susurro en un tono ligeramente divertido, dejando la frase al aire, al ver como ella con habilidad en su labia se acercaba afectuosamente al jefe del clan, casi como si quisiera manipularlo, contuvo una risa que quedo ahogada dentro de su mente y se limito estrictamente a observarla, ella sabia como y que decir a la perfección, totalmente... sorprendente.
Juro que, por unos segundos, la expresión de la vampiresa había cambiado, no parecía querer rebajarse y parecía miembro de la realeza, sus movimientos, su aspecto, fino y delicado. Ver su propiedad, no sonaba para nada mal, comparado con la charla sobre acuerdos y antiguas historias sobre su vida que a Magnus no le interesaba para nada por lo que tenia la atención mitad puesta en la conversación y la otra puesta en los vampiros que poco a poco iban escogiendo sus victimas y las mordían sin el menor decoro ni miedo a ser vistos.
El jefe sonreía socarronamente al ver como la dama le pasaba el comunicado de lo que deseaba, me dedico una mirada de reojo para luego reír yendo nuevamente hacia Lady Belcourt, con una expresión pensativa, como meditando la idea de dejarlo en sus manos, sus hermosas y delicadas manos blancas y uñas con manicure french detallado en destellos rojos. Magnus se pregunto por un momento si ese color era su favorito por la sangre, probablemente la respuesta seria un si, pero dejo ese pensamiento, tenia algo mejor en que concentrarse, toda esa actuación y el preludio indeciso del jefe del clan le proporcionaba algo de diversión, esbozo una sonrisa apoyando el codo en el brazo del sillón y con cierta delicadeza los dedos en su mejilla como sosteniéndola. Decidió ayudarla, ¿Porque no distenderse un rato de tan pesado ambiente muerto? Nunca mejor dicha la frase... - Me encantaría recorrer los jardines de los que tanto hablan, y mas aun si es con una excelente compañía como parece prometer Lady Belcourt. La noche es joven y podremos terminar nuestros asuntos antes del amanecer, ¿No le parece?-
El dejaba en claro lo que quería y el jefe observo a Mangus entrecerrando los ojos como inseguro de su respuesta o poco convencido por la intromisión del brujo en el pedido de una de las miembros de su clan, pero considerando que aun era temprano, no vio mayor inconveniente y asintió a lo que ella le pedía, no sin antes de darle una mirada de advertencia como si dijera en un pedido sordo que no se lo comiera, lo que produjo en Magnus una mueca que se convirtió en una risa pequeña breve y disimulada. - De acuerdo. -Termino de concretar, y reafirmo su advertencia para luego asentir.- Trata de no secuestrarlo y de traerlo "entero" -Resalto la palabra- Al final de la velada. -Finalizo y con un gesto con la mano les dio permiso a retirarse como de mala gana.
Juro que, por unos segundos, la expresión de la vampiresa había cambiado, no parecía querer rebajarse y parecía miembro de la realeza, sus movimientos, su aspecto, fino y delicado. Ver su propiedad, no sonaba para nada mal, comparado con la charla sobre acuerdos y antiguas historias sobre su vida que a Magnus no le interesaba para nada por lo que tenia la atención mitad puesta en la conversación y la otra puesta en los vampiros que poco a poco iban escogiendo sus victimas y las mordían sin el menor decoro ni miedo a ser vistos.
