¿Debería venir más a menudo? {Valentina Devereaux}

No podía creerlo... Me había dejado la estela de mi madre en el instituto cuando me quedé allí a dormir ayer. Tenía que ser eso, porque si se me hubiese caído del bolsillo de camino a casa de Luke me habría dado cuenta, y por mi habitación no la encontraba.
Esto es vergonzoso... seguro que para un cazador de sombras perder la estela debe ser como para un Jedi perder el sable láser o algo así... Suerte que no tengo un maestro que me eche la charla sobre por qué no debo perderla... aunque la verdad, no creo que a mi madre le gustase que me la dejara por ahí. Esperaba poder devolvérsela cuando despierte, y quizá que ella me consiguiese mi propia estela.
En fin, lo mejor sería ir a buscarla, así que cambié mis pantalones de chándal de estar por casa por unos vaqueros con un par de rotos por las rodillas, las deportivas, una camiseta de Hello Kitty que tenía sobre una silla y la cazadora vaquera, echándome el bolso al hombro y saliendo apresurada, tras despedirme de Luke con la mano.
En cierto modo se me hace raro que no pida tantas explicaciones sobre a dónde voy o de dónde vengo, como hacía mamá. Son curiosas las cosas que a veces se echan de menos...
Con suerte Jace estaría por ahí entrenando con Alec, y me ahorraría las miradas molestas de este último, y las más que seguras risas de Jace si se entera de que me he dejado la estela por ahí olvidada. A veces sí puede actuar como un hermano mayor picajoso, aunque yo soy incapaz de verle como tal. Sencillamente no me sale.
En cuanto llegué al instituto entré a la carrera, mirando a mi alrededor y subiendo por las escaleras a toda prisa, apenas vi que no había nadie por el recibidor. Fui por los pasillos de las habitaciones hasta dar con la que solía utilizar, al menos las pocas veces que me había quedado, y suspiré con alivio al entrar y ver la estela sobre la mesita de noche. Me acerqué a cogerla y la guardé en el bolsillo de los vaqueros, dispuesta a salir del instituto con la misma velocidad con la que había entrado, pero cuando iba a medio camino por el pasillo, pasé por una de las entradas a la biblioteca y me quedé parada por un momento. Llevaba en el bolso mi cuaderno de dibujo, donde unas semanas antes había dibujado algunas de las runas de los libros en el escritorio grande que se encontraba en mitad de la biblioteca. Quizá, si quiero aprender a utilizar mis capacidades, debería copiar algunas más y tratar de memorizarlas en casa de Luke.
La biblioteca estaba vacía por el momento, así que imagino que no habrá problema. Con el entusiasmo que caracteriza a cualquiera que vaya con ganas de aprender algo nuevo, entré en la biblioteca y usé una de las escaleras para alcanzar un libro a varios estantes de mi estatura, bajándolo y sentándome en el escritorio mientras lo abría. Después saqué de mi bolso el cuaderno y un lapicero, pasando las páginas hasta dar con una en blanco y empezando a copiar algunas de las runas del libro que aún no tenía memorizadas, quedándome bastante absorta en mi tarea.

Creo que me había concentrado mucho con los dibujos de las runas, porque de inicio ni me percaté de que otra chica había entrado en la biblioteca.
Llevaba un rato dibujando algunas y poniendo debajo escrito lo que significaban. También había hecho un par de diseños, parecido a la runa que creé para Jace contra el miedo, como ideas de combinar varias, aunque las había tachado al final, al no notar la misma sensación que con las dos que había creado hasta el momento.
Suspiré cerrando el libro con el que estaba y pensé en cambiar a algún otro sobre historia, y descansar de dibujar un poco.
Fue entonces cuando, al llevarlo de vuelta a la estantería, me topé con la chica, que también buscaba uno, esbozando una leve sonrisa.

- Oh, tranquila, creo que a mí me ha pasado lo mismo. Me aislo demasiado cuando dibujo.

Le comenté, dándome cuenta de que tenía el mismo estilo de marcas difuminadas que todos. Ya me habían comentado que a lo mejor llegaban nuevos cazadores al instituto, así que imaginé que ella sería una de ellos.

- ¿Eres de los nuevos, no? Me comentaron que a lo mejor venían algunos inquilinos más al instituto.

Comenté, tendiéndola mi mano para presentarme.

- Soy Clary, aunque no vivo aquí, solo vengo de vez en cuando.

