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Es que... Este era el único lugar al que quería ir. (Magnus)
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Es que... Este era el único lugar al que quería ir. (Magnus)
Luego de discutir con Jace, dio vueltas por toda el instituto, esperando que este se encerrara en la sala de música o en su habitación, para poder escabullirse sin ser visto. Sabía que había pasado toda la tarde allí, pero necesitaba sentirse un poco más tranquilo, más relajado, y eso era algo que podía lograr si el brujo estaba cerca suyo. Camino por las calles oculto de todos los ojos posibles por un glamour, acercándose de a poco al departamento de su... Esa era la pregunta... ¿Qué era Magnus en su vida? ¿Un simple pasatiempo? ¿O se estaba convirtiendo en algo más? Temía que eso fuera cierto, después de todo... Era en él en quien había pensado cuando quiso buscarse un refugio.
Cada vez que discutía con Jace, se sentía como un niño pequeño al que retaran, y que corría a refugiarse en los brazos de su madre. Sólo que su refugio no eran los brazos de su madre, eran los brazos de Magnus, quien lo comprendía y a pesar de que nunca hablaran de eso, le tenía paciencia. De pensar en esto, ya ansiaba que el brujo lo abrazara y lo cuidara. Ojalá le permitiera quedarse un rato más esa noche... O quizás estaba harto de el y de su indecisión.
De pie frente al departamento del brujo, dudó durante unos instantes. Miró fijamente la puerta, pero no se atrevía a tocar. Estaba algo triste y desconcertado, y temía que el brujo lo rechazara cuando lo viera del otro lado de la puerta.
Suspiro, y dio unos pasos hacia delante, tocando el timbre, y mordiéndose el labio inferior mientras esperaba ser atendido. La espera lo tenía nervioso... ¿Y si el brujo lo rechazaba y lo mandaba de vuelta al instituto? Estiro las mangas de su pulover, del que tenia roto una costura, para poder pasar el pulgar y esconder gran parte de las manos dentro, dejando de morderse el labio y comenzando a comerse las uñas casi inexistentes y bastante rotas de tanto ser mordidas. Sintió el alivio recorrerlo cuando alguien descorrió el cerrojo desde el otro lado de la puerta.
Cada vez que discutía con Jace, se sentía como un niño pequeño al que retaran, y que corría a refugiarse en los brazos de su madre. Sólo que su refugio no eran los brazos de su madre, eran los brazos de Magnus, quien lo comprendía y a pesar de que nunca hablaran de eso, le tenía paciencia. De pensar en esto, ya ansiaba que el brujo lo abrazara y lo cuidara. Ojalá le permitiera quedarse un rato más esa noche... O quizás estaba harto de el y de su indecisión.
De pie frente al departamento del brujo, dudó durante unos instantes. Miró fijamente la puerta, pero no se atrevía a tocar. Estaba algo triste y desconcertado, y temía que el brujo lo rechazara cuando lo viera del otro lado de la puerta.
Suspiro, y dio unos pasos hacia delante, tocando el timbre, y mordiéndose el labio inferior mientras esperaba ser atendido. La espera lo tenía nervioso... ¿Y si el brujo lo rechazaba y lo mandaba de vuelta al instituto? Estiro las mangas de su pulover, del que tenia roto una costura, para poder pasar el pulgar y esconder gran parte de las manos dentro, dejando de morderse el labio y comenzando a comerse las uñas casi inexistentes y bastante rotas de tanto ser mordidas. Sintió el alivio recorrerlo cuando alguien descorrió el cerrojo desde el otro lado de la puerta.
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Re: Es que... Este era el único lugar al que quería ir. (Magnus)
Cuando había despedido a Alec esa misma tarde, había cambiado su mueca de sonrisa a una seria en menos de un segundo, cuando estaba con el, estaba mucho mas relajado, podía distraerse de sus trabajos y de las constantes llamados que hacían de el. Por lo que cuando se fue, volvió a caer en cuanta que aun tenia mucho trabajo que hacer. Se encontraba en el escritorio de su oficina, con libros y hojas de pergaminos cubriendo casi totalmente la superficie de madera y como si aquello no fuera suficiente varios de ellos estaban en el suelo desplegados en una especie de patrón extraño, que cada tanto dejaba escapar un suave brillo en intervalos cortos, de un color violáceo vivaz, fomentado por las palabras en algún idioma seseante que leía, hasta que de pronto, las luces se apagaron por completo. Magnus exhalo el aire frustrado, y pronuncio un improperio entre dientes, se tomo las sienes y decidió seguir, aquel era un trabajo al que debía darle la vuelta.
Horas pasaron sin que el mismo lo notase, sumido en sus pensamientos para alejarse de otros más destructivos o inadecuados, como aquel nephilim que daba vueltas dentro de su cabeza como si allí fuera su hogar. Sacudió la cabeza, ya estaba empezando a recordar sus besos, sus cabellos negros y ojos azules, y eso sin duda, aparte de relajarlo, lo desconcentraba.
Las luces comenzaron a brillar nuevamente en aquel hexagonal diseño de pergaminos pero sin llegar al tercer brillo se ve interrumpido por el ruido del timbre, suspiro nuevamente, pensando a quien se le ocurriría llegar a estas horas, claro, sin ser citado antes. Camino sin prisa hacia la puerta con unos azules pantalones acampanados y una camisa amarilla de de seda que no dejaba nada a la imaginación, gracias a la transparencia de esta, y sobre aquella un tapado negro que cortaba la sobre exposición de la camisa, corrió con sus dedos largos la ventanilla de la ventana y al ver a Alec, se sorprendió, pero no dudo ni un instante en abrir la cerradura, y dejarse a la vista, apoyándose en el marco de la puerta.
– Alec, querido, siempre es un placer verte, pero no te esperaba tan pronto de regreso. –Ladeo la cabeza, haciendo una leve pausa y luego se hecho para atrás dándole paso a su loft. –¿Sucedió algo?
Horas pasaron sin que el mismo lo notase, sumido en sus pensamientos para alejarse de otros más destructivos o inadecuados, como aquel nephilim que daba vueltas dentro de su cabeza como si allí fuera su hogar. Sacudió la cabeza, ya estaba empezando a recordar sus besos, sus cabellos negros y ojos azules, y eso sin duda, aparte de relajarlo, lo desconcentraba.
Las luces comenzaron a brillar nuevamente en aquel hexagonal diseño de pergaminos pero sin llegar al tercer brillo se ve interrumpido por el ruido del timbre, suspiro nuevamente, pensando a quien se le ocurriría llegar a estas horas, claro, sin ser citado antes. Camino sin prisa hacia la puerta con unos azules pantalones acampanados y una camisa amarilla de de seda que no dejaba nada a la imaginación, gracias a la transparencia de esta, y sobre aquella un tapado negro que cortaba la sobre exposición de la camisa, corrió con sus dedos largos la ventanilla de la ventana y al ver a Alec, se sorprendió, pero no dudo ni un instante en abrir la cerradura, y dejarse a la vista, apoyándose en el marco de la puerta.
– Alec, querido, siempre es un placer verte, pero no te esperaba tan pronto de regreso. –Ladeo la cabeza, haciendo una leve pausa y luego se hecho para atrás dándole paso a su loft. –¿Sucedió algo?
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Re: Es que... Este era el único lugar al que quería ir. (Magnus)
A sabiendas que el brujo odiaba que se mordisqueara las uñas, bajo la mano, aún sin saber que decir o como explicar que estaba allí de regreso. Se mordió el labio ante la perspectiva de decirle la verdad, que estaba allí porque se había peleado con Jace, que Jace casi descubría que ellos se reunían en secreto, con todo lo que eso implicaba: que le gustaban los hombres, que salía con uno, que sería la vergüenza de la familia y de la clave, y de sólo pensarlo el peso de todo aquello lo abrumaba y lo quebraba en dos.
La penuria se abrió paso a su rostro, y este era casi un espejo de lo que sentía dentro, y sabía que el brujo lo leería con demasiada facilidad, lo que lo hacía sentir a la vez aliviado y avergonzado de ser tan evidente.
Entró al departamento por el paso que Magnus le había brindado, y luego de un par de pasos se giró a mirarlo. A veces se odiaba a sí mismo, y este era uno de esos momentos. Iba con una persona que lo aceptaba de verdad, que le tenía en estima, a llorar por alguien con quien jamás tendría la mas mínima oportunidad, le hacía despreciarse a si mismo, y sumado a la mala noche que tenía, hubo de contenerse demasiado para no echarse a sus brazos en busca de un consuelo que el otro le daría, pero... si la situación fuera al reves... ¿Que sucedería?
Miró al brujo a los ojos, y casi en tono de ruego le pidió - ¿Puedo quedarme un rato... Puedo quedarme...? - no pudo pedírselo, si continuaba hablando comenzaría a llorar, y no quería mostrarse débil, era un cazador de sombras y debía resistir.
La penuria se abrió paso a su rostro, y este era casi un espejo de lo que sentía dentro, y sabía que el brujo lo leería con demasiada facilidad, lo que lo hacía sentir a la vez aliviado y avergonzado de ser tan evidente.
Entró al departamento por el paso que Magnus le había brindado, y luego de un par de pasos se giró a mirarlo. A veces se odiaba a sí mismo, y este era uno de esos momentos. Iba con una persona que lo aceptaba de verdad, que le tenía en estima, a llorar por alguien con quien jamás tendría la mas mínima oportunidad, le hacía despreciarse a si mismo, y sumado a la mala noche que tenía, hubo de contenerse demasiado para no echarse a sus brazos en busca de un consuelo que el otro le daría, pero... si la situación fuera al reves... ¿Que sucedería?
Miró al brujo a los ojos, y casi en tono de ruego le pidió - ¿Puedo quedarme un rato... Puedo quedarme...? - no pudo pedírselo, si continuaba hablando comenzaría a llorar, y no quería mostrarse débil, era un cazador de sombras y debía resistir.
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Re: Es que... Este era el único lugar al que quería ir. (Magnus)
Alec no era de venir dos días seguidos y mucho menos de venir el mismo dia, el no lo admitiría pero no quería que nadie se entere de sus encuentros, lo cual de cierto modo lo desanimaba un poco, pero tenido tantos años de edad sabia como eran los primeros pasos en admitirse como es, y siempre son los mas difíciles pero no por eso iba a irse de su lado.
Cuando lo vio pasara por la puerta en ese inexpresivo silencio, con facilidad y su rostro para el, abierto como un libro que esperaba con ansias ser leído, detecto que algo no estaba bien, su presencia aquí mas ese ambiente de presión que lo rodeaba, no era buena combinación, casi inmediatamente un nombre paso por su cabeza, un nombre que lo había “Molestado” desde el principio de aquello y que el mismo tuvo que contenerse para no decir nada, agradeciendo a su control sobre si mismo el lograrlo.
Lo siguió con la mirada tratando de que algo en su vestimenta o en su piel le indicara sin las palabras que pasaba, pero no había nadie diferente, un suéter medio agujereado, largo como el solía usar y un pantalón un poco gastado y de color negó. A veces se preguntaba si los nephilims se sentían tan honrados de su raza que no usarían jamás otros colores o es que realmente era el único en el que podían pensar, por un momento se desconcentro por aquel pensamiento pero al escuchar su vez temblorosa y observar aquellos ojos gélidos pero sinceros cristalizándose, presto mucha mas atención y cualquier gesto divertido se borro de sus labios asintiendo inmediatamente.
-Claro… Alec, sabes… sabes que puedes quedarte. –Dijo cerrando la puerta y acompañándolo hacia arriba, con paso lento.- Me refiero… ¿Te quedaras a pasar la noche? –Pregunto. Solo necesitaba aclarar aquello, para preparar un cuarto, no creía que el quisiera dormir en la misma cama con Magnus, ya que con mucho esfuerzo lograba darle un beso sin que se pusiera completamente rojo de pies a cabeza. Aunque no lo negaba, le gustaba ese rubor.
Cuando lo vio pasara por la puerta en ese inexpresivo silencio, con facilidad y su rostro para el, abierto como un libro que esperaba con ansias ser leído, detecto que algo no estaba bien, su presencia aquí mas ese ambiente de presión que lo rodeaba, no era buena combinación, casi inmediatamente un nombre paso por su cabeza, un nombre que lo había “Molestado” desde el principio de aquello y que el mismo tuvo que contenerse para no decir nada, agradeciendo a su control sobre si mismo el lograrlo.
Lo siguió con la mirada tratando de que algo en su vestimenta o en su piel le indicara sin las palabras que pasaba, pero no había nadie diferente, un suéter medio agujereado, largo como el solía usar y un pantalón un poco gastado y de color negó. A veces se preguntaba si los nephilims se sentían tan honrados de su raza que no usarían jamás otros colores o es que realmente era el único en el que podían pensar, por un momento se desconcentro por aquel pensamiento pero al escuchar su vez temblorosa y observar aquellos ojos gélidos pero sinceros cristalizándose, presto mucha mas atención y cualquier gesto divertido se borro de sus labios asintiendo inmediatamente.
-Claro… Alec, sabes… sabes que puedes quedarte. –Dijo cerrando la puerta y acompañándolo hacia arriba, con paso lento.- Me refiero… ¿Te quedaras a pasar la noche? –Pregunto. Solo necesitaba aclarar aquello, para preparar un cuarto, no creía que el quisiera dormir en la misma cama con Magnus, ya que con mucho esfuerzo lograba darle un beso sin que se pusiera completamente rojo de pies a cabeza. Aunque no lo negaba, le gustaba ese rubor.
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Re: Es que... Este era el único lugar al que quería ir. (Magnus)
Suspiro de alivio cuando Magnus le dijo que podía quedarse, no quería volver al instituto donde Jace pudiera encontrarlo, quería otro instante de tranquilidad, cada vez le eran mas necesarios, y últimamente sólo los conseguía en aquel sitio, con el brujo. Sin embargo, no sabía cuanto se quedaría, por lo que se limitó a encogerse de hombros ante la pregunta y responder - No lo sé... No quiero volver, pero en algún momento deberé hacerlo... Pero lo haré cuando Jace este dormido, luego del alba, para que no se dé cuenta de... - se queda callado, temeroso de que pudiera decir algo que hiriera al dueño de casa, al dueño de su refugio de aquella noche... o a su refugio mismo?
Sabía que le debía una explicación, por duro que fuera, y casi temblaba cuando reconoció el motivo de su intromisión esa noche - Discutí con Jace... Casi... Casi me hace contarle todo... No... No estoy listo... Yo... - decir esas palabras en voz alta fue demasiado para él y comenzó a llorar, preso de un ataque de nervios, lo había estresado mucho mentirle a Jace y encima no estaba del todo seguro que le hubiera creído, pero había hecho su mejor intento.
Retrocedió avergonzado por sus lágrimas, ocultando el rostro en sus manos, hasta, sin darse cuenta chocar con un sillón. A duras penas conservo el equilibrio, pero tuvo que dejar unos segundos su rostro lloroso al descubierto. Se sonrojó de la vergüenza que le daba ser en fin tan débil, tan defectuoso, no sólo era homosexual, contrariando las costumbres de la clave, sino que ni siquiera era lo suficientemente fuerte para no llorar en público y encima por alguien que nunca le correspondería. Miró hacia otro lado, como intentando ocultarse de Magnus, de sus ojos gatunos tan inteligentes, que podrían adivinar sus pensamientos y sentimientos más de lo que él mismo los conocía.
Sabía que le debía una explicación, por duro que fuera, y casi temblaba cuando reconoció el motivo de su intromisión esa noche - Discutí con Jace... Casi... Casi me hace contarle todo... No... No estoy listo... Yo... - decir esas palabras en voz alta fue demasiado para él y comenzó a llorar, preso de un ataque de nervios, lo había estresado mucho mentirle a Jace y encima no estaba del todo seguro que le hubiera creído, pero había hecho su mejor intento.
Retrocedió avergonzado por sus lágrimas, ocultando el rostro en sus manos, hasta, sin darse cuenta chocar con un sillón. A duras penas conservo el equilibrio, pero tuvo que dejar unos segundos su rostro lloroso al descubierto. Se sonrojó de la vergüenza que le daba ser en fin tan débil, tan defectuoso, no sólo era homosexual, contrariando las costumbres de la clave, sino que ni siquiera era lo suficientemente fuerte para no llorar en público y encima por alguien que nunca le correspondería. Miró hacia otro lado, como intentando ocultarse de Magnus, de sus ojos gatunos tan inteligentes, que podrían adivinar sus pensamientos y sentimientos más de lo que él mismo los conocía.
Última edición por Alec Lightwood el Dom Oct 13, 2013 9:18 am, editado 1 vez
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Re: Es que... Este era el único lugar al que quería ir. (Magnus)
Lo observo expectante mientras hablaba y su ceño fruncido, sin denotar enojo, sino mas bien, preocupación le hacia saber que estaba atento a sus palabras y en cuanto el mismo se detuvo a la mitad de la frente, ladeo la cabeza como dándole paso a que siguiera hablando, cosa que luego de unos momento s se arrepintió totalmente. El rostro de Alec comenzó a inundarse de lagrimas y Magnus se quedo inmóvil por unos momentos, si bien dolía en parte que le dijera que no quería que se enteraran, pero entendía su situación y lo duro que era para el admitir eso my mucho mas con Jace, de quien era bien sabido estaba enamorados.
No dudo mas y estiro la mano hacia Alec y lo jalo hacia si, tratando de que recueste la cabeza en su pecho, como si fuese a un niño al que estuviera abrazando, un niño que necesitaba mas que nada comprencion y que lo contuvieran, se había puesto nervioso, tal vez ante la idea de una reacción mala de parte de Magnus, lo cual viniendo de el, significaba una pequeña muestra de cariño, aunque sea minimo, esa vergüenza y ese comportamiendo le produjo a Magnus egoístamente una sonrisa, pero luego cambio su rostro y lo apretó un poco mas, Alec parecía haberse quedado shoqueado con esa acción y decidió romper el silencio.
-Shh… Esta bien… - Susurro. – No importa porque hayas venido, solo que hayas escogido mi casa para hacerlo. –Sonrio pero no lo solto y lo rodeo con sus brazos, dejando que su perfume lo unundase. Alec quedaba pequeño en el 1.98 del brujo, pero no le molestaba a Magnus, es mas, le daba la sensacion de querer cuidarlo, su fragilidad, su debilidad, se había hecho un atractivo mas que a Magnus no podría rechazar, después de todo.
Todos los brujos adoran la fragilidad
No dudo mas y estiro la mano hacia Alec y lo jalo hacia si, tratando de que recueste la cabeza en su pecho, como si fuese a un niño al que estuviera abrazando, un niño que necesitaba mas que nada comprencion y que lo contuvieran, se había puesto nervioso, tal vez ante la idea de una reacción mala de parte de Magnus, lo cual viniendo de el, significaba una pequeña muestra de cariño, aunque sea minimo, esa vergüenza y ese comportamiendo le produjo a Magnus egoístamente una sonrisa, pero luego cambio su rostro y lo apretó un poco mas, Alec parecía haberse quedado shoqueado con esa acción y decidió romper el silencio.
-Shh… Esta bien… - Susurro. – No importa porque hayas venido, solo que hayas escogido mi casa para hacerlo. –Sonrio pero no lo solto y lo rodeo con sus brazos, dejando que su perfume lo unundase. Alec quedaba pequeño en el 1.98 del brujo, pero no le molestaba a Magnus, es mas, le daba la sensacion de querer cuidarlo, su fragilidad, su debilidad, se había hecho un atractivo mas que a Magnus no podría rechazar, después de todo.
