Últimos temas
Navegación
Noticias
El lugar mas hermoso del mundo, o casi (Jezabel D'Ascolli)
2 participantes
Página 1 de 2.
Página 1 de 2. • 1, 2
El lugar mas hermoso del mundo, o casi (Jezabel D'Ascolli)
Había estado en todo tipo de restaurantes, comido todo tipo de cosas, saboreado todo aquello que te puedas imaginar pero nada de eso me había preparado para las delicias de Taki´s. Yo lo denominaría el lugar mas hermoso del mundo, o al menos de Nueva York y eso que solo llevaba mi tercer plato aunque tal vez había exagerado al beberme mi sexto batido de frutillas de hadas. Solo faltaba que terminara corriendo por las calles con una cornamenta gritando que soy un cactus, o peor, admitiendo que estoy perdidamente enamorada de los asiáticos. Ese era uno de mis grandes secretos y esperaba que cuando muriera y me enterraran pudiera llevarme conmigo mis capítulos favoritos del manga de Junjou Romantica y las repeticiones de los episodios de Coffe Prince.
Mis pensamientos divagaban cuando de repente me llamo la atención la llegada de una chica al restaurante, no es que ella tuviera algo de especial aparte de que era una subterránea pero es que el lugar estaba tan lleno que ya no había ningún lugar para sentarse, ningún lugar aparte de mi mesa vacía. Había llegado sola pero nunca me había importado conocer gente allá donde fuera, sin embargo aquel día todos los presentes estaban demasiado ocupados en sus problemas como para prestarse a una conversación con una desconocida. Entonces había aparecido la chica y sonreí sin poder evitarlo, al fin iba a tener alguien con quien hablar, a menos que ella me tachara de acosadora y no quisiera sentarse conmigo pero valía la pena aceptar.
Mientras ella buscaba con la mirada un puesto vació yo agite mis manos para llamar su atención y le hice gestos para que se acercara. Al principio miro a su alrededor desconcertada, supuse que estaba buscando a otra persona persona que respondiera al llamado, pero cuando se dio cuenta de que realmente le hablaba a ella empezó a acercarse con cierta duda. Me pareció exagerado, si estuviera intentando matarla o secuestrarla lo haría en un lugar donde no hubiera testigos pero ya saben, cada cabeza es un mundo.
Cuando estuvo frente a mi le dedique mi mas dulce y amable sonrisa, no me costo para nada pues no estaba fingiendo, adoraba conocer gente nueva sin importar donde o quien fuera y ella no era una excepción.
-Puedes sentarte conmigo si quieres, me vendría bien algo de compañía-dije como saludo antes de añadir a modo de explicación:-Soy nueva en la ciudad.
La chica era preciosa aunque mas que una chica ya era una mujer que ya había sobrepasado los veinte años aparentemente, sin embargo probablemente fuera mucho mayor que eso. Siempre era difícil calcular la verdadera edad de los subterráneos, sobre todo si se trataba de brujos como ella pues podían cambiar su aspecto con facilidad.
Mis pensamientos divagaban cuando de repente me llamo la atención la llegada de una chica al restaurante, no es que ella tuviera algo de especial aparte de que era una subterránea pero es que el lugar estaba tan lleno que ya no había ningún lugar para sentarse, ningún lugar aparte de mi mesa vacía. Había llegado sola pero nunca me había importado conocer gente allá donde fuera, sin embargo aquel día todos los presentes estaban demasiado ocupados en sus problemas como para prestarse a una conversación con una desconocida. Entonces había aparecido la chica y sonreí sin poder evitarlo, al fin iba a tener alguien con quien hablar, a menos que ella me tachara de acosadora y no quisiera sentarse conmigo pero valía la pena aceptar.
Mientras ella buscaba con la mirada un puesto vació yo agite mis manos para llamar su atención y le hice gestos para que se acercara. Al principio miro a su alrededor desconcertada, supuse que estaba buscando a otra persona persona que respondiera al llamado, pero cuando se dio cuenta de que realmente le hablaba a ella empezó a acercarse con cierta duda. Me pareció exagerado, si estuviera intentando matarla o secuestrarla lo haría en un lugar donde no hubiera testigos pero ya saben, cada cabeza es un mundo.
Cuando estuvo frente a mi le dedique mi mas dulce y amable sonrisa, no me costo para nada pues no estaba fingiendo, adoraba conocer gente nueva sin importar donde o quien fuera y ella no era una excepción.
-Puedes sentarte conmigo si quieres, me vendría bien algo de compañía-dije como saludo antes de añadir a modo de explicación:-Soy nueva en la ciudad.
La chica era preciosa aunque mas que una chica ya era una mujer que ya había sobrepasado los veinte años aparentemente, sin embargo probablemente fuera mucho mayor que eso. Siempre era difícil calcular la verdadera edad de los subterráneos, sobre todo si se trataba de brujos como ella pues podían cambiar su aspecto con facilidad.
Kat Luxford- Nefilims
- Mensajes : 198
Fecha de inscripción : 03/05/2014
Localización : Aquí, allá...Busca los desastres, seguro me encuentras
Re: El lugar mas hermoso del mundo, o casi (Jezabel D'Ascolli)
Si no sabía dónde comer o, por enésima vez, mi nevera se había quedado vacía, Taki’s siempre era la mejor opción. Llevaba yendo allí bastante tiempo y la comida aún me parecía sabrosa. Además de que allí no tenía la necesidad de tapar mis orejas con el cabello y estar evitando que se vieran todo el rato porque simple y sencilla razón de que todo estaba atascado de subterráneos. Hadas, vampiros, brujos y hasta nefilims se daban cita en Taki’s todos los días para disfrutar las delicias que el lugar ofrecía.
Cuando entré, sin embargo, me llevé una decepción: estaba lleno. Lleno, atascado, a reventar. Todas las mesas tenían gente enfrascada en sus pláticas, así que no podía llegar con cualquier desconocido, ofrecerle mi sonrisa y pedirle un espacio para comer. La mitad del tiempo funcionaba. Sin embargo, mi suerte me sonrió cuando una chica me empezó a hacer señas con las dos manos. Era una chica muy joven, mona, que estaba frente a un batido de frutillas de hada y estaba sola en la mesa.
Me acerqué, curiosa por lo que tendría que decirme u ofrecerme y, cuando me paré enfrente de su mesa me ofreció un lugar para sentarme y comer a gusto. Bueno, era una chica. Aquello me parecía mejor, porque al menos sabía que lo hacía con genuino interés. No era como la mayoría de los subterráneos a los que me acercaba en esas circunstancias para pedir un lugar. Luego añadió que era nueva en la ciudad. ¿Nefilim, quizá?
—Gracias —le dijo, sentándome en el lugar que quedaba.
Se notaba mucho más joven que yo. Mi aspecto aparentaba veintipocos años, pero esa chica probablemente no hubiera llegado a los veinte.
—Jezabel —me presenté, ofreciéndole la mano—. No tan nueva en la ciudad.
Sonreí, para darle confianza y que notara que no le había ofrecido el lugar a una desequilibrada sociópata o algo por el estilo. Después de todo, con algunos subterráneos había que tener cuidado, y con algunos nefilims, todavía más. Ella parecía amigable y deseosa de tener alguien con quien hablar. Bueno, a ver qué podía salir de allí.
Cuando entré, sin embargo, me llevé una decepción: estaba lleno. Lleno, atascado, a reventar. Todas las mesas tenían gente enfrascada en sus pláticas, así que no podía llegar con cualquier desconocido, ofrecerle mi sonrisa y pedirle un espacio para comer. La mitad del tiempo funcionaba. Sin embargo, mi suerte me sonrió cuando una chica me empezó a hacer señas con las dos manos. Era una chica muy joven, mona, que estaba frente a un batido de frutillas de hada y estaba sola en la mesa.
Me acerqué, curiosa por lo que tendría que decirme u ofrecerme y, cuando me paré enfrente de su mesa me ofreció un lugar para sentarme y comer a gusto. Bueno, era una chica. Aquello me parecía mejor, porque al menos sabía que lo hacía con genuino interés. No era como la mayoría de los subterráneos a los que me acercaba en esas circunstancias para pedir un lugar. Luego añadió que era nueva en la ciudad. ¿Nefilim, quizá?
—Gracias —le dijo, sentándome en el lugar que quedaba.
Se notaba mucho más joven que yo. Mi aspecto aparentaba veintipocos años, pero esa chica probablemente no hubiera llegado a los veinte.
—Jezabel —me presenté, ofreciéndole la mano—. No tan nueva en la ciudad.
Sonreí, para darle confianza y que notara que no le había ofrecido el lugar a una desequilibrada sociópata o algo por el estilo. Después de todo, con algunos subterráneos había que tener cuidado, y con algunos nefilims, todavía más. Ella parecía amigable y deseosa de tener alguien con quien hablar. Bueno, a ver qué podía salir de allí.
Jezabel D'Ascolli- Brujo
- Mensajes : 55
Fecha de inscripción : 01/05/2014
Re: El lugar mas hermoso del mundo, o casi (Jezabel D'Ascolli)
-Kat-respondí alegre de tener a alguien con quien charlar un rato y matar todo el tiempo muerto que tenia antes de que llegara la noche. La cosa con mi horario es que mis horas mas activas eran después de que el sol se escondiera y eso me dejaba las mañanas demasiado desocupadas para mi gusto. Me la pasaba entrenando o practicando con el piano o simplemente escuchando mi Ipod pero me hacía falta la compañía de algún ser vivo.
Ella parecía realmente agradable y pude ver cierta curiosidad en sus ojos, era de esperarse tras que una completa extraña la invitara a su mesa, era lo mínimo que yo también hubiera hecho. Aun así estaba sentada conmigo y eso era un gesto de valentía o tal vez de estupidez o ambos. Eso me agradaba.
-Jezabel-digo pensativa-es lindo ¿significa algo en especial?
Me parecía curioso aunque yo no era nadie para hablar de nombres raros. Devon era el nombre de mi madre, madre a quien nunca había conocido, y significaba hermoso y luminoso lo que me daba una buena referencia de su aspecto. Mi padre en sus cartas solía decirme que ella era como un rayo de luz de luna, iluminaba el lugar a donde iba y su brillo revelaba una magia especia.
Que estupidez, había quedado tan embobado por su belleza que no se había dado cuenta de su naturaleza oscura hasta que fue muy tarde, hasta que ella se había largado sin mirar atrás.
Katsa por otro lado tenia un significado mas brusco y mas sincero, Katsa significaba huida.
-¿Hace cuanto que vives aquí?-preguntecambiando de tema mientras daba otro bocado a mi plato, un poco de azúcar glaseada cayo sobre mi vestido y lo sacudí tranquilamente antes de volver a mirar a Jezabel.
-Perdona, soy muy curiosa.
Eso era una entera verdad, generalmente tendía a llenar a la gente de preguntas con autentica curiosidad, me parecía que había tanto que saber que no me alcanzaban las palabras. Intente controlarlo y espere pacientemente su respuesta antes de atorzonarla con más.
Ella parecía realmente agradable y pude ver cierta curiosidad en sus ojos, era de esperarse tras que una completa extraña la invitara a su mesa, era lo mínimo que yo también hubiera hecho. Aun así estaba sentada conmigo y eso era un gesto de valentía o tal vez de estupidez o ambos. Eso me agradaba.
-Jezabel-digo pensativa-es lindo ¿significa algo en especial?
Me parecía curioso aunque yo no era nadie para hablar de nombres raros. Devon era el nombre de mi madre, madre a quien nunca había conocido, y significaba hermoso y luminoso lo que me daba una buena referencia de su aspecto. Mi padre en sus cartas solía decirme que ella era como un rayo de luz de luna, iluminaba el lugar a donde iba y su brillo revelaba una magia especia.
Que estupidez, había quedado tan embobado por su belleza que no se había dado cuenta de su naturaleza oscura hasta que fue muy tarde, hasta que ella se había largado sin mirar atrás.
Katsa por otro lado tenia un significado mas brusco y mas sincero, Katsa significaba huida.
-¿Hace cuanto que vives aquí?-preguntecambiando de tema mientras daba otro bocado a mi plato, un poco de azúcar glaseada cayo sobre mi vestido y lo sacudí tranquilamente antes de volver a mirar a Jezabel.
-Perdona, soy muy curiosa.
Eso era una entera verdad, generalmente tendía a llenar a la gente de preguntas con autentica curiosidad, me parecía que había tanto que saber que no me alcanzaban las palabras. Intente controlarlo y espere pacientemente su respuesta antes de atorzonarla con más.
Kat Luxford- Nefilims
- Mensajes : 198
Fecha de inscripción : 03/05/2014
Localización : Aquí, allá...Busca los desastres, seguro me encuentras
Re: El lugar mas hermoso del mundo, o casi (Jezabel D'Ascolli)
Se presentó como Kat. Quizá era Katia, Katherine… o algo parecido. Pero conociendo el tipo de nombres que llevaban muchos subterráneos o nefilims quizá era algo mucho más extraño. Me pareció parlanchina y curiosa, totalmente opuesta, al menos en lo parlanchina, a mí. Sin embargo, me parecía una persona agradable por lo general. Yo solía ser más seria, pero no pude disimular mi curiosidad en ese momento.
Después preguntó por mi nombre, algo que muchos curiosos preguntaban. Mi nombre no era nada común, para empezar, la verdad, así que comprendía su curiosidad.
—Viene de Jezebel —comenté—. Una reina de Israel que menciona la biblia y que probablemente no haya existido pero… —me encogí de hombros—. No la pintan como una persona muy agradable, así que, puedes decirme Jez, que también es bonito.
Sí, a mi padre le había parecido adecuado. ¿Por qué? Aun no lo sé, los nefilims antes de que pudiera acabar de educarme y luego decidí educarme yo solita, que era lo mejor. Tampoco le guardé demasiado rencor a los nefilims. Después de todo, mi padre era un demonio con humor cambiante y delirios de la grandeza que no poseía.
—Mmm… desde las guerras mundiales —respondí, intentando hacer cuentas, había llegado a Nueva York en un barco huyendo de la guerra. Los problemas de mundanos me daban igual en su mayoría, pero las bombas en Londres no ayudaban demasiado a que yo permaneciera allí—. Bueno… es mucho tiempo —comenté al ver su rostro.
Era la mitad de mi vida, lo cual delataba que, al menos como subterránea, estaba en la media. Nada especial, ni mucho menos. Y además, si había intentado mantenerme alejada de todo poder no era lo que se dijera demasiado poderosa. Tenía mis trucos por supuesto.