Prefería dejar eso claro por si acaso. No sé muy bien aún lo que la Clave sabe de mí, y mejor no parecer estar totalmente dentro de todo esto, hasta que sepa si también voy a empezar con los tatuajes y a manejar espadas.

Supongo que no está mal conocer a otros cazadores, sobre todo ahora que van a estar por el instituto. Hasta ahora, Jace, Alec e Isabelle habían sido mis únicos ejemplos, pero ahora podía conocer a otros y esta chica parecía agradable.
Nos presentamos, quedándome con su nombre. No era complicado, pues era la versión femenina del de mi padre, aunque ella parecía bastante más amigable que él.

- Igualmente. Está bien ver más gente por aquí. Desde que conozco este sitio siempre me ha parecido demasiado grande para las pocas personas que lo habitaban hasta ahora.

Le comenté por entablar conversación, asintiendo entonces ante su pregunta, por el libro que aún llevaba en las manos.

- Más o menos, intento aprender algunas y las dibujo para poder estudiarlas mejor en casa. Aún soy nueva en esto.

No era algo que me preocupase admitir, aunque al parecer sí que era un caso extraño, porque por lo que sabía hasta ahora, normalmente los cazadores de sombras se entrenan desde niños. Pero yo había sido feliz con mi infancia, así que no los envidiaba.
Ella al parecer tenía un libro sobre cuchillos serafín, que según decía no se la daban muy bien, pero me sorprendió con lo del arco.

- Vaya, te llevarías bien con mi amigo Simon, es muy buen tirador. De hecho nos salvó el pellejo no hace mucho con una flecha.

Comenté recordando lo que pasó en la casa de Madame Dorothea, aunque añadí cuando me dejó echar un vistazo al libro, con tanto ejemplo de nombres.

- No me acostumbro a eso de los nombres. Por lo general, los que me han dejado utilizar me los han dado ya nombrados.

Quizá esta chica podría echarme una mano y ayudarme a aprender más. Parece que Izzy tiene más interés en enseñarme a vestirme, Alec ni quiere respirar mi mismo aire, y Jace... bueno, él me protege demasiado.

Parecía una chica muy agradable y está bien ver más gente por aquí. Desde que Hodge se fue, como con los padres de Isabelle y Alec no tengo mucho trato, solo podía hablar con Izzy o Jace, y con este último cada vez es más difícil. Está bien poder conocer más gente que vaya a quedarse por aquí.
Me ofreció ayuda con las runas, comentando que su padre la hacía estudiarlas a diario.

- Gracias... Aunque suena a mucho trabajo estar estudiándolas todos los días. Mi madre ni siquiera me dijo quien era realmente, así que nunca había estudiado nada de esto. Aún me resulta un poco confuso.

De hecho casi me resultaba más sencillo crear una runa nueva que pensar en las que había y en el significado de cada una.
Al mencionarle lo de Simon, sin aclarar mucho, su respuesta me dejó un poco contrariada, respondiendo sincera, aunque algo apurada por la confusión.

- Bueno, no es exactamente un cazador de sombras. De hecho era un chico normal, un mundano, aunque lo convirtieron en vampiro hace poco.

Le dije, aunque recordando que realmente el arco que usó era de Alec.

- Pero aquí vive un chico que también dice que es muy bueno con ello. Se llama Alec, no sé si ya lo conocerás, aunque no es que seamos precisamente amigos.

Le comenté, notándoseme que no es que me cayese mal ni nada por el estilo. De hecho me gustaría que nuestra relación fuera al menos algo más cordial, pero está claro que él me detesta.
Cuando ella mencionó a su hermana no pude evitar notar una punzada en mi pecho al pensar en Jace. Aún me cuesta aceptarlo, porque sé que nunca podré verle como hermano, no con lo que siento por él... aunque intenté mostrar una sonrisa amable y no pensar demasiado.

- ¿Tienes una hermana? ¿Y ha venido contigo?

La pregunté por curiosidad, acercándome con ella a la mesa y asintiendo cuando me ofreció estudiar juntas.

- Sería genial, aunque no sé si podré aportarte mucho. Lo único que se me da bien es dibujar las runas.

Además de eso, no tenía mucha idea, aunque abrí mi cuaderno y se lo tendí para que echase un vistazo si quería, sin recordar que no solo tenía dibujadas algunas de las básicas, sino también la que usé para desmantelar el barco de Valentine o la que Jace me pidió para el valor.