Todos los brujos adoran la fragilidad
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Re: Es que... Este era el único lugar al que quería ir. (Magnus)
- Es que... Este era el único lugar al que quería ir... - musitó entre sollozos, rodeándolo tímidamente con sus brazos. Siguió llorando un rato, no recordaba con claridad cuando había sido la última vez que había llorado, y mucho menos que lo hubiera hecho con alguien delante. No le gustaba mostrarse débil, y llevaba años conteniéndose y a lo sumo llorando en la privada oscuridad de su habitación, a altas horas de la noche, donde ya todos estaban durmiendo luego de una ardua cacería.
Tenía la cabeza apoyada en su hombro, y estaba inundado en su aroma, una mezcla de sándalo y algo más, algo que lo hacía especial, demasiado especial para él. Cuando estaba tan cerca del brujo, Jace era casi la sombra de un puñal, y el brujo era quien lo vendaba y lo cuidaba, y estaba casi seguro que le quería. Pero Jace solía... Era difícil de explicar, cuando pasas admirando a alguien tanto tiempo, cómo sabes que es lo que sientes? Cómo sabes si es amor, un sentimiento de fraternalidad o una simple faceta de la unión parabatai?
Suspiro, algo más entero, pero aún sollozante, y subió hacia su rostro rozándole el cuello con la nariz, para no perderse nada de ese olor que lo relajaba. Miro sus ojos una décima de segundo, y luego bajo los propios, no era digno de la mirada del brujo, pero aún rodeándolo con los brazos, se impulsó hacia él y lo beso en los labios, transmitiéndole la humedad de sus lágrimas. Busco alivio en sus labios, busco confianza, busco recibir perdón, y, sobre todo, busco olvido por un rato de sus problemas en el instituto.
Tenía la cabeza apoyada en su hombro, y estaba inundado en su aroma, una mezcla de sándalo y algo más, algo que lo hacía especial, demasiado especial para él. Cuando estaba tan cerca del brujo, Jace era casi la sombra de un puñal, y el brujo era quien lo vendaba y lo cuidaba, y estaba casi seguro que le quería. Pero Jace solía... Era difícil de explicar, cuando pasas admirando a alguien tanto tiempo, cómo sabes que es lo que sientes? Cómo sabes si es amor, un sentimiento de fraternalidad o una simple faceta de la unión parabatai?
Suspiro, algo más entero, pero aún sollozante, y subió hacia su rostro rozándole el cuello con la nariz, para no perderse nada de ese olor que lo relajaba. Miro sus ojos una décima de segundo, y luego bajo los propios, no era digno de la mirada del brujo, pero aún rodeándolo con los brazos, se impulsó hacia él y lo beso en los labios, transmitiéndole la humedad de sus lágrimas. Busco alivio en sus labios, busco confianza, busco recibir perdón, y, sobre todo, busco olvido por un rato de sus problemas en el instituto.
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Re: Es que... Este era el único lugar al que quería ir. (Magnus)
Esas palabras lograron que el brujo sonriera por dentro aun más de lo que lo estaba haciendo, aferrándose a el, sentía la necesidad de ambos de no separarse, y sin ningún impedimento para no hacerlo se quedo de esa manera, sentía sus lagrimas mojar la camisa sobre su hombro, pero a esta altura no le molestaba, y probablemente, no le de importancia.
- Me hace feliz, escuchar eso, Alec. - Los brazos de Alec también lo rodeaban, eso parecía hacer detener el tiempo en su tacto y mas aun cuando su nariz roso su cuello, haciéndolo sentir un pequeño escalofrió mientras su respiración chocaba, suave y entrecortada por el llanto, pero calidad contra la piel.
Se separo solo milímetros para poder observar sus ojos, con tranquilidad, tratando se que se calmase un poco, y retiro sus lagrimas con los dedos, y en cuanto el aparto la mirada, tomo su mentón y lo obligo, sin mucha brusquedad, a que lo mirase de nuevo, no deseaba que apartase la mirada, quería que lo mire a el, y solo a el.
Pero algo le sorprendió, luego de apartar la mirada, de aquellas lagrimas, no esperaba que el nephilim tuviera la fuerza como para besarlo, pero así lo hizo se lanzo a sus labios, y por supuesto Magnus no opuso resistencia, lo rodeo por la cintura y unió sus labios correspondiendo cada pequeño movimiento del otro, permitiéndole esta vez a diferencia de las demás que el guiara el ritmo, sus labios eran suaves, y sabían salados por las lagrimas que se habían resbalado hasta la comisura de estos, pero eso solo hacia que sean, aun mas especiales. Ladeo la cabeza, mientras con la punta de sus dedos acariciaba la espalda del nephilim, manteniéndola recta y su cuerpo pegado al propio, compartiendo su calor a través de la tela
- Me hace feliz, escuchar eso, Alec. - Los brazos de Alec también lo rodeaban, eso parecía hacer detener el tiempo en su tacto y mas aun cuando su nariz roso su cuello, haciéndolo sentir un pequeño escalofrió mientras su respiración chocaba, suave y entrecortada por el llanto, pero calidad contra la piel.
Se separo solo milímetros para poder observar sus ojos, con tranquilidad, tratando se que se calmase un poco, y retiro sus lagrimas con los dedos, y en cuanto el aparto la mirada, tomo su mentón y lo obligo, sin mucha brusquedad, a que lo mirase de nuevo, no deseaba que apartase la mirada, quería que lo mire a el, y solo a el.
Pero algo le sorprendió, luego de apartar la mirada, de aquellas lagrimas, no esperaba que el nephilim tuviera la fuerza como para besarlo, pero así lo hizo se lanzo a sus labios, y por supuesto Magnus no opuso resistencia, lo rodeo por la cintura y unió sus labios correspondiendo cada pequeño movimiento del otro, permitiéndole esta vez a diferencia de las demás que el guiara el ritmo, sus labios eran suaves, y sabían salados por las lagrimas que se habían resbalado hasta la comisura de estos, pero eso solo hacia que sean, aun mas especiales. Ladeo la cabeza, mientras con la punta de sus dedos acariciaba la espalda del nephilim, manteniéndola recta y su cuerpo pegado al propio, compartiendo su calor a través de la tela
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Re: Es que... Este era el único lugar al que quería ir. (Magnus)
El beso lo relajó, le permitió dejar de llorar. Se separó al cabo de un rato, para poder respirar, y se apoyó en el brujo, se sentía cansado. - Cuando estoy contigo... Eres lo único en lo que pienso - le dijo, contra su pecho, sintiendo como su respiración había quedado agitada, y abrazándolo con fuerza, antes de separarse, volver a tomar su rostro y darle un corto beso.
Luego lo tomó de la mano, y lo llevó hasta el sillón, donde se sentó, esperando que el otro lo acompañara. Lo miró a los ojos, como pidiendo disculpas por el arrebato de recién, y recogió sus piernas contra su cuerpo, haciéndose bolita, como lo hacía cuando era niño y tenía miedo de la oscuridad.
Se sonrojó antes de pedirle algo - Puedo... Entiendo si no puedes, pero, puedo dormir contigo... Si no tenemos relaciones antes? - dijo, antes de esconder su cara entre sus piernas, parecía un niño pequeño, que no se atrevía a dormir sólo por miedo a la oscuridad, aunque el en realidad le tenía miedo a sus pensamientos y a la dirección que estos pudieran llevarle. No quería estar sólo, y probablemente de no haber tenido otro sitio donde ir, se hubiera quedado con su hermana, pero no hubiera querido que esta se enterara de que aún estaba prendado de Jace al punto de no poder dormir sólo.
- Si no puedes... Al menos... Podrías quedarte junto conmigo hasta que me duerma? - pidió, mirándole a los ojos, para poder reconocer su expresión, sobre todo la expresión de disgusto si pensaba que el nephilim era un cobarde. - No quiero incomodarte o molestarte. - añadió, intentando comportarse con algo más de valentía de la que se sentía capaz.
Luego lo tomó de la mano, y lo llevó hasta el sillón, donde se sentó, esperando que el otro lo acompañara. Lo miró a los ojos, como pidiendo disculpas por el arrebato de recién, y recogió sus piernas contra su cuerpo, haciéndose bolita, como lo hacía cuando era niño y tenía miedo de la oscuridad.
Se sonrojó antes de pedirle algo - Puedo... Entiendo si no puedes, pero, puedo dormir contigo... Si no tenemos relaciones antes? - dijo, antes de esconder su cara entre sus piernas, parecía un niño pequeño, que no se atrevía a dormir sólo por miedo a la oscuridad, aunque el en realidad le tenía miedo a sus pensamientos y a la dirección que estos pudieran llevarle. No quería estar sólo, y probablemente de no haber tenido otro sitio donde ir, se hubiera quedado con su hermana, pero no hubiera querido que esta se enterara de que aún estaba prendado de Jace al punto de no poder dormir sólo.
- Si no puedes... Al menos... Podrías quedarte junto conmigo hasta que me duerma? - pidió, mirándole a los ojos, para poder reconocer su expresión, sobre todo la expresión de disgusto si pensaba que el nephilim era un cobarde. - No quiero incomodarte o molestarte. - añadió, intentando comportarse con algo más de valentía de la que se sentía capaz.
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Re: Es que... Este era el único lugar al que quería ir. (Magnus)
Contuvo un pequeño gruñido en cuanto se separo de sus labios, no quería que lo hiciera, sus besos eran diferentes a los que había probado antes, en todos sus años de vida, había tenido mas de las parejas de las que podría haber contado o de las que tenga noción o recuerdo. Pero sabia que ninguna tuvo esa actitud para con el, es la ventaja que siempre tener parejas experimentadas, nunca rechazarían una buena noche de sexo, y mucho menos con un brujo como el, pero Alec era diferente el antepone los sentimientos a lo físico, y de cierta manera combinado con esos ojos azules, era una mezcla que resultaba peligrosa para el.
Escucho sus palabras y sonrió dejándose llevar hacia el sillón, sentándose a su lado como muchas veces lo había hecho, poniéndose medio de costado y apoyando un brazo en el respaldo para poder mirarlo de frente mientras hablaba, mirando, por el rabillo del ojo, los labios de Alec y notando que habían quedado ligeramente rosados, pero no los observo directamente, no quería incomodarlo. Escucho su pedido, siempre manteniendo los ojos en los azules del otro y una mano en su rodilla como si tratara de que no se sintiera mal. Soltó el aire y sin demorar mucho respondió.
- Claro… -Dijo sorprendido pero disimulándolo bastante.- Puedes dormir conmigo, y no estas forzado a hacer nada. –
Beso su frente y volteándole la mirada hacia el nuevamente. Le provoco ternura su pregunta, ¿Y como iba a rechazarlo? Si eso lo haría feliz eso mismo le iba a conceder.
- ¿Dime, ya tienes sueño? –Pregunto. –Necesitaras algo que ponerte para dormir… Déjame encargarme de eso, creo que algunas de mis cosas te quedaran bien.
Dijo y con un chasquido de dedos preparo las cosas en su cuarto, el no solía tener todo perfectamente acomodado, así que pantalones remeras y demás ropas entre papiros pergaminos y demás estaban revueltos y esperanzados de no ser pisados por el brujo, pero no podía presentarle esa habitación a Alec, así que por lo menos tendió la cama. Incluso con su magia, se olvidaba de todo lo que tenía, algunas ropas estaban saliendo de los cajones, y calzados a los costados de la cama, típico de un cuarto de soltero.-
Escucho sus palabras y sonrió dejándose llevar hacia el sillón, sentándose a su lado como muchas veces lo había hecho, poniéndose medio de costado y apoyando un brazo en el respaldo para poder mirarlo de frente mientras hablaba, mirando, por el rabillo del ojo, los labios de Alec y notando que habían quedado ligeramente rosados, pero no los observo directamente, no quería incomodarlo. Escucho su pedido, siempre manteniendo los ojos en los azules del otro y una mano en su rodilla como si tratara de que no se sintiera mal. Soltó el aire y sin demorar mucho respondió.
- Claro… -Dijo sorprendido pero disimulándolo bastante.- Puedes dormir conmigo, y no estas forzado a hacer nada. –
Beso su frente y volteándole la mirada hacia el nuevamente. Le provoco ternura su pregunta, ¿Y como iba a rechazarlo? Si eso lo haría feliz eso mismo le iba a conceder.
- ¿Dime, ya tienes sueño? –Pregunto. –Necesitaras algo que ponerte para dormir… Déjame encargarme de eso, creo que algunas de mis cosas te quedaran bien.
Dijo y con un chasquido de dedos preparo las cosas en su cuarto, el no solía tener todo perfectamente acomodado, así que pantalones remeras y demás ropas entre papiros pergaminos y demás estaban revueltos y esperanzados de no ser pisados por el brujo, pero no podía presentarle esa habitación a Alec, así que por lo menos tendió la cama. Incluso con su magia, se olvidaba de todo lo que tenía, algunas ropas estaban saliendo de los cajones, y calzados a los costados de la cama, típico de un cuarto de soltero.-
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Re: Es que... Este era el único lugar al que quería ir. (Magnus)
Negó con la cabeza, no, aún no tenía sueño, estaba demasiado nervioso luego de haberse quebrado así - Puedo ir a prepararme un té a la cocina? - preguntó, no quería convertirse en una carga para el brujo, y ya era suficiente que se hubiera ido a buscarle algo de ropa para que pudiera dormir cómodo, que le permitiera dormir con él y además le tuviera paciencia y lo esperara hasta que estuviera listo.
Se levanto del sillón y fue caminando con lentitud y timidez hasta la puerta por la que había desaparecido Magnus. Había muchos pergaminos desparramados por el piso, y lo hizo sentir culpable haber caído así como así, sin dar aviso previo. - Si llego en un mal momento, puedes decírmelo - dijo, aunque le hubiera dolido mucho que el brujo le dijera que se fuera, no tenia otro sitio donde ir a esconderse un rato, y si lo tenía, no sabía cuál era. Era probable que ese temor de no poder quedarse llegara a su voz, pero no podía evitarlo, ya ansiaba que el brujo dejara lo que estuviera haciendo y volviera junto a él, necesitaba refugiarse de nuevo en sus brazos o en sus labios, necesitaba dejar de pensar, dejar de odiarse a sí mismo por un rato.
Se quedó de pie allí, sintiéndose fuera de lugar, como alguien como él podía gustarle tanto a alguien tan fantástico y generoso como Magnus? A alguien que le abría las puertas del hogar, aún cuando tenía sentimientos no sólo por el dueño de casa, si no también por otra persona. No habían pasado ni 10 minutos desde que rompió el abrazo con él, desde que se separaron sus cuerpos, que ya estaba de nuevo pensando cosas que le hacían daño.
Tembló casi imperceptiblemente junto al marco de la puerta pero intento hablar con normalidad cuando dijo - ¿Dónde está tu cocina? ¿Quieres una taza tu también? - incluso intentó sonreír, sin mucho éxito, antes de volver a bajar la mirada y comenzar a perderse en esos pensamientos de los que buscaba escapar pero que parecían perseguirlo sin descanso.
Se levanto del sillón y fue caminando con lentitud y timidez hasta la puerta por la que había desaparecido Magnus. Había muchos pergaminos desparramados por el piso, y lo hizo sentir culpable haber caído así como así, sin dar aviso previo. - Si llego en un mal momento, puedes decírmelo - dijo, aunque le hubiera dolido mucho que el brujo le dijera que se fuera, no tenia otro sitio donde ir a esconderse un rato, y si lo tenía, no sabía cuál era. Era probable que ese temor de no poder quedarse llegara a su voz, pero no podía evitarlo, ya ansiaba que el brujo dejara lo que estuviera haciendo y volviera junto a él, necesitaba refugiarse de nuevo en sus brazos o en sus labios, necesitaba dejar de pensar, dejar de odiarse a sí mismo por un rato.
Se quedó de pie allí, sintiéndose fuera de lugar, como alguien como él podía gustarle tanto a alguien tan fantástico y generoso como Magnus? A alguien que le abría las puertas del hogar, aún cuando tenía sentimientos no sólo por el dueño de casa, si no también por otra persona. No habían pasado ni 10 minutos desde que rompió el abrazo con él, desde que se separaron sus cuerpos, que ya estaba de nuevo pensando cosas que le hacían daño.
Tembló casi imperceptiblemente junto al marco de la puerta pero intento hablar con normalidad cuando dijo - ¿Dónde está tu cocina? ¿Quieres una taza tu también? - incluso intentó sonreír, sin mucho éxito, antes de volver a bajar la mirada y comenzar a perderse en esos pensamientos de los que buscaba escapar pero que parecían perseguirlo sin descanso.
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Re: Es que... Este era el único lugar al que quería ir. (Magnus)
- Alec yo… –
Guardo silencio sin terminar de decir lo que tenia planeado, no le molestaba que estuviera en su apartamento, este era amplio y grande, mas que amplio para una sola persona, y de cierta manera se sentía completo cuando el otro estaba en junto a el. Soltó el aire no en un suspiro sino un resoplo por la nariz, no estaba moleste, sino con cierta tristeza de no poder aliviar su pesar y que se allá alejado de el. Negó con la cabeza en una negativa.
- Solo estaba terminando de hacer un encargo nada grave, estaba adelantando las cosas, para tener mas tiempo libre… ya sabes, no quiero que te vayas eso lo puedo terminar en cualquier momento. –
Magnus se encogió de hombros.
- En cambio no te tengo a ti en cualquier momento. –Paso junto a el tratando de dedicarle un fugaz sonrisa por sobre su hombro y se apoyo en el marco de la puerta de junto, chasqueando los dedos y encendiendo así las luces de esta. Era la cocina. –Y la cocina esta aquí, pero si querías un te, sabes que puedo aparecerlo, sin necesidad de que tengas que hacerlo.
La cocina era grande con las paredes pintadas de un celeste pálido y toda la mesada de acero inoxidable que combinaba con el desayunador y la barra de mármol veteado. Los pisos Blancos y negros. Clásicos. Que le daban un toque hogareño junto con un cuadro de figuras de salpicantes colores que estaba colgado en la pared, junto a la heladera que también compartía un tono gris pero mucho mas brillante y con miles de imanes de comida rápida pegados para que formasen una estrella de cinco puntas. El brujo paso dentro de la cocina esperando que Alec lo siguiese, no creo que en sus citas hayan entrado en esta parte de la casa, la que de por si se encontraba un poco desorganizada, aunque no sucia, las ventanas no estaban del todo transparentes gracias a una capa de polvo que la recubría, y aquellos cuadros e imanes tampoco parecían nuevos, Magnus chasqueo los dedos pero nada en la apariencia del cuarto cambio, pero dentro de las alacenas ahora se encontraban llenas de variedades de Té’s y la heladera con comida recién “Traída” del almacén.
- Entonces… ¿Que tipo de té prefieres? – Cruzándose de brazos se apoyo contra la pared alado del botón de la luz que no había sido tocado.
Guardo silencio sin terminar de decir lo que tenia planeado, no le molestaba que estuviera en su apartamento, este era amplio y grande, mas que amplio para una sola persona, y de cierta manera se sentía completo cuando el otro estaba en junto a el. Soltó el aire no en un suspiro sino un resoplo por la nariz, no estaba moleste, sino con cierta tristeza de no poder aliviar su pesar y que se allá alejado de el. Negó con la cabeza en una negativa.