—Y tú, que acabas de llegar, ¿te agrada Nueva York?
Después preguntó por mi nombre, algo que muchos curiosos preguntaban. Mi nombre no era nada común, para empezar, la verdad, así que comprendía su curiosidad.
—Viene de Jezebel —comenté—. Una reina de Israel que menciona la biblia y que probablemente no haya existido pero… —me encogí de hombros—. No la pintan como una persona muy agradable, así que, puedes decirme Jez, que también es bonito.
Sí, a mi padre le había parecido adecuado. ¿Por qué? Aun no lo sé, los nefilims antes de que pudiera acabar de educarme y luego decidí educarme yo solita, que era lo mejor. Tampoco le guardé demasiado rencor a los nefilims. Después de todo, mi padre era un demonio con humor cambiante y delirios de la grandeza que no poseía.
—Mmm… desde las guerras mundiales —respondí, intentando hacer cuentas, había llegado a Nueva York en un barco huyendo de la guerra. Los problemas de mundanos me daban igual en su mayoría, pero las bombas en Londres no ayudaban demasiado a que yo permaneciera allí—. Bueno… es mucho tiempo —comenté al ver su rostro.
Era la mitad de mi vida, lo cual delataba que, al menos como subterránea, estaba en la media. Nada especial, ni mucho menos. Y además, si había intentado mantenerme alejada de todo poder no era lo que se dijera demasiado poderosa. Tenía mis trucos por supuesto.
—Y tú, que acabas de llegar, ¿te agrada Nueva York?
Jezabel D'Ascolli- Brujo
- Mensajes : 55
Fecha de inscripción : 01/05/2014
Re: El lugar mas hermoso del mundo, o casi (Jezabel D'Ascolli)
Escucho la historia con interés, me parece contra prudente el hecho de que sea un nombre bíblico pero como no conozco mucho sobre la Biblia no estoy segura sobre que opinar, por otra parte me da curiosidad el saber quien de sus padres tuvo la idea ¿habrá sido acaso su progenitor demoniaco? eso haría la elección aun mas extraña. Pero me parece un tema algo sensible así que lo dejo pasar, no quiero que se sienta acosada ni mucho menos.
-Jez me parece mas adecuado, no te imagino como una loca reina Israelita que profana el nombre de dios-digo con sinceridad-Pero tampoco es que te conozca mucho.
Bien podría ser una reina, eso no puedo negarlo, con esa corona de rizos dorados podría pasar por una. O tal vez estaba exagerando, ella era bonita y eso me sensibilizaba, lo negara o no siempre me habían gustado las cosas bonitas.
-Yo me llamo Katsa que literalmente significa escape-hago un gesto de resignación-Pero bueno, no todos podemos tener una genial historia detrás de nosotros.
¿Ciento setenta, docientos años? hice el calculo mental, probablemente ella hubiera podido ser mi tataratatara abuela. La idea de la inmortalidad aun me asombraba, es tan extraño pensar en que la gente que ves en este momento bien podría seguir allí un siglo después.
-Uff, eso es mas que mucho, es muchísimo tiempo.
Mucho mas del que me podría imaginar. Me pregunto como se sentirá el haber visto y vivido todas las cosas y la cantidad de gente que podrías hacer conocido en ese transcurso.
-Me parece increíble-admito asintiendo seriamente-¿No comerás nada?
Llamo la atención de la mesera, una encantadora hada que había venido a conversar por ratos conmigo cuando no estaba ocupada. Lastimosamente todo estaba demasiado lleno como para que termináramos conociéndonos realmente.
-No me desagrada-digo encogiéndome de hombros-Tiene buenas discotecas y Central Park es impresionante pero tampoco conozco mucho, hoy es mi segundo día aquí así que aun me queda mucho que ver. Si nos volvemos a encontrar algo después te daré mi mas sincera opinión. Es muy diferente a los lugares donde he estado-luego añado para que tenga una idea-Siempre he estado viajando, soy algo así como una vagabunda, nunca me quedo mucho tiempo en una parte pero espero hacer de este lugar mi nuevo hogar.
-Jez me parece mas adecuado, no te imagino como una loca reina Israelita que profana el nombre de dios-digo con sinceridad-Pero tampoco es que te conozca mucho.
Bien podría ser una reina, eso no puedo negarlo, con esa corona de rizos dorados podría pasar por una. O tal vez estaba exagerando, ella era bonita y eso me sensibilizaba, lo negara o no siempre me habían gustado las cosas bonitas.
-Yo me llamo Katsa que literalmente significa escape-hago un gesto de resignación-Pero bueno, no todos podemos tener una genial historia detrás de nosotros.
¿Ciento setenta, docientos años? hice el calculo mental, probablemente ella hubiera podido ser mi tataratatara abuela. La idea de la inmortalidad aun me asombraba, es tan extraño pensar en que la gente que ves en este momento bien podría seguir allí un siglo después.
-Uff, eso es mas que mucho, es muchísimo tiempo.
Mucho mas del que me podría imaginar. Me pregunto como se sentirá el haber visto y vivido todas las cosas y la cantidad de gente que podrías hacer conocido en ese transcurso.
-Me parece increíble-admito asintiendo seriamente-¿No comerás nada?
Llamo la atención de la mesera, una encantadora hada que había venido a conversar por ratos conmigo cuando no estaba ocupada. Lastimosamente todo estaba demasiado lleno como para que termináramos conociéndonos realmente.
-No me desagrada-digo encogiéndome de hombros-Tiene buenas discotecas y Central Park es impresionante pero tampoco conozco mucho, hoy es mi segundo día aquí así que aun me queda mucho que ver. Si nos volvemos a encontrar algo después te daré mi mas sincera opinión. Es muy diferente a los lugares donde he estado-luego añado para que tenga una idea-Siempre he estado viajando, soy algo así como una vagabunda, nunca me quedo mucho tiempo en una parte pero espero hacer de este lugar mi nuevo hogar.
Kat Luxford- Nefilims
- Mensajes : 198
Fecha de inscripción : 03/05/2014
Localización : Aquí, allá...Busca los desastres, seguro me encuentras
Re: El lugar mas hermoso del mundo, o casi (Jezabel D'Ascolli)
Sonreí ante el comentario que hizo de mi nombre. La verdad es que tenía razón: ni yo, que había sido educada bajo un precepto demoniaco, me imaginaba como esa loca reina. Aunque la verdad es que había tenido un lindo nombre. Me gustaba la sonoridad de Jezabel, la manera en que la ‘z’ se convertía en algo parecido a un siseo al pronunciarlo.
—Te aseguro que puedo ser muchas cosas, pero no una loca reina israelita profanando el nombre de Dios, sólo que a mi padre le pareció… adecuado —respondo—. Katsa… —repito su nombre cuando me lo dice. Al final yo no andaba tan lejos—. Suena bien —le dijo con sinceridad.
Puedo percibir su decepción al tener un nombre que ella considera tan común, pero en realidad suena bien. No importa lo que signifique el nombre de alguna persona, me digo, ni que tenga una historia genial o no. Personalmente, no considero la mía la gran cosa, sólo un par de datos, pero a la gente le encanta.
—Oh, no importa que no haya historias espectaculares detrás del nombre —le dijo y, guiñándole un ojo, agrego—: Aunque siempre puedes agregarle una.
Como supuse, la revelación de mi edad la asombra un poco. Pasa con la mayoría de los humanos, que no pueden concebir que nosotros sigamos aquí cuando ellos ya se hayan ido y hayamos caminado mucho antes de que ellos hayan llegado. He visto demasiadas cosas, he visto a personas irse, llegar… Supongo que al final todo eso acaba pasando factura y por eso hay un ligero toque serio en mi voz y en mi personalidad.
Ella llama a la mesera y, para cuando llega, yo ya he decidido que voy a tomar.
—Un sándwich de pavo —pido, un plato bastante mundano, pero no tengo ganas de experimentar con los nuevos plantillos en ese momento—. Y un batido de frutillas de hadas —agrego, como siempre, ya que insisto que esa cosa tiene un sabor increíble. Y al parecer Kat también lo piensa porque tiene uno enfrente.
Kat me cuenta un poco de su estadía en Nueva York, que apenas pasa de los dos días. Yo sonrió mientras espero la comida.
—Si necesitas preguntar por un lugar a donde ir, siempre hay personas que llevamos aquí casi cien años —me encojo de hombros—. Puedo llevarte a donde quieras.
—Te aseguro que puedo ser muchas cosas, pero no una loca reina israelita profanando el nombre de Dios, sólo que a mi padre le pareció… adecuado —respondo—. Katsa… —repito su nombre cuando me lo dice. Al final yo no andaba tan lejos—. Suena bien —le dijo con sinceridad.
Puedo percibir su decepción al tener un nombre que ella considera tan común, pero en realidad suena bien. No importa lo que signifique el nombre de alguna persona, me digo, ni que tenga una historia genial o no. Personalmente, no considero la mía la gran cosa, sólo un par de datos, pero a la gente le encanta.
—Oh, no importa que no haya historias espectaculares detrás del nombre —le dijo y, guiñándole un ojo, agrego—: Aunque siempre puedes agregarle una.
Como supuse, la revelación de mi edad la asombra un poco. Pasa con la mayoría de los humanos, que no pueden concebir que nosotros sigamos aquí cuando ellos ya se hayan ido y hayamos caminado mucho antes de que ellos hayan llegado. He visto demasiadas cosas, he visto a personas irse, llegar… Supongo que al final todo eso acaba pasando factura y por eso hay un ligero toque serio en mi voz y en mi personalidad.
Ella llama a la mesera y, para cuando llega, yo ya he decidido que voy a tomar.
—Un sándwich de pavo —pido, un plato bastante mundano, pero no tengo ganas de experimentar con los nuevos plantillos en ese momento—. Y un batido de frutillas de hadas —agrego, como siempre, ya que insisto que esa cosa tiene un sabor increíble. Y al parecer Kat también lo piensa porque tiene uno enfrente.
Kat me cuenta un poco de su estadía en Nueva York, que apenas pasa de los dos días. Yo sonrió mientras espero la comida.
—Si necesitas preguntar por un lugar a donde ir, siempre hay personas que llevamos aquí casi cien años —me encojo de hombros—. Puedo llevarte a donde quieras.
Jezabel D'Ascolli- Brujo
- Mensajes : 55
Fecha de inscripción : 01/05/2014
Re: El lugar mas hermoso del mundo, o casi (Jezabel D'Ascolli)
Me reí sin darme cuenta, desde ese momento estuve segura de que Jez y yo nos llevaríamos bien. Por su tono de voz supongo que su padre es el demonio, una frase rara pero cierta.
-Mi padre hizo algo parecido, me puso el nombre de la mujer que nos abandono-rodé los ojos-Pero al menos fui una chica, si hubiera sido un niño habría terminado llamando Jonathan igual que él y quinientos mil nefilims mas en todo el mundo. Parece que no se les ocurre un nombre mejor.
Tenia un serio problema con el nombre Jonathan, había conocido tantos Jonathan´s que me hacía bola intentando distinguirlos, si yo alguna vez llegaba a tener un hijo definitivamente no le pondría Jonathan, nada de Jonathan´s en mi descendencia.
-Tienes razón, bien podría inventarme una genial historia para la próxima persona que me preguntara-hago un mohin pensativo-Ya pensare en algo.
Veo como por sus ojos pasan los recuerdos de esos años, por ratos con cierta melancolía, así que me dedico a terminar mi plato en silencio dejando que se pierda un poco en si misma. A mis diecisiete años había muchas cosas que me gustaba recordar, ahora imaginarme esos recuerdos magnificados por docientos años entonces le tomaría un buen rato. No me molesta estar en silencio, por el contrario me da espacio para captar todos los detalles que no he visto antes en ella, especialmente sus orejas. Son divertidas y diferentes, me gusta como se ven en contraste con su rostro, y me da cierta lastima el pensar que deba esconderlas. Pero después de todo no le quedaba mas remedio, yo sabía algo acerca de eso.
A veces me gustaba imaginarme como sería el mundo si los mundanos y los subterraneos pudieran convivir sin tener que esconderse, lo genial que seria pasear por allí sin miedo a que iniciara una nueva quema de brujas y cosas por el estilo.
-No me vendría mal una guía un día de estos, bueno, eso si no te has hartado de mi para entonces-sonrió a modo de una especie de invitación-Podría dedicarme un día completo a explorar la ciudad, aunque tal vez día y medio si entro a todas las tiendas que me gustan.
Era una compradora compulsiva, no lo podía negar, afortunadamente mi familia jamas había sido tacaña en lo que a mi respectaba y desde hacía un tiempo podía obtener mi propio dinero por lo que no tenia que preocuparme al respecto. Había algunas cosas buenas de ser cazadora, algunas cosas que venían de la mano con ropa de diseñador.
-¿Donde sueles ir tu para divertirte? ¿Alguna discoteca? ¿O prefieres el cine?-me inclino hacia ella con curiosidad-Nada mas he podido visitar el Pandemonium y por lo que vi es bastante famoso por aquí ¿hay otros lugares así? También quiero visitar el teatro, siempre he amado las producciones de Broadway
-Mi padre hizo algo parecido, me puso el nombre de la mujer que nos abandono-rodé los ojos-Pero al menos fui una chica, si hubiera sido un niño habría terminado llamando Jonathan igual que él y quinientos mil nefilims mas en todo el mundo. Parece que no se les ocurre un nombre mejor.
Tenia un serio problema con el nombre Jonathan, había conocido tantos Jonathan´s que me hacía bola intentando distinguirlos, si yo alguna vez llegaba a tener un hijo definitivamente no le pondría Jonathan, nada de Jonathan´s en mi descendencia.
-Tienes razón, bien podría inventarme una genial historia para la próxima persona que me preguntara-hago un mohin pensativo-Ya pensare en algo.
Veo como por sus ojos pasan los recuerdos de esos años, por ratos con cierta melancolía, así que me dedico a terminar mi plato en silencio dejando que se pierda un poco en si misma. A mis diecisiete años había muchas cosas que me gustaba recordar, ahora imaginarme esos recuerdos magnificados por docientos años entonces le tomaría un buen rato. No me molesta estar en silencio, por el contrario me da espacio para captar todos los detalles que no he visto antes en ella, especialmente sus orejas. Son divertidas y diferentes, me gusta como se ven en contraste con su rostro, y me da cierta lastima el pensar que deba esconderlas. Pero después de todo no le quedaba mas remedio, yo sabía algo acerca de eso.