El jefe sonreía socarronamente al ver como la dama le pasaba el comunicado de lo que deseaba, me dedico una mirada de reojo para luego reír yendo nuevamente hacia Lady Belcourt, con una expresión pensativa, como meditando la idea de dejarlo en sus manos, sus hermosas y delicadas manos blancas y uñas con manicure french detallado en destellos rojos. Magnus se pregunto por un momento si ese color era su favorito por la sangre, probablemente la respuesta seria un si, pero dejo ese pensamiento, tenia algo mejor en que concentrarse, toda esa actuación y el preludio indeciso del jefe del clan le proporcionaba algo de diversión, esbozo una sonrisa apoyando el codo en el brazo del sillón y con cierta delicadeza los dedos en su mejilla como sosteniéndola. Decidió ayudarla, ¿Porque no distenderse un rato de tan pesado ambiente muerto? Nunca mejor dicha la frase... - Me encantaría recorrer los jardines de los que tanto hablan, y mas aun si es con una excelente compañía como parece prometer Lady Belcourt. La noche es joven y podremos terminar nuestros asuntos antes del amanecer, ¿No le parece?-
El dejaba en claro lo que quería y el jefe observo a Mangus entrecerrando los ojos como inseguro de su respuesta o poco convencido por la intromisión del brujo en el pedido de una de las miembros de su clan, pero considerando que aun era temprano, no vio mayor inconveniente y asintió a lo que ella le pedía, no sin antes de darle una mirada de advertencia como si dijera en un pedido sordo que no se lo comiera, lo que produjo en Magnus una mueca que se convirtió en una risa pequeña breve y disimulada. - De acuerdo. -Termino de concretar, y reafirmo su advertencia para luego asentir.- Trata de no secuestrarlo y de traerlo "entero" -Resalto la palabra- Al final de la velada. -Finalizo y con un gesto con la mano les dio permiso a retirarse como de mala gana.
Invitado- Invitado
Re: Destacas entre el resto. (Flashback 1833 Londres~) [Camille]
Reprimió un bufido ante la sugerencia o, mejor dicho, la orden de que regresara temprano. En lugar de dejar salir a la superficie la ira o el fastidio que le producía tener que estar bajo las órdenes de un don nadie como era para ella el jefe del clan londinense, se esmeró en sonreír de la forma que más auténtica pareciera, y forzando a sus rodillas para que se doblaran en contra de su voluntad, haciendo una pequeña reverencia, dijo - Por supuesto, su excelencia.
Se enderezó tan rápido como pudo, sin que pudiera parecer una irreverencia, y sonriendo aún, inclino la cabeza a modo de saludo a todos los presentes y le tendió la mano al brujo. Cuando éste se levanto, enganchó su brazo con el suyo, y comenzó a dirigirse hacia los jardines, como había dicho que lo haría, mientras musitaba entre dientes a un volumen que sabía que no sería audible por los vampiros - Lo que no quiere decir que nuestra velada termine tan temprano .
Continuó caminando, sonriendole a el maravilloso especímen que tenía a su lado. De cerca olía aún mejor, y le hacía sonreír aún más pensando en lo delicioso que sería en la cama. Cuando por fin estuvieron fuera del alcance de los indiscretos ojos de De Quincey y su corte de idiotas lamebotas, decidió que probablemente fuera propicio tantear el terreno. Llevaba siglos de vida, y pocas cosas podrían sorprenderla, y la versatilidad de los brujos de seguro no era una. Sabía que muchos tenían otras preferencias, por lo que probablemente le resultara de mucha utilidad a la hora de planear su velada investigar acerca de los gustos del brujo que tanto deseaba en este momento. Manteniendo la dignidad propia de una dama, decidió averiguarlo, ganandose de a poco la confianza del brujo, hasta conseguir lo que deseaba. - Monsieur Bane, ¿de donde es usted originario? Disculpe si le resulta grosera la pregunta, pero el color de su piel es poco habitual de encontrar en la Europa occidental. - dijo, mientras señalaba algún que otro detalle del jardín, el que desconocía y aborrecía tanto como era posible, pero que le había sido útil a la hora de necesitar un refugio donde acercarse a poder obtener lo que quería.
Miró de reojo a su compañero, y se deleito una vez más con esa mirada tan hechizante, su piel dorada, sus cabellos oscuros, y luego se dedico a imaginar otra vez su cuerpo, cada vez con menos ropa sobre él. Decidió que debía ser paciente, que pronto lo averiguaria, así le tomara toda la noche o toda la semana, no pasarían más de 10 días antes de que este extraño se mostrara en todo su esplendor ante ella. Siempre lo conseguía y estaba completamente decidida a que esta no fuera una excepción, desgustando también el sabor de una pequeña venganza al maldito clan de De Quincey y sus estúpidas normas acerca de con quien puede uno relacionarse y con quien no. Sabía a ciencia cierta que la relación con Magnus estaría bien vista, mucho mejor que la que ella había mantenido con Ralf Woolsey, pero dudaba que jamás lograra amar a Magnus como había amado a Ralf, un amor que iba más allá de la piel, de lo que era normal, de lo deseado y de lo esperado. Un amor que le fue arrebatado tan amargamente, pero que algún día, que ella, en lo más profundo de su muerto corazón, deseaba que no fuera muy lejano, sería reemplazado por el sabor de una dulce venganza, tan dulce que volvería diabeticos a los muchos niños mendigos que aparecían en las noches de Londres y que muchas veces no volverían a ver la luz del sol, luego de ser alimento de alguno de sus congéneres. Suspiró, volviendo a la realidad, y le dedicó otra de sus seductoras sonrisas al brujo, intentando aparentar una inocencia que llevaba tiempo siéndole ajena.