- Solo estaba terminando de hacer un encargo nada grave, estaba adelantando las cosas, para tener mas tiempo libre… ya sabes, no quiero que te vayas eso lo puedo terminar en cualquier momento. –
Magnus se encogió de hombros.
- En cambio no te tengo a ti en cualquier momento. –Paso junto a el tratando de dedicarle un fugaz sonrisa por sobre su hombro y se apoyo en el marco de la puerta de junto, chasqueando los dedos y encendiendo así las luces de esta. Era la cocina. –Y la cocina esta aquí, pero si querías un te, sabes que puedo aparecerlo, sin necesidad de que tengas que hacerlo.
La cocina era grande con las paredes pintadas de un celeste pálido y toda la mesada de acero inoxidable que combinaba con el desayunador y la barra de mármol veteado. Los pisos Blancos y negros. Clásicos. Que le daban un toque hogareño junto con un cuadro de figuras de salpicantes colores que estaba colgado en la pared, junto a la heladera que también compartía un tono gris pero mucho mas brillante y con miles de imanes de comida rápida pegados para que formasen una estrella de cinco puntas. El brujo paso dentro de la cocina esperando que Alec lo siguiese, no creo que en sus citas hayan entrado en esta parte de la casa, la que de por si se encontraba un poco desorganizada, aunque no sucia, las ventanas no estaban del todo transparentes gracias a una capa de polvo que la recubría, y aquellos cuadros e imanes tampoco parecían nuevos, Magnus chasqueo los dedos pero nada en la apariencia del cuarto cambio, pero dentro de las alacenas ahora se encontraban llenas de variedades de Té’s y la heladera con comida recién “Traída” del almacén.
- Entonces… ¿Que tipo de té prefieres? – Cruzándose de brazos se apoyo contra la pared alado del botón de la luz que no había sido tocado.
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Re: Es que... Este era el único lugar al que quería ir. (Magnus)
Se sintió estremecer cuando el brujo pasó cerca suyo, y se vio tentado de tomarlo del brazo y abrazarlo de nuevo. No podía explicar porque sintió esa necesidad, sólo sabía que cuando estaba en los brazos de Magnus, el resto del mundo se empequeñecía, y aunque le doliera pensar en Jace... Importaba? Estaba en los brazos de una persona que pensaba que era maravilloso, aunque el mismo no creyera que así fuera, sabía que Magnus veía en el algo especial.
Lo siguió por la casa y sonrió levemente al ver la cocina, parecía tener poco uso, algo normal para alguien que obtenía la comida que quisiera del lugar que quisiera con solo chasquear los dedos. - No te pedí el té... Porque si soy cómplice de tus actividades... Ilícitas, por llamarlas de alguna manera... Bueno... La clave... - dejo el resto de la frase al vacío, aunque sonreía levemente, algo divertido.
Se acercó a él, necesitaba sentir aunque sea su aroma, y se apoyó levemente sobre sus hombros para besarlo, sólo unos segundos, como para tomar fuerzas. Necesitaba de él, necesitaba olvidar, necesitaba sentirse el chiquillo inexperto que se sentía cuando estaba junto a él. Se separo y suspiró, en parte para poder guardar mas de su aroma y en parte porque no le era suficiente, pero su orgullo le impedía demostrar cuanto lo necesitaba verdaderamente.
Se acercó a las alacenas y comenzó a inspeccionar su contenido. Sabía que el tilo lo ayudaría a descansar, pero, otra vez, su estúpido orgullo, que en fin era el que lo había llevado hasta allí, le decía que no debía mostrarse débil. Miró furtivamente a Magnus y pensó que era estúpido, que era un perfecto idiota, dejándose dominar por el orgullo en un lugar donde estaba a salvo, y le entraron ganas de llorar de nuevo. Antes que el brujo pudiera ver las lágrimas, inconscientemente, se giró y tomó, aunque le costara asumirlo, la caja de té de tilo. - Creo que tomaré uno de estos, junto con unos panecillos - dijo, con la voz quebrada, apoyado en la encimera, mirando hacía abajo, dejando que una lagrima cayera y golpeara contra el acero - Puedo... Puedo abrazarte de nuevo? - pidió, vencido, parecía que la tristeza lo perseguía esa noche
Lo siguió por la casa y sonrió levemente al ver la cocina, parecía tener poco uso, algo normal para alguien que obtenía la comida que quisiera del lugar que quisiera con solo chasquear los dedos. - No te pedí el té... Porque si soy cómplice de tus actividades... Ilícitas, por llamarlas de alguna manera... Bueno... La clave... - dejo el resto de la frase al vacío, aunque sonreía levemente, algo divertido.
Se acercó a él, necesitaba sentir aunque sea su aroma, y se apoyó levemente sobre sus hombros para besarlo, sólo unos segundos, como para tomar fuerzas. Necesitaba de él, necesitaba olvidar, necesitaba sentirse el chiquillo inexperto que se sentía cuando estaba junto a él. Se separo y suspiró, en parte para poder guardar mas de su aroma y en parte porque no le era suficiente, pero su orgullo le impedía demostrar cuanto lo necesitaba verdaderamente.
Se acercó a las alacenas y comenzó a inspeccionar su contenido. Sabía que el tilo lo ayudaría a descansar, pero, otra vez, su estúpido orgullo, que en fin era el que lo había llevado hasta allí, le decía que no debía mostrarse débil. Miró furtivamente a Magnus y pensó que era estúpido, que era un perfecto idiota, dejándose dominar por el orgullo en un lugar donde estaba a salvo, y le entraron ganas de llorar de nuevo. Antes que el brujo pudiera ver las lágrimas, inconscientemente, se giró y tomó, aunque le costara asumirlo, la caja de té de tilo. - Creo que tomaré uno de estos, junto con unos panecillos - dijo, con la voz quebrada, apoyado en la encimera, mirando hacía abajo, dejando que una lagrima cayera y golpeara contra el acero - Puedo... Puedo abrazarte de nuevo? - pidió, vencido, parecía que la tristeza lo perseguía esa noche
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Re: Es que... Este era el único lugar al que quería ir. (Magnus)
Lo vio caminar hacia la por la cocina, sabia que no estaba muy arreglada, pero no importada, de por si, no la usaba demasiado, apoyado en la pared de alado de la puerta sus ojos se posaron en Alec mientras caminaba tranquilamente, y soltó una suave risa cuando escucho aquel comentario sobre sus propias "Actividades Ilícitas" -Yo no lo llamaría "Actividades Ilícitas", es... -Medito- un préstamo sin permiso.- Se encogió de hombros y no se esperaba aquel beso de repente.
Apoyo con mucha delicadeza las manos en su cintura, apenas fugazmente como el beso lo fue y lo correspondo, dejando una suave caricia en su mejilla, y cerro los ojos, sin demasiado tiempo, para reaccionar y algo torpemente por la sorpresa, pero para su desagrado se aparto tan rápido como lo había besado, yéndose hacia las cómodas donde tenia Magnus, había hecho aparecer hace solo unos segundos, millares de variedades de te's, puesto que no sabia, cual seria el preferido de Alec.
Los ojos de gato del brujo, siguieron a Alec en silencio como si estuvieran analizando el extraño comportamiento de apenas unos segundos, había visto una sonrisa divertida en el, que luego de unos segundos pareció haberse borrado, atosigada por una neblina que el brujo, podía detectar con facilidad. Su inseguridad lo ataba a todo lo que no quería perder y se privaba a si mismo de lo que podía hacer, su cabeza, no lo dejaba en paz, pensaba todo el tiempo, en cosas que podían llegar a lastimarlo cada vez mas. Magnus se quedo callado y negó con la cabeza, tenia que encontrar alguna forma de hacer que esos fantasmas se alejen de el, su sonrisa era sincera y muy difícil de encontrar, pero se esfumaba con facilidad, sin dejar que los demás se den cuenta de ella.
Absorto en sus pensamientos lo observo, y pudo notar un temblor, una indecisión al tomar el te de tilo, que fue el que finamente escogió, voltio hacia Magnus y podía jurar que sus ojos estaban llorosos, Magnus esbozo un gesto de preocupación, sabia lo que pasaba y no le agradaba, en cuanto se volvió a girar, el brujo camino hacia el.
Sintió su voz quebrada y mas aun estuvo seguro de lo que paso, si bien no lo podía ver de frente, estaba seguro de que sus movimientos le indicaban lo que creía, estaba llorando. Escucho sus palabras y no dudo un segundo en tomarlo por la espalda, y rodearlo con sus brazos por la cintura y besando su hombro con mucha suavidad. Lo tomo por los hombros y lo giro para hacerlo quedar se frente y una vez mas en la noche apartar las lagrimas de sus ojos con los pulgares y se inclino para besar sus labios, los que por las lagrimas parecían formar una linea delgada. - Siempre podrás abrazarme, no tienes que preguntar, Alexander.- Intento que lo mirara a los ojos, a pesar de sus lagrimas y de que sus ojos azules estuvieran rodeados del rojo de las lagrimas, aun se podía apreciar, como estos eran la puerta de su alma, y eso era lo que el brujo adoraba mas. Lo estrecho en sus brazos y se dijo a si mismo que estaría allí, el tiempo necesario para que pudiera ser el totalmente, otra vez,
Apoyo con mucha delicadeza las manos en su cintura, apenas fugazmente como el beso lo fue y lo correspondo, dejando una suave caricia en su mejilla, y cerro los ojos, sin demasiado tiempo, para reaccionar y algo torpemente por la sorpresa, pero para su desagrado se aparto tan rápido como lo había besado, yéndose hacia las cómodas donde tenia Magnus, había hecho aparecer hace solo unos segundos, millares de variedades de te's, puesto que no sabia, cual seria el preferido de Alec.
Los ojos de gato del brujo, siguieron a Alec en silencio como si estuvieran analizando el extraño comportamiento de apenas unos segundos, había visto una sonrisa divertida en el, que luego de unos segundos pareció haberse borrado, atosigada por una neblina que el brujo, podía detectar con facilidad. Su inseguridad lo ataba a todo lo que no quería perder y se privaba a si mismo de lo que podía hacer, su cabeza, no lo dejaba en paz, pensaba todo el tiempo, en cosas que podían llegar a lastimarlo cada vez mas. Magnus se quedo callado y negó con la cabeza, tenia que encontrar alguna forma de hacer que esos fantasmas se alejen de el, su sonrisa era sincera y muy difícil de encontrar, pero se esfumaba con facilidad, sin dejar que los demás se den cuenta de ella.
Absorto en sus pensamientos lo observo, y pudo notar un temblor, una indecisión al tomar el te de tilo, que fue el que finamente escogió, voltio hacia Magnus y podía jurar que sus ojos estaban llorosos, Magnus esbozo un gesto de preocupación, sabia lo que pasaba y no le agradaba, en cuanto se volvió a girar, el brujo camino hacia el.
Sintió su voz quebrada y mas aun estuvo seguro de lo que paso, si bien no lo podía ver de frente, estaba seguro de que sus movimientos le indicaban lo que creía, estaba llorando. Escucho sus palabras y no dudo un segundo en tomarlo por la espalda, y rodearlo con sus brazos por la cintura y besando su hombro con mucha suavidad. Lo tomo por los hombros y lo giro para hacerlo quedar se frente y una vez mas en la noche apartar las lagrimas de sus ojos con los pulgares y se inclino para besar sus labios, los que por las lagrimas parecían formar una linea delgada. - Siempre podrás abrazarme, no tienes que preguntar, Alexander.- Intento que lo mirara a los ojos, a pesar de sus lagrimas y de que sus ojos azules estuvieran rodeados del rojo de las lagrimas, aun se podía apreciar, como estos eran la puerta de su alma, y eso era lo que el brujo adoraba mas. Lo estrecho en sus brazos y se dijo a si mismo que estaría allí, el tiempo necesario para que pudiera ser el totalmente, otra vez,
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Re: Es que... Este era el único lugar al que quería ir. (Magnus)
Sabía que era egoísta al recurrir al brujo en busca de consuelo, en busca de cariño, en busca de un afecto que no recibiría nunca del otro lado. Sabía que era egoísta al recibir más de lo que daba, pero había sido un largo día, y ya nada podía cambiar las cosas que había hecho y dicho. Sabía que pendía de un fino hilo en un enorme precipicio, pero mientras estaba junto al brujo, sentía que hacía pie en el fondo. No todo podía ser tan tremendo cuando alguien cuidaba de uno. No parecía correcto, ni siquiera para él, Alexander Gideon Lightwood, quien parecía tan cerrado y serio para los demás, que así fuera. Y él era una persona que aún gustaba de guiarse por dividir las cosas en correcta y no correctas. Y eso le daba tranquilidad.
Refugiado en los brazos de Magnus, podía volver a respirar con tranquilidad. Apoyo la cabeza en su hombro, dejando caer el té para poder abrazarlo por la cintura. Como había sucedido antes, unos segundos luego logró tranquilizarse. Las lágrimas se secaron en su rostro, dejando unas pequeñas líneas más opacas, donde había quedado la sal de estas. Pronto sus pulmones estaban inundados del aroma de Magnus, y sus pensamientos eran más relajados. Jace no ocupaba lugar en ellos; en cambio, se preguntaba como hacía el brujo para estar tan impregnado en su olor, si no sería obra de un hechizo, idea que lo hizo reír un poco. No pensaba separarse del brujo, no otra vez. No todavía. Sólo rompió un poco el abrazo para con una mano colocar la tetera con agua para hacerse el té, mientras con la otra permanecía agarrado a una de las manos del brujo.
La curiosidad era aún demasiado grande, por lo que bajando la vista sonrojado, decidió preguntarle - ¿Cómo haces para oler así... Siempre igual? ¿Usas algún tipo de hechizo? - río nervioso, temeroso de que la pregunta pudiera molestarle. Sabía que el brujo era bastante coqueto, y que quizás no quisiera revelar un secreto de belleza, y menos con él.
Mientras abría las alacenas había visto una con tazas, por lo que se acercó a ella, tirando apenas de la mano del brujo, no quería dejarlo ir. Tomo una color amarilla, le recordaba en parte a los ojos de gato del brujo. Esperaba que este no se diera cuenta, de pensarlo se sonrojaba de nuevo. También tomo una color azul, ya que todas parecían ser o amarillas o azules. Luego se agacho a juntar la caja de té y colocó un saquito en cada una. Se volvió al brujo y sonrió tímidamente, mientras esperaba a que el agua hirviera. Se sonrojó de nuevo, al pensar, intentando comprenderlo, que iba a dormir con Magnus Bane, el gran brujo de Brooklyn, esa noche en la misma cama. Iba a dormir con un hombre por primera vez. ¿Y si roncaba y al brujo eso le molestaba? La preocupación se reflejo en su cara, y cuando la pava silbó le causo un sobresalto. Se giró, y algo tembloroso por el susto, vertió agua en las tazas, salpicando un poco la encimera. Luego se giró, con una taza en cada mano - Yo lo tomo sin azúcar... Quizás quieras agregarle al tuyo - dijo, sonriendo torpemente - ¿Podemos ir con las tazas y los panecillos a ver alguna serie que te guste? - preguntó, pensando que quizás al brujo le guste la propuesta
Refugiado en los brazos de Magnus, podía volver a respirar con tranquilidad. Apoyo la cabeza en su hombro, dejando caer el té para poder abrazarlo por la cintura. Como había sucedido antes, unos segundos luego logró tranquilizarse. Las lágrimas se secaron en su rostro, dejando unas pequeñas líneas más opacas, donde había quedado la sal de estas. Pronto sus pulmones estaban inundados del aroma de Magnus, y sus pensamientos eran más relajados. Jace no ocupaba lugar en ellos; en cambio, se preguntaba como hacía el brujo para estar tan impregnado en su olor, si no sería obra de un hechizo, idea que lo hizo reír un poco. No pensaba separarse del brujo, no otra vez. No todavía. Sólo rompió un poco el abrazo para con una mano colocar la tetera con agua para hacerse el té, mientras con la otra permanecía agarrado a una de las manos del brujo.
La curiosidad era aún demasiado grande, por lo que bajando la vista sonrojado, decidió preguntarle - ¿Cómo haces para oler así... Siempre igual? ¿Usas algún tipo de hechizo? - río nervioso, temeroso de que la pregunta pudiera molestarle. Sabía que el brujo era bastante coqueto, y que quizás no quisiera revelar un secreto de belleza, y menos con él.
Mientras abría las alacenas había visto una con tazas, por lo que se acercó a ella, tirando apenas de la mano del brujo, no quería dejarlo ir. Tomo una color amarilla, le recordaba en parte a los ojos de gato del brujo. Esperaba que este no se diera cuenta, de pensarlo se sonrojaba de nuevo. También tomo una color azul, ya que todas parecían ser o amarillas o azules. Luego se agacho a juntar la caja de té y colocó un saquito en cada una. Se volvió al brujo y sonrió tímidamente, mientras esperaba a que el agua hirviera. Se sonrojó de nuevo, al pensar, intentando comprenderlo, que iba a dormir con Magnus Bane, el gran brujo de Brooklyn, esa noche en la misma cama. Iba a dormir con un hombre por primera vez. ¿Y si roncaba y al brujo eso le molestaba? La preocupación se reflejo en su cara, y cuando la pava silbó le causo un sobresalto. Se giró, y algo tembloroso por el susto, vertió agua en las tazas, salpicando un poco la encimera. Luego se giró, con una taza en cada mano - Yo lo tomo sin azúcar... Quizás quieras agregarle al tuyo - dijo, sonriendo torpemente - ¿Podemos ir con las tazas y los panecillos a ver alguna serie que te guste? - preguntó, pensando que quizás al brujo le guste la propuesta
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Re: Es que... Este era el único lugar al que quería ir. (Magnus)
Alexander alfin se habia soltado un poco, ese abrazo habia sido, aparte de sentido totalmente necesitad, quizas Magnus no se habia especificado en ese tipo de magias sensitivas, ni energeticas, como para saber instintivamente que era lo que le ocurria, si se sentia mejor o peor. Pero por alguna razon, la soltura de su cuerpo, y la manera en la que se aferraba a el lo hacian pensar que el momento de crisis que estaba pasando, ya habia terminado, pero con lo cambiante de este nephilim... Podia pasar cualquier cosa.
La simple idea le hizo soltar una suave risa y una sonrisa que permanecio acompanandolo y se quedo luego de que la brevedad de ella se fuera.
No sabia demasiado lo que pasaba... Alec... el, el tenia algo extraño, muy apesar de ser un nephilim, un lightwood, mas que nada, el tenia algo que lo hacia diferente, destacaba, como el mismo no tenia ideal, o al menos lo hacia a los ojos del brujo, que sin pensarlo, cayo perdido en sus ojos azules, desde la primera vez que los vio. Alec murmuro algo, que el brujo, apenas distraído en sus pensamientos alcanzo a escuchar, rió nuevamente pero esta vez de una manera que resultara audible. - Bueno... -Se separo apenas para mirarlo acariciando las mejillas ruborizadas, asegurándose de dejar una fotografía mental de aquel rostro delicado y adorable- ¿Que? ¿Acaso no te gusta mi fragancia?- Pregunto con un tono bromista.