A veces me gustaba imaginarme como sería el mundo si los mundanos y los subterraneos pudieran convivir sin tener que esconderse, lo genial que seria pasear por allí sin miedo a que iniciara una nueva quema de brujas y cosas por el estilo.
-No me vendría mal una guía un día de estos, bueno, eso si no te has hartado de mi para entonces-sonrió a modo de una especie de invitación-Podría dedicarme un día completo a explorar la ciudad, aunque tal vez día y medio si entro a todas las tiendas que me gustan.
Era una compradora compulsiva, no lo podía negar, afortunadamente mi familia jamas había sido tacaña en lo que a mi respectaba y desde hacía un tiempo podía obtener mi propio dinero por lo que no tenia que preocuparme al respecto. Había algunas cosas buenas de ser cazadora, algunas cosas que venían de la mano con ropa de diseñador.
-¿Donde sueles ir tu para divertirte? ¿Alguna discoteca? ¿O prefieres el cine?-me inclino hacia ella con curiosidad-Nada mas he podido visitar el Pandemonium y por lo que vi es bastante famoso por aquí ¿hay otros lugares así? También quiero visitar el teatro, siempre he amado las producciones de Broadway
Kat Luxford- Nefilims
- Mensajes : 198
Fecha de inscripción : 03/05/2014
Localización : Aquí, allá...Busca los desastres, seguro me encuentras
Re: El lugar mas hermoso del mundo, o casi (Jezabel D'Ascolli)
Se rio un poco. Bueno, al menos nos hacíamos buena compañía. Luego mencionó que su padre le había puesto el nombre de su madre ausente y que prefería eso a llamarse como diez mil nefilims más en el mundo. Así que nefilim. Bueno, lo sospechaba, aun cuando no se la veía toda llena de runas en el cuerpo.
—Bueno, también tienen otros nombres, como William —me encogí de hombros—. La verdad es que los nefilims no son muy creativos para poner nombres —le di la razón.
Sonrío justo cuando veo llegar mi comida. Otra cosa que me gusta de Taki’s: la absoluta rapidez del servicio. Me quedo un momento callada, oyéndola hablar sobre lo mucho que le entusiasma Nueva York. La verdad es que yo la he recorrido de lado a lado por todas partes, conocido los bares que abrieron y cerraron hace mucho tiempo, me he metido en la mitad de las tiendas, además de dedicarme a cobrar por algunos hechizos sencillos para aquellos que no podían pagar el precio de los grandes brujos que, por supuesto, eran muchos.
—Bueno, si algo sobra por aquí son tiendas —sonreí, al oír cuanto tiempo podía pasar en alguna—. Desde Saks en la quinta avenida hasta la tienda más común y corriente. Aunque con el sentido de la moda de la mayoría de los nefilim... —suspiré mientras me fijaba en su asuento—. Al menos no vienes de negro de los pies a la cabeza.
Hacía mucho que no salía de compras, pero bueno, en tan pocos años no podían cambiar demasiadas cosas, luego me preguntó qué prefería hacer para divertirme.
—Oh, veo que ya conoces en Pandemónium —sonreí—. Es un buen lugar, suelo ir muy seguido. Bueno, menos cuando los demonios se meten a hacer de las suyas. Suelo ir al cine, a veces… algunas fiestas… —me encogí de hombros—. Hay de donde escoger.
Definitivamente, nos íbamos a llevar bien.
—Bueno, también tienen otros nombres, como William —me encogí de hombros—. La verdad es que los nefilims no son muy creativos para poner nombres —le di la razón.
Sonrío justo cuando veo llegar mi comida. Otra cosa que me gusta de Taki’s: la absoluta rapidez del servicio. Me quedo un momento callada, oyéndola hablar sobre lo mucho que le entusiasma Nueva York. La verdad es que yo la he recorrido de lado a lado por todas partes, conocido los bares que abrieron y cerraron hace mucho tiempo, me he metido en la mitad de las tiendas, además de dedicarme a cobrar por algunos hechizos sencillos para aquellos que no podían pagar el precio de los grandes brujos que, por supuesto, eran muchos.
—Bueno, si algo sobra por aquí son tiendas —sonreí, al oír cuanto tiempo podía pasar en alguna—. Desde Saks en la quinta avenida hasta la tienda más común y corriente. Aunque con el sentido de la moda de la mayoría de los nefilim... —suspiré mientras me fijaba en su asuento—. Al menos no vienes de negro de los pies a la cabeza.
Hacía mucho que no salía de compras, pero bueno, en tan pocos años no podían cambiar demasiadas cosas, luego me preguntó qué prefería hacer para divertirme.
—Oh, veo que ya conoces en Pandemónium —sonreí—. Es un buen lugar, suelo ir muy seguido. Bueno, menos cuando los demonios se meten a hacer de las suyas. Suelo ir al cine, a veces… algunas fiestas… —me encogí de hombros—. Hay de donde escoger.
Definitivamente, nos íbamos a llevar bien.
Jezabel D'Ascolli- Brujo
- Mensajes : 55
Fecha de inscripción : 01/05/2014
Re: El lugar mas hermoso del mundo, o casi (Jezabel D'Ascolli)
Parecía un poco sorprendida cuando admití que era una nefilim aunque sabía que tenia un poco de razón, a deferencia de la mayoría las runas no se marcaban en mi piel de forma notoria sino que dejaban diminutas cicatrices plateadas. En realidad tenia los brazos llenas de ellas pero eran casi imperceptibles a la vista, sobre todo si no sabias que las estabas buscando.
-Creo que es por mi piel, casi no se distinguen pero estan allí, solo que es dificil verlas-me encojo de hombros antes de mostrarle las runas de la palma de mis manos:-Estas por otra parte si se notan mucho. Fueron mis primeras runas, bueno, las primeras runas de todo cazador de sombras.Se supone que se ponen sobre tu mano dominante pero yo soy ambidiestra así que les pareció oportuno marcar ambas.
No me molesta hablar sobre mis runas, a diferencia de otros nefilims que encontraban completamente tabú hablar de ella con un subterráneo, pero a mi no me importaba aunque probablemente se debía a que tenia predilección por estas razas. No es que no quisiera ser nefilim, era una y me gustaba lo que significaba simplemente que mi otro lado no pensaba lo mismo.
Me pregunte como seria su vida como bruja, a diferencia de otros subterráneos los brujos no mantenían relaciones demasiado cercanas con otros de su especie, al contrario que los licantropos y los vampiros no necesitaban permanecer en aquerrales ni en cortes como las hadas, ellos vivían por su cuenta y tenían la ultima palabra a la hora de relacionarse con otros brujos. Incluso nosotros nos manteníamos unidos, tanto en la vida diaria como a la hora de luchar.
-Buen provecho-digo cuando veo llegar su comida. Yo por mi parte estoy llena a rebosar pero eso no impide que ordene otro batido.
-Negro al cazar para fundirse con las sombras... Es algo así como un lema. Mi armario esta poblado de negro pero cada vez que puedo aprovecho a ponerme algo mas colorido, después de todo no puedes andar de negro todo el tiempo.-digo mientras sacudo la falda de mi vaporoso vestido-Tampoco es que sea una norma pero tiene sus ventajas.
Como había intuido el Pandemoniun era todo un espectáculo y después de lo de la noche anterior intuí que iba a convertirse en uno de mis lugares favoritos en esta ciudad. Pero no me iba a cerrar de puertas con otros clubes, siempre había que probar un poco de todo antes de decidir. Y aun tenia que recorrer todas las tiendas que se me pasaran el el camino, mi nuevo armario no estaba lo suficientemente lleno como para satisfacerme y después de Milán Manhattan era una de las capitales de la moda.
-¿Vives sola?-pregunto con curiosidad cambiando de tema.-¿No tienes hermanos?
No se porque me entro curiosidad, supongo que es una de las cosas obvias que le preguntas a alguien que acabas de conocer, tal vez también porque la idea de una familia siempre me había dado curiosidad. No es que me lamentara sobre mi caso, de hecho jamas había querido tener algo parecido a un hermano, pero el ver a la familia Ligthwood me había creado varios interrogantes pues habia una diferencia del resto de los que vivíamos en el Instituto que eramos en muchos casos huérfanos o emancipados.
-Creo que es por mi piel, casi no se distinguen pero estan allí, solo que es dificil verlas-me encojo de hombros antes de mostrarle las runas de la palma de mis manos:-Estas por otra parte si se notan mucho. Fueron mis primeras runas, bueno, las primeras runas de todo cazador de sombras.Se supone que se ponen sobre tu mano dominante pero yo soy ambidiestra así que les pareció oportuno marcar ambas.
No me molesta hablar sobre mis runas, a diferencia de otros nefilims que encontraban completamente tabú hablar de ella con un subterráneo, pero a mi no me importaba aunque probablemente se debía a que tenia predilección por estas razas. No es que no quisiera ser nefilim, era una y me gustaba lo que significaba simplemente que mi otro lado no pensaba lo mismo.
Me pregunte como seria su vida como bruja, a diferencia de otros subterráneos los brujos no mantenían relaciones demasiado cercanas con otros de su especie, al contrario que los licantropos y los vampiros no necesitaban permanecer en aquerrales ni en cortes como las hadas, ellos vivían por su cuenta y tenían la ultima palabra a la hora de relacionarse con otros brujos. Incluso nosotros nos manteníamos unidos, tanto en la vida diaria como a la hora de luchar.
-Buen provecho-digo cuando veo llegar su comida. Yo por mi parte estoy llena a rebosar pero eso no impide que ordene otro batido.
-Negro al cazar para fundirse con las sombras... Es algo así como un lema. Mi armario esta poblado de negro pero cada vez que puedo aprovecho a ponerme algo mas colorido, después de todo no puedes andar de negro todo el tiempo.-digo mientras sacudo la falda de mi vaporoso vestido-Tampoco es que sea una norma pero tiene sus ventajas.
Como había intuido el Pandemoniun era todo un espectáculo y después de lo de la noche anterior intuí que iba a convertirse en uno de mis lugares favoritos en esta ciudad. Pero no me iba a cerrar de puertas con otros clubes, siempre había que probar un poco de todo antes de decidir. Y aun tenia que recorrer todas las tiendas que se me pasaran el el camino, mi nuevo armario no estaba lo suficientemente lleno como para satisfacerme y después de Milán Manhattan era una de las capitales de la moda.
-¿Vives sola?-pregunto con curiosidad cambiando de tema.-¿No tienes hermanos?
No se porque me entro curiosidad, supongo que es una de las cosas obvias que le preguntas a alguien que acabas de conocer, tal vez también porque la idea de una familia siempre me había dado curiosidad. No es que me lamentara sobre mi caso, de hecho jamas había querido tener algo parecido a un hermano, pero el ver a la familia Ligthwood me había creado varios interrogantes pues habia una diferencia del resto de los que vivíamos en el Instituto que eramos en muchos casos huérfanos o emancipados.
Kat Luxford- Nefilims
- Mensajes : 198
Fecha de inscripción : 03/05/2014
Localización : Aquí, allá...Busca los desastres, seguro me encuentras
Re: El lugar mas hermoso del mundo, o casi (Jezabel D'Ascolli)
Cuando alzó las palmas de las manos, vi sus runas. Al menos las que estaban siempre allí. No me llamó para nada la atención, pues ya sabía lo que iba a ver. Por supuesto, que no era como esos nefilims que pasaban tatuados toda la vida y en todo el cuerpo, pues no se alcanzaban a atisbar demasiadas, sólo las cicatrices que dejaban. Al pareces, hablaba con completa libertad de ellas, cosas que otros no hacían. Muchos tendían a creer que los subterráneos las ansiábamos —y era así, en algunos casos—, pero en realidad a mí habían dejado de importar hacía mucho tiempo.
Los nefilims, a pesar de sus runas, a veces necesitaban la ayuda de los brujos y eso lo había notado hacía mucho tiempo.
—Son bonitas —comenté, por comentar algo en ese momento—. Aunque sinceramente, yo no sé qué haría con las dos manos tatuadas… —me encogí de hombros.
Llegó mi comida, que se veía absolutamente deliciosa, mucho más de lo que yo lograba preparar en mi cocina. Por más que lo intentaba, aun cuando todo quedaba demasiado bueno, nunca iba a conseguir igualar el sabor de Taki’s. Ese restaurante tenía lo suyo. Y tampoco es que a mí me gustara demasiado cocinar… la verdad. Aunque a veces lo hacía por llenar mis días.
—Sí, el negro queda bien para cazar —comenté—. Y para pelear y todo eso, supongo… Pero no está mal tener otros colores. Eso de andar de funeral toda la vida no es lo mío, y por lo visto, tampoco lo tuyo…
Miré el vestido. No era así como solía ver a los nefilims. Los había de todos tipos y colores, pero la mayoría coincidía en el sentido de la moda: negro toda la vida. Aunque algunos otros cambiaban de vez en cuando. Sin embargo, al no saber cuándo necesitarían prepararse para una pelea, probablemente por eso lo lleven todo el tiempo, además de llevar armas escondidas por todas partes.
Justo después es que su curiosidad vuelve a salir a flote y me pregunta sobre si vivo sola y sobre mis posibles hermanos (que no tengo). Alguna vez mi padre me contó que conoció a mi madre haciéndose pasar por un humano en un burdel. Si tengo medios hermanos por parte de mi madre, hace mucho tiempo que murieron. Y por parte de padre… bueno, no sé molestó en decírmelo.
—Vivo sola… No me molesta mucho en realidad, estoy acostumbrada —sonrío, pues en verdad así es. Tantos años viviendo sola han hecho que me acostumbre a eso—. Y sobre mis hermanos… No sé si mi padre procreó a alguien más. No es que se haya molestado en decirme, ya sabes… ¿Y tú?
Lo preguntó antes de darme cuenta de que es poco probable: hace menos de diez minutos me dijo que su madre la abandonó a su padre y a ella.
Los nefilims, a pesar de sus runas, a veces necesitaban la ayuda de los brujos y eso lo había notado hacía mucho tiempo.
—Son bonitas —comenté, por comentar algo en ese momento—. Aunque sinceramente, yo no sé qué haría con las dos manos tatuadas… —me encogí de hombros.
