El lugar mas hermoso del mundo, o casi (Jezabel D'Ascolli)

Recuerdo del primer mensaje :

Había estado en todo tipo de restaurantes, comido todo tipo de cosas, saboreado todo aquello que te puedas imaginar pero nada de eso me había preparado para las delicias de Taki´s. Yo lo denominaría el lugar mas hermoso del mundo, o al menos de Nueva York y eso que solo llevaba mi tercer plato aunque tal vez había exagerado al beberme mi sexto batido de frutillas de hadas. Solo faltaba que terminara corriendo por las calles con una cornamenta gritando que soy un cactus, o peor, admitiendo que estoy perdidamente enamorada de los asiáticos. Ese era uno de mis grandes secretos y esperaba que cuando muriera y me enterraran pudiera llevarme conmigo mis capítulos favoritos del manga de Junjou Romantica y las repeticiones de los episodios de Coffe Prince.

Mis pensamientos divagaban cuando de repente me llamo la atención la llegada de una chica al restaurante, no es que ella tuviera algo de especial aparte de que era una subterránea pero es que el lugar estaba tan lleno que ya no había ningún lugar para sentarse, ningún lugar aparte de mi mesa vacía. Había llegado sola pero nunca me había importado conocer gente allá donde fuera, sin embargo aquel día todos los presentes estaban demasiado ocupados en sus problemas como para prestarse a una conversación con una desconocida. Entonces había aparecido la chica y sonreí sin poder evitarlo, al fin iba a tener alguien con quien hablar, a menos que ella me tachara de acosadora y no quisiera sentarse conmigo pero valía la pena aceptar.
Mientras ella buscaba con la mirada un puesto vació yo agite mis manos para llamar su atención y le hice gestos para que se acercara. Al principio miro a su alrededor desconcertada, supuse que estaba buscando a otra persona persona que respondiera al llamado, pero cuando se dio cuenta de que realmente le hablaba a ella empezó a acercarse con cierta duda. Me pareció exagerado, si estuviera intentando matarla o secuestrarla lo haría en un lugar donde no hubiera testigos pero ya saben, cada cabeza es un mundo.

Cuando estuvo frente a mi le dedique mi mas dulce y amable sonrisa, no me costo para nada pues no estaba fingiendo, adoraba conocer gente nueva sin importar donde o quien fuera y ella no era una excepción.
-Puedes sentarte conmigo si quieres, me vendría bien algo de compañía-dije como saludo antes de añadir a modo de explicación:-Soy nueva en la ciudad.
La chica era preciosa aunque mas que una chica ya era una mujer que ya había sobrepasado los veinte años aparentemente, sin embargo probablemente fuera mucho mayor que eso. Siempre era difícil calcular la verdadera edad de los subterráneos, sobre todo si se trataba de brujos como ella pues podían cambiar su aspecto con facilidad.

Veo como dice que aun debe de haber ese tipo de relaciones por ahí, pero, al menos, no se ve demasiado convencida y lo cierto es que yo tampoco. No es que no crea en el amor, pero llevo tantos años sin una pareja real que, da igual cuanto me esfuerce por creer en genuino romanticismo de Orgullo y Prejuicio, sé que no lo lograré a corto plazo. Quizá si tuviera una relación estable o algo parecido, pero sé que eso no pasará si sigo buscando a mis futuras parejas en el pandemónium, de momento, sé que estoy bien así.

—Supongo que los hay —suspiro—. No los conozco, pero los hay…

Me encojo de hombros, dándole una idea de lo ignorante que soy en asuntos amorosos o románticos. He visto miles de comedias románticas y sigo sin encontrar ese sentimiento que hace que veas a alguien perfecto. Puedo liarme con un chico o con una chica y terminar a la semana. Sé que no debería ser así, pero después de doscientos años no me voy preocupando por ahí. Cuando aparezca el indicado me daré cuenta y listo. O al menos, eso espero.

—Tu deber de nefilim… —sonrió cuando dice que tiene que marcharse—. Realmente te acompañaría en la cacería, pero ciertamente no me gustan los problemas y bueno… prefiero acompañarte una tarde de compras… —me encojo de hombros—. Compras, no ropa negra, una buena película… ¿A qué suena perfecto?

Sonrío cuando dice lo del chico del saxofón.

—¡Seguro en el Pandemonium hay algún rarito que toque el saxofón! —le respondo, con una sonrisa—. Siempre hay todo tipo de gente por allí…

Le doy el último trago al batido de frutillas de hada y realmente me da pena que se vaya, pero antes, de que lo haga, saco mi teléfono de la bolsa y lo alzo.

—¿Qué tal si me das tu número? —sonrío—. Así podemos arreglar alguna salida por allí.

OFF-TOPIC:

Es una esperanza vaga y definitivamente ninguna de las dos nos mostramos muy seguras, supongo que Jez no había sido de esas mujeres enamoradas que escribían cartas perfumadas o tal vez lo hubiera hecho y él hubiera muerto...después de todo Jez tenia una inmensa existencia por delante algo que sinceramente me parecía un poco solitario. Nuestras vidas eran más bien distintas en ese sentido, ella estaba destinada a vivir por siglos y yo no siquiera sabía si regresaría al Instituto esa madrugada.

-Suena perfecto y va a ser perfecto-digo sin dudarlo. Por supuesto que no le pediría a Jez que me acompañara a una cacería, ni a nadie en realidad. Siempre me las había arreglado bien sola aunque jamas despreciaba la ayuda y las habilidades de otros nefilims, simplemente que para mi la lucha era como una danza y yo conocía los pasos a la perfección pero con un entrometido...hacer los pasos correctos con la pareja incorrecta terminaría inevitablemente en desastre.
-, eso si no muero hoy pero prometo intentar sobrevivir solo porque realmente quiero huir de la ropa negra contigo-digo animadamente sin ningún pudor al hablar sobre la muerte. No es que no temiera a la muerte simplemente que no iba a permitir que eso me atormentara, y al fin y al cabo igual iba a morir.

Me alegra que ella permanezca animada, lo último que quiero es desanimarla con mi partida, me digo que de cualquier manera tenia que irme en algún momento y que definitivamente esa no iba a ser la última vez que nos viéramos, por el contrario, estaba muriendo porque volviéramos a ir a algún lado juntas.
-Y yo me asegurare de vigilar cualquier circo que pase cerca para raptar a su oso y cambiarle la identidad, después de que lo adapte a mi estilo afro nadie lo reconocerá buajajaja-añado emitiendo mi mejor risa macabra que en realidad choca con mi voz nítida. Otra desventaja de ser en parte hada, jamas podre hacer tonos bajos.
Tomo el teléfono que me pasa y tras un momento de abstraimiento con la tecnología logro guardar mi numero con el nombre correcto tras vario intentos.
-Aquí esta-digo devolviéndoselo-Llámame cuando quiera para salir un rato o cualquier cosa.
Me inclino para darle un sonoro beso en la mejilla antes de despedirme con la mano, dar media vuelta y salir de Taki`s en dirección a la parada del subterraneo, con un poco de suerte estaría a tiempo y era la manera más rápida de llevar al Instituto sin trafico.
-Definitivamente debo conseguirme un Batimovil-murmuro por último antes de internarme entre la multitud.