Podría aparecer las tazas sin moverse, podría hacer que el agua hierva en cuestión de segundos o prender aunque sea la hornalla para que no se alejara mas de el, pero insistía en querer hacerlo solo, tomar las tazas, preparar el te. Hace cientos de años que no probaba un te de esa manera, quizás por pereza a prepararlo el mismo, o por sus deberes, que casi siempre lo mantenían completamente ocupado, ahora el...Alec que lo estaba preparando, un buen detalle de su parte algo que... pocos harían, la mayoría se aprovecharía de que tiene un brujo a su lado, lo tomaría hasta de punto, pero el no, aparte de su orgullo había una parte modesta otro de las cosas que adoraba de ese Nephilim que ahora era... ¿Que... que era el? ¿Una pareja, un amigo con derecho? Aunque dudaba que alguien que no sabia quien era Madonna sepa lo que era tal, esa opción quedo descartada, ¿Entonces era su pareja? El brujo no quiso pensar en ello, no era quien debía ponerle nombre a lo que tenían, llevo y hacia atrás los pensamientos, justo para sentir algo, sus músculos se tensaron y le presto atención a sus movimientos, ladeo la cabeza, y a la par del otro se sobresalto ante el silbido de la pava, no era que estuviera muy acostumbrado, aunque igualmente lo disimulo un poco y para ayudarlo tomo la taza azul. Abrió la boca para hacer referencia a su comportamiento pero la volvió a cerrar no tenia caso volver al tema para que se sintiera peor.
-Me parece perfecto y... no gracias, esta perfecto así como esta. - El brujo le dedico una mirada coqueta y abriendo una alacena saco unos panecillos, diversos, frutilla, chocolate, vainilla, secos y húmedos, ya que no conocía el verdadero justo del de ojos azules.- Y... que te parece... "Viaje a las estrellas"? - Dijo después de un rato de pensarlo y camino unos pasos hacia la puerta esperando que lo siguiera.- Tengo la colección completa, tendremos para entretenernos hasta que tengas sueño, o podemos terminar la de "La isla de Gilligan", creo que nos quedamos en la segunda temporada, no?- La verdad no recordaba cuando la habían visto, luego de un rato se había perdido la mitad de unos capítulos perdido en los labios del otro, no era como que se quejara, por lo que lo recordó con una sonrisa mientras caminaba hasta el cuarto, donde la televisión era de mejor calidad, que con los DVD antiguos, era mas conveniente, la tecnología mejoraba a la magia de alguna manera.
La simple idea le hizo soltar una suave risa y una sonrisa que permanecio acompanandolo y se quedo luego de que la brevedad de ella se fuera.
No sabia demasiado lo que pasaba... Alec... el, el tenia algo extraño, muy apesar de ser un nephilim, un lightwood, mas que nada, el tenia algo que lo hacia diferente, destacaba, como el mismo no tenia ideal, o al menos lo hacia a los ojos del brujo, que sin pensarlo, cayo perdido en sus ojos azules, desde la primera vez que los vio. Alec murmuro algo, que el brujo, apenas distraído en sus pensamientos alcanzo a escuchar, rió nuevamente pero esta vez de una manera que resultara audible. - Bueno... -Se separo apenas para mirarlo acariciando las mejillas ruborizadas, asegurándose de dejar una fotografía mental de aquel rostro delicado y adorable- ¿Que? ¿Acaso no te gusta mi fragancia?- Pregunto con un tono bromista.
Podría aparecer las tazas sin moverse, podría hacer que el agua hierva en cuestión de segundos o prender aunque sea la hornalla para que no se alejara mas de el, pero insistía en querer hacerlo solo, tomar las tazas, preparar el te. Hace cientos de años que no probaba un te de esa manera, quizás por pereza a prepararlo el mismo, o por sus deberes, que casi siempre lo mantenían completamente ocupado, ahora el...Alec que lo estaba preparando, un buen detalle de su parte algo que... pocos harían, la mayoría se aprovecharía de que tiene un brujo a su lado, lo tomaría hasta de punto, pero el no, aparte de su orgullo había una parte modesta otro de las cosas que adoraba de ese Nephilim que ahora era... ¿Que... que era el? ¿Una pareja, un amigo con derecho? Aunque dudaba que alguien que no sabia quien era Madonna sepa lo que era tal, esa opción quedo descartada, ¿Entonces era su pareja? El brujo no quiso pensar en ello, no era quien debía ponerle nombre a lo que tenían, llevo y hacia atrás los pensamientos, justo para sentir algo, sus músculos se tensaron y le presto atención a sus movimientos, ladeo la cabeza, y a la par del otro se sobresalto ante el silbido de la pava, no era que estuviera muy acostumbrado, aunque igualmente lo disimulo un poco y para ayudarlo tomo la taza azul. Abrió la boca para hacer referencia a su comportamiento pero la volvió a cerrar no tenia caso volver al tema para que se sintiera peor.
-Me parece perfecto y... no gracias, esta perfecto así como esta. - El brujo le dedico una mirada coqueta y abriendo una alacena saco unos panecillos, diversos, frutilla, chocolate, vainilla, secos y húmedos, ya que no conocía el verdadero justo del de ojos azules.- Y... que te parece... "Viaje a las estrellas"? - Dijo después de un rato de pensarlo y camino unos pasos hacia la puerta esperando que lo siguiera.- Tengo la colección completa, tendremos para entretenernos hasta que tengas sueño, o podemos terminar la de "La isla de Gilligan", creo que nos quedamos en la segunda temporada, no?- La verdad no recordaba cuando la habían visto, luego de un rato se había perdido la mitad de unos capítulos perdido en los labios del otro, no era como que se quejara, por lo que lo recordó con una sonrisa mientras caminaba hasta el cuarto, donde la televisión era de mejor calidad, que con los DVD antiguos, era mas conveniente, la tecnología mejoraba a la magia de alguna manera.
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Re: Es que... Este era el único lugar al que quería ir. (Magnus)
Si me gusta tu fragancia! - respondió, algo a la defensiva, mientras se sonrojaba sin poder evitarlo, bajando la vista para que no fuera tan evidente. Odiaba sentirse así, como un niño temeroso del que fácilmente se puede reír o hacer gracia, porque es demasiado inocente o demasiado transparente. - Es sólo que me preguntaba si se mantenía igual por magia... No quise ofenderte con mi pregunta ni tampoco causarte gracia... - agrega. Estaba algo sensible, y sentía haber reaccionado así tan pronto como lo hubo dicho, sabía que el otro no se había reído con mala intención, pero se limito a morderse el labio hasta cortarlo apenas, temeroso de que si le pedía disculpas por tratarlo así volviera a llorar.
Sonrió suavemente cuando el otro dijo que le gustaba el té así, sin azucarar, ya que lo hacía sentir como más unidos, como si tuvieran los mismos hábitos, como si fueran una pareja de verdad... ¿Qué eran? ¿Qué era él en la vida del brujo? ¿Una diversión, un amorío, o alguien verdaderamente importante? Temía a esa respuesta tanto como temía a los paraguas, o quizás incluso más, porque no sabía que respuesta quería, si quería ser sólo un amorío o una diversión, para poder con el tiempo sobreponerse al dolor cuando el otro se cansara de él o si quería ser alguien importante... Esto le intrigaba tanto como le aterrorizaba, nunca había sido importante para nadie, siempre había sido el segundo, y con razón, ya que Jace era mejor en todo, como cazador, como hermano, como hijo, aun cuando no eran sus padres biológicos. Todos lo admiraban, incluido él, había logrado convertirse en un excelente cazador de sombras, aun habiendo recibido tanto dolor desde chico, habiendo presenciado la muerte de su padre, o creyendo haberla presenciado, ya que había aparecido vivito y coleando poco tiempo atrás. ¿Qué se sentiría ser el primero? ¿Aquella persona por la que se daría todo? Ser el primer pensamiento de alguien al levantarse y el último antes de acostarse... ¿Qué se sentiría? Levantó la vista dubitativamente con esta pregunta rondándole la cabeza, aun mordiéndose el labio, a pesar que sentía que se había lastimado.
Intentó volver a la realidad, tratando de aparentar normalidad, para que ese desliz que tuvo al hablar quedara rápidamente olvidado, y mientras lo seguía a la habitación, respondió - ¿Viaje a las estrellas? ¿De qué trata? - pregunta, intentando parecer interesado, el solo quería volver a estar al lado suyo, de ser posible, hombro con hombro, eso lo relajaba mucho. - Da igual de que se trate, probablemente debas explicarme muchas referencias mundanas - agrega, encogiéndose de hombros. Se dirige a la cama y la mira con cuidado, intentando adivinar de que lado dormiría el brujo, no quería que se sintiera incómodo, ni que sintiera que lo invadía. Optó por sentarse en el medio, cosa que cuando el otro viniera solo debería correrse hacía el lado opuesto para hacerle espacio. Encogió las piernas contra su cuerpo, rodeando la taza de té con ambas manos, para mantener el calor. La sopló suavemente, para tomar un sorbo, sintiendo como el calor lo recorría. Miró a Magnus, que estaba poniendo uno de esos discos, DVDS, o como se llamaran en una caja alargada que tiraba un soporte hacia fuera... Un reproductor, lo había llamado. Hizo una mueca, bajando la vista, sentía cada segundo más su ausencia... desde que había soltado su mano no se tocaban, y ya estaba añorando su contacto, el que le recordaba que no estaba sólo, que no debía preocuparse... Que no lo dejarían solo... Con la vista aun gacha, murmuró - ¿Falta mucho? Se te va a enfriar el té... - se excusa, aunque en realidad se estaba enfriando su confianza, la tranquilidad que sentía luego de estar un rato abrazado con el brujo.
Estira la mano hacia el plato que Magnus había dejado arriba de la cama, y toma un panecillo y comienza a roerlo distraidamente, intentando no pensar en nada, en no pensar que Jace probablemente había salido a cazar de nuevo porque había quedado enfadado, sin importar que estaba poniéndose en riesgo, en no pensar que había estado llorando delante de Magnus, mostrando debilidad, en no pensar que estaba esperando tan ansiosamente que el otro viniera junto a él.
Sonrió suavemente cuando el otro dijo que le gustaba el té así, sin azucarar, ya que lo hacía sentir como más unidos, como si tuvieran los mismos hábitos, como si fueran una pareja de verdad... ¿Qué eran? ¿Qué era él en la vida del brujo? ¿Una diversión, un amorío, o alguien verdaderamente importante? Temía a esa respuesta tanto como temía a los paraguas, o quizás incluso más, porque no sabía que respuesta quería, si quería ser sólo un amorío o una diversión, para poder con el tiempo sobreponerse al dolor cuando el otro se cansara de él o si quería ser alguien importante... Esto le intrigaba tanto como le aterrorizaba, nunca había sido importante para nadie, siempre había sido el segundo, y con razón, ya que Jace era mejor en todo, como cazador, como hermano, como hijo, aun cuando no eran sus padres biológicos. Todos lo admiraban, incluido él, había logrado convertirse en un excelente cazador de sombras, aun habiendo recibido tanto dolor desde chico, habiendo presenciado la muerte de su padre, o creyendo haberla presenciado, ya que había aparecido vivito y coleando poco tiempo atrás. ¿Qué se sentiría ser el primero? ¿Aquella persona por la que se daría todo? Ser el primer pensamiento de alguien al levantarse y el último antes de acostarse... ¿Qué se sentiría? Levantó la vista dubitativamente con esta pregunta rondándole la cabeza, aun mordiéndose el labio, a pesar que sentía que se había lastimado.
Intentó volver a la realidad, tratando de aparentar normalidad, para que ese desliz que tuvo al hablar quedara rápidamente olvidado, y mientras lo seguía a la habitación, respondió - ¿Viaje a las estrellas? ¿De qué trata? - pregunta, intentando parecer interesado, el solo quería volver a estar al lado suyo, de ser posible, hombro con hombro, eso lo relajaba mucho. - Da igual de que se trate, probablemente debas explicarme muchas referencias mundanas - agrega, encogiéndose de hombros. Se dirige a la cama y la mira con cuidado, intentando adivinar de que lado dormiría el brujo, no quería que se sintiera incómodo, ni que sintiera que lo invadía. Optó por sentarse en el medio, cosa que cuando el otro viniera solo debería correrse hacía el lado opuesto para hacerle espacio. Encogió las piernas contra su cuerpo, rodeando la taza de té con ambas manos, para mantener el calor. La sopló suavemente, para tomar un sorbo, sintiendo como el calor lo recorría. Miró a Magnus, que estaba poniendo uno de esos discos, DVDS, o como se llamaran en una caja alargada que tiraba un soporte hacia fuera... Un reproductor, lo había llamado. Hizo una mueca, bajando la vista, sentía cada segundo más su ausencia... desde que había soltado su mano no se tocaban, y ya estaba añorando su contacto, el que le recordaba que no estaba sólo, que no debía preocuparse... Que no lo dejarían solo... Con la vista aun gacha, murmuró - ¿Falta mucho? Se te va a enfriar el té... - se excusa, aunque en realidad se estaba enfriando su confianza, la tranquilidad que sentía luego de estar un rato abrazado con el brujo.
Estira la mano hacia el plato que Magnus había dejado arriba de la cama, y toma un panecillo y comienza a roerlo distraidamente, intentando no pensar en nada, en no pensar que Jace probablemente había salido a cazar de nuevo porque había quedado enfadado, sin importar que estaba poniéndose en riesgo, en no pensar que había estado llorando delante de Magnus, mostrando debilidad, en no pensar que estaba esperando tan ansiosamente que el otro viniera junto a él.
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Re: Es que... Este era el único lugar al que quería ir. (Magnus)
Rió aquella actitud de atajarse antes de que le digan nada era muy propia de el, y comenzaba a acostumbrarse, hasta el punto de que le diera un poco de gracia. - Bueno, quizás tienes razón, y haya algo de magia por ahí... - Quiso dejarlo tranquilo con aquella afirmacion, asi no se sentia equivocado o errado, auqnue la verdad era que si habia magia pero mas que nada, la mayoria de las cosas era por su perfume o por su constante limpieza, despues de todo el era un brujo coqueto, y eso no era ningun secreto.- No te enojes, ojitos azules... -Le dijo sonriendo y le revolvio el cabello antes de partir al cuarto.
En cuanto llegaron noto medio duditativo a alec y como se acomodaba en medio de la cama, tenia aun los musculos tensos, realmente parecia hacerle falta una de las clases de yoga para que se relaje un poco, pero no lo culpaba, seguramente debia ser la primera vez que dormia con un hombro, que no estaba con el en calidad de amigo, o en calidad de familiar, simplemente con alguien con quien prodia pasar algo, o no. No lo presionaría no era su estilo aunque debía admitir que no había estado con nadie que se lo pusiera en duda a el mismo o a sus principios, pero este chico ponía en duda todo lo que era. Se acerco con tranquilidad y sin apuro a donde guardaba los DVD's y busco los de viaje a las estrellas, claramente había optado por ese aunque le había dado otra opción. A Magnus no le importaba, todas las series le gustaban y no le molestaba verlas una y mil veces, por alguna razón no estaba en la sección que había previsto y el brujo bufo un poco, podría hacerla aparecer de un segundo al otro, pero estaba demasiado involucrado en sus pensamientos como para ponerse a pensar aquello.
Cerro la disquetera y tomo otra para seguirla buscándola, en algún lado tenia que estar... Magnus no era un brujo de lo mas organizado, es mas, era de lo peor lo único que siempre tenia en cuenta es que Presidente Miau o tocara sus cosas se las llevara o como era típico de los gatos "marcara territorio".
Mientras buscaba y después de un rato escucho hablar a Alec y lo miro por sobre el hombro pensativo. - Mnh bueno... viaje a las estrellas trata básicamente de un... viaje... a las estrellas. No hay mucho que explicar -Rió suavemente pensando en el resto de la trama, pero si empezaba a nombrarle personajes no acabaría mas o el pobre Alec acabaría durmiendo antes de que tenga tiempo de despedirlo con un suave beso como tenia planeado hacer- Si... no te preocupes, tenemos toda la noche para que entiendas la serie, aunque te tenga que mostrar revistas de época. -
Se encogió de hombros divertido y por fin encontró lo que estaba buscando, casi cantando aleluya le soplo el polvo, de acuerdo, hace mucho que no la veía, ¿pero tanto? de acuerdo, en estos momentos el tenia que admitir que estaba completamente viejo, pero seguía siendo sexy, que mas da. Luego de un momento quedándose viendo el DVD escucha como Alec aclama por el, como si hubiese demorado mucho, y la verdad era que si lo había hecho. Se dio vuelta luego del comentario de los panecillos y le sonrió mostrandole la película.
- Lo siento, no recordaba donde estaba, hacia mucho no la miraba - Dice y en un par de movimientos simples prende el televisor y sin necesidad del control remoto prendio el reproductor de DVD y lo abrió poniendo el DVD adentro en un chasquido haciendo que se cerrara. Camino hacia Alec y estirándose desde la punta de la cama con solo una mano sobre ella aprovechando su altura le robo un beso. - Aquí estoy, y relájate. -Sonrió con dulzura- Puedo calentar mi te si sen enfría... -
Contesto y le hizo una seña de que sostuviera las tazas firmemente poniéndose del lado izquierdo de la cama, ese lado era prácticamente el que usaba siempre, y el derecho presidente miau, no creo que este muy contento al ver ocupado su lado. Pero era por una buena accion, luego le haria una fiesta para recomenzarlo. Pego un pequeño salto, agradeciendo que sus colchones eran de los que ayudaban a que no se movieran las partes donde no estaban, y se sento a su lado. Tomando la taxa y agradeciendole.- ¿Quieres cambiarte ahora o lo haces luego de la serie? - Pregunto con una sonrisapicara pero sutil en sus labios
En cuanto llegaron noto medio duditativo a alec y como se acomodaba en medio de la cama, tenia aun los musculos tensos, realmente parecia hacerle falta una de las clases de yoga para que se relaje un poco, pero no lo culpaba, seguramente debia ser la primera vez que dormia con un hombro, que no estaba con el en calidad de amigo, o en calidad de familiar, simplemente con alguien con quien prodia pasar algo, o no. No lo presionaría no era su estilo aunque debía admitir que no había estado con nadie que se lo pusiera en duda a el mismo o a sus principios, pero este chico ponía en duda todo lo que era. Se acerco con tranquilidad y sin apuro a donde guardaba los DVD's y busco los de viaje a las estrellas, claramente había optado por ese aunque le había dado otra opción. A Magnus no le importaba, todas las series le gustaban y no le molestaba verlas una y mil veces, por alguna razón no estaba en la sección que había previsto y el brujo bufo un poco, podría hacerla aparecer de un segundo al otro, pero estaba demasiado involucrado en sus pensamientos como para ponerse a pensar aquello.
Cerro la disquetera y tomo otra para seguirla buscándola, en algún lado tenia que estar... Magnus no era un brujo de lo mas organizado, es mas, era de lo peor lo único que siempre tenia en cuenta es que Presidente Miau o tocara sus cosas se las llevara o como era típico de los gatos "marcara territorio".
Mientras buscaba y después de un rato escucho hablar a Alec y lo miro por sobre el hombro pensativo. - Mnh bueno... viaje a las estrellas trata básicamente de un... viaje... a las estrellas. No hay mucho que explicar -Rió suavemente pensando en el resto de la trama, pero si empezaba a nombrarle personajes no acabaría mas o el pobre Alec acabaría durmiendo antes de que tenga tiempo de despedirlo con un suave beso como tenia planeado hacer- Si... no te preocupes, tenemos toda la noche para que entiendas la serie, aunque te tenga que mostrar revistas de época. -
Se encogió de hombros divertido y por fin encontró lo que estaba buscando, casi cantando aleluya le soplo el polvo, de acuerdo, hace mucho que no la veía, ¿pero tanto? de acuerdo, en estos momentos el tenia que admitir que estaba completamente viejo, pero seguía siendo sexy, que mas da. Luego de un momento quedándose viendo el DVD escucha como Alec aclama por el, como si hubiese demorado mucho, y la verdad era que si lo había hecho. Se dio vuelta luego del comentario de los panecillos y le sonrió mostrandole la película.