Llegó mi comida, que se veía absolutamente deliciosa, mucho más de lo que yo lograba preparar en mi cocina. Por más que lo intentaba, aun cuando todo quedaba demasiado bueno, nunca iba a conseguir igualar el sabor de Taki’s. Ese restaurante tenía lo suyo. Y tampoco es que a mí me gustara demasiado cocinar… la verdad. Aunque a veces lo hacía por llenar mis días.
—Sí, el negro queda bien para cazar —comenté—. Y para pelear y todo eso, supongo… Pero no está mal tener otros colores. Eso de andar de funeral toda la vida no es lo mío, y por lo visto, tampoco lo tuyo…
Miré el vestido. No era así como solía ver a los nefilims. Los había de todos tipos y colores, pero la mayoría coincidía en el sentido de la moda: negro toda la vida. Aunque algunos otros cambiaban de vez en cuando. Sin embargo, al no saber cuándo necesitarían prepararse para una pelea, probablemente por eso lo lleven todo el tiempo, además de llevar armas escondidas por todas partes.
Justo después es que su curiosidad vuelve a salir a flote y me pregunta sobre si vivo sola y sobre mis posibles hermanos (que no tengo). Alguna vez mi padre me contó que conoció a mi madre haciéndose pasar por un humano en un burdel. Si tengo medios hermanos por parte de mi madre, hace mucho tiempo que murieron. Y por parte de padre… bueno, no sé molestó en decírmelo.
—Vivo sola… No me molesta mucho en realidad, estoy acostumbrada —sonrío, pues en verdad así es. Tantos años viviendo sola han hecho que me acostumbre a eso—. Y sobre mis hermanos… No sé si mi padre procreó a alguien más. No es que se haya molestado en decirme, ya sabes… ¿Y tú?
Lo preguntó antes de darme cuenta de que es poco probable: hace menos de diez minutos me dijo que su madre la abandonó a su padre y a ella.
Jezabel D'Ascolli- Brujo
- Mensajes : 55
Fecha de inscripción : 01/05/2014
Re: El lugar mas hermoso del mundo, o casi (Jezabel D'Ascolli)
-Puedes asustar a los niños mundanos-digo divertida-No es que lo haga a propósito simplemente que ya me ha pasado. Generalmente las personas temen aquello que no pueden comprender, les da miedo lo que es diferente.
Es un comentario muy acertado dado nuestra situación y siempre me ha parecido algo casi ridículo. Los mundanos llevaban evitando las cosas diferentes desde que básicamente nacieron, ya fueran diferencias religiosas, raciales, genéticas...les aterrorizaba lo que podían hacer esas personas diferentes y esa era la principal razón por la que vivíamos escondidos fingiendo que realmente no existíamos cuando llevábamos mas tiempo por aquí que los mundanos. La existencia de los demonios se remontaban mucho antes que la de este mundo.
-Por lo demás no hacen demasiado-admito tomando un trago de mi batido. A diferencia de muchas otras cosas las runas de mis manos o hamsas como se denominaban originalmente, no eran realmente útiles. Su función era permitirnos ver el mundo de las sombras con mayor claridad pues algunos cazadores debían adaptarse a la visión pero en mi caso no fue necesario, aun así mi tía insistió en ponérmelas para no llamar la atención, para que nadie notara que había algo raro conmigo.
-Deberíamos salir un día de compras-digo repentinamente entusiasmada-Siempre he querido salir con una amiga a un día de compras y tal vez luego ver una película o algo por el estilo. Jamas me quedo lo suficiente en un lugar como para lograr eso.
Me siento como una niña en navidad esperando que acepte mi propuesta, podía ser algo arriesgado llamar amiga a una chica que acababa de conocer pero en realidad ya la consideraba una.
Mi primera amiga pienso sorprendida. Jezabel, una bruja de docientos años era mi primera amiga. Wow.
-Para nuestro funerales no vestimos de negro-digo intentando disimular las ilusiones que me hacia que aceptara-Usamos blanco puro. Así honramos a los guerreros caídos
Los nefilims teníamos toda nuestra propia cultura oculta y nuestras tradiciones eran estrictas y muy diferentes a las de los mundanos de cualquier lugar del mundo. Nuestros funerales siempre eran silenciosos e incinerábamos a nuestros muertos para con las cenizas construir lugares como la ciudad de los hermanos silenciosos e incluso las entradas de los Institutos para alejar a los demonios. Nuestra vida era corta e incluso después de muertos debíamos servir a la causa. Siempre me había parecido una existencia agotadora.
Me encojo de hombros restandole importancia. Aparentemente teníamos mas en común de lo que imaginaba.
-Estoy segura de que mi madre no tuvo mas hijos, jamas deseo tenerme a mi así que...bueno, supongo que decidió ser mas cuidadosa. Sobre mi padre tampoco estoy segura, llevo mucho tiempo sin verlo pero tampoco creo que haya rehecho su vida, después de que ella se fue nunca volvió a mirar a nadie.
A veces sentía pena por papá, no me imaginaba lo que debía ser amar tanto a alguien como para llegar a la locura, mucho menos para que nunca pudiera amar a nadie más. Si el amor era así no deseaba conocerlo.
-Así que solo soy yo-finalice dándole otro trago a mi batido.
Es un comentario muy acertado dado nuestra situación y siempre me ha parecido algo casi ridículo. Los mundanos llevaban evitando las cosas diferentes desde que básicamente nacieron, ya fueran diferencias religiosas, raciales, genéticas...les aterrorizaba lo que podían hacer esas personas diferentes y esa era la principal razón por la que vivíamos escondidos fingiendo que realmente no existíamos cuando llevábamos mas tiempo por aquí que los mundanos. La existencia de los demonios se remontaban mucho antes que la de este mundo.
-Por lo demás no hacen demasiado-admito tomando un trago de mi batido. A diferencia de muchas otras cosas las runas de mis manos o hamsas como se denominaban originalmente, no eran realmente útiles. Su función era permitirnos ver el mundo de las sombras con mayor claridad pues algunos cazadores debían adaptarse a la visión pero en mi caso no fue necesario, aun así mi tía insistió en ponérmelas para no llamar la atención, para que nadie notara que había algo raro conmigo.
-Deberíamos salir un día de compras-digo repentinamente entusiasmada-Siempre he querido salir con una amiga a un día de compras y tal vez luego ver una película o algo por el estilo. Jamas me quedo lo suficiente en un lugar como para lograr eso.
Me siento como una niña en navidad esperando que acepte mi propuesta, podía ser algo arriesgado llamar amiga a una chica que acababa de conocer pero en realidad ya la consideraba una.
Mi primera amiga pienso sorprendida. Jezabel, una bruja de docientos años era mi primera amiga. Wow.
-Para nuestro funerales no vestimos de negro-digo intentando disimular las ilusiones que me hacia que aceptara-Usamos blanco puro. Así honramos a los guerreros caídos
Los nefilims teníamos toda nuestra propia cultura oculta y nuestras tradiciones eran estrictas y muy diferentes a las de los mundanos de cualquier lugar del mundo. Nuestros funerales siempre eran silenciosos e incinerábamos a nuestros muertos para con las cenizas construir lugares como la ciudad de los hermanos silenciosos e incluso las entradas de los Institutos para alejar a los demonios. Nuestra vida era corta e incluso después de muertos debíamos servir a la causa. Siempre me había parecido una existencia agotadora.
Me encojo de hombros restandole importancia. Aparentemente teníamos mas en común de lo que imaginaba.
-Estoy segura de que mi madre no tuvo mas hijos, jamas deseo tenerme a mi así que...bueno, supongo que decidió ser mas cuidadosa. Sobre mi padre tampoco estoy segura, llevo mucho tiempo sin verlo pero tampoco creo que haya rehecho su vida, después de que ella se fue nunca volvió a mirar a nadie.
A veces sentía pena por papá, no me imaginaba lo que debía ser amar tanto a alguien como para llegar a la locura, mucho menos para que nunca pudiera amar a nadie más. Si el amor era así no deseaba conocerlo.
-Así que solo soy yo-finalice dándole otro trago a mi batido.
Kat Luxford- Nefilims
- Mensajes : 198
Fecha de inscripción : 03/05/2014
Localización : Aquí, allá...Busca los desastres, seguro me encuentras
Re: El lugar mas hermoso del mundo, o casi (Jezabel D'Ascolli)
—Conozco eso —respondí—. Los mundanos siempre se alejan al menor indicio de que haya algo raro. Lo cual es un alivio para ellos, claro. Excepto que… bueno… están los mundanos que ven demás. Ellos siempre tienen mala suerte.
Por supuesto, a los mundanos con la visión siempre les iba un poco mal. Sobre todo porque la mitad del tiempo acababan en medio de peleas que no les correspondían, porque si de algo pecaban, era de excesiva curiosidad. Tenían la desgracia de darse cuenta de que no todo en el mundo era como les decían y, generalmente, eran los que acababan convertidos en vampiros y licántropos.
Entonces, Kat, con un excesivo entusiasmo me propone salir de compras algún día. Su entusiasmo es similar a aquel con el que me llamó la atención para que me acercara a su mesa e incluso me llama «amiga». Me quedó un poco pasmada, de momento, porque es la primera vez en mucho tiempo que alguien me llama «amiga». No es que no las tuviera, pero nunca había tenido demasiado interés en socializar. Tendía a separar al mundo en dos: yo y el resto del mundo. Pero desde que los subterráneos parecen organizarse para «no sé qué» y los nefilims se ahogan en problemas, me doy cuenta de que no es posible poner una raya que me separe del mundo.
—Bueno… —empiezo, sin saber como responder—, es une buena idea. Hace mucho que no voy de compras —y sonrío.
Bueno, una nefilim de diecisiete años es una amiga. Empezamos bien. Aunque le saque doscientos años o algo así. Menciona el dato de que los nefilims visten de blanco para los funerales y yo asiente. Los nefilims siempre me han resultado curiosos con una cantidad inigualable de ritos. Los brujos no teníamos todo eso. Los brujos íbamos a nuestra bola y, cuando queríamos, montábamos fiestas e invitábamos a algunos subterráneos con la condición de que no se mataran los unos a los otros.
Me cuenta sobre su familia y sonrío al descubrir que somos parecidas en ese sentido.
—Bueno, ser hija única no es tan malo —concluyo, porque ella también parece pensar eso.
Por supuesto, a los mundanos con la visión siempre les iba un poco mal. Sobre todo porque la mitad del tiempo acababan en medio de peleas que no les correspondían, porque si de algo pecaban, era de excesiva curiosidad. Tenían la desgracia de darse cuenta de que no todo en el mundo era como les decían y, generalmente, eran los que acababan convertidos en vampiros y licántropos.
Entonces, Kat, con un excesivo entusiasmo me propone salir de compras algún día. Su entusiasmo es similar a aquel con el que me llamó la atención para que me acercara a su mesa e incluso me llama «amiga». Me quedó un poco pasmada, de momento, porque es la primera vez en mucho tiempo que alguien me llama «amiga». No es que no las tuviera, pero nunca había tenido demasiado interés en socializar. Tendía a separar al mundo en dos: yo y el resto del mundo. Pero desde que los subterráneos parecen organizarse para «no sé qué» y los nefilims se ahogan en problemas, me doy cuenta de que no es posible poner una raya que me separe del mundo.
—Bueno… —empiezo, sin saber como responder—, es une buena idea. Hace mucho que no voy de compras —y sonrío.
Bueno, una nefilim de diecisiete años es una amiga. Empezamos bien. Aunque le saque doscientos años o algo así. Menciona el dato de que los nefilims visten de blanco para los funerales y yo asiente. Los nefilims siempre me han resultado curiosos con una cantidad inigualable de ritos. Los brujos no teníamos todo eso. Los brujos íbamos a nuestra bola y, cuando queríamos, montábamos fiestas e invitábamos a algunos subterráneos con la condición de que no se mataran los unos a los otros.
Me cuenta sobre su familia y sonrío al descubrir que somos parecidas en ese sentido.
—Bueno, ser hija única no es tan malo —concluyo, porque ella también parece pensar eso.
Jezabel D'Ascolli- Brujo
- Mensajes : 55
Fecha de inscripción : 01/05/2014
Re: El lugar mas hermoso del mundo, o casi (Jezabel D'Ascolli)
Mundanos con la visión...había escuchado de ellos, personas normales que por alguna razón nacían pudiendo ver el mundo de las sombras. Según nuestros libros se decía que estos humanos pasaban a ser de las pertenencias de los nefilims, con intención de protegerlos se les llevaba al Instituto para que trabajaran allí.
La idea me parecía tan atroz, era un ejemplo de esclavitud y el hecho de que fingieran que realmente lo hacia por su bien lograba hacerlo mas detestable. No me imaginaba lo que seria vivir de esa manera.
-Cada raza tiene sus propios horrores-murmuro para mí frunciendo el ceño.-Sin embargo no son tan malos...Los mundanos quiero decir, no es que haya conocido realmente a alguno pero me parece que no seria justo culparlos, después de todo si las cosas fueran al contrario nosotros seriamos iguales.
¿Como seria vivir creyendo que esas criaturas de pesadillas realmente no existen? Vivir en la ignorancia sonaba tan fácil.
Jez parece sorprendida, supongo que no esperaba un ataque como ese, y su expresión me divierte un poco. Parecía tan seria y controlada, creo que no estaba acostumbrada a que las personas fueran tan directas. O tal vez es que yo definitivamente era un caso especial.Por alguna razón jamas me había sido del tipo de personas que se preocupan por lo que otros pueden pensar, me parecía que era una perdida de tiempo pasarse torturando por lo que otros dijeran sobre ti.
-¡Genial!-digo entusiasmada y a la vez satisfecha de haberla invitado.-Y huiremos de cualquier prenda negra que veamos.
Añado con solemnidad antes de volver a sonreír satisfecha.
Tengo una amiga pienso con entusiasmo y por primera vez empiezo a ver realmente Nueva York como mi hogar.
-No, supongo que no, pero siempre he sentido curiosidad al respecto. A nosotros nos crían con la idea de que todos somos hermanos porque la sangre del ángel nos une pero no es lo mismo-suspiro resignada antes de agitar la cabeza para abandonar esos pensamientos.
-A ver, cuéntame algo más sobre ti.
Tenia muchas preguntas pero prefería que ella decidiera que era lo que quería contarme, me parecía que dándole esta opción no tenia la posibilidad de invadir zonas que ella no prefiriera tocas. Después de todo cada quien tenia sus secretos.
La idea me parecía tan atroz, era un ejemplo de esclavitud y el hecho de que fingieran que realmente lo hacia por su bien lograba hacerlo mas detestable. No me imaginaba lo que seria vivir de esa manera.