Se enderezó tan rápido como pudo, sin que pudiera parecer una irreverencia, y sonriendo aún, inclino la cabeza a modo de saludo a todos los presentes y le tendió la mano al brujo. Cuando éste se levanto, enganchó su brazo con el suyo, y comenzó a dirigirse hacia los jardines, como había dicho que lo haría, mientras musitaba entre dientes a un volumen que sabía que no sería audible por los vampiros - Lo que no quiere decir que nuestra velada termine tan temprano .
Continuó caminando, sonriendole a el maravilloso especímen que tenía a su lado. De cerca olía aún mejor, y le hacía sonreír aún más pensando en lo delicioso que sería en la cama. Cuando por fin estuvieron fuera del alcance de los indiscretos ojos de De Quincey y su corte de idiotas lamebotas, decidió que probablemente fuera propicio tantear el terreno. Llevaba siglos de vida, y pocas cosas podrían sorprenderla, y la versatilidad de los brujos de seguro no era una. Sabía que muchos tenían otras preferencias, por lo que probablemente le resultara de mucha utilidad a la hora de planear su velada investigar acerca de los gustos del brujo que tanto deseaba en este momento. Manteniendo la dignidad propia de una dama, decidió averiguarlo, ganandose de a poco la confianza del brujo, hasta conseguir lo que deseaba. - Monsieur Bane, ¿de donde es usted originario? Disculpe si le resulta grosera la pregunta, pero el color de su piel es poco habitual de encontrar en la Europa occidental. - dijo, mientras señalaba algún que otro detalle del jardín, el que desconocía y aborrecía tanto como era posible, pero que le había sido útil a la hora de necesitar un refugio donde acercarse a poder obtener lo que quería.
Miró de reojo a su compañero, y se deleito una vez más con esa mirada tan hechizante, su piel dorada, sus cabellos oscuros, y luego se dedico a imaginar otra vez su cuerpo, cada vez con menos ropa sobre él. Decidió que debía ser paciente, que pronto lo averiguaria, así le tomara toda la noche o toda la semana, no pasarían más de 10 días antes de que este extraño se mostrara en todo su esplendor ante ella. Siempre lo conseguía y estaba completamente decidida a que esta no fuera una excepción, desgustando también el sabor de una pequeña venganza al maldito clan de De Quincey y sus estúpidas normas acerca de con quien puede uno relacionarse y con quien no. Sabía a ciencia cierta que la relación con Magnus estaría bien vista, mucho mejor que la que ella había mantenido con Ralf Woolsey, pero dudaba que jamás lograra amar a Magnus como había amado a Ralf, un amor que iba más allá de la piel, de lo que era normal, de lo deseado y de lo esperado. Un amor que le fue arrebatado tan amargamente, pero que algún día, que ella, en lo más profundo de su muerto corazón, deseaba que no fuera muy lejano, sería reemplazado por el sabor de una dulce venganza, tan dulce que volvería diabeticos a los muchos niños mendigos que aparecían en las noches de Londres y que muchas veces no volverían a ver la luz del sol, luego de ser alimento de alguno de sus congéneres. Suspiró, volviendo a la realidad, y le dedicó otra de sus seductoras sonrisas al brujo, intentando aparentar una inocencia que llevaba tiempo siéndole ajena.
Invitado- Invitado
Re: Destacas entre el resto. (Flashback 1833 Londres~) [Camille]
Sonrió gratamente al escuchar que el líder accedía a dejarlos ir, al fin tendría alguien interesante con quien estar, o al menos ella prometía serlo, no parecía del tipo aburrido o trivial, como eran la mayoría de las chicas de la época, esta parecía tener todo lo que hacia de un elixir peligroso para Magnus. Era hermosa, seductora, convincente, y controladora. El peligro en persona, pero eso solo hacia al brujo sentirse mas interesado en descubrir que ocultaba en esos fríos, pero ardientes ojos verdes.