- Lo siento, no recordaba donde estaba, hacia mucho no la miraba - Dice y en un par de movimientos simples prende el televisor y sin necesidad del control remoto prendio el reproductor de DVD y lo abrió poniendo el DVD adentro en un chasquido haciendo que se cerrara. Camino hacia Alec y estirándose desde la punta de la cama con solo una mano sobre ella aprovechando su altura le robo un beso. - Aquí estoy, y relájate. -Sonrió con dulzura- Puedo calentar mi te si sen enfría... -
Contesto y le hizo una seña de que sostuviera las tazas firmemente poniéndose del lado izquierdo de la cama, ese lado era prácticamente el que usaba siempre, y el derecho presidente miau, no creo que este muy contento al ver ocupado su lado. Pero era por una buena accion, luego le haria una fiesta para recomenzarlo. Pego un pequeño salto, agradeciendo que sus colchones eran de los que ayudaban a que no se movieran las partes donde no estaban, y se sento a su lado. Tomando la taxa y agradeciendole.- ¿Quieres cambiarte ahora o lo haces luego de la serie? - Pregunto con una sonrisapicara pero sutil en sus labios
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Re: Es que... Este era el único lugar al que quería ir. (Magnus)
Cuando se le acercó y lo besó, sintió que se estremecía, estaba sucediendo, estaba en la misma cama que un hombre. Sintió como el rubor tomaba posesión en sus mejillas, y esquivo de manera no voluntaria su mirada. Sabía que el otro no haría nada que el no quisiera, pero aún así sentía el temor, el temor propio de la intimidad que se comparte en una cama, la cercanía, la presencia incesante de su perfume. Levantó la vista con timidez, sin decir nada, como si pidiera disculpas por ser tan niño, tan temeroso, intentando buscar cierta tranquilidad, que el otro le diera la seguridad que buscaba.
Cuando le preguntó por la ropa, advirtió que aun estaba con la ropa con la que había llegado, y se sonrojo pensando que incluso podía llegar a tener olor a sudor. Titubeo, y decidió que era mejor cambiarse ahora, por las dudas que se quedara dormido por el efecto del té. - Creo que me cambiare ahora... Si no... Si no es molestia - dijo, algo incómodo, levantándose torpemente y dejando caer su taza de té al suelo, donde se rompió. Se arrojó inmediatamente al suelo, comenzando a limpiar, era el peor invitado del mundo: caía sin avisar, a dormir, exigía dormir en su cama sin hacer nada antes, pedía té y comida y luego rompía una taza, volcando todo su contenido al suelo. Todo eso sin mencionar el llanto.
Se mordió el labio mientras juntaba los pedazos del suelo -Lo... lo siento, yo... yo no quise... - murmuró, nervioso. Cuando hubo terminado los arrojó todos en un tacho que había por ahí, limpiándose las manos en la ropa que aun traía puesta, haciendo caso omiso de los rasguños de la cerámica rota en sus manos. Buscó la ropa que Magnus le había prestado por toda la habitación, hasta que la localizo en unas butacas al pie de la cama. La tomó y se dirigió a pasos agigantados al baño, donde cerró la puerta tras él, intentando serenarse, no debía hacerse tanto problema, era sólo una taza, y se sentía así porque aun seguía a punto de explotar. Se cambio, antes de mirarse al espejo, intentando hacer caso omiso de sus ojos hinchados, para ver que su semblante estaba algo mas tranquilo.
Suspiró, intentando armarse de valor, un par de veces antes de por fin abrir la puerta, como si fuera un actor a punto de salir a un escenario. Se dirigió al lugar en el que había estado poco tiempo antes, y se sentó como estaba, volviendo a jugar con el panecillo, tomando pequeños mordiscos, royéndolo lentamente, más para tener algo que hacer más que porque quisiera comerlo. Miro de reojo a Magnus, este no parecía para nada enojado. En cambio, él si estaba enojado consigo mismo. Pero no podía hacer que Magnus, que estaba intentando todo lo posible para que se sintiera cómodo, pagara un enojo del que no tenía culpa. Suspiró, intentando librarse de ese enojo, y apoyo la cabeza en el hombro del brujo - Siento mucho la taza... Y el té... - suspiro de nuevo, esta vez para admitir algo que le daba vergüenza - Necesito algo de té... Estoy muy nervioso... Yo... Yo nunca... Ya sabes... Ni tampoco... Ni tampoco esto... - bajo la mirada al panecillo - No quisiera incomodarte... - lo mira disculpándose, por lo que había hecho, por lo que estaba haciendo y por lo que iba a hacer, y se arrodilla, enfrentándolo, y se inclina a besarlo, primero con dudas, y luego dejándose llevar. Se arqueó en contra suya, y sentía que las lágrimas volvían a resbalar por su cara, aunque no sabía porque, ni le importaba, en ese momento era alguien, era deseado, era alguien, pensaba, una y otra vez. Se separó de los labios del brujo, necesitaba tomar aire.
Cuando recuperó parte del aliento, se separó un poco de su cuerpo, no sabía que sucedía, no lo entendía... Miró al brujo, intentando aclarar sus pensamientos. Lo había besado porque era lo que deseaba... Pero deseaba ir mas lejos?
Cuando le preguntó por la ropa, advirtió que aun estaba con la ropa con la que había llegado, y se sonrojo pensando que incluso podía llegar a tener olor a sudor. Titubeo, y decidió que era mejor cambiarse ahora, por las dudas que se quedara dormido por el efecto del té. - Creo que me cambiare ahora... Si no... Si no es molestia - dijo, algo incómodo, levantándose torpemente y dejando caer su taza de té al suelo, donde se rompió. Se arrojó inmediatamente al suelo, comenzando a limpiar, era el peor invitado del mundo: caía sin avisar, a dormir, exigía dormir en su cama sin hacer nada antes, pedía té y comida y luego rompía una taza, volcando todo su contenido al suelo. Todo eso sin mencionar el llanto.
Se mordió el labio mientras juntaba los pedazos del suelo -Lo... lo siento, yo... yo no quise... - murmuró, nervioso. Cuando hubo terminado los arrojó todos en un tacho que había por ahí, limpiándose las manos en la ropa que aun traía puesta, haciendo caso omiso de los rasguños de la cerámica rota en sus manos. Buscó la ropa que Magnus le había prestado por toda la habitación, hasta que la localizo en unas butacas al pie de la cama. La tomó y se dirigió a pasos agigantados al baño, donde cerró la puerta tras él, intentando serenarse, no debía hacerse tanto problema, era sólo una taza, y se sentía así porque aun seguía a punto de explotar. Se cambio, antes de mirarse al espejo, intentando hacer caso omiso de sus ojos hinchados, para ver que su semblante estaba algo mas tranquilo.
Suspiró, intentando armarse de valor, un par de veces antes de por fin abrir la puerta, como si fuera un actor a punto de salir a un escenario. Se dirigió al lugar en el que había estado poco tiempo antes, y se sentó como estaba, volviendo a jugar con el panecillo, tomando pequeños mordiscos, royéndolo lentamente, más para tener algo que hacer más que porque quisiera comerlo. Miro de reojo a Magnus, este no parecía para nada enojado. En cambio, él si estaba enojado consigo mismo. Pero no podía hacer que Magnus, que estaba intentando todo lo posible para que se sintiera cómodo, pagara un enojo del que no tenía culpa. Suspiró, intentando librarse de ese enojo, y apoyo la cabeza en el hombro del brujo - Siento mucho la taza... Y el té... - suspiro de nuevo, esta vez para admitir algo que le daba vergüenza - Necesito algo de té... Estoy muy nervioso... Yo... Yo nunca... Ya sabes... Ni tampoco... Ni tampoco esto... - bajo la mirada al panecillo - No quisiera incomodarte... - lo mira disculpándose, por lo que había hecho, por lo que estaba haciendo y por lo que iba a hacer, y se arrodilla, enfrentándolo, y se inclina a besarlo, primero con dudas, y luego dejándose llevar. Se arqueó en contra suya, y sentía que las lágrimas volvían a resbalar por su cara, aunque no sabía porque, ni le importaba, en ese momento era alguien, era deseado, era alguien, pensaba, una y otra vez. Se separó de los labios del brujo, necesitaba tomar aire.
Cuando recuperó parte del aliento, se separó un poco de su cuerpo, no sabía que sucedía, no lo entendía... Miró al brujo, intentando aclarar sus pensamientos. Lo había besado porque era lo que deseaba... Pero deseaba ir mas lejos?
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Re: Es que... Este era el único lugar al que quería ir. (Magnus)
A los ojos de Magnus no había visión mas hermosa que esa, el rostro enrojecido, o sonrojado de Alec, solo para el y por el, por ese simple beso que delato sin mas la inocencia que llevaba en su interior, como era posible que en un mundo rodeado de muerte, sangre, demonios, ángeles, espadas, cuchillos, y donde se valoraba un deber ancestral por sobre lo que uno deseaba, ¿Podría sobrevivir aquella inocencia? No se lo explicaba, realmente no lo hacia, cazadores de sombras siempre eran engreídos vanidosos, fuertes y orgullosos de si mismos, anteponiendo sus pensamientos a los otros, porque fueron criados en escrita ley de la clave, una ley que parecía casi un regimiento de clones o un ejercito armado. Algunos, ni parecían personas, pero el, bajo su dura fachada aun era dulce, tierno, y en síntesis un niño que necesitaba ser cuidado, esa hermosa fragilidad, que solo, según el brujo, pertenecía a los mundanos que no podían evitar serlo, ahora se presentaba en el. Alguien fuerte, entrenado, pero tan frágil como un cristal, casi al instante que aparto su mirada Magnus quiso protegerlo.
Siguió con la mirada aquella que había esquivado la propia y soltó una pequeña risa no de burla sino de ternura. Le había preguntado si deseaba cambiarse y el en unos segundos pareció alterarlo nuevamente, pero esta vez el brujo no demostró nada mas que la sonrisa que mantenía en sus labios, señalo con un ademan con las manos la ropa que había elegido para el, una calza negra brillante y una remera digna de usarse cuando se salia a bailar, con estras por delante de dolores a compose con el cabello arco-iris del brujo. La calza a el mismo le quedaba un poco chica pero, suponía que a Alec que era un poco mas pequeño que el le quedaría perfecta y ajustada en "los lugares precisos", Magnus sonrió ante la idea, pero la idea se hecho para atrás en cuanto escucho el ruido de la cerámica haciéndose añicos contra los pisos de madera, cerro los ojos ante el estruendo, y enarco las cejas, por porque se había roto la taza, sino sorprendido por la rapidez con la que Alec se había agachado a recogerla del suelo, juro por un momento que sus ojos no pudieron seguirlo. - Alec... Cariño, no te hagas problema, yo, puedo limpiarlo con solo un chasquido y es... solo.... una taza.... -Termino de decir pero la rapidez del otro en desaparecer con la ropa, lo hizo sospechar que no había escuchado absolutamente nada de lo que le había dicho. Suspiro negando con la cabeza divertido no se iba a tomar eso a mal, estaba nervioso eso era mas que obvio y merecía la oportunidad de aclimatarse, aun así, al brujo le gustaba.
Chasqueo los dedos para desaparecer los pequeños restos de la taza y el te que aun estaba en el piso y si no lo retiraba pronto se hincharía la madera y crearía un bulto que desentonaría con el equilibrio hetereo del cuarto. Espero a alec sentado en la cama como si nada, poniéndose unos almohadones en la espalda para recostarse sobre el respaldo de la cama con comodidad y jugar con sus manos con unas pequeñas chispas azules, solo por el hecho de tener las manos ocupadas en algo, soltó el aire y observo el techo. ¿En realidad iba a dormir con el? Un nephilim que conocía hace mucho menos de un mes, cuyos sentimientos parecían confundidos sobre si mismo y el mundo, pero el brujo hallo la respuesta mucho antes de que se diera cuenta. Si. Miro a su lado las sabanas que habían quedado un poco destendidas del lugar donde el se había sentado. La decisión ya estaba tomada, le gustaba la idea de ser el primero para alguien aunque solo sea una simple noche, dormidos uno al lado del otro, claro. Luego de ver esa serie, ¿Que mas se podía pedir?
Paso de la mirada del techo hacia sus dedos mientras apagaba las chispas azules al sentir la puerta y como Alec pasaba nuevamente al cuarto, Magnus lo recorrió con la mirada, tratando de que no se de cuenta de que lo hacia, no le daría mas motivos para avergonzarse. En total silencio se acerco y sentándose en su lugar tomo un panecillo y comió un poco de el, algo inquieto, lo noto suspirar y Magnus parpadeo suave para luego sentir un alivio cuando se apoyo en su hombro, deslizando la mirada hacia abajo y a donde quizás sus ojos por el angulo puedan verlo y simplemente, lo escucho.
- ¿Porque me incomodarías con eso? -Le respondió tratando de calmarlo, aunque que el mismo lo admitiera daba al hecho de que por lo menos confiaba en el brujo, confiaba en que podía contarle lo que sentía o como se sentía, para Alec y Magnus esa era una batalla ganada. - No tienes porque estarlo, no haré nada que no quieras, y tranquilo, luego te preparare un te, y si no quieres que.. "lo pida prestado" yo mismo te lo preparare. - Su mirada lo hizo sonreír suavemente, y desear besar sus labios para que acabara esa disculpa que no era para nada necesario. Pero algo se adelanto. En nephilim había leído sus pensamientos y aquellos labios se encontraban contra los propios, se sorprendió pero luego correspondió el beso, y acariciando el borde de su brazo para subir lentamente a su mejilla, intentando darle seguridad, que al parecer funciono, ya que sentía su cuerpo inclinándose hacia el, no por eso detuvo el beso, ladeo la cabeza un poco mas haciéndolo mas intenso, pero solo un poco, no quería que se asustara. Magnus con su basta experiencia, sabia como dar un beso intenso y poder respirar a la vez por la nariz, pero Alec no tanto por lo que dedujo que esa era la razón por la que se había separado.
Los labios del brujo quedaron teñidos de un sutil color rojo y brillantes por el beso al igual que los de Alec que luego tomo un poco de distancia pero no separo sus ojos de los propios, estaban brillantes y de un azul profundo, Magnus se perdió en ellos por unos segundos, y sin poder dar razonamiento a sus pensamientos, esta vez fue él el que se inclino hacia Alec uniendo sus labios una vez mas, suaves y dulces quizás por los panecillos, o solamente por ser los de el, lo acerco con la mayor delicadeza que pudo contra el. El brujo tuvo que reunir un poco mas de su cordura para alentar el beso, temía asustarlo, temía que pensara que deseaba algo mas, no porque sea mentira, sino, porque no lo iba a forzar, mas sabiendo que a el le interesaba mucho lo que los demás piensen y quieran, aun así lo rodeo por la cintura y sintió su pecho pegarse contra el de el, acariciando con suavidad su espalda por sobre la tela de la suave camisera lisa por detrás. Su corazón latía, a un ritmo ligeramente mas acelerado que lo normal, al igual que su respiración se agito apenas, se separo de manera tenue de sus labios.- Alec... -Susurro pero no se alejo, se quedo contra sus labios apoyando la frente en la suya, respirando su aire, relajándose.
Siguió con la mirada aquella que había esquivado la propia y soltó una pequeña risa no de burla sino de ternura. Le había preguntado si deseaba cambiarse y el en unos segundos pareció alterarlo nuevamente, pero esta vez el brujo no demostró nada mas que la sonrisa que mantenía en sus labios, señalo con un ademan con las manos la ropa que había elegido para el, una calza negra brillante y una remera digna de usarse cuando se salia a bailar, con estras por delante de dolores a compose con el cabello arco-iris del brujo. La calza a el mismo le quedaba un poco chica pero, suponía que a Alec que era un poco mas pequeño que el le quedaría perfecta y ajustada en "los lugares precisos", Magnus sonrió ante la idea, pero la idea se hecho para atrás en cuanto escucho el ruido de la cerámica haciéndose añicos contra los pisos de madera, cerro los ojos ante el estruendo, y enarco las cejas, por porque se había roto la taza, sino sorprendido por la rapidez con la que Alec se había agachado a recogerla del suelo, juro por un momento que sus ojos no pudieron seguirlo. - Alec... Cariño, no te hagas problema, yo, puedo limpiarlo con solo un chasquido y es... solo.... una taza.... -Termino de decir pero la rapidez del otro en desaparecer con la ropa, lo hizo sospechar que no había escuchado absolutamente nada de lo que le había dicho. Suspiro negando con la cabeza divertido no se iba a tomar eso a mal, estaba nervioso eso era mas que obvio y merecía la oportunidad de aclimatarse, aun así, al brujo le gustaba.
Chasqueo los dedos para desaparecer los pequeños restos de la taza y el te que aun estaba en el piso y si no lo retiraba pronto se hincharía la madera y crearía un bulto que desentonaría con el equilibrio hetereo del cuarto. Espero a alec sentado en la cama como si nada, poniéndose unos almohadones en la espalda para recostarse sobre el respaldo de la cama con comodidad y jugar con sus manos con unas pequeñas chispas azules, solo por el hecho de tener las manos ocupadas en algo, soltó el aire y observo el techo. ¿En realidad iba a dormir con el? Un nephilim que conocía hace mucho menos de un mes, cuyos sentimientos parecían confundidos sobre si mismo y el mundo, pero el brujo hallo la respuesta mucho antes de que se diera cuenta. Si. Miro a su lado las sabanas que habían quedado un poco destendidas del lugar donde el se había sentado. La decisión ya estaba tomada, le gustaba la idea de ser el primero para alguien aunque solo sea una simple noche, dormidos uno al lado del otro, claro. Luego de ver esa serie, ¿Que mas se podía pedir?
Paso de la mirada del techo hacia sus dedos mientras apagaba las chispas azules al sentir la puerta y como Alec pasaba nuevamente al cuarto, Magnus lo recorrió con la mirada, tratando de que no se de cuenta de que lo hacia, no le daría mas motivos para avergonzarse. En total silencio se acerco y sentándose en su lugar tomo un panecillo y comió un poco de el, algo inquieto, lo noto suspirar y Magnus parpadeo suave para luego sentir un alivio cuando se apoyo en su hombro, deslizando la mirada hacia abajo y a donde quizás sus ojos por el angulo puedan verlo y simplemente, lo escucho.
- ¿Porque me incomodarías con eso? -Le respondió tratando de calmarlo, aunque que el mismo lo admitiera daba al hecho de que por lo menos confiaba en el brujo, confiaba en que podía contarle lo que sentía o como se sentía, para Alec y Magnus esa era una batalla ganada. - No tienes porque estarlo, no haré nada que no quieras, y tranquilo, luego te preparare un te, y si no quieres que.. "lo pida prestado" yo mismo te lo preparare. - Su mirada lo hizo sonreír suavemente, y desear besar sus labios para que acabara esa disculpa que no era para nada necesario. Pero algo se adelanto. En nephilim había leído sus pensamientos y aquellos labios se encontraban contra los propios, se sorprendió pero luego correspondió el beso, y acariciando el borde de su brazo para subir lentamente a su mejilla, intentando darle seguridad, que al parecer funciono, ya que sentía su cuerpo inclinándose hacia el, no por eso detuvo el beso, ladeo la cabeza un poco mas haciéndolo mas intenso, pero solo un poco, no quería que se asustara. Magnus con su basta experiencia, sabia como dar un beso intenso y poder respirar a la vez por la nariz, pero Alec no tanto por lo que dedujo que esa era la razón por la que se había separado.