-Cada raza tiene sus propios horrores-murmuro para mí frunciendo el ceño.-Sin embargo no son tan malos...Los mundanos quiero decir, no es que haya conocido realmente a alguno pero me parece que no seria justo culparlos, después de todo si las cosas fueran al contrario nosotros seriamos iguales.
¿Como seria vivir creyendo que esas criaturas de pesadillas realmente no existen? Vivir en la ignorancia sonaba tan fácil.
Jez parece sorprendida, supongo que no esperaba un ataque como ese, y su expresión me divierte un poco. Parecía tan seria y controlada, creo que no estaba acostumbrada a que las personas fueran tan directas. O tal vez es que yo definitivamente era un caso especial.Por alguna razón jamas me había sido del tipo de personas que se preocupan por lo que otros pueden pensar, me parecía que era una perdida de tiempo pasarse torturando por lo que otros dijeran sobre ti.
-¡Genial!-digo entusiasmada y a la vez satisfecha de haberla invitado.-Y huiremos de cualquier prenda negra que veamos.
Añado con solemnidad antes de volver a sonreír satisfecha.
Tengo una amiga pienso con entusiasmo y por primera vez empiezo a ver realmente Nueva York como mi hogar.
-No, supongo que no, pero siempre he sentido curiosidad al respecto. A nosotros nos crían con la idea de que todos somos hermanos porque la sangre del ángel nos une pero no es lo mismo-suspiro resignada antes de agitar la cabeza para abandonar esos pensamientos.
-A ver, cuéntame algo más sobre ti.
Tenia muchas preguntas pero prefería que ella decidiera que era lo que quería contarme, me parecía que dándole esta opción no tenia la posibilidad de invadir zonas que ella no prefiriera tocas. Después de todo cada quien tenia sus secretos.
Kat Luxford- Nefilims
- Mensajes : 198
Fecha de inscripción : 03/05/2014
Localización : Aquí, allá...Busca los desastres, seguro me encuentras
Re: El lugar mas hermoso del mundo, o casi (Jezabel D'Ascolli)
Los mundanos con la visión siempre eran algo peliagudo. Si me preguntaran, preferiría que no los hubiera, pues para ellos era siempre mejor mantenerse apartados del peligro. Sin embargo, eso no solía pasar y entonces allí estaban: trabajando en los Institutos, metiéndose en lugares peligrosos y acabar mal. Este mundo no era para humanos. Definitivamente no.
—No es que me importen los mundanos pero... Creo que tener la visión para ellos no es, definitivamente, una ventaja —tuerzo la sonrisa—. Les iría mejor así.
Parece divertirse mi reacción de sorpresa, pero es la primera chica en mucho tiempo que me propone algo así. Luego dice que huiremos de todas las prendas negras que veamos y eso me hace sonreír completamente. A veces me gusta vestir de negro, porque es muy elegante, pero es cierto que los nefilims suelen exagerar en esas circunstancias.
—Me parece perfecto…
Y me doy cuenta de que ya pienso en ella como una amiga. Justo después de que le cuente algo sobre mí y sonrío. No sé que contarle exactamente sobre mí porque guardo tantos recuerdos que nunca sé por donde empezar.
—Tú me cuentas algo y yo te cuento algo —propongo, mientras le doy un trago a batido de frutillas—. Bueno, nací en Venecia, por eso mi apellido D'Ascolli, simplemente me lo inventé para poder presentarme. Era una ciudad hermosa hacia mucho tiempo. Había bailes y esas tonterías que se hacían antes en vez de fiestas multitudinarias donde todo el mundo acaba en un estado... Bueno, lamentable.
—No es que me importen los mundanos pero... Creo que tener la visión para ellos no es, definitivamente, una ventaja —tuerzo la sonrisa—. Les iría mejor así.
Parece divertirse mi reacción de sorpresa, pero es la primera chica en mucho tiempo que me propone algo así. Luego dice que huiremos de todas las prendas negras que veamos y eso me hace sonreír completamente. A veces me gusta vestir de negro, porque es muy elegante, pero es cierto que los nefilims suelen exagerar en esas circunstancias.
—Me parece perfecto…
Y me doy cuenta de que ya pienso en ella como una amiga. Justo después de que le cuente algo sobre mí y sonrío. No sé que contarle exactamente sobre mí porque guardo tantos recuerdos que nunca sé por donde empezar.
—Tú me cuentas algo y yo te cuento algo —propongo, mientras le doy un trago a batido de frutillas—. Bueno, nací en Venecia, por eso mi apellido D'Ascolli, simplemente me lo inventé para poder presentarme. Era una ciudad hermosa hacia mucho tiempo. Había bailes y esas tonterías que se hacían antes en vez de fiestas multitudinarias donde todo el mundo acaba en un estado... Bueno, lamentable.
Jezabel D'Ascolli- Brujo
- Mensajes : 55
Fecha de inscripción : 01/05/2014
Re: El lugar mas hermoso del mundo, o casi (Jezabel D'Ascolli)
Pienso en los mundanos, en lo frágiles que son en comparación de cualquiera de nosotros, y su vida parecía tan insignificante...Y sin embargo acaso no todos nosotros veníamos de ellos, y más aun los nefilims que fue para protegerlos a ellos que nos volvimos lo que somos si es que las leyendas son ciertas, si es que realmente Jonathan cazador de sombras existió y si Raziel realmente se presento a él...¿Era realmente eso posible?
Siempre había sido una incrédula sobre la existencia de los ángeles por una simple razón, los demonios estaban en todas partes, los veía todos los días a cualquier hora pero ¿donde estaban los ángeles? ¿donde estaban cuando los seres humanos cometían atrocidades? ¿Donde estaba Raziel cuando una familia entera de nefilims era exterminada cumpliendo sus ordenes? ¿Donde estaban cuando marcaban a humanos sin piedad con sus runas? ¿Donde estaba la bondad y el supuesto amor que la gente les aludía? ¿Donde estaban ellos ahora?
Les iría mejor si ninguno de nosotros existiera pienso antes de soltar un suspiro sin darme cuenta.
-El problema no es la visión, el problema es su curiosidad-murmuro recordando las palabras de un anciano Cazador-Ellos saben que nosotros existimos, saben que los monstruos están allí pero prefieren hacerse los ciegos, prefieren no hacer preguntas o al menos la mayoría de ellos sin embargo hay muchos otros que no se conforman con su vida mundana, ellos quieren entender la magia, quieren poseerla y no saben el alto precio que tiene. Tenga la visión o no es su curiosidad lo que realmente los pone en peligro.
Me cuesta volver a nuestra conversación normal tras mis escabrosos pensamientos pero los lanzo a un lado sabiendo que no se quedarían apartados por mucho tiempo. Aun así sonrió agradecida de que haya aceptado mi extraña invitación, la idea de tener una amiga es lo suficientemente cálida como para apartar las sombras que flotan en mi cabeza.
-Perfecto-repito dando un pequeño aplauso entusiasta.
La idea que me propone también me parece grandiosa y escucho con atención intentando imaginarme esa época. Conozco Venecia, fue una de nuestras paradas en el largo viaje que habíamos tenido que emprender con mi tía, y sin duda era preciosa de manera que hace menos difícil idealizarla en sus edad de esplendor. También me es fácil imaginar a Jez usando uno de esos hermosos vestidos voluptuosos y de camino a una fiesta. Parece natural en ella. Cuando termina no puedo más que morderme el labio y asentir, no podía negar lo diferente que eran nuestras épocas.
-A ver, es mi turno-frunzo la boca pensando en algo interesante que pueda contarle y tras un minuto me decido.-Soy una coleccionista, desde que tengo trece años colecciono pinturas famosas, retratos sobre todo. No se porque me gustan tanto y es bastante loco porque ni siquiera puedo traerlas conmigo, en vez de eso están todas en un pequeño museo de Toscana. Lo visito una vez al año y a veces siento que es un desperdicio pero cuando las veo siento como si fueran mi familia. He estudiado cada una para saber de quien se trata, cual es su historia y a veces es difícil, algunos retratos son de personas comunes que tal vez el pintor ni siquiera conocía pero adoro la sensación de darle si nombre a cada una.-niego con la cabeza divertida.-Se que parece una locura, debería estar coleccionando posters de alguna banda o artista o algo por el estilo en vez de viejos retratos pero...Ni siquiera puedo explicarlo.
Me muerdo el labio esperando su respuesta, aquel era uno de mis pequeños sucios secretos y jamas había tenido a nadie con quien admitirlo, se sintió genial a pesar de que probablemente Jez pensara que estaba loca.
Siempre había sido una incrédula sobre la existencia de los ángeles por una simple razón, los demonios estaban en todas partes, los veía todos los días a cualquier hora pero ¿donde estaban los ángeles? ¿donde estaban cuando los seres humanos cometían atrocidades? ¿Donde estaba Raziel cuando una familia entera de nefilims era exterminada cumpliendo sus ordenes? ¿Donde estaban cuando marcaban a humanos sin piedad con sus runas? ¿Donde estaba la bondad y el supuesto amor que la gente les aludía? ¿Donde estaban ellos ahora?
Les iría mejor si ninguno de nosotros existiera pienso antes de soltar un suspiro sin darme cuenta.
-El problema no es la visión, el problema es su curiosidad-murmuro recordando las palabras de un anciano Cazador-Ellos saben que nosotros existimos, saben que los monstruos están allí pero prefieren hacerse los ciegos, prefieren no hacer preguntas o al menos la mayoría de ellos sin embargo hay muchos otros que no se conforman con su vida mundana, ellos quieren entender la magia, quieren poseerla y no saben el alto precio que tiene. Tenga la visión o no es su curiosidad lo que realmente los pone en peligro.
Me cuesta volver a nuestra conversación normal tras mis escabrosos pensamientos pero los lanzo a un lado sabiendo que no se quedarían apartados por mucho tiempo. Aun así sonrió agradecida de que haya aceptado mi extraña invitación, la idea de tener una amiga es lo suficientemente cálida como para apartar las sombras que flotan en mi cabeza.
-Perfecto-repito dando un pequeño aplauso entusiasta.
La idea que me propone también me parece grandiosa y escucho con atención intentando imaginarme esa época. Conozco Venecia, fue una de nuestras paradas en el largo viaje que habíamos tenido que emprender con mi tía, y sin duda era preciosa de manera que hace menos difícil idealizarla en sus edad de esplendor. También me es fácil imaginar a Jez usando uno de esos hermosos vestidos voluptuosos y de camino a una fiesta. Parece natural en ella. Cuando termina no puedo más que morderme el labio y asentir, no podía negar lo diferente que eran nuestras épocas.
-A ver, es mi turno-frunzo la boca pensando en algo interesante que pueda contarle y tras un minuto me decido.-Soy una coleccionista, desde que tengo trece años colecciono pinturas famosas, retratos sobre todo. No se porque me gustan tanto y es bastante loco porque ni siquiera puedo traerlas conmigo, en vez de eso están todas en un pequeño museo de Toscana. Lo visito una vez al año y a veces siento que es un desperdicio pero cuando las veo siento como si fueran mi familia. He estudiado cada una para saber de quien se trata, cual es su historia y a veces es difícil, algunos retratos son de personas comunes que tal vez el pintor ni siquiera conocía pero adoro la sensación de darle si nombre a cada una.-niego con la cabeza divertida.-Se que parece una locura, debería estar coleccionando posters de alguna banda o artista o algo por el estilo en vez de viejos retratos pero...Ni siquiera puedo explicarlo.
Me muerdo el labio esperando su respuesta, aquel era uno de mis pequeños sucios secretos y jamas había tenido a nadie con quien admitirlo, se sintió genial a pesar de que probablemente Jez pensara que estaba loca.
Kat Luxford- Nefilims
- Mensajes : 198
Fecha de inscripción : 03/05/2014
Localización : Aquí, allá...Busca los desastres, seguro me encuentras
Re: El lugar mas hermoso del mundo, o casi (Jezabel D'Ascolli)
La escuché atentamente y no pude estar más que de acuerdo con ella. La perdición de muchos mundanos, era, definitivamente, la curiosidad, más que la visión. Aunque definitivamente muchas veces la visión venía de la mano con la curiosidad.
—Lástima que la curiosidad muchas veces es el resultado de la visión —dije, pero preferí no agregar nada más. Los temas deprimentes no eran una buena plática cuando acababas de conocer a alguien tan agradable como Kat.
Escucho todo lo que dice con una sonrisa y me sorprendo al conocer su pequeño hobby de coleccionista. Debe de gustarle mucho el arte, por lo menos la pintura, para apreciar incluso las pinturas más anónimas y cotidianas.
—¡Un pequeño museo en la Toscana! —me sorprendo—. Debes ser realmente amante de la pintura para tener tantas pinturas... —comento.
Después me toca a mi. Repaso rápidamente unos doscientos años de vida hasta que encuentro algo interesante para platicarle.
—Odio los barcos —confieso—. Detesto los cruceros y toda la travesía cuando llegué a los Estados Unidos fue pésima. Tenía un camarote en primer clase, pero ni siquiera eso me consolaba. Cuando empezó la guerra yo estaba en Londres y lo único que me hizo salir de allí después de unos años, fueron los bombardeos... —Recuerdo un poco esa época, pero parece ser algo más que gris, alertas de bomba cada cierto tiempo y pánico generalizado—. Así que me embarqué porque no había acumulado suficiente poder para abrir un portal (y tampoco tenía idea de a donde tenía que abrirlo exactamente, faltaba que apareciera en medio de Central Park) y me arrepentí en menos de seis horas. Aunque bueno... —me encojo de hombros—. Valió la pena para conocer Nueva York.
—Lástima que la curiosidad muchas veces es el resultado de la visión —dije, pero preferí no agregar nada más. Los temas deprimentes no eran una buena plática cuando acababas de conocer a alguien tan agradable como Kat.
Escucho todo lo que dice con una sonrisa y me sorprendo al conocer su pequeño hobby de coleccionista. Debe de gustarle mucho el arte, por lo menos la pintura, para apreciar incluso las pinturas más anónimas y cotidianas.
—¡Un pequeño museo en la Toscana! —me sorprendo—. Debes ser realmente amante de la pintura para tener tantas pinturas... —comento.
Después me toca a mi. Repaso rápidamente unos doscientos años de vida hasta que encuentro algo interesante para platicarle.