Se levanto de su asiento, haciendo al jefe del clan una suave reverencia, respetuosa y suave, para mostrarle que lo respetaba, pero también demostraba la conformidad con su situación, sin dudarlo tomo su mano, y en cuanto ella engancho su brazo simplemente se acomodo erguido, para seguirla hasta los jardines, esos dichosos jardines que lo habían salvado de una velada aburrida. Miro con cautela sobre su hombro, para asegurarse de estar lejos de los "cara-pálidas" con los que estaba. Luego continuo la mirada a su alrededor, bellas plantas un jardín teñido de un verde vivo que parecía contradecir lo que se encontraba dentro de el, lo que no le sorprendió, es que hubiera rosas, rojas... menos aun.
Escucho su pregunta y en cuanto volteo a mirarla confirmo el hecho, "los vampiros no huelen a nada" curioso y extraño, pero cierto, sonrió de manera coqueta en cuanto le pregunto con aquel tono, su procedencia, y deicidio contestarle en el idioma que aunque no era el suyo natal, era el que mas le gustaba, y mas se había esforzado en aprender hace mas de 100 años atrás, el francés.- Non, bien sûr que je ne trouve pas votre question rude. Ne vous inquiétez pas -Contesto, con un perfecto acento que solo se conseguía con años y años de practica o una residencia en ese lugar, de todas maneras Magnus tenia ambas, y con cierta melancolía en su rostro miro hacia el frente para seguir contestando.- Je suis de l'Irlande, mais j'aime voyager à travers le monde ¿Je peux poser la même question ... Mlle Belcourt?- Le hizo la misma pregunta, la curiosidad había superado a lo que habría querido aguantar, y no pudo desperdiciar la oportunidad.
Esa sonrisa inocente, le causo un poco de gracia y soltó una breve risa, no burlona, pero si algo divertida, sin ser exagerada, breve, mas que nada, observo sus pies caminando al mismo paso, casi coordinadamente, respiro hondo sintiendo el aroma dulce de las plantas, y el viento fresco de la noche. Le sonrió a la dama a su lado, y no pudo evitar ver esos cabellos al aire, casi majestuosamente, como toda ella lo era, deseaba no verla de esa manera tan pronto, ya que no era propio de un caballero, y no quería que lo tomen como un grosero, mucho menos como que apuraba las cosas. Ella le agradaba y esperaba volver a verla mas seguido, desde ahora, las juntas con De Quincey tendrían algo mas interesante y una razón mas que valida para ir. Solo esperaba que ella pensase igual, y por la forma en la que se comportaba podía creer que si lo hacia, ¿Pero como saberlo? era una vampiresa y podía sobrepasarlo en edad y experiencia, el brujo no se dejaría manipular, pero digamos la verdad ¿Quien podía decir no, a tan angelical y demoníaco rostro?
Magnus nunca se había enamorado y no esperaba hacerlo pronto, nadie lo había cautivado de la manera suficiente como para merecer que el brujo actuara desprevenidamente, y ella no era la excepción a la regla, pero si deseaba alcanzar a conocerla, debía mantenerla a su lado.
Se levanto de su asiento, haciendo al jefe del clan una suave reverencia, respetuosa y suave, para mostrarle que lo respetaba, pero también demostraba la conformidad con su situación, sin dudarlo tomo su mano, y en cuanto ella engancho su brazo simplemente se acomodo erguido, para seguirla hasta los jardines, esos dichosos jardines que lo habían salvado de una velada aburrida. Miro con cautela sobre su hombro, para asegurarse de estar lejos de los "cara-pálidas" con los que estaba. Luego continuo la mirada a su alrededor, bellas plantas un jardín teñido de un verde vivo que parecía contradecir lo que se encontraba dentro de el, lo que no le sorprendió, es que hubiera rosas, rojas... menos aun.