Los labios del brujo quedaron teñidos de un sutil color rojo y brillantes por el beso al igual que los de Alec que luego tomo un poco de distancia pero no separo sus ojos de los propios, estaban brillantes y de un azul profundo, Magnus se perdió en ellos por unos segundos, y sin poder dar razonamiento a sus pensamientos, esta vez fue él el que se inclino hacia Alec uniendo sus labios una vez mas, suaves y dulces quizás por los panecillos, o solamente por ser los de el, lo acerco con la mayor delicadeza que pudo contra el. El brujo tuvo que reunir un poco mas de su cordura para alentar el beso, temía asustarlo, temía que pensara que deseaba algo mas, no porque sea mentira, sino, porque no lo iba a forzar, mas sabiendo que a el le interesaba mucho lo que los demás piensen y quieran, aun así lo rodeo por la cintura y sintió su pecho pegarse contra el de el, acariciando con suavidad su espalda por sobre la tela de la suave camisera lisa por detrás. Su corazón latía, a un ritmo ligeramente mas acelerado que lo normal, al igual que su respiración se agito apenas, se separo de manera tenue de sus labios.- Alec... -Susurro pero no se alejo, se quedo contra sus labios apoyando la frente en la suya, respirando su aire, relajándose.
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Re: Es que... Este era el único lugar al que quería ir. (Magnus)
Cuando apoyó la cabeza en su hombro sólo podía pensar en cuanto quería que Magnus lo rodeara con sus brazos, era su deseo, como el de un nene caprichoso que intenta llamar la atención para recibir lo que desea. Necesitaba sentirse más cerca del otro, sentir que no lo incomodaba, pero también lo entendía al brujo... Un nephilim al que conoces hace poco y con el que supuestamente sales pero nadie sabe nada de ello, porque eres un secreto que el no quiere revelar, cae a tu casa en busca de refugio, pide dormir contigo aun cuando sabe que eso puede ser incómodo, llora por otro hombre y demás... ¿Quien podía sentirse cómodo como anfitrión? Además... Alec era solo Alec, no tenia toda la magnificencia de Jace ni la belleza de Izzy, ¿que podía alguien ver en él? A pesar de saber que el otro no lo tocaba porque no quería hacerlo sentir incómodo ni como que lo forzaba a hacer algo que no quería, allí estaba esa voz, la de la duda, la que le decía que era superado por todos, por Izzy, por Jace, por todos; y en este momento le estaba diciendo a gritos que de seguro era porque el brujo se mantenía junto a él por interés, ¿que otro motivo podía haber?
Por eso lo besó, en un acto que le supuso un gran esfuerzo, el de movilizarse contra sus miedos, contra sus temores, el de ser mas fuerte que ellos. Por eso se dejo llevar, porque no quería pensar, no quería pelear contra sus demonios internos, quería ser sólo un chico besando a otro, nada más, ni un nefilim ni un submundo, solo Alec y Magnus, para distraerse de sus heridas y curarlas.
Cuando se separo, no pudo evitar pensar que, aun ahora que habían pasado tiempo juntos , sus ojos de gato aun surtían un efecto en él y lo tenían encandilado. Siempre le recordarían al amanecer de ese día que el otro había permanecido despierto, al lado de su cama, luego de haber hecho su trabajo. Se había quedado porque quería saber que estaba bien, o, según Izzy, porque le gustaba al brujo. ¿Que sería lo que el otro veía en él? Era alguien común, alguien que no resaltaba, alguien que siempre pasaba desapercibido, no tenía ni la gracia de Jace ni la belleza de Izzy y probablemente la habilidad de ninguno para manejar el cuchillo o el látigo. No lo entendía, y quizás nunca lo entendiera, pensó, viéndose interrumpido en el pensamiento por los labios de Magnus, que parecían ansiosos por más, tanto como los suyos, como su cuerpo, que se acomodaba tan cerca como era posible al suyo. Su cuerpo parecía tener autocontrol, porque no recordaba haber ordenado a sus piernas que se acomodaran de esa manera, sentado a horcajadas contra el brujo, estando mas cerca de lo que jamás había estado de ningún hombre, rompiendo todas sus barreras.
Cuando advirtió la posición en la que estaban, se sonrojó. Estaba seguro que no quería tener relaciones aun, pero por algún motivo que el ignoraba, su cuerpo parecía llevarle la contra. Su cuerpo le pedía, y el temía lo que su cuerpo quería, le temía demasiado, y ese temor le daba odio... Odio contra sí mismo, odio contra sus temores que siempre lo limitaban y lo manejaban, que le impedían ser tan valiente como Jace, que le impedían desear estar en la línea de fuego, y lo dejaban a la retaguardia con su arco, intentando tener el control desde la lejanía, desde donde no estaba en peligro.
La voz de Magnus susurrando su nombre hizo despertar algo en su interior. Deseaba ilusionarse con él, a pesar de sus miedos, deseaba poder amarlo... No sabía porqué, pero se sentía cómodo, protegido y sentía como que el tiempo no pasaba. Lo miró con cierta dosis de dolor y de ternura, y esta vez fue él el que se inclinó contra él para besarlo, cada vez mas intenso, cada vez mas insistente, no parecía poder separarse de él, ni tampoco quería. Él era su consuelo, él había secado sus lágrimas toda la noche y no había preguntado más de lo necesario, ya fuera porque sabía que Alec no le contaría o porque sabía las respuestas y prefería no escucharlas.
Sentado sobre el brujo parecía que tenían la misma altura, y la presión que los brazos del brujo ejercían contra su cuerpo, acercándolo tanto como podían, hacía que pareciera que estaban fundidos. Paso una de sus manos por debajo de la remera del brujo, ansioso por tocar su espalda, por hundir sus dedos en sus músculos, por sentir su calor. Sentía su pulso, parecía ir al mismo ritmo que el suyo, y sentía que quemaba todo aquél lugar donde su piel encontraba a la de Magnus. Se separó apenas, para suspirar, antes de besarlo con el mismo apremio, pero metiendo mas ternura, más cariño. Pronto el beso volvió a parecerse al de antes, aunque definitivamente había menos desesperación.
Su cuerpo se movió inconscientemente contra él, y un escalofrío lo recorrió entero, separándose de golpe de sus labios, de su cuerpo, cayendo sentado enfrente suyo, temblando y buscando recobrar el aire. Lo miro asustado, pero no estaba asustado de Magnus, estaba asustado de si mismo y de lo que había estado a punto de hacer. No se atrevía a mirar el rostro de Magnus, temía haberse sobrepasado y que el otro estuviera enfadado o molesto con él por haberse alejado así, tan abruptamente. -Lo... Lo siento, me deje llevar... Yo... - a pesar del color que tenían sus mejillas luego de lo acalorado que se había puesto con el último beso, se sonrojo de una manera que incluso era notoria - Yo... Yo no estoy listo... No sé... No se que me sucedió... - ocultó su rostro entre sus manos, intentando aclarar que sentía, que quería. Estaba muy nervioso, había sido una larga noche, entrar a escondidas al instituto, discutir con Jace sólo porque estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado pensando en lo que le sucedía con su parabatai y en lo que le sucedía con Magnus, luego esperar y esperar hasta poder volver a salir desapercibido, para ir donde el brujo y llorar una y otra vez, refugiado en sus brazos.
Intentó serenarse, volver a respirar de manera normal, y poder pensar con claridad. Cuando hubo logrado algo de esto, descubrió su rostro, en donde estaba impresa toda su desesperación por haber perdido el control de esa manera. Miró a Magnus con cuidado, temeroso de la reacción de cualquiera de los dos. - Lo siento... De verdad... Dime que me perdonas... Hagamos... Hagamos como que eso no sucedió... Por favor - pidió, estaba avergonzado, era tan nuevo en esto, encima se quejaba como un niño. Suspiró, y volvió a su lugar, sentándose cómodamente sobre los almohadones que Magnus había acomodado para ambos, aunque dejando algo de espacio entre ambos, no confiaba en su propio autocontrol, no con el brujo tan cerca, oliendo tan bien y despidiendo tanto calor. Intercambio una mirada con él, e intentó sonreír - Creo que aceptaré una de tus... actividades ilícitas... Y aceptaré el té... Y también creo que es momento de ver esa serie de viajes a las estrellas, nunca comprenderé a estos mundanos... ¿Acaso no saben que las estrellas pueden quemarlos? - negó con la cabeza - Aunque a la vez comprendo su fascinación por ellas... Parecen eternas... Y brillan tanto... Todos deben querer brillar como ellas, en las noches oscuras... - Suspiró - Al fin y al cabo, como leí en un sitio, somos carne y hueso, pero también somos polvo de estrellas.
Volvió a mirar a Magnus, algo mas tranquilo, pensando en como él era mas que polvo de estrellas. Parecía brillar siempre, y no sólo por el glitter o los strases de su ropa, sino por... algo que había dentro suyo. Sabía que el brujo debía de haber sufrido mucho, siendo inmortal, miles de amigos habrían quedado en su camino, pero siempre rebosaba de esa alegría y esa tranquilidad de haberlo visto todo, como si fuera resistente, y cada nueva marca que el paso del tiempo en los demás hacía en él, fuera sólo un motivo más para sonreír, para pasar tiempo con Alec, para estar vivo. Admiraba eso, desde que vio la expresión en sus ojos en ese amanecer, siempre había pensado en ello. Alec no sabía como reaccionaría frente a una perdida, pero Magnus reaccionaba volviéndose positivo, generando más energía... En este momento, pocas cosas estaban claras en la cabeza de Alec, pero una de ellas era de seguro que si alguna vez perdía a alguien o sucedía algo malo, quería que Magnus estuviera para cuidar de él. Sólo Magnus.
Por eso lo besó, en un acto que le supuso un gran esfuerzo, el de movilizarse contra sus miedos, contra sus temores, el de ser mas fuerte que ellos. Por eso se dejo llevar, porque no quería pensar, no quería pelear contra sus demonios internos, quería ser sólo un chico besando a otro, nada más, ni un nefilim ni un submundo, solo Alec y Magnus, para distraerse de sus heridas y curarlas.
Cuando se separo, no pudo evitar pensar que, aun ahora que habían pasado tiempo juntos , sus ojos de gato aun surtían un efecto en él y lo tenían encandilado. Siempre le recordarían al amanecer de ese día que el otro había permanecido despierto, al lado de su cama, luego de haber hecho su trabajo. Se había quedado porque quería saber que estaba bien, o, según Izzy, porque le gustaba al brujo. ¿Que sería lo que el otro veía en él? Era alguien común, alguien que no resaltaba, alguien que siempre pasaba desapercibido, no tenía ni la gracia de Jace ni la belleza de Izzy y probablemente la habilidad de ninguno para manejar el cuchillo o el látigo. No lo entendía, y quizás nunca lo entendiera, pensó, viéndose interrumpido en el pensamiento por los labios de Magnus, que parecían ansiosos por más, tanto como los suyos, como su cuerpo, que se acomodaba tan cerca como era posible al suyo. Su cuerpo parecía tener autocontrol, porque no recordaba haber ordenado a sus piernas que se acomodaran de esa manera, sentado a horcajadas contra el brujo, estando mas cerca de lo que jamás había estado de ningún hombre, rompiendo todas sus barreras.
Cuando advirtió la posición en la que estaban, se sonrojó. Estaba seguro que no quería tener relaciones aun, pero por algún motivo que el ignoraba, su cuerpo parecía llevarle la contra. Su cuerpo le pedía, y el temía lo que su cuerpo quería, le temía demasiado, y ese temor le daba odio... Odio contra sí mismo, odio contra sus temores que siempre lo limitaban y lo manejaban, que le impedían ser tan valiente como Jace, que le impedían desear estar en la línea de fuego, y lo dejaban a la retaguardia con su arco, intentando tener el control desde la lejanía, desde donde no estaba en peligro.
La voz de Magnus susurrando su nombre hizo despertar algo en su interior. Deseaba ilusionarse con él, a pesar de sus miedos, deseaba poder amarlo... No sabía porqué, pero se sentía cómodo, protegido y sentía como que el tiempo no pasaba. Lo miró con cierta dosis de dolor y de ternura, y esta vez fue él el que se inclinó contra él para besarlo, cada vez mas intenso, cada vez mas insistente, no parecía poder separarse de él, ni tampoco quería. Él era su consuelo, él había secado sus lágrimas toda la noche y no había preguntado más de lo necesario, ya fuera porque sabía que Alec no le contaría o porque sabía las respuestas y prefería no escucharlas.
Sentado sobre el brujo parecía que tenían la misma altura, y la presión que los brazos del brujo ejercían contra su cuerpo, acercándolo tanto como podían, hacía que pareciera que estaban fundidos. Paso una de sus manos por debajo de la remera del brujo, ansioso por tocar su espalda, por hundir sus dedos en sus músculos, por sentir su calor. Sentía su pulso, parecía ir al mismo ritmo que el suyo, y sentía que quemaba todo aquél lugar donde su piel encontraba a la de Magnus. Se separó apenas, para suspirar, antes de besarlo con el mismo apremio, pero metiendo mas ternura, más cariño. Pronto el beso volvió a parecerse al de antes, aunque definitivamente había menos desesperación.
Su cuerpo se movió inconscientemente contra él, y un escalofrío lo recorrió entero, separándose de golpe de sus labios, de su cuerpo, cayendo sentado enfrente suyo, temblando y buscando recobrar el aire. Lo miro asustado, pero no estaba asustado de Magnus, estaba asustado de si mismo y de lo que había estado a punto de hacer. No se atrevía a mirar el rostro de Magnus, temía haberse sobrepasado y que el otro estuviera enfadado o molesto con él por haberse alejado así, tan abruptamente. -Lo... Lo siento, me deje llevar... Yo... - a pesar del color que tenían sus mejillas luego de lo acalorado que se había puesto con el último beso, se sonrojo de una manera que incluso era notoria - Yo... Yo no estoy listo... No sé... No se que me sucedió... - ocultó su rostro entre sus manos, intentando aclarar que sentía, que quería. Estaba muy nervioso, había sido una larga noche, entrar a escondidas al instituto, discutir con Jace sólo porque estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado pensando en lo que le sucedía con su parabatai y en lo que le sucedía con Magnus, luego esperar y esperar hasta poder volver a salir desapercibido, para ir donde el brujo y llorar una y otra vez, refugiado en sus brazos.
Intentó serenarse, volver a respirar de manera normal, y poder pensar con claridad. Cuando hubo logrado algo de esto, descubrió su rostro, en donde estaba impresa toda su desesperación por haber perdido el control de esa manera. Miró a Magnus con cuidado, temeroso de la reacción de cualquiera de los dos. - Lo siento... De verdad... Dime que me perdonas... Hagamos... Hagamos como que eso no sucedió... Por favor - pidió, estaba avergonzado, era tan nuevo en esto, encima se quejaba como un niño. Suspiró, y volvió a su lugar, sentándose cómodamente sobre los almohadones que Magnus había acomodado para ambos, aunque dejando algo de espacio entre ambos, no confiaba en su propio autocontrol, no con el brujo tan cerca, oliendo tan bien y despidiendo tanto calor. Intercambio una mirada con él, e intentó sonreír - Creo que aceptaré una de tus... actividades ilícitas... Y aceptaré el té... Y también creo que es momento de ver esa serie de viajes a las estrellas, nunca comprenderé a estos mundanos... ¿Acaso no saben que las estrellas pueden quemarlos? - negó con la cabeza - Aunque a la vez comprendo su fascinación por ellas... Parecen eternas... Y brillan tanto... Todos deben querer brillar como ellas, en las noches oscuras... - Suspiró - Al fin y al cabo, como leí en un sitio, somos carne y hueso, pero también somos polvo de estrellas.
Volvió a mirar a Magnus, algo mas tranquilo, pensando en como él era mas que polvo de estrellas. Parecía brillar siempre, y no sólo por el glitter o los strases de su ropa, sino por... algo que había dentro suyo. Sabía que el brujo debía de haber sufrido mucho, siendo inmortal, miles de amigos habrían quedado en su camino, pero siempre rebosaba de esa alegría y esa tranquilidad de haberlo visto todo, como si fuera resistente, y cada nueva marca que el paso del tiempo en los demás hacía en él, fuera sólo un motivo más para sonreír, para pasar tiempo con Alec, para estar vivo. Admiraba eso, desde que vio la expresión en sus ojos en ese amanecer, siempre había pensado en ello. Alec no sabía como reaccionaría frente a una perdida, pero Magnus reaccionaba volviéndose positivo, generando más energía... En este momento, pocas cosas estaban claras en la cabeza de Alec, pero una de ellas era de seguro que si alguna vez perdía a alguien o sucedía algo malo, quería que Magnus estuviera para cuidar de él. Sólo Magnus.
Invitado- Invitado
Re: Es que... Este era el único lugar al que quería ir. (Magnus)
El brujo no tenia en ese momento ninguna chimenea encendida, ninguna calefacción, pero por alguna razón, sentía como si estuviese cerca de las llamaradas, del iracundo calor del fuego, en ese impredecible tacto de Alec. Ni el mismo sabia como había pasado, lo había besado, de esa manera que solo el nephilim sabia, no de manera experta ni de manera furiosa, sino con todo lo que tenia, parecía expresar miles de cosas en ese ensordecedor silencio de sus labios contra los de el.
El brujo tenia mucha experiencia, sabia controlarse y cuando no hacerlo, pero el lo confundía, en un momento parecía que no salia del tierno y tímido nephilim que aparentaba ser, al otro el mas duro de todos los tiempos y sin darle tiempo a acostumbrarse, se volvía una fiera, y no dicho en un mal sentido, sus penetrantes ojos azules parecían perderlo en mas de un océano a la vez, como si lo invitaran a volar, y extraviarte en la estrella del brillo de su mirada, pero no podría hacerlo, no debía. ¿Cuanto duraría ese brillo de deseo? Que mas da, no lo iba a desperdiciar. Sus bocas parecían encajar perfectamente una con la otra, como si hubieran practicado desde antes aquel vaivén de labios, lenguas y dientes previamente, parecían coordinados un perfecto movimiento que llevaría a la locura a cualquier hombre o mujer que pasara por lo mismo, de hecho a el le había quitado lo ultimo de cordura que queria anteponerse, se dejo llevar por el por eso labios por su cuerpo que parecía agitarse igual que el propio, en ese momento Magnus dejo de pensar y solo se perdió en su sabor.
Perfilo los labios de Alec con la lengua, solamente para que los entreabriera un poco y poder invadir su boca con mas soltura, ladeo la cabeza e intensifico el beso recorriendo y memorizando cada parte en ese contacto, las manos de Magnus lo rodearon con un poco mas de fuerza, a la que alec respondió acomodándose sobre el, en movimientos tan rápidos y delicados que el brujo apenas percibió como pasaba una pierna sobre las de el y se acomodaba a horcajadas encima suyo.