—Odio los barcos —confieso—. Detesto los cruceros y toda la travesía cuando llegué a los Estados Unidos fue pésima. Tenía un camarote en primer clase, pero ni siquiera eso me consolaba. Cuando empezó la guerra yo estaba en Londres y lo único que me hizo salir de allí después de unos años, fueron los bombardeos... —Recuerdo un poco esa época, pero parece ser algo más que gris, alertas de bomba cada cierto tiempo y pánico generalizado—. Así que me embarqué porque no había acumulado suficiente poder para abrir un portal (y tampoco tenía idea de a donde tenía que abrirlo exactamente, faltaba que apareciera en medio de Central Park) y me arrepentí en menos de seis horas. Aunque bueno... —me encojo de hombros—. Valió la pena para conocer Nueva York.
Jezabel D'Ascolli- Brujo
- Mensajes : 55
Fecha de inscripción : 01/05/2014
Re: El lugar mas hermoso del mundo, o casi (Jezabel D'Ascolli)
Ella no pareció creer que yo era una loca lo que me hizo sonreís agradecida, muchas personas de las que había conocido a lo largo de mi corta vida solían llamarme excéntrica aun incluso cuando no tenían idea de mi par de secretos, y eso jamas me había molestas. Si, tal vez fuera una excéntrica, de todas maneras no pensaba cambiarlo.
-La verdad es que me encantan, lastimosamente mi habilidad artística en este caso se limita a saber mezclar los colores-hago una mueca de circunstancia. En otras palabras era un asco pintando, sin exagerar todas las veces que había intentado pintar algo decente terminaban siendo peores que las pinturas de dedos de los niños de kinder. La triste realidad es mis dones se limitaban a la música. Luego se me ocurre una maravillosa idea:-¿Que te parecería ir alguna vez al museo conmigo? No es gran cosa realmente pero Toscana es verdaderamente preciosa y conozco una pizzería que tienes unas pizzas que ni te imaginas.
Nunca podía decidirme por cual era mi lugar favorito en el mundo, cuando estaba en un sitio me decía a mi misma que ese era el lugar pero luego me iba a otro y me enamoraba perdidamente de ese también así que tenia muchos lugares favoritos en el mundo.
Jez también se toma su tiempo pensando y yo espero paciente a escucharla. Yo nunca había viajado en barco, al menos no largas distancias, había navegado en algún que otro lago pero nada mas de manera que no es estaba segura sobre si me gustaban los barcos o no. Supongo que era una experiencia que debía probar. Los portales por otro lado si los conocía, eran un medio más practico para viajar sobre todo cuando no tienes documentos legales, después de todo no había registros sobre nuestro nacimiento por lo que la mayoría de veces debíamos falsificarlos para poder viajar como el resto de mundanos.
-Bueno, entonces ningún barco-asiento seriamente. Me divierte eso de aparecer en medio de Central Park, la primera vez de la que tengo conciencia de que viaje a través de un portal estaba muy nerviosa, me imaginaba cayendo dentro de un río o apareciendo de la nada entre un montón de mundanos que nos perseguirían con antorchas, con el tiempo ese pánico había pasado pero igual la idea de las antorchas no me abandonaba.
-Bueno pues yo soy un asco en las tareas domesticas, hubo un tiempo en que me puse de tarea aprender a preparar mi propia comida y no resulto nada bien, de hecho por poco ocasiono un incendio en el Instituto, tampoco se hacer ninguna otra cosa que pueda ayudar en el hogar. Lo único que aprendí de todo eso fue a usar una lavadora automática y déjame decirte que también fue toda una odisea.
-La verdad es que me encantan, lastimosamente mi habilidad artística en este caso se limita a saber mezclar los colores-hago una mueca de circunstancia. En otras palabras era un asco pintando, sin exagerar todas las veces que había intentado pintar algo decente terminaban siendo peores que las pinturas de dedos de los niños de kinder. La triste realidad es mis dones se limitaban a la música. Luego se me ocurre una maravillosa idea:-¿Que te parecería ir alguna vez al museo conmigo? No es gran cosa realmente pero Toscana es verdaderamente preciosa y conozco una pizzería que tienes unas pizzas que ni te imaginas.
Nunca podía decidirme por cual era mi lugar favorito en el mundo, cuando estaba en un sitio me decía a mi misma que ese era el lugar pero luego me iba a otro y me enamoraba perdidamente de ese también así que tenia muchos lugares favoritos en el mundo.
Jez también se toma su tiempo pensando y yo espero paciente a escucharla. Yo nunca había viajado en barco, al menos no largas distancias, había navegado en algún que otro lago pero nada mas de manera que no es estaba segura sobre si me gustaban los barcos o no. Supongo que era una experiencia que debía probar. Los portales por otro lado si los conocía, eran un medio más practico para viajar sobre todo cuando no tienes documentos legales, después de todo no había registros sobre nuestro nacimiento por lo que la mayoría de veces debíamos falsificarlos para poder viajar como el resto de mundanos.
-Bueno, entonces ningún barco-asiento seriamente. Me divierte eso de aparecer en medio de Central Park, la primera vez de la que tengo conciencia de que viaje a través de un portal estaba muy nerviosa, me imaginaba cayendo dentro de un río o apareciendo de la nada entre un montón de mundanos que nos perseguirían con antorchas, con el tiempo ese pánico había pasado pero igual la idea de las antorchas no me abandonaba.
-Bueno pues yo soy un asco en las tareas domesticas, hubo un tiempo en que me puse de tarea aprender a preparar mi propia comida y no resulto nada bien, de hecho por poco ocasiono un incendio en el Instituto, tampoco se hacer ninguna otra cosa que pueda ayudar en el hogar. Lo único que aprendí de todo eso fue a usar una lavadora automática y déjame decirte que también fue toda una odisea.
Kat Luxford- Nefilims
- Mensajes : 198
Fecha de inscripción : 03/05/2014
Localización : Aquí, allá...Busca los desastres, seguro me encuentras
Re: El lugar mas hermoso del mundo, o casi (Jezabel D'Ascolli)
Su hobby me pareció algo normal, porque como toda bruja, había conocido a gente más excéntrica en el negocio. Aunque era extraño para una chica de su edad tener un pequeño museo personal en la Toscana, realmente lo único que denotaba, a mis ojos, era que tenía un gusto inaudito por la pintura y unos grades recursos para conseguir todas aquellas pinturas. Pero era evidente que era el amor al arte lo que la movía.
—Mi habilidad pintora tampoco existe, sinceramente… —dije, al oír que sólo sabía combinar los colores—. Aunque en cuestión de arte, bueno, antes solía tocar el piano. —Me encojo de hombros, pues hacía doscientos años toda mujer decente sabía tocar el piano… según algunos, según yo, daba igual. Luego me propone que alguna vez podemos visitar el museo y, aunque queda al otro lado del mundo, al menos ya sé cuánto poder necesito para abrir un portal—. ¡Por supuesto que me encantaría!
Escucha con atención cuando hablo de mi odio hacia los barcos en general. No me gustan en lo más mínimo, siento mareos desde el momento en que subo hasta el momento en que baja y mi magia se ve afectada por los estúpidos mareos.
Habla de su odio a las tareas domésticas, y de su inutilidad para ella, y yo no puedo reconocer nada mejor. Sé cocinar, claro, pero lo demás, bueno, le pido ayuda a la magia, que para algo nací con poderes especiales.
—Yo sé cocinar —reconozco—. Podría prepararte algo cuando te quedes pobre de comer en restaurantes… —bromeo un poco—. Por otro lado, bueno, las demás tareas domésticas no son mi fuerte.
Le sonrío y me pongo a pensar en qué contarle luego. Después de un pequeño momento y una ligera mueca “pues da igual” le confieso algo más.
—Tengo un pedazo de piel verde en la mitad de la espalda —sonrío—. Sí, como las brujas de los cuentos. Es como si me hubieran aventado pintura en la espalda… Es extraño, porque el verde es el color que más me gusta,
—Mi habilidad pintora tampoco existe, sinceramente… —dije, al oír que sólo sabía combinar los colores—. Aunque en cuestión de arte, bueno, antes solía tocar el piano. —Me encojo de hombros, pues hacía doscientos años toda mujer decente sabía tocar el piano… según algunos, según yo, daba igual. Luego me propone que alguna vez podemos visitar el museo y, aunque queda al otro lado del mundo, al menos ya sé cuánto poder necesito para abrir un portal—. ¡Por supuesto que me encantaría!
Escucha con atención cuando hablo de mi odio hacia los barcos en general. No me gustan en lo más mínimo, siento mareos desde el momento en que subo hasta el momento en que baja y mi magia se ve afectada por los estúpidos mareos.
Habla de su odio a las tareas domésticas, y de su inutilidad para ella, y yo no puedo reconocer nada mejor. Sé cocinar, claro, pero lo demás, bueno, le pido ayuda a la magia, que para algo nací con poderes especiales.
—Yo sé cocinar —reconozco—. Podría prepararte algo cuando te quedes pobre de comer en restaurantes… —bromeo un poco—. Por otro lado, bueno, las demás tareas domésticas no son mi fuerte.
Le sonrío y me pongo a pensar en qué contarle luego. Después de un pequeño momento y una ligera mueca “pues da igual” le confieso algo más.
—Tengo un pedazo de piel verde en la mitad de la espalda —sonrío—. Sí, como las brujas de los cuentos. Es como si me hubieran aventado pintura en la espalda… Es extraño, porque el verde es el color que más me gusta,
Jezabel D'Ascolli- Brujo
- Mensajes : 55
Fecha de inscripción : 01/05/2014
Re: El lugar mas hermoso del mundo, o casi (Jezabel D'Ascolli)
El arte siempre me había llamado la atención empezando por la música sin embargo este amor se fue desbordando por el resto de expresiones artísticas diferentes desde la pintura a la escultura y de allí hacía el teatro. También estaba perdidamente enamorada de las cosas bonitas pues el arte estaba en todos lados, como por ejemplo en mis cuchillos suntuosamente decorados a pesar de que eran un objeto más bien practico, pero no podía evitarlo, eran uno de mis muchos caprichos.
Me alegra que Jez quiera venir conmigo, jamas había llevado a nadie conmigo así que estaba un poco nerviosa.
-¿Solías? ¿Ya no lo tocas?-pregunte un poco sorprendida. Recordé que antes las mujeres debían tocar al menos un instrumento ademas de hacer muchas otras cosas como bailar el vals y bordar, o al menos eso había leído en un libro. Me pregunte a que se debía, en la actualidad cosas como esas se aprendían pro decisión propia, si por ejemplo no te gustaba bordar no tenias porque hacerlo de manera que supuse que al ser una costumbre impuesta no muchas mujeres estaban felices con eso. Así que una vez se había librado no tenia porque seguirlo practicando si no lo disfrutaba.
-Es una suerte porque todo lo que yo cocino es un peligro en potencia, al menos ya se a que puerta llamar cuando este muriendo de hambre-rió divertida antes de agregar:-Y a cambio puedo prender la lavadora.
Tal vez habría sido más fácil aprender a usarla si me hubiera decidido por leer el manual pero al igual que la mayoría me dije a mi misma que no debía ser tan difícil ¿ademas quien lee los manuales hoy en día? Y cuarto repleto de espuma después comprendí que no habría sido mala idea leerlo. De ese había pasado a penas uno o dos años pero a veces sentía que el paso del tiempo no me marcaba como al resto, los recuerdos muchas veces se me mezclaban y me costaba estar segura de cuando habían sucedido.
Al igual que todos los brujos ella tenia una marca que insinuaba su ascendencia demoníaca, ademas de las orejas. A muchos nefilims les desagradaban, supongo que porque les recordaban a los demonios, pero yo siempre las había considerado encantadoras. Había conocido a bastante brujos, cada uno con una marca única en su cuerpo, pero jamas los había considerado desagradables supongo que porque al igual que yo teníamos una pequeña rareza que nos definía por lo que eramos. Si alguien viera mi espalda y no notara mis runas seguramente pensaría que era una subterranea.
-Yo toco el ukelele-digo arrugando la nariz con diversión.-Una vez incluso me fui a sentar a la parada de autobuses a tocar, logre recolectar nueve dolares en monedas.
Me alegra que Jez quiera venir conmigo, jamas había llevado a nadie conmigo así que estaba un poco nerviosa.
-¿Solías? ¿Ya no lo tocas?-pregunte un poco sorprendida. Recordé que antes las mujeres debían tocar al menos un instrumento ademas de hacer muchas otras cosas como bailar el vals y bordar, o al menos eso había leído en un libro. Me pregunte a que se debía, en la actualidad cosas como esas se aprendían pro decisión propia, si por ejemplo no te gustaba bordar no tenias porque hacerlo de manera que supuse que al ser una costumbre impuesta no muchas mujeres estaban felices con eso. Así que una vez se había librado no tenia porque seguirlo practicando si no lo disfrutaba.
-Es una suerte porque todo lo que yo cocino es un peligro en potencia, al menos ya se a que puerta llamar cuando este muriendo de hambre-rió divertida antes de agregar:-Y a cambio puedo prender la lavadora.
Tal vez habría sido más fácil aprender a usarla si me hubiera decidido por leer el manual pero al igual que la mayoría me dije a mi misma que no debía ser tan difícil ¿ademas quien lee los manuales hoy en día? Y cuarto repleto de espuma después comprendí que no habría sido mala idea leerlo. De ese había pasado a penas uno o dos años pero a veces sentía que el paso del tiempo no me marcaba como al resto, los recuerdos muchas veces se me mezclaban y me costaba estar segura de cuando habían sucedido.
Al igual que todos los brujos ella tenia una marca que insinuaba su ascendencia demoníaca, ademas de las orejas. A muchos nefilims les desagradaban, supongo que porque les recordaban a los demonios, pero yo siempre las había considerado encantadoras. Había conocido a bastante brujos, cada uno con una marca única en su cuerpo, pero jamas los había considerado desagradables supongo que porque al igual que yo teníamos una pequeña rareza que nos definía por lo que eramos. Si alguien viera mi espalda y no notara mis runas seguramente pensaría que era una subterranea.
-Yo toco el ukelele-digo arrugando la nariz con diversión.-Una vez incluso me fui a sentar a la parada de autobuses a tocar, logre recolectar nueve dolares en monedas.