Escucho su pregunta y en cuanto volteo a mirarla confirmo el hecho, "los vampiros no huelen a nada" curioso y extraño, pero cierto, sonrió de manera coqueta en cuanto le pregunto con aquel tono, su procedencia, y deicidio contestarle en el idioma que aunque no era el suyo natal, era el que mas le gustaba, y mas se había esforzado en aprender hace mas de 100 años atrás, el francés.- Non, bien sûr que je ne trouve pas votre question rude. Ne vous inquiétez pas -Contesto, con un perfecto acento que solo se conseguía con años y años de practica o una residencia en ese lugar, de todas maneras Magnus tenia ambas, y con cierta melancolía en su rostro miro hacia el frente para seguir contestando.- Je suis de l'Irlande, mais j'aime voyager à travers le monde ¿Je peux poser la même question ... Mlle Belcourt?- Le hizo la misma pregunta, la curiosidad había superado a lo que habría querido aguantar, y no pudo desperdiciar la oportunidad.
Esa sonrisa inocente, le causo un poco de gracia y soltó una breve risa, no burlona, pero si algo divertida, sin ser exagerada, breve, mas que nada, observo sus pies caminando al mismo paso, casi coordinadamente, respiro hondo sintiendo el aroma dulce de las plantas, y el viento fresco de la noche. Le sonrió a la dama a su lado, y no pudo evitar ver esos cabellos al aire, casi majestuosamente, como toda ella lo era, deseaba no verla de esa manera tan pronto, ya que no era propio de un caballero, y no quería que lo tomen como un grosero, mucho menos como que apuraba las cosas. Ella le agradaba y esperaba volver a verla mas seguido, desde ahora, las juntas con De Quincey tendrían algo mas interesante y una razón mas que valida para ir. Solo esperaba que ella pensase igual, y por la forma en la que se comportaba podía creer que si lo hacia, ¿Pero como saberlo? era una vampiresa y podía sobrepasarlo en edad y experiencia, el brujo no se dejaría manipular, pero digamos la verdad ¿Quien podía decir no, a tan angelical y demoníaco rostro?
Magnus nunca se había enamorado y no esperaba hacerlo pronto, nadie lo había cautivado de la manera suficiente como para merecer que el brujo actuara desprevenidamente, y ella no era la excepción a la regla, pero si deseaba alcanzar a conocerla, debía mantenerla a su lado.
Invitado- Invitado
Re: Destacas entre el resto. (Flashback 1833 Londres~) [Camille]
Al escucharlo hablar en francés no pudo evitar soltar una carcajada, y por varios motivos. Primero, porque sonaba endemoniadamente sexy, y hacia falta de grandes cantidades de su autocontrol para no arrinconarlo contra una pared y probarlo en todos los sentidos posibles. Segundo, porque le encantaba que intentara llamar su atención mediante un sencillo detalle como podía serlo el idioma. Tercero, porque la encendía que tuviera ese detalle, sobre todo porque era una señal de que al fin y al cabo ella era de su interés. Y por último, pero no por eso menos importante, ahora sabía con certeza de que él no podría resistirla, y que antes de que volviera a anochecer él sería suyo. Así de simple.
- Il n'est pas évident d'où je viens? Una mujer de mi clase sólo puede venir de un sitio, de la Marseille. - dice, algo ofuscada, aunque deleitada aún por el interés que el otro mostraba. Suspira, intentando relajarse, no quería ser antipática con el extraño. Continúa caminando, mientras piensa que otro dato le interesaba del extraño. Pensó que quizás podría intentar averiguar que motivo lo había arrastrado a tan desagradable velada, con las palabras correctas, claro.
- ¿Puedo preguntarle acerca de que lo... atrajo hasta tan... maravillosa velada? No parece la clase de persona que ronda estos lares. Tiene buen gusto, y esta algo lejano al aire de... decadencia que rodea a algunas personas. - sonríe, satisfecha de haber logrado decir las palabras "correctas", de manera de que si eran escuchados o si el Monsieur Bane en realidad trabajaba para De Quincey, no pudieran acusarle de mucho.