El brujo soltó un imperceptible jadeo al tenerlo tan cerca y por fin lo apretó con mas confianza, sosteniéndolo con una mano por la cintura baja y con la otra por el medio de sus omóplatos, para que no quedara espacio ni una fracción de este que los separara. Sentía las manos de Alec acariciar sus brazos para que luego tomaran rumbo hacia su abdomen, colándose debajo de su remera acariciando sus músculos, Magnus se tenso levemente, pero luego se volvió a relajar, definitivamente, estaba viendo el lado de Alec que nadie había visto antes, lo fascinaba, lo extasiaba, pero mas que nada lo hacia feliz, no había sido el primero de nadie, nunca, ni el único en ver algo del otro que nunca nadie había visto, se estremesio, separándose apenas de el para percatarse de ese rubor tan hermoso que destacaba la blanca piel de sus mejillas, y sus labios que a tono destacaban de un hermoso carmesí, volvió a besarlo como el con mas dulzura con delicadeza que fugazmente se esfumo para volver a aquel ritmo que llevaba, pero menos desesperado, mas tierno, mas necesitado de amor y no tanto deseo, aunque este aun estaba presente en la nebulosa del aire que los rodeaba.
Magnus soltó un gruñido, contra sus labios, sonoro, pero ahogado en cuanto Alec, casi instintivamente se movió contra el, no se lo esperaba, mucho menos del otro, quería tratar de resistirse a todo lo que el otro le estaba haciendo, pero le resultaba imposible no reaccionar ante su tacto, trato de volver sus pensamientos mas fríos, lo que le era posible en esa situación, pero a la vez que la mitad de su cuerpo le obedecía, soltando una temblorosa mano de su espalda para apoyarla haciendo un nudo en las sabanas, la otra mitad de su cuerpo se aferraba a la idea de estar con el, bajando lentamente por su columna y bordeando su calza y bajando la mano por sobre esta para apoyarla apenas sobre una de sus nalgas, luchando internamente para no apretarla.
Pero algo se tenso en Alec que separándose abruptamente pego un salto hacia atrás. El brujo enarco las cejas mas sorprendido que enfadado o algo por el estilo. El brujo mantuvo sus labios entreabiertos y la mirada en el otro, aun jadeante, ambos de la misma manera, trago en seco y cerro los labios respirando hondo para tratar de calmar su corazón, al parecer el hizo lo mismo antes de dejar escapar unas palabras, Magnus nego con la cabeza, no necesitaba una disculpa, el mismo sabia que iba a pasar y fue estúpido de su parte no frenarlo, se dijo a si mismo y volvió a mirarlo con una sonrisa hasta que lo vio relajarse nuevamente, es la primera vez que tomaba el control y volvía a el de manera tan rápida, sin lagrimas, sin enojo solamente un rubor acalorado que aun conservaba y que al parecer no se iría en un rato largo. Antes de responder alguna de sus palabras Magnus se estiro y beso su frente una ultima vez como si fuese una forma de decirle "Estoy orgulloso." Pero... ¿Tenia porque estarlo? no lo sabia pero en ese momento es lo que sintió, acaricio su mejilla y con una suave risa, ni burlona, ni divertida, solo una risa y asintió. -De acuerdo, te perdono, aunque no tengo nada que perdonarte, porque como notaste, no me molesto pero si te hace sentir mejor no ha pasado nada y de hecho, no se de que estas hablando. - Soltó otra imperceptible risa y acomodándose en su lugar un poco mejor subiendo ambas rodillas, pero sin llegar a su pecho, se apoyo en el respaldo tomando el control de la televisión y el de el DVD, prendiendo primero la TV y luego el reproductor, dispuesto a ponerle play y luego pausa, escuchando lo que decía su... "pareja"... si, llamemosle así.
- Bueno, no es como que realmente los mundanos de esa época supieran que las estrellas son en realidad soles, ademas, es como una forma de decir, una metáfora. -Dijo encogiéndonos de hombros pensativo, Alec era muy inteligente, pero con lo directo que era dudaba que lograse reconocer una metáfora o un sarcasmo, de hecho a menudo se preguntaba como hacia este para vivir con Jace, el rubiales amo de las ironías y el señor soy mejor que todos Wayland- Pero si, tienes razón, todos quieren brillar como estrellas en un universo oscuro y ser la luz del lugar y porque no, la de una persona en especial, no tanto para ellos mismos sino, por un deseo altruista, es decir, el mundo esta jodido, pero quiero creo y puedo demostrar que todavía hay personas que no se preocupan tanto por si mismas. -Dijo y resto la importancia, puede que esa resultase una charla totalmente aburrida para alguien que paso toda su vida en peleas y actividades emocionantes, el brujo no le podía dar nada mas que eso por lo que solo suspiro, llevándose los cabellos hacia atrás, disimulando su pesadez para luego recuperar su sonrisa. "Esperemos que lo que puedo darle, sea suficiente." Pensó el mismo y estirando la mano le puso play aprovechando la presentación, para agregar.
- Y aquí esta tu té... Disfrútalo... -Dijo sonriendo y pasandole la taza de te que acababa de aparecerse en su mano libre la cual paso hacia el con cuidado. No le molestaba tener que limpiar si se caía, pero le daba daba algo de pereza tener que hacerlo de nuevo. Y en cuando Alec tomo la taza la serie ya había dado comienzo, así que guardo silencio y tomo un trago de su propio te, calentándolo un poco mas con un brillo en su mano, sin correr la vista de la pantalla, para el era común hacer eso, y juraba que la magia le daba un tono mas fuerte al té, no le disgustaba.
No se percato demasiado del tiempo mientras la serie transcurría, y estaba puesto en automático, capítulos se iban cambiando automáticamente al termino del otro, no tenían ni que mover un dedo. Magnus sentía algo de nostalgia esa serie le hacia acordar a tiempos mas antiguos, en el ápice de las series, apenas empezaron a tener éxito, las mejores, mas divertidas y perfectas, según el al menos, el resto de las series que había visto desde ese entonces no eran malas pero tenían algún rastro que habían copiado de una serie antigua, ya saben, nada se inventa, todo se recicla. Pensó, y se dio cuenta de que se perdió parte de uno de los capítulos, y volviendo la vista a la pantalla, estiro la mano a un costado buscando un panecillo y al no encontrarlo observo a su lado, a Alec, detenida pero disimuladamente, solo observándolo de reojo, esbozo una sonrisa estaba tan callado que no notaba del todo su presencia, si no fuera por su respiración que en el silencio de escuchaba, ¿Alguien le había dicho que respiraba tan duro? probablemente roncaría.
Reprimió una pequeña risa y luego volvió a la pantalla, enganchando una de las partes del dialogo que conocía de memoria, y la repitió, como quien se sabe de memoria un guion, o al menos esa escena, en parte para romper el silencio y porque de cierta manera le molestaba que en ese momento los personajes estuvieran actuando con tanto pánico, era obvio que la valentía solamente se veía en las series modernas. Por fin tomo el panecillo y le dio una mordida, chocolate. Lo saboreo y se deslizo un poco sobre las sabanas para quedar prácticamente acostado y subió un brazo hacia detrás de la cabeza en total comodidad. Sentía deseos de mirar nuevamente a Alec de reojo pero solamente se abstenía, sentía que quizás lo pondría incomodo, aunque bueno el rubor no le molestaba para nada. Pero antes que nada debía tratar de hacerlo sentir en casa.
Eso no significaba que no lo mirara, es mas, sus ojos no pudieron evitar ir hacia el nephilim en incontables ocasiones, volviendo a la televisión en un leve lapsus, solo dejando que sus pensamientos floten sobre: "Las luces azules de la serie solo resaltan tus ojos."
El brujo tenia mucha experiencia, sabia controlarse y cuando no hacerlo, pero el lo confundía, en un momento parecía que no salia del tierno y tímido nephilim que aparentaba ser, al otro el mas duro de todos los tiempos y sin darle tiempo a acostumbrarse, se volvía una fiera, y no dicho en un mal sentido, sus penetrantes ojos azules parecían perderlo en mas de un océano a la vez, como si lo invitaran a volar, y extraviarte en la estrella del brillo de su mirada, pero no podría hacerlo, no debía. ¿Cuanto duraría ese brillo de deseo? Que mas da, no lo iba a desperdiciar. Sus bocas parecían encajar perfectamente una con la otra, como si hubieran practicado desde antes aquel vaivén de labios, lenguas y dientes previamente, parecían coordinados un perfecto movimiento que llevaría a la locura a cualquier hombre o mujer que pasara por lo mismo, de hecho a el le había quitado lo ultimo de cordura que queria anteponerse, se dejo llevar por el por eso labios por su cuerpo que parecía agitarse igual que el propio, en ese momento Magnus dejo de pensar y solo se perdió en su sabor.
Perfilo los labios de Alec con la lengua, solamente para que los entreabriera un poco y poder invadir su boca con mas soltura, ladeo la cabeza e intensifico el beso recorriendo y memorizando cada parte en ese contacto, las manos de Magnus lo rodearon con un poco mas de fuerza, a la que alec respondió acomodándose sobre el, en movimientos tan rápidos y delicados que el brujo apenas percibió como pasaba una pierna sobre las de el y se acomodaba a horcajadas encima suyo.
El brujo soltó un imperceptible jadeo al tenerlo tan cerca y por fin lo apretó con mas confianza, sosteniéndolo con una mano por la cintura baja y con la otra por el medio de sus omóplatos, para que no quedara espacio ni una fracción de este que los separara. Sentía las manos de Alec acariciar sus brazos para que luego tomaran rumbo hacia su abdomen, colándose debajo de su remera acariciando sus músculos, Magnus se tenso levemente, pero luego se volvió a relajar, definitivamente, estaba viendo el lado de Alec que nadie había visto antes, lo fascinaba, lo extasiaba, pero mas que nada lo hacia feliz, no había sido el primero de nadie, nunca, ni el único en ver algo del otro que nunca nadie había visto, se estremesio, separándose apenas de el para percatarse de ese rubor tan hermoso que destacaba la blanca piel de sus mejillas, y sus labios que a tono destacaban de un hermoso carmesí, volvió a besarlo como el con mas dulzura con delicadeza que fugazmente se esfumo para volver a aquel ritmo que llevaba, pero menos desesperado, mas tierno, mas necesitado de amor y no tanto deseo, aunque este aun estaba presente en la nebulosa del aire que los rodeaba.
Magnus soltó un gruñido, contra sus labios, sonoro, pero ahogado en cuanto Alec, casi instintivamente se movió contra el, no se lo esperaba, mucho menos del otro, quería tratar de resistirse a todo lo que el otro le estaba haciendo, pero le resultaba imposible no reaccionar ante su tacto, trato de volver sus pensamientos mas fríos, lo que le era posible en esa situación, pero a la vez que la mitad de su cuerpo le obedecía, soltando una temblorosa mano de su espalda para apoyarla haciendo un nudo en las sabanas, la otra mitad de su cuerpo se aferraba a la idea de estar con el, bajando lentamente por su columna y bordeando su calza y bajando la mano por sobre esta para apoyarla apenas sobre una de sus nalgas, luchando internamente para no apretarla.
Pero algo se tenso en Alec que separándose abruptamente pego un salto hacia atrás. El brujo enarco las cejas mas sorprendido que enfadado o algo por el estilo. El brujo mantuvo sus labios entreabiertos y la mirada en el otro, aun jadeante, ambos de la misma manera, trago en seco y cerro los labios respirando hondo para tratar de calmar su corazón, al parecer el hizo lo mismo antes de dejar escapar unas palabras, Magnus nego con la cabeza, no necesitaba una disculpa, el mismo sabia que iba a pasar y fue estúpido de su parte no frenarlo, se dijo a si mismo y volvió a mirarlo con una sonrisa hasta que lo vio relajarse nuevamente, es la primera vez que tomaba el control y volvía a el de manera tan rápida, sin lagrimas, sin enojo solamente un rubor acalorado que aun conservaba y que al parecer no se iría en un rato largo. Antes de responder alguna de sus palabras Magnus se estiro y beso su frente una ultima vez como si fuese una forma de decirle "Estoy orgulloso." Pero... ¿Tenia porque estarlo? no lo sabia pero en ese momento es lo que sintió, acaricio su mejilla y con una suave risa, ni burlona, ni divertida, solo una risa y asintió. -De acuerdo, te perdono, aunque no tengo nada que perdonarte, porque como notaste, no me molesto pero si te hace sentir mejor no ha pasado nada y de hecho, no se de que estas hablando. - Soltó otra imperceptible risa y acomodándose en su lugar un poco mejor subiendo ambas rodillas, pero sin llegar a su pecho, se apoyo en el respaldo tomando el control de la televisión y el de el DVD, prendiendo primero la TV y luego el reproductor, dispuesto a ponerle play y luego pausa, escuchando lo que decía su... "pareja"... si, llamemosle así.
- Bueno, no es como que realmente los mundanos de esa época supieran que las estrellas son en realidad soles, ademas, es como una forma de decir, una metáfora. -Dijo encogiéndonos de hombros pensativo, Alec era muy inteligente, pero con lo directo que era dudaba que lograse reconocer una metáfora o un sarcasmo, de hecho a menudo se preguntaba como hacia este para vivir con Jace, el rubiales amo de las ironías y el señor soy mejor que todos Wayland- Pero si, tienes razón, todos quieren brillar como estrellas en un universo oscuro y ser la luz del lugar y porque no, la de una persona en especial, no tanto para ellos mismos sino, por un deseo altruista, es decir, el mundo esta jodido, pero quiero creo y puedo demostrar que todavía hay personas que no se preocupan tanto por si mismas. -Dijo y resto la importancia, puede que esa resultase una charla totalmente aburrida para alguien que paso toda su vida en peleas y actividades emocionantes, el brujo no le podía dar nada mas que eso por lo que solo suspiro, llevándose los cabellos hacia atrás, disimulando su pesadez para luego recuperar su sonrisa. "Esperemos que lo que puedo darle, sea suficiente." Pensó el mismo y estirando la mano le puso play aprovechando la presentación, para agregar.
- Y aquí esta tu té... Disfrútalo... -Dijo sonriendo y pasandole la taza de te que acababa de aparecerse en su mano libre la cual paso hacia el con cuidado. No le molestaba tener que limpiar si se caía, pero le daba daba algo de pereza tener que hacerlo de nuevo. Y en cuando Alec tomo la taza la serie ya había dado comienzo, así que guardo silencio y tomo un trago de su propio te, calentándolo un poco mas con un brillo en su mano, sin correr la vista de la pantalla, para el era común hacer eso, y juraba que la magia le daba un tono mas fuerte al té, no le disgustaba.
No se percato demasiado del tiempo mientras la serie transcurría, y estaba puesto en automático, capítulos se iban cambiando automáticamente al termino del otro, no tenían ni que mover un dedo. Magnus sentía algo de nostalgia esa serie le hacia acordar a tiempos mas antiguos, en el ápice de las series, apenas empezaron a tener éxito, las mejores, mas divertidas y perfectas, según el al menos, el resto de las series que había visto desde ese entonces no eran malas pero tenían algún rastro que habían copiado de una serie antigua, ya saben, nada se inventa, todo se recicla. Pensó, y se dio cuenta de que se perdió parte de uno de los capítulos, y volviendo la vista a la pantalla, estiro la mano a un costado buscando un panecillo y al no encontrarlo observo a su lado, a Alec, detenida pero disimuladamente, solo observándolo de reojo, esbozo una sonrisa estaba tan callado que no notaba del todo su presencia, si no fuera por su respiración que en el silencio de escuchaba, ¿Alguien le había dicho que respiraba tan duro? probablemente roncaría.
Reprimió una pequeña risa y luego volvió a la pantalla, enganchando una de las partes del dialogo que conocía de memoria, y la repitió, como quien se sabe de memoria un guion, o al menos esa escena, en parte para romper el silencio y porque de cierta manera le molestaba que en ese momento los personajes estuvieran actuando con tanto pánico, era obvio que la valentía solamente se veía en las series modernas. Por fin tomo el panecillo y le dio una mordida, chocolate. Lo saboreo y se deslizo un poco sobre las sabanas para quedar prácticamente acostado y subió un brazo hacia detrás de la cabeza en total comodidad. Sentía deseos de mirar nuevamente a Alec de reojo pero solamente se abstenía, sentía que quizás lo pondría incomodo, aunque bueno el rubor no le molestaba para nada. Pero antes que nada debía tratar de hacerlo sentir en casa.
Eso no significaba que no lo mirara, es mas, sus ojos no pudieron evitar ir hacia el nephilim en incontables ocasiones, volviendo a la televisión en un leve lapsus, solo dejando que sus pensamientos floten sobre: "Las luces azules de la serie solo resaltan tus ojos."
Invitado- Invitado
Re: Es que... Este era el único lugar al que quería ir. (Magnus)
Los primeros momentos de la mente escaparon al entendimiento de Alec, en parte por la incalculable cantidad de referencias mundanas o referencias a tramas anteriores (parecía que la serie era eterna, y que muchos de los personajes ya se conocían de antes), y en parte porque aún sentía las manos de Magnus recorriendo su cuerpo, tocándolo en lugares donde nunca pensó que se pudiera sentir tan bien. Intentaba no pensar en sus caricias o sus besos, ya que deseaba más, pero sabía que no estaba pensando de manera razonable, sino que era su instinto el que lo estaba gobernando. Y ya bastante había hecho por él su instinto esa noche, desde intentar proteger su secreto frente a Jace, terminando en una discusión, hasta llorar repetidas veces enfrente de un submundo que cada día le gustaba más, pero que no sabía que era, si su pareja, su novio o... ¿Cómo solían referirse los adolescentes mundanos a ese tipo de relaciones? Le costó encontrar los términos, pero al fin hicieron presencia en su mente: Amigos con derechos. No pudo evitar sonreír con satisfacción al lograr recordar el término, perdido en sus pensamientos, casi ni se había dado cuenta de que su té se enfriaba.
Tomó un par de tragos de su té, sonriendo aún más al darse cuenta que Magnus había recordado que le gustaba sin azúcar. Lo miro de reojo y vio que se había recostado. Eso sólo hizo que se tensara un poco, pensando que él pronto debería hacer lo mismo. De nuevo lo asalto el miedo que le había visitado en la cocina... ¿Y si roncaba y eso le molestaba al brujo y nunca más quería dormir con él? Esta pregunta trajo otra... ¿Volveremos a dormir juntos? ¿Querré volver a dormir con él? Suspiró pesadamente, pensando que nunca lograría tener experiencia en esto de tener pareja.
El té parecía comenzar a surtir efecto. Bostezó, olvidando por unos segundos taparse la boca. Se sonrojó por su descuido, y agradeció que Magnus no pudiera advertirlo en la oscuridad, aunque debía reconocer que le gustaba la sonrisa que aparecía en su rostro cada vez que se sonrojaba... Como si le gustara que lo hiciese. Intentó relajarse, mientras vaciaba el resto de la taza, para dejarla apoyada, con mucho cuidado, arriba de la mesa de noche. También quitó el plato con el panecillo que sobró, uno de frutilla parecía ser, y lo acomodó con cuidado en el suelo. No había alcanzado a levantar la mano que Presidente Miau apareció y tomo el panecillo, mirando a Alec como con cariño. Alec sonrió y acarició entre las orejas del gato, antes de volver a sentarse bien en la cama y comenzar a recostarse. Ni siquiera se molesto en fingir que miraba la pantalla, sino que se giró hacia el brujo, y lo miró durante unos segundos, encontrándose con sus ojos gatunos al corto tiempo.
Se perdió en sus ojos durante mas tiempo de que pudo contar. No sabía que era que había en ellos que lo hipnotizaba y le impedía quitar la vista. Cuando por fin retomó el control sobre su cuerpo bajo apenas la mirada, para poder hablar sin titubear - Buenas noches - murmuró, antes de acercarse, acariciar la mejilla del brujo y dejar un corto beso en sus labios. Deslizo la mano desde su rostro hasta su pecho, acomodándose contra él, deseando en silencio que el otro lo abrazara y lo protegiera durante la noche.