Kat Luxford- Nefilims
- Mensajes : 198
Fecha de inscripción : 03/05/2014
Localización : Aquí, allá...Busca los desastres, seguro me encuentras
Re: El lugar mas hermoso del mundo, o casi (Jezabel D'Ascolli)
—No, ya no —reconozco y le enseño las manos—. No son manos para tocar el piano, o quizá es que a mí nunca me gustó. —La verdad es que solía tocarlo bastante bien y el sonido podría traducirse como angelical, pero mi gusto por tocar música se limita a tener una guitarra en la casa y rasgar las cuerdas de vez en cuando—. Aunque claro, viví hace doscientos años, tocar el piano era lo mínimo que se esperaba de una mujer “decente” —dibujo las comillas con las manos—. Así que aprendí porque quería entrar a las fiestas de sociedad y presumir mi “talento”.
Además, claro, de que a mí, por lo menos, me funcionaba para estar alejada de mi padre un rato unas horas a la semana. En aquel tiempo discutíamos demasiado, porque su forma de vida no me importaba y los problemas con los nefilims empezaban a darme totalmente igual. Me había mantenido apartada de todos los problemas surgidos en aquel tiempo, cuando los acuerdos apenas se habían materializado hacía pocos años y los animos estaban a flor de piel. Yo prefería mantenerme apartada, como bruja adolescente que era, colarme en fiestas mundanas con complicados peinados que ocultaban mis orejas y pomposos vestidos que, gracias a dios, dejaron de usarse.
—Yo… bueno, cuando puedo me aprovecho de la magia —reconozco—. Lo de la lavadora y todos los aparatos que hay en una casa no lo entiendo. Y no es que sea anticuada, pero es que ese tipo de tecnología no se me da. Claro, al menos ahora todo es más rápido.
No dice nada sobre la marca que hay en mi espalda, y tampoco sobre mis orejas. La mayoría de los nefilims las miran como si fueran… bueno… malas. Pero no lo son. Son simplemente las marcas de que un demonio se tomó la molestia de embarazar a un mundano y lo que salió fue un brujo. No hay más. Por supuesto, los nefilims con todo ese discurso de “los demonios son muy malos” (que lo son), dan por supuesto que las marcas que dejan en su descendencia lo es también.
Sonrió cuando Kat me dice que toca el ukelele y que logró recaudar dólares así.
—Bueno, yo toco la guitarra. A veces. Tengo una en casa…
Además, claro, de que a mí, por lo menos, me funcionaba para estar alejada de mi padre un rato unas horas a la semana. En aquel tiempo discutíamos demasiado, porque su forma de vida no me importaba y los problemas con los nefilims empezaban a darme totalmente igual. Me había mantenido apartada de todos los problemas surgidos en aquel tiempo, cuando los acuerdos apenas se habían materializado hacía pocos años y los animos estaban a flor de piel. Yo prefería mantenerme apartada, como bruja adolescente que era, colarme en fiestas mundanas con complicados peinados que ocultaban mis orejas y pomposos vestidos que, gracias a dios, dejaron de usarse.
—Yo… bueno, cuando puedo me aprovecho de la magia —reconozco—. Lo de la lavadora y todos los aparatos que hay en una casa no lo entiendo. Y no es que sea anticuada, pero es que ese tipo de tecnología no se me da. Claro, al menos ahora todo es más rápido.
No dice nada sobre la marca que hay en mi espalda, y tampoco sobre mis orejas. La mayoría de los nefilims las miran como si fueran… bueno… malas. Pero no lo son. Son simplemente las marcas de que un demonio se tomó la molestia de embarazar a un mundano y lo que salió fue un brujo. No hay más. Por supuesto, los nefilims con todo ese discurso de “los demonios son muy malos” (que lo son), dan por supuesto que las marcas que dejan en su descendencia lo es también.
Sonrió cuando Kat me dice que toca el ukelele y que logró recaudar dólares así.
—Bueno, yo toco la guitarra. A veces. Tengo una en casa…
Jezabel D'Ascolli- Brujo
- Mensajes : 55
Fecha de inscripción : 01/05/2014
Re: El lugar mas hermoso del mundo, o casi (Jezabel D'Ascolli)
Examino sus manos con curiosidad aunque no veo nada fuera de lo normal, tengo que volver a ver mi mano para darme cuenta que sus dedos eran poco mas cortos que los míos y también son sorprendenetemente pálidos. Tomo su mano entre las mías con curiosidad pero no están frías como imaginaba sino tibias y son suaves de manera que finalmente las suelto y asiento con la cabeza feliz de haber recordado algo útil de un libro. Generalmente leía cualquier cosa que pudiera sin importarme mucho si era un libro de historia, de geografía o una novela. Era una costumbre desde pequeña, después de largas horas de entrenamiento donde sentía que mi cuerpo se había vuelto gelatina buscaba refugio en la biblioteca pues ni siquiera tenia fuerzas para tocar el violín o el piano o ningún otro instrumento. De manera que agarraba el libro que tenia más cerca y empezaba a leer, aun ahora cuando mi cuerpo ya estaba acostumbrado a cualquier esfuerzo físico acostumbraba ir a la biblioteca por un descanso.
-Debió ser extraño-murmuro con curiosidad-He visto imágenes de los bailes y he leído libros sobre la época pero no logro imaginarme del todo todas las costumbres que las mujeres debían cumplir. La que mas curiosidad me da son los corsets, leí que por aquella época estaban hechos de hueso de ballena y muchas veces dañaban las costillas de las mujeres pero siempre me han encantado. Aun los hacen pero por supuesto hoy son sumamente delicados para no lastimar el cuerpo y ya no tienen la misma utilidad.
En muchos de los cuadro que tenia había mujeres elegantemente vestidas con corsets y faldas voluptuosas y la imagen de ese tiempo había quedado profundamente clavado en mi. Tampoco me imaginaba a las cazadoras de sombras usándolos ¿como harían para moverse con tremenda vestimenta? Y a pesar de su falta de practicidad seguía encontrándolos preciosos.
-Es realmente genial usar una lavadora porque hace mucha espuma-digo emocionada como un niño pequeño-Y puedes jugar con ella. Y con las nuevas neveras puedes hacer hielo en minutos, y los microondas...los microondas son milagrosos, no tienes que hacer nada mas que presionar un par de botones y ¡tadan! comida lista al minuto. Y si metes un jabón se vuelve mas espuma
Puede que yo no supiera usar correctamente todos esos electrodomésticos pero igual me parecían un juguete genial para cuando no había nadie con quien hablar. Y ciertamente la espuma tenia su encanto.
-Yo si soy bastante anticuada, tengo una computadora que nunca uso y un Wii que solo he conectado una vez en mi vida, de hecho ni siquiera recuerdo si realmente lo tango en mi valija, lo que si uso mucho es mi Ipod-lo saco de mi bolso y se lo tiendo para que lo examine. Dentro llevo al menos unas mil canciones, todas mis favoritas pues no podía decidirme por solo una.
Ella toca la guitarra cosa que si debe disfrutar, me alegra que no siga tocando el piano sin que le guste, seria un desperdicio. A veces me imaginaba a los instrumentos como personas, personas que como cualquier otras deben tratarse con delicadeza para que no se sintieran ofendidas.
-Bueno, podemos buscar a alguien que toque el saxofón y haríamos una increíble banda callejera.-lo pienso un momento antes de agregar:-También deberíamos conseguirnos un mono, a todo el mundo le gusta ver a un mono bailando. Personalmente no me gustan los monos ni ninguno de sus parientes, dentro de esos ojos de aspecto inocente hay pura crueldad y además son unos rateros, te quitan las llaves y ni siquiera te das cuenta.
-Debió ser extraño-murmuro con curiosidad-He visto imágenes de los bailes y he leído libros sobre la época pero no logro imaginarme del todo todas las costumbres que las mujeres debían cumplir. La que mas curiosidad me da son los corsets, leí que por aquella época estaban hechos de hueso de ballena y muchas veces dañaban las costillas de las mujeres pero siempre me han encantado. Aun los hacen pero por supuesto hoy son sumamente delicados para no lastimar el cuerpo y ya no tienen la misma utilidad.
En muchos de los cuadro que tenia había mujeres elegantemente vestidas con corsets y faldas voluptuosas y la imagen de ese tiempo había quedado profundamente clavado en mi. Tampoco me imaginaba a las cazadoras de sombras usándolos ¿como harían para moverse con tremenda vestimenta? Y a pesar de su falta de practicidad seguía encontrándolos preciosos.
-Es realmente genial usar una lavadora porque hace mucha espuma-digo emocionada como un niño pequeño-Y puedes jugar con ella. Y con las nuevas neveras puedes hacer hielo en minutos, y los microondas...los microondas son milagrosos, no tienes que hacer nada mas que presionar un par de botones y ¡tadan! comida lista al minuto. Y si metes un jabón se vuelve mas espuma
Puede que yo no supiera usar correctamente todos esos electrodomésticos pero igual me parecían un juguete genial para cuando no había nadie con quien hablar. Y ciertamente la espuma tenia su encanto.
-Yo si soy bastante anticuada, tengo una computadora que nunca uso y un Wii que solo he conectado una vez en mi vida, de hecho ni siquiera recuerdo si realmente lo tango en mi valija, lo que si uso mucho es mi Ipod-lo saco de mi bolso y se lo tiendo para que lo examine. Dentro llevo al menos unas mil canciones, todas mis favoritas pues no podía decidirme por solo una.
Ella toca la guitarra cosa que si debe disfrutar, me alegra que no siga tocando el piano sin que le guste, seria un desperdicio. A veces me imaginaba a los instrumentos como personas, personas que como cualquier otras deben tratarse con delicadeza para que no se sintieran ofendidas.
-Bueno, podemos buscar a alguien que toque el saxofón y haríamos una increíble banda callejera.-lo pienso un momento antes de agregar:-También deberíamos conseguirnos un mono, a todo el mundo le gusta ver a un mono bailando. Personalmente no me gustan los monos ni ninguno de sus parientes, dentro de esos ojos de aspecto inocente hay pura crueldad y además son unos rateros, te quitan las llaves y ni siquiera te das cuenta.
Kat Luxford- Nefilims
- Mensajes : 198
Fecha de inscripción : 03/05/2014
Localización : Aquí, allá...Busca los desastres, seguro me encuentras
Re: El lugar mas hermoso del mundo, o casi (Jezabel D'Ascolli)
Examina mis manos con total naturalidad, con cara de no encontrarles nada extraño, salvo la palidez mortal de mi piel, y, por supuesto, al final se da cuenta de lo pequeño de mis dedos. Sufría mucho cuando intentaba aprender piano, por ser tan terca en ese sentido, y nunca obtuve la recompensa. Después descubrí que, si bien tampoco eran manos para la guitarra, me gustaba más el sonido que salía del instrumento al rasgar las cuerdas.
—No son manos de pianista —explico, cuando toma mi mano, con curiosidad—. Por los dedos… —las extiendo de nuevo, con los dedos diminutos—, pero supongo que aprendí tan bien, que aún hoy podría tocar algo de piano si quisiera…
Oigo como habla de todos los vestidos pompones y la moda del pasado, que, definitivamente, no beneficiaba en nada a una mujer. Sonrío al recordar el tipo de vestidos que solía usar, y que, al menos, comparándolos con los de siglos anteriores no eran en absoluto incómodos. Pero si una los comparaba con la ropa que en ese momento llevábamos puesta Kat y yo, bueno, definitivamente, no eran especialmente cómodos.
—Oh, no creas, la moda no era tan mala en 1800 —especifico—. Por supuesto, todavía existían esos vestidos enormes e incómodos, pero al menos la mayoría de las chicas usábamos vestido un poco más sueltos para la mayoría de las fiestas. ¡Y había pasado la horrible moda de empolvarse la cara y el cabello, eso quedaba horrible! Aunque claro, alguna vez usé corset y… no, no tiene nada que ver con lo que se usa ahora, de verdad. Eran horribles, imprácticos en todos los sentidos y muy complicados de usar.
Oigo sobre su desconocimiento total de los aparatos domésticos y me temo que soy parecida a ella. Caliento las cosas con magia, el microondas me da igual. La lavadora se usa, a veces… Si no, simplemente me pongo en pie y voy y compro más ropa. Nada es demasiado complicado cuando has vivido tanto tiempo y has acumulado unas cuantas riquezas, aunque nada demasiado excesivo, por supuesto.
—Yo… bueno, computadora no tengo porque no me sirve de nada. Un celular sí, con un montón de música, por si acaso, y algunos cuantos contactos… —me encojo de hombros—. Lo demás, bueno, no me interesa demasiado en lo absoluto.
Me río ante su propuesta de banda callejera.
—Sí, sería una muy buena banda callejera de eso no hay duda… —y, por supuesto, no puedo más que coincidir con lo que dice de los monos con sombrero—. Ajá, la gente ama a los monos con sombrero. ¡Pero son terribles! Jalan el cabello, roban cosas, y fingen inocencia ante todo… —sacudo la cabeza—. A la mejor el mono callejero puede ser sustituido. A le gente también le suelen gustar los perros que bailan…
—No son manos de pianista —explico, cuando toma mi mano, con curiosidad—. Por los dedos… —las extiendo de nuevo, con los dedos diminutos—, pero supongo que aprendí tan bien, que aún hoy podría tocar algo de piano si quisiera…
Oigo como habla de todos los vestidos pompones y la moda del pasado, que, definitivamente, no beneficiaba en nada a una mujer. Sonrío al recordar el tipo de vestidos que solía usar, y que, al menos, comparándolos con los de siglos anteriores no eran en absoluto incómodos. Pero si una los comparaba con la ropa que en ese momento llevábamos puesta Kat y yo, bueno, definitivamente, no eran especialmente cómodos.
—Oh, no creas, la moda no era tan mala en 1800 —especifico—. Por supuesto, todavía existían esos vestidos enormes e incómodos, pero al menos la mayoría de las chicas usábamos vestido un poco más sueltos para la mayoría de las fiestas. ¡Y había pasado la horrible moda de empolvarse la cara y el cabello, eso quedaba horrible! Aunque claro, alguna vez usé corset y… no, no tiene nada que ver con lo que se usa ahora, de verdad. Eran horribles, imprácticos en todos los sentidos y muy complicados de usar.
Oigo sobre su desconocimiento total de los aparatos domésticos y me temo que soy parecida a ella. Caliento las cosas con magia, el microondas me da igual. La lavadora se usa, a veces… Si no, simplemente me pongo en pie y voy y compro más ropa. Nada es demasiado complicado cuando has vivido tanto tiempo y has acumulado unas cuantas riquezas, aunque nada demasiado excesivo, por supuesto.