No me imaginaba cómo sería una vida de cazador de sombras, por mucho que hubiese visto las últimas semanas a Jace, Isabelle y Alec. Y ahora a Valentina. Desde niños se les había preparado para esto y yo no puedo evitar sentirme inútil a su lado, sin tener ni idea de nada. Aunque he tenido una infancia tranquila y normal, algo que siempre le agradeceré a mi madre, por otro lado creo que también debería haberme preparado para esto, al menos habérmelo contado por si algo así ocurría, y me veía obligada a entrar en este mundo.
Procuré no pensarlo mucho y le hablé a Valentina de Alec y sus habilidades con el arco, sonriendo divertida con su respuesta.

- Avísame si organizáis algo. No creo que él me lo comentase. No le caigo muy bien.

Le dije sin darle mucha importancia. Aunque me gustaría llegar a llevarme bien con Alec tampoco puedo sentirme mal eternamente porque no me soporte. No es culpa mía lo que surgió entre Jace y yo.
Al preguntarle por su hermana me di cuenta de que quizá no debí haberlo hecho, suspirando y acercándome a ella por inercia, poniéndole una mano en el hombro.

- Lo siento muchísimo, no tenía ni idea... Debió de ser muy duro para ti.

Le dije, sin llegar a imaginármelo. Yo no he perdido a nadie realmente, mi madre aún está viva, mi padre puede que sea un monstruo, pero es Luke quien ha cuidado de mí todos estos años y para mí es él mi verdadera familia. Y Jace... bueno, quizá no sea capaz aún de verle como hermano, pero no le he perdido del todo.
Asentí con una leve sonrisa cuando ella intentó mostrarse más fuerte, aunque le ofrecí mi apoyo de todas formas.

- Si alguna vez necesitas a alguien o lo que sea, puedes contar conmigo. Yo he descubierto hace poco que tengo un hermano y obviamente sé que no es lo mismo ni por asomo, pero a veces te sientes sola incluso rodeada de gente, así que, cualquier cosa que necesites, por mi parte no estás sola.

Le dije con una sonrisa amistosa, sentándome entonces con ella para practicar con las runas y prestándola mi cuaderno.
No recordé las runas que yo misma había creado hasta que ella llegó a la página y me preguntó.
Me tensé entonces por un momento, suspirando y mirándola un poco preocupada.

- No sé si debería comentártelo, aún no lo entiendo muy bien y no sé si ha sido casualidad o cómo ha ocurrido.

Empecé, mirándola entonces un poco apurada. Espero que Jace no se enfade por esto, aunque tampoco me ha dicho nada al respecto sobre ocultarlo.

- ¿Me prometes guardarme el secreto? Al menos mientras le encuentro alguna explicación.

Y esperaba que la única no fuese lo que Valentine nos hizo antes de nacer a Jace y a mí.

Sería curioso ver a Alec compitiendo en tiro con arco, aunque supongo que a Simon le gustaría apuntarse también. No sé si se consideraría trama con eso de los sentidos agudizados de vampiro que tiene ahora.
Cuando Valen me dijo que había perdido a su hermana, intenté darle todo mi apoyo. No es que pueda saber por lo que está pasando, yo aún tengo a Luke, y a mi madre aunque aún no sepa cómo despertarla. Y también a Simon, y ahora, a Jace... aunque quizá no del modo que desearía. No me imagino cómo me sentiría si les perdiese a alguno de ellos.
Le sonreí amistosa con su respuesta, dándole ánimos ante su nueva vida aquí.

- Debe ser duro venir a vivir sola a una gran ciudad como esta, pero te aseguro que aquí te acogerán enseguida. Los Lightwood son una familia muy agradable, por duros que parezcan. A mí casi todos aquí me acogieron muy bien, aunque decidiera no vivir aquí por el momento.

Era demasiado duro estar cerca de Jace continuamente, por eso preferí quedarme con Luke que aquí en el instituto.
Me senté entonces con Valen a mirar algunas runas, dejándole mi cuaderno sin recordar que ahí tenía también las dos que había creado.
Cuando me preguntó por ellas, sentada a su lado, suspiré y le dije que, para contárselo, tenía que guardarme el secreto. Asentí entonces con su respuesta, mirando alrededor por un momento y respondiéndola al fijarme que seguíamos solas.

- Yo... aún no tengo muy claro cómo lo hago, pero las he creado yo, no están en ningún libro. Solo sé que en ambos casos me centré en una palabra y fue como si viese la runa, como si algo la diseñase en mi cabeza y mi mano prácticamente se movía sola sobre el papel, dibujándola.