No tardó mucho en ser llamado por Morfeo. Durmió de manera pacífica, con sueños agradables, probablemente por el té, o por magia del brujo, nunca lo sabría, y tampoco le importaba, ya que luego de ese día, realmente necesitaba un poco de paz, necesitaba recomponerse, necesitaba volver a ser el mismo, poder volver a luchar y lidiar con los problemas que parecían reinar en el último tiempo en el instituto. Al día siguiente, luego de una noche de buen descanso podría ocuparse de Jace, de Clary y de Valentine, o al menos eso creía, ya que sólo podría averiguarlo luego. Ahora estaba durmiendo, y en los sueños las cosas iban mejor, por lo que poco le importaba la realidad.
Cuando al día siguiente despertó, se encontró rodeando al brujo con ambos brazos, y viceversa. Sonrió tímidamente, le gustaba la sensación de despertar junto a alguien y más aun abrazados de esa manera. Besó con suavidad sus labios, antes de ser interrumpido por Presidente Miau, que había decidido visitarlos en la cama, reclamando probablemente alimento o agua. Sonrió, separando una mano del cuerpo del brujo para acariciarlo, pensando que debía haberse dado una panzada la noche anterior con el panecillo. El gato ronroneó con su contacto. - Mags... - comenzó, quedándose callado, ya que no sabía como proseguir. ¿Cómo se saludaba a la gente con la que uno había dormido abrazado toda la noche? Buen día parecía demasiado formal y optimista, y por algún motivo le resultaba molesto. Hola... Parecía que recién se hubieran encontrado en la calle. Se sonrojó, y esta vez visiblemente por la luz matutina y tartamudeó cuando volvió a hablar, nervioso porque no sabía que decir y porque se había quedado callado demasiado tiempo - ehhh... Bu... buen día - se maldijo en silencio por esas palabras - ¿Có... Como dormiste? - agregó, intentando disimular su torpeza. - Qui... quiero agradecerte... ya sabes... por el té... Me ayudo a dormir bien... - lo besó de nuevo, antes de separarse y desperezarse, sentándose en la cama.
Luego se dirigió al baño, donde luego de hacer sus cosas y cepillarse los dientes con un cepillo nuevo que encontró en el botiquín, se vistió con sus ropas, doblando con cuidado las que Magnus le había prestado y mirándolas ya con cierta nostalgia, porque le había gustado esa noche. Había descansado bien, y se sentía mejor que nunca. Suspiró, antes de salir y sonreírle al brujo, que estaba aún en la cama, jugando con Presidente. Se acercó a ambos, y mientras acariciaba a Presidente, miró a Magnus, mordiéndose el labio, ya que no tenía palabras suficientes para expresar su agradecimiento. - Gracias por dejarme dormir aquí anoche... De... Debo irme... Prometo volver tan pronto como pueda - le dijo, realmente deseando volver. Se acercó y lo besó, con algo menos de cuidado que antes, cuando recién se había despertado, pero con la misma ternura. Cuando se separó, volvió a mirarlo - Podría acostumbrarme a esto - dijo, casi sin pensar, sonrojándose escandalosamente cuando advirtió que lo había dicho en voz alta. Se paro con torpeza de la cama, donde se había sentado mientras besaba al brujo, y se pasó la mano nerviosamente por la cabeza, antes de despedirse con un aún mas torpe - Hablamos luego.
Salió del departamento como quien lo lleva el diablo, y se internó en las calles de Brooklyn, dirigiéndose con urgencia al instituto, antes que alguien notara que no había dormido allí. Decidió parar a mitad de camino para comprar panecillos, por las dudas que alguien hubiera notado su ausencia, para poder tener una excusa. Sonrió al ver que eran los mismos que Magnus le había servido la noche anterior, pensando que sin saber, había aceptado una de sus actividades ilícitas. Comió uno en el camino que quedaba desde allí hasta el instituto, sonriendo por la paz de la noche anterior y porque le había gustado dormir abrazado por el brujo. Había ido a la casa de este deshecho... Y ahora se sentía armado... Y a la vez... Se sentía como alguien nuevo. Quien quiera que fuera ese muchacho nuevo que ahora estaba en su cuerpo, le agradaba. Aunque, por supuesto, no tanto como el gran Brujo de Brooklyn.
Tomó un par de tragos de su té, sonriendo aún más al darse cuenta que Magnus había recordado que le gustaba sin azúcar. Lo miro de reojo y vio que se había recostado. Eso sólo hizo que se tensara un poco, pensando que él pronto debería hacer lo mismo. De nuevo lo asalto el miedo que le había visitado en la cocina... ¿Y si roncaba y eso le molestaba al brujo y nunca más quería dormir con él? Esta pregunta trajo otra... ¿Volveremos a dormir juntos? ¿Querré volver a dormir con él? Suspiró pesadamente, pensando que nunca lograría tener experiencia en esto de tener pareja.
El té parecía comenzar a surtir efecto. Bostezó, olvidando por unos segundos taparse la boca. Se sonrojó por su descuido, y agradeció que Magnus no pudiera advertirlo en la oscuridad, aunque debía reconocer que le gustaba la sonrisa que aparecía en su rostro cada vez que se sonrojaba... Como si le gustara que lo hiciese. Intentó relajarse, mientras vaciaba el resto de la taza, para dejarla apoyada, con mucho cuidado, arriba de la mesa de noche. También quitó el plato con el panecillo que sobró, uno de frutilla parecía ser, y lo acomodó con cuidado en el suelo. No había alcanzado a levantar la mano que Presidente Miau apareció y tomo el panecillo, mirando a Alec como con cariño. Alec sonrió y acarició entre las orejas del gato, antes de volver a sentarse bien en la cama y comenzar a recostarse. Ni siquiera se molesto en fingir que miraba la pantalla, sino que se giró hacia el brujo, y lo miró durante unos segundos, encontrándose con sus ojos gatunos al corto tiempo.
Se perdió en sus ojos durante mas tiempo de que pudo contar. No sabía que era que había en ellos que lo hipnotizaba y le impedía quitar la vista. Cuando por fin retomó el control sobre su cuerpo bajo apenas la mirada, para poder hablar sin titubear - Buenas noches - murmuró, antes de acercarse, acariciar la mejilla del brujo y dejar un corto beso en sus labios. Deslizo la mano desde su rostro hasta su pecho, acomodándose contra él, deseando en silencio que el otro lo abrazara y lo protegiera durante la noche.
No tardó mucho en ser llamado por Morfeo. Durmió de manera pacífica, con sueños agradables, probablemente por el té, o por magia del brujo, nunca lo sabría, y tampoco le importaba, ya que luego de ese día, realmente necesitaba un poco de paz, necesitaba recomponerse, necesitaba volver a ser el mismo, poder volver a luchar y lidiar con los problemas que parecían reinar en el último tiempo en el instituto. Al día siguiente, luego de una noche de buen descanso podría ocuparse de Jace, de Clary y de Valentine, o al menos eso creía, ya que sólo podría averiguarlo luego. Ahora estaba durmiendo, y en los sueños las cosas iban mejor, por lo que poco le importaba la realidad.
Cuando al día siguiente despertó, se encontró rodeando al brujo con ambos brazos, y viceversa. Sonrió tímidamente, le gustaba la sensación de despertar junto a alguien y más aun abrazados de esa manera. Besó con suavidad sus labios, antes de ser interrumpido por Presidente Miau, que había decidido visitarlos en la cama, reclamando probablemente alimento o agua. Sonrió, separando una mano del cuerpo del brujo para acariciarlo, pensando que debía haberse dado una panzada la noche anterior con el panecillo. El gato ronroneó con su contacto. - Mags... - comenzó, quedándose callado, ya que no sabía como proseguir. ¿Cómo se saludaba a la gente con la que uno había dormido abrazado toda la noche? Buen día parecía demasiado formal y optimista, y por algún motivo le resultaba molesto. Hola... Parecía que recién se hubieran encontrado en la calle. Se sonrojó, y esta vez visiblemente por la luz matutina y tartamudeó cuando volvió a hablar, nervioso porque no sabía que decir y porque se había quedado callado demasiado tiempo - ehhh... Bu... buen día - se maldijo en silencio por esas palabras - ¿Có... Como dormiste? - agregó, intentando disimular su torpeza. - Qui... quiero agradecerte... ya sabes... por el té... Me ayudo a dormir bien... - lo besó de nuevo, antes de separarse y desperezarse, sentándose en la cama.
Luego se dirigió al baño, donde luego de hacer sus cosas y cepillarse los dientes con un cepillo nuevo que encontró en el botiquín, se vistió con sus ropas, doblando con cuidado las que Magnus le había prestado y mirándolas ya con cierta nostalgia, porque le había gustado esa noche. Había descansado bien, y se sentía mejor que nunca. Suspiró, antes de salir y sonreírle al brujo, que estaba aún en la cama, jugando con Presidente. Se acercó a ambos, y mientras acariciaba a Presidente, miró a Magnus, mordiéndose el labio, ya que no tenía palabras suficientes para expresar su agradecimiento. - Gracias por dejarme dormir aquí anoche... De... Debo irme... Prometo volver tan pronto como pueda - le dijo, realmente deseando volver. Se acercó y lo besó, con algo menos de cuidado que antes, cuando recién se había despertado, pero con la misma ternura. Cuando se separó, volvió a mirarlo - Podría acostumbrarme a esto - dijo, casi sin pensar, sonrojándose escandalosamente cuando advirtió que lo había dicho en voz alta. Se paro con torpeza de la cama, donde se había sentado mientras besaba al brujo, y se pasó la mano nerviosamente por la cabeza, antes de despedirse con un aún mas torpe - Hablamos luego.
Salió del departamento como quien lo lleva el diablo, y se internó en las calles de Brooklyn, dirigiéndose con urgencia al instituto, antes que alguien notara que no había dormido allí. Decidió parar a mitad de camino para comprar panecillos, por las dudas que alguien hubiera notado su ausencia, para poder tener una excusa. Sonrió al ver que eran los mismos que Magnus le había servido la noche anterior, pensando que sin saber, había aceptado una de sus actividades ilícitas. Comió uno en el camino que quedaba desde allí hasta el instituto, sonriendo por la paz de la noche anterior y porque le había gustado dormir abrazado por el brujo. Había ido a la casa de este deshecho... Y ahora se sentía armado... Y a la vez... Se sentía como alguien nuevo. Quien quiera que fuera ese muchacho nuevo que ahora estaba en su cuerpo, le agradaba. Aunque, por supuesto, no tanto como el gran Brujo de Brooklyn.
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Re: Es que... Este era el único lugar al que quería ir. (Magnus)
El silencio tomo posesión del cuarto con solo la respiración de Alec, Magnus y la televisión en la que aun estaban dando la serie, luego de unos momentos los parpados del mismo brujo se cerraban, había estado trabajando mucho y la energía no se reparaba tan rápidamente, trato de soportar lo que mas podía pro su cuerpo exigía un descanso luego de que el efecto de desvelo provocado por Alec, se había pasado poco a poco, el brujo no iba a negar que su mente divagaba por los recuerdos recién grabado, sus besos, sus cuerpos unidos, las manos del otro, pero sacudió la cabeza. "Aun no" Se repitió el mismo, pero esbozo una sonrisa.
Alec se había despedido hace un rato para vencerse en los brazos de Morfeo, pero Magnus juraría que llevaba en sus labios una curva. Giro la cabeza hacia la televisión y la apago con solo un chasquido. La oscuridad sumió el cuarto y ambos quedaron en ella, apenas viendo gracias a la luz de luna que se colaba por entre las rendijas de la ventana a un lado de la cama, el brujo rodeo a Alec con los brezos y sacando las sabanas de debajo de ambos con mucha delicadeza la coloco encima, para que los sueños de tan inocente nephilim no sean interrumpidos por una ráfaga fría.
Asegurándose de la profundidad de su sueño, al escuchar los ronquidos, rió apenas y dejo un beso en su frente, estrechándolo con delicadeza contra su pecho, como si quisiera demostrar lo que había pensado antes. Que deseaba protegerlo
El brujo no solía soñar nada, y esta vez no fue diferente, excepto por algo, una paz lo inundaba...
Al otro di la voz de Alec lo despertó. Entreabrió los ojos apenas lo apretó un poco contra si, como si entre dormido pidiera que no se alejara, pero al caer en conciencia soltó el agarra medio levantándose y correspondiendole a cada pequeño beso que le daba, besos que, venidos de esos labios, no rechazaría. - Dormí muy bien y.... no, no tienes porque agradecerme, sabes que te ayudaría cuando quieras. -Respondió medio desperezándose antes de tomarlo por la mejilla y besarlo con dulzura por ultima vez antes de levantarse descansado y con todas aquellas energías ya repuestas, y acaricio a Presidente Miau que se encontraba aun en la cama, al parecer se había metido allí durante la noche, acaricio sus orejas y el gato a si mismo se tumbo, siguió Alec con la mirada mientras se alejaba y entraba al baño, para cambiarse nuevamente, Magnus ni se gasto, no planeaba salir de su casa hoy así que se quedo con sus mismas ropas, cómodas para entre-casa, pero no por eso mas carentes de glitters y stras.
- Entonces que te parece, Presidente... ¿Veras a Alec mas seguido por aquí? -Susurro lo suficientemente bajo para que solo escuchara el gato, como si esperara que de alguna manera le contestara, aunque el mismo sabia que no seria así. El gato solo maulló y se restregó contra la mano que le acariciaba la cabeza, comenzando a ronronear. -Creo que tomare eso como un si. - Sonrió apenas y antes de que el mismo se diera cuenta del tiempo que había pasado y de que Alec ya estaba saliendo del cuarto de baño, cambiado y listo como para irse, Magnus suspiro sabia que el otro debía volver al instituto, pero el tiempo había pasado muy rápido. Ladeo la cabeza y asintió con suavidad parándose para acompañarlo a la puerta sin molestarse en cambiarse- Ya te dije, no agradezcas, no hago esto porque sienta que debo hacerlo... sino porque me agrada tenerte conmigo. -Dijo para luego aceptar ese beso, y rodearlo por la cintura como si ambos ya supieran perfectamente como hacer para que sus cuerpos encajaron, mordió suave su labio inferior y dejo un ultimo beso mas casto como para sellar la promesa de que volvería.
-Hablamos luego, Alec... - Dijo para finalizar aquella despedida y apenas vio que el otro se iba, juro de no darse cuenta de que había quedado observando su ida, para luego sonreír y caer en cuenta de las palabras del nephilim, para susurrar antes de cerrar la puerta. - "Y yo espero que me des la oportunidad para acostumbrarme" -Sonrió y ya dentro del apartamento cayo en cuenta que debía terminar sus trabajos, tomo con una mano su frente y deicidio tomarse un momento para desvelarse con un café sin azúcar, no recordaba noches como esas desde hace mucho tiempo, llanto, emociones, una buena serie y un poco de descontrol. Magnus rió por sus pensamientos. "Me pregunto si Alec estará cociente de todo lo que provoca...". El brujo se enderezo y se volvió a encerrar en su oficina, debía terminar aquello antes de que lo reclamaran, solo.... ¿Podría concentrarse? No lo creía, y quien lo culpaba, en parte, tampoco es como si deseara apartar esos pensamientos de su mente.
Alec se había despedido hace un rato para vencerse en los brazos de Morfeo, pero Magnus juraría que llevaba en sus labios una curva. Giro la cabeza hacia la televisión y la apago con solo un chasquido. La oscuridad sumió el cuarto y ambos quedaron en ella, apenas viendo gracias a la luz de luna que se colaba por entre las rendijas de la ventana a un lado de la cama, el brujo rodeo a Alec con los brezos y sacando las sabanas de debajo de ambos con mucha delicadeza la coloco encima, para que los sueños de tan inocente nephilim no sean interrumpidos por una ráfaga fría.
Asegurándose de la profundidad de su sueño, al escuchar los ronquidos, rió apenas y dejo un beso en su frente, estrechándolo con delicadeza contra su pecho, como si quisiera demostrar lo que había pensado antes. Que deseaba protegerlo
El brujo no solía soñar nada, y esta vez no fue diferente, excepto por algo, una paz lo inundaba...
Al otro di la voz de Alec lo despertó. Entreabrió los ojos apenas lo apretó un poco contra si, como si entre dormido pidiera que no se alejara, pero al caer en conciencia soltó el agarra medio levantándose y correspondiendole a cada pequeño beso que le daba, besos que, venidos de esos labios, no rechazaría. - Dormí muy bien y.... no, no tienes porque agradecerme, sabes que te ayudaría cuando quieras. -Respondió medio desperezándose antes de tomarlo por la mejilla y besarlo con dulzura por ultima vez antes de levantarse descansado y con todas aquellas energías ya repuestas, y acaricio a Presidente Miau que se encontraba aun en la cama, al parecer se había metido allí durante la noche, acaricio sus orejas y el gato a si mismo se tumbo, siguió Alec con la mirada mientras se alejaba y entraba al baño, para cambiarse nuevamente, Magnus ni se gasto, no planeaba salir de su casa hoy así que se quedo con sus mismas ropas, cómodas para entre-casa, pero no por eso mas carentes de glitters y stras.
- Entonces que te parece, Presidente... ¿Veras a Alec mas seguido por aquí? -Susurro lo suficientemente bajo para que solo escuchara el gato, como si esperara que de alguna manera le contestara, aunque el mismo sabia que no seria así. El gato solo maulló y se restregó contra la mano que le acariciaba la cabeza, comenzando a ronronear. -Creo que tomare eso como un si. - Sonrió apenas y antes de que el mismo se diera cuenta del tiempo que había pasado y de que Alec ya estaba saliendo del cuarto de baño, cambiado y listo como para irse, Magnus suspiro sabia que el otro debía volver al instituto, pero el tiempo había pasado muy rápido. Ladeo la cabeza y asintió con suavidad parándose para acompañarlo a la puerta sin molestarse en cambiarse- Ya te dije, no agradezcas, no hago esto porque sienta que debo hacerlo... sino porque me agrada tenerte conmigo. -Dijo para luego aceptar ese beso, y rodearlo por la cintura como si ambos ya supieran perfectamente como hacer para que sus cuerpos encajaron, mordió suave su labio inferior y dejo un ultimo beso mas casto como para sellar la promesa de que volvería.
-Hablamos luego, Alec... - Dijo para finalizar aquella despedida y apenas vio que el otro se iba, juro de no darse cuenta de que había quedado observando su ida, para luego sonreír y caer en cuenta de las palabras del nephilim, para susurrar antes de cerrar la puerta. - "Y yo espero que me des la oportunidad para acostumbrarme" -Sonrió y ya dentro del apartamento cayo en cuenta que debía terminar sus trabajos, tomo con una mano su frente y deicidio tomarse un momento para desvelarse con un café sin azúcar, no recordaba noches como esas desde hace mucho tiempo, llanto, emociones, una buena serie y un poco de descontrol. Magnus rió por sus pensamientos. "Me pregunto si Alec estará cociente de todo lo que provoca...". El brujo se enderezo y se volvió a encerrar en su oficina, debía terminar aquello antes de que lo reclamaran, solo.... ¿Podría concentrarse? No lo creía, y quien lo culpaba, en parte, tampoco es como si deseara apartar esos pensamientos de su mente.
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