—Yo… bueno, computadora no tengo porque no me sirve de nada. Un celular sí, con un montón de música, por si acaso, y algunos cuantos contactos… —me encojo de hombros—. Lo demás, bueno, no me interesa demasiado en lo absoluto.
Me río ante su propuesta de banda callejera.
—Sí, sería una muy buena banda callejera de eso no hay duda… —y, por supuesto, no puedo más que coincidir con lo que dice de los monos con sombrero—. Ajá, la gente ama a los monos con sombrero. ¡Pero son terribles! Jalan el cabello, roban cosas, y fingen inocencia ante todo… —sacudo la cabeza—. A la mejor el mono callejero puede ser sustituido. A le gente también le suelen gustar los perros que bailan…
Jezabel D'Ascolli- Brujo
- Mensajes : 55
Fecha de inscripción : 01/05/2014
Re: El lugar mas hermoso del mundo, o casi (Jezabel D'Ascolli)
Nunca me había puesto a pensar lo diferentes que eran unas manos de otras manos, había pensado que eran genéricamente lo mismo pero en realidad sus manos eran completamente diferentes a las mías. Sus finos, pequeños y pálidos dedos chocaban con mis dedos largos y manos bronceadas. A partir de ahora examinaría las manos de las demás persona con más cuidado porque era muy extraño e impresionante que un pequeño detalle como ese demostrara lo diferente que eramos.
-Me gustan tus manos-digo con decisión-Son tan finas y delicadas...Muy distintas a las mías.
Mis manos no eran manos de una dama sino de un guerrero, tenia callos allí donde rosaban la espada y los cuchillos, y varias cicatrices de pelea incluyendo una que me cruzaba toda la palma derecha, y mis dedos eran largos delgados y ágiles en el manejo de cualquier objeto mientras se tratara de un arma pero la delicadeza de un elefante en lo que se refiriera a otras cosas.
-Yo me enamore de la película de Orgullo y Prejuicio y del libro y de Jane Austen en general por lo que asocio esa época con algo muy romántico aunque no fuera necesariamente así. Desde entonces tengo algo con las películas antiguas y las novelas históricas y todas esas cosas en general así que conocer a alguien que vivió en esa época y pueda contármelo...Se que los hermanos silenciosos han vivido mucho pero como comprenderás no son muy parlanchines.
Tenia cierta fascinación morbosa por los hermanos silenciosos, a pesar de su aspecto a primera vista escalofriante eran personas realmente curiosas y no paraba de intentar entender que los había llevado a tomar esa decisión de mutilarse de esa manera en busca del saber.
Tiene razón con los monos y también con los perros, no me gustaban demasiado los perros pues eran muy ruidosos y lisonjeros, yo prefería a los gatos con sus miradas penetrantes y su singular pensar de Yo soy el amo, tu la mascota ¡alimentame! Eran criaturas caprichosas, libres, hermosas y también misteriosas. Nunca sabías lo que pensaban los gatos.
-Mejor busquemos un oso que baile sobre una pelota, eso si que impactaría.
En general la gente estaba obsesionada con los animales que hacen cosas tontas, según sabía eran ese tipo de cosas lo que los convertían en los vídeos mas vistos.
-Me gustan tus manos-digo con decisión-Son tan finas y delicadas...Muy distintas a las mías.
Mis manos no eran manos de una dama sino de un guerrero, tenia callos allí donde rosaban la espada y los cuchillos, y varias cicatrices de pelea incluyendo una que me cruzaba toda la palma derecha, y mis dedos eran largos delgados y ágiles en el manejo de cualquier objeto mientras se tratara de un arma pero la delicadeza de un elefante en lo que se refiriera a otras cosas.
-Yo me enamore de la película de Orgullo y Prejuicio y del libro y de Jane Austen en general por lo que asocio esa época con algo muy romántico aunque no fuera necesariamente así. Desde entonces tengo algo con las películas antiguas y las novelas históricas y todas esas cosas en general así que conocer a alguien que vivió en esa época y pueda contármelo...Se que los hermanos silenciosos han vivido mucho pero como comprenderás no son muy parlanchines.
Tenia cierta fascinación morbosa por los hermanos silenciosos, a pesar de su aspecto a primera vista escalofriante eran personas realmente curiosas y no paraba de intentar entender que los había llevado a tomar esa decisión de mutilarse de esa manera en busca del saber.
Tiene razón con los monos y también con los perros, no me gustaban demasiado los perros pues eran muy ruidosos y lisonjeros, yo prefería a los gatos con sus miradas penetrantes y su singular pensar de Yo soy el amo, tu la mascota ¡alimentame! Eran criaturas caprichosas, libres, hermosas y también misteriosas. Nunca sabías lo que pensaban los gatos.
-Mejor busquemos un oso que baile sobre una pelota, eso si que impactaría.
En general la gente estaba obsesionada con los animales que hacen cosas tontas, según sabía eran ese tipo de cosas lo que los convertían en los vídeos mas vistos.
Kat Luxford- Nefilims
- Mensajes : 198
Fecha de inscripción : 03/05/2014
Localización : Aquí, allá...Busca los desastres, seguro me encuentras
Re: El lugar mas hermoso del mundo, o casi (Jezabel D'Ascolli)
Observo sus manos de típica nefilim, llenas de callos por todas partes. Las mías tienen uno que otro alguna vez, cuando toco la guitarra sin la plumilla que uso, pero no es nada comparado a las cicatrices que suelen tener los nefilims por todas sus peleas. Me dice que mis manos son finas y sonrío, aunque no lo considere así tal cual.
—La verdad es que siempre quise tener los dedos un poco más largos —confieso—. Hubiera sido mejor para el piano, pero, además, siempre tuve la idea de que se veían… bien. —Me encojo de hombros—. Aunque la verdad es que ahora me da igual… ¿Sabes que una vez probé a dejarme las uñas más largas para ver si mejoraba? Sólo se notó más…
Sonrío al escuchar lo mucho que le gusta Orgullo y Prejucio. Yo estaba ya viva cuando salieron las novelas de Jane Austen y las mujeres empezaron a leerlas. Había visto la película y no me había parecido demasiado fiel, pero se acercaba bastante, con aquellos preciosos vestidos y esos cortejos que duraban meses antes de que hubiera un primer beso, y esas mujeres que le regalaban mechones a su amado y las cartas que se escribían.
—La verdad es que sí fue una época de romances como los de los libros… —le digo—. Por supuesto, no todo era de esa manera, había cosas buenas, cosas malas. Sin embargo las señoritas acomodadas solían escribir enormes cartas de amor que les contestaban sus amados. La verdad, si quieres que te diga, es que ya no se ven cartas como esas hace mucho…
No me gustan demasiado las mascotas. Tengo un gato sin nombre color miel que salta en los hombros de la gente y abre su propia comida, pero nada más. Los perros exigen demasiada atención, según yo, y los pájaros no tienen ningún chiste, además de que los que hablan provocan demasiado dolor de cabeza.
—Un oso, sí, eso es lo mejor, así sí que llamaríamos la atención. Una guitarra, un ukelele, un saxofón y un oso que baile.
—La verdad es que siempre quise tener los dedos un poco más largos —confieso—. Hubiera sido mejor para el piano, pero, además, siempre tuve la idea de que se veían… bien. —Me encojo de hombros—. Aunque la verdad es que ahora me da igual… ¿Sabes que una vez probé a dejarme las uñas más largas para ver si mejoraba? Sólo se notó más…
Sonrío al escuchar lo mucho que le gusta Orgullo y Prejucio. Yo estaba ya viva cuando salieron las novelas de Jane Austen y las mujeres empezaron a leerlas. Había visto la película y no me había parecido demasiado fiel, pero se acercaba bastante, con aquellos preciosos vestidos y esos cortejos que duraban meses antes de que hubiera un primer beso, y esas mujeres que le regalaban mechones a su amado y las cartas que se escribían.
—La verdad es que sí fue una época de romances como los de los libros… —le digo—. Por supuesto, no todo era de esa manera, había cosas buenas, cosas malas. Sin embargo las señoritas acomodadas solían escribir enormes cartas de amor que les contestaban sus amados. La verdad, si quieres que te diga, es que ya no se ven cartas como esas hace mucho…
No me gustan demasiado las mascotas. Tengo un gato sin nombre color miel que salta en los hombros de la gente y abre su propia comida, pero nada más. Los perros exigen demasiada atención, según yo, y los pájaros no tienen ningún chiste, además de que los que hablan provocan demasiado dolor de cabeza.
—Un oso, sí, eso es lo mejor, así sí que llamaríamos la atención. Una guitarra, un ukelele, un saxofón y un oso que baile.
Jezabel D'Ascolli- Brujo
- Mensajes : 55
Fecha de inscripción : 01/05/2014
Re: El lugar mas hermoso del mundo, o casi (Jezabel D'Ascolli)
Tras mi momento de abstracción hacía las manos vuelvo a la normalidad y continuo con la conversación de manera casual, sin embargo cuando me devuelve mi Ipod veo la hora y me sorprendo, el tiempo ha pasado tan rápido que ni siquiera me había dado cuenta pero ya se acercaba el atardecer y con él mi deber de regresar ala cacería. Lastimosamente no podía tomar descansos, no es que estuviera condenada de por vida simplemente que no podía evitar pensar que un descanso significaba que alguien (mundano o subterraneo) saliera herido o incluso muerto mientras yo me tomaba mi tiempo. A pesar de que era algo cínica al respecto en el fondo amaba hacer lo que hacia porque eso quería decir que estaba salvando a alguien.
Escucho las historias sobre las cartas perfumadas pero sinceramente no eran mi tipo, yo no creía en el romance ni en el amor en general, o tal vez no era la manera adecuada de explicarlo. Yo creía en el amor, lo había visto a mi al rededor y no siempre era algo malo, pero yo no podía enamorarme y no porque lo evitara simplemente porque jamas lo había sentido. Conocía la atracción, conocía la sensación de querer hacer sonreír a una persona querida pero el amor...no sabía como era ni que se sentía ni a que sabía. Si bien era una nefilim una parte muy fuerte de mi era la de una hada y las hadas no tienen sentimientos, o no sienten como los demás al menos, de manera que jamas esperaba enamorarme ni ser correspondida.
-Pero todavía hay casos así-opino con decisión-O al menos creo que deben haberlos, en alguna parte...
Esperaba que fuera así, esperaba que en algún lugar una pareja estuviera perdidamente enamorada.
-Jez debo irme, ya empieza mi jornada como asesina y lastimosamente tengo que cambiarme porque este vestido no ahuyentara a los demonios-digo con resignación. Ciertamente no quiero irme, Jez es mi primera amiga pero el deber llama y me obligo a ver el lado positivo.-¡Pero debemos salir pronto! Hay que organizarlo bien, buscar una buena película o algo por el estilo. Y definitivamente buscare un oso que baile pero tu debes buscar a alguien que toque el saxofon ¿si?
Hago un puchero obstinado sin atreverme a levantarme aun, realmente no quiero irme e incluso pienso en pedir otro licuado pero entre más excusas de menos ganas me iban a dar de irme.
-Realmente no quiero irme-admito finalmente levantándome-Pero no hay más remedio, lo siento Jez.
Escucho las historias sobre las cartas perfumadas pero sinceramente no eran mi tipo, yo no creía en el romance ni en el amor en general, o tal vez no era la manera adecuada de explicarlo. Yo creía en el amor, lo había visto a mi al rededor y no siempre era algo malo, pero yo no podía enamorarme y no porque lo evitara simplemente porque jamas lo había sentido. Conocía la atracción, conocía la sensación de querer hacer sonreír a una persona querida pero el amor...no sabía como era ni que se sentía ni a que sabía. Si bien era una nefilim una parte muy fuerte de mi era la de una hada y las hadas no tienen sentimientos, o no sienten como los demás al menos, de manera que jamas esperaba enamorarme ni ser correspondida.
-Pero todavía hay casos así-opino con decisión-O al menos creo que deben haberlos, en alguna parte...
Esperaba que fuera así, esperaba que en algún lugar una pareja estuviera perdidamente enamorada.
-Jez debo irme, ya empieza mi jornada como asesina y lastimosamente tengo que cambiarme porque este vestido no ahuyentara a los demonios-digo con resignación. Ciertamente no quiero irme, Jez es mi primera amiga pero el deber llama y me obligo a ver el lado positivo.-¡Pero debemos salir pronto! Hay que organizarlo bien, buscar una buena película o algo por el estilo. Y definitivamente buscare un oso que baile pero tu debes buscar a alguien que toque el saxofon ¿si?
Hago un puchero obstinado sin atreverme a levantarme aun, realmente no quiero irme e incluso pienso en pedir otro licuado pero entre más excusas de menos ganas me iban a dar de irme.
-Realmente no quiero irme-admito finalmente levantándome-Pero no hay más remedio, lo siento Jez.
Kat Luxford- Nefilims
- Mensajes : 198
Fecha de inscripción : 03/05/2014
Localización : Aquí, allá...Busca los desastres, seguro me encuentras
Página 1 de 2. • 1, 2
Temas similares
» Jezabel D'Ascolli
» Eras del Mundo, embajada (élite)
» Mundo Shinobi || Afiliación Normal
» Es que... Este era el único lugar al que quería ir. (Magnus)
» Eras del Mundo, embajada (élite)
» Mundo Shinobi || Afiliación Normal
» Es que... Este era el único lugar al que quería ir. (Magnus)
Página 1 de 2.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Vie Nov 21, 2014 9:49 am por Magnus Bane
» Unborn Children {Afiliación Normal - Cambio de nombre y botón}
Miér Nov 05, 2014 7:55 am por Invitado
» Comidas Graciosas... y ¿Paparazzi? || Valentina Devereaux
Dom Nov 02, 2014 1:03 pm por Valentina Devereaux
» Isabelle Lightwood
Sáb Nov 01, 2014 7:15 pm por Adhara D. Herven
» Parque de Diversiones….
Sáb Nov 01, 2014 6:42 pm por Yrenne Shadehound
» TALES OF BAGAROK {El alma medieval} - Cambio de botón (Élite)
Miér Oct 29, 2014 10:17 pm por Kyosuke Nightshadow
» Shadow Flames || Cambio de botón { Élite }
Dom Oct 26, 2014 10:44 pm por Kyosuke Nightshadow
» Soy Divergente. (ELITE) - Cambio de URL + Botón
Vie Oct 24, 2014 8:40 pm por Kyosuke Nightshadow
» Hola, hola
Jue Oct 23, 2014 6:47 pm por Alec Lightwood