Su mente trabajaba velozmente, intentando hurdir un plan que terminara de manera agradable esa velada. Debía ser rápida para lograr hechizar al brujo con sus encantos y asegurar su triunfo. Pensó en diversas formas para sacar el tema a colación. De manera directa siempre era una opción, más cuando se trataba de inmortales, pero suponía que por la educación de su acompañante probablemente resultara más prolífero convertirse en una damisela en apuros. De seguro tendría problemas resistiendo eso, ¿o acaso no lo tienen todos? Decidió que esperaría su respuesta antes de decidirse a poner en juego su plan, saboreando el éxito con antelación. Sabía que eso no siempre llevaba a buen puerto, pero en este momento no podía evitarlo, ver a Monsieur Bane hacía que ardiera y no sólo de sed, sino de una pasión gobernada por el aburrimiento y por desear tener todas las cosas bellas, aunque fuera por un rato, hasta que el aburrimiento volviera y tuviera que seguir adelante, sola, como siempre.
- Il n'est pas évident d'où je viens? Una mujer de mi clase sólo puede venir de un sitio, de la Marseille. - dice, algo ofuscada, aunque deleitada aún por el interés que el otro mostraba. Suspira, intentando relajarse, no quería ser antipática con el extraño. Continúa caminando, mientras piensa que otro dato le interesaba del extraño. Pensó que quizás podría intentar averiguar que motivo lo había arrastrado a tan desagradable velada, con las palabras correctas, claro.
- ¿Puedo preguntarle acerca de que lo... atrajo hasta tan... maravillosa velada? No parece la clase de persona que ronda estos lares. Tiene buen gusto, y esta algo lejano al aire de... decadencia que rodea a algunas personas. - sonríe, satisfecha de haber logrado decir las palabras "correctas", de manera de que si eran escuchados o si el Monsieur Bane en realidad trabajaba para De Quincey, no pudieran acusarle de mucho.
Su mente trabajaba velozmente, intentando hurdir un plan que terminara de manera agradable esa velada. Debía ser rápida para lograr hechizar al brujo con sus encantos y asegurar su triunfo. Pensó en diversas formas para sacar el tema a colación. De manera directa siempre era una opción, más cuando se trataba de inmortales, pero suponía que por la educación de su acompañante probablemente resultara más prolífero convertirse en una damisela en apuros. De seguro tendría problemas resistiendo eso, ¿o acaso no lo tienen todos? Decidió que esperaría su respuesta antes de decidirse a poner en juego su plan, saboreando el éxito con antelación. Sabía que eso no siempre llevaba a buen puerto, pero en este momento no podía evitarlo, ver a Monsieur Bane hacía que ardiera y no sólo de sed, sino de una pasión gobernada por el aburrimiento y por desear tener todas las cosas bellas, aunque fuera por un rato, hasta que el aburrimiento volviera y tuviera que seguir adelante, sola, como siempre.
Invitado- Invitado
Temas similares
» Bittersweet [Camille Belcourt]
» Verdaderas naturalezas. [Flashback con Alienne Pinkrose]
» Run before you get caught |Flashback| (Magnus Bane)
» Funky [flashback] [Anthony Blacklight]
» Shogun [Kamui] [Flashback 1600]
» Verdaderas naturalezas. [Flashback con Alienne Pinkrose]
» Run before you get caught |Flashback| (Magnus Bane)
» Funky [flashback] [Anthony Blacklight]
» Shogun [Kamui] [Flashback 1600]
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Vie Nov 21, 2014 9:49 am por Magnus Bane
» Unborn Children {Afiliación Normal - Cambio de nombre y botón}
Miér Nov 05, 2014 7:55 am por Invitado
» Comidas Graciosas... y ¿Paparazzi? || Valentina Devereaux
Dom Nov 02, 2014 1:03 pm por Valentina Devereaux
» Isabelle Lightwood
Sáb Nov 01, 2014 7:15 pm por Adhara D. Herven
» Parque de Diversiones….
Sáb Nov 01, 2014 6:42 pm por Yrenne Shadehound
» TALES OF BAGAROK {El alma medieval} - Cambio de botón (Élite)
Miér Oct 29, 2014 10:17 pm por Kyosuke Nightshadow
» Shadow Flames || Cambio de botón { Élite }
Dom Oct 26, 2014 10:44 pm por Kyosuke Nightshadow
» Soy Divergente. (ELITE) - Cambio de URL + Botón
Vie Oct 24, 2014 8:40 pm por Kyosuke Nightshadow
» Hola, hola
Jue Oct 23, 2014 6:47 pm por Alec Lightwood