Comenté, señalándole la primera de ellas.

- Esta significa "Abre". La usé para soltar unas cadenas, la primera vez que pensé en ella.

Le conté, señalando entonces la otra.

- Y esta significa "Impertérrito", sirve para eliminar el miedo. Ambas las hemos probado y funcionan, aunque aún no tengo muy claro lo que supone todo esto, y por eso solo unas pocas personas lo saben.

Terminé de contarle a Valen, esperando que realmente me guardase el secreto. No creo que, con lo que ha pasado hace poco con la Inquisidora, a Jace le hiciera gracia que la Clave se enterase de esto.

Entiendo que para Valentina tiene que ser difícil haber venido aquí sola y me alegra poder contar con otra chica con la que entablar una amistad aquí. No es que me lleve mal con Isabelle, pero a veces es como si siempre te mirase desde lo alto, mientras que Valentina resultaba mucho más modesta.
Quizá debería plantearme lo que me aconsejó Kyo, y ella podría echarme una mano con las runas, como se ofreció.
Al enseñarle mi cuaderno no me percaté de las runas que había creado, hasta que ella preguntó. Había olvidado por completo que las tenía en mi cuaderno.
Quería contárselo, pero necesitaba que me guardase el secreto, al menos de momento. Ni siquiera tengo claro cómo lo consigo, y con lo que ocurrió con la Inquisidora, no tengo muy claro que sea buena idea que la Clave se entere de esto, al menos no hasta que mi madre despierte.
Valentina me prometió que no diría nada, agradeciéndoselo con una amistosa sonrisa.

- Gracias... Es que aún ni siquiera soy consciente de cómo lo consigo, y si la Clave se enterase y me exigiese una prueba, posiblemente no podría dársela. Además, mi madre me dejó apartada de esto toda mi vida, y hasta que no pueda volver a hablar con ella no quiero precipitarme en nada que tenga que ver con este mundo.

La confesé, aunque al ver cómo miraba las runas, con ese entusiasmo, suspiré y le señalé la que quitaba el miedo.

- Mira, esta la hice por petición de alguien muy especial para mí y prefiero no prestarla sin su consentimiento...

Le dije, acordándome por un momento de Jace. Aún me resulta imposible mencionarle como mi hermano.
Pero entonces le señalé la runa de apertura.

- Pero esta puedes copiarla si quieres. Creo que, aunque yo las dibuje, cualquier cazador puede aplicarlas. Si quieres, puedes copiarte esta y usarla si alguna vez no te queda más remedio.

Su vida me parecía mucho más importante que mi secreto, y si alguna vez se encontraba encerrada de alguna manera, con esta runa de apertura podría salir de cualquier sitio. O hacer que se venga abajo... Por un momento recordé el barco de Valentine, aunque imagino que eso no pasará con un edificio, si solo la usa para abrir una puerta.

Me sorprendió que Valentina tampoco se llevase muy bien con la Clave, pero sin embargo estaba aquí.
Esbocé una sonrisa algo más confiada. Parece una chica amable y sincera, y aunque Jace me dijo que no confiase en nadie, al final en quienes hemos confiado nos han traicionado, como en el caso de Hodge, y en quienes no confiamos en su momento, como en general los subterraneos, han sido los más de fiar.

- Vaya, no imaginaba que también tú hubieses tenido roces con ellos. Hace poco enviaron a una mujer a investigar a alguien cercano a mí, y no se portó demasiado bien. No tengo nada en su contra, ni siquiera los conozco, pero no fue una primera impresión muy buena.

La comenté, sin dar demasiados detalles. Tampoco quiero comprometer a Jace.
Ante la idea de que fuese una espía malvada que viniese a matarme, reí divertida, aunque siguiéndola un poco el juego, en plan conspiración.

- Lo mismo ya lo sé y te estoy pasando información falsa.

Bromeé, aunque suspirando algo más seria, pero resignada, cuando me dijo que solo era una broma.

- Lo sé, tranquila... Si Valentine quisiera matarme, ya lo habría hecho. Ha tenido más de una oportunidad para ello...

Al comentar que había venido a vengar a su familia, la dediqué una sonrisa más amistosa, intentando ayudarla. Al final la venganza creo que no va a ninguna parte.

- Procura no desperdiciar tu vida en una idea como esa. Seguro que tu familia te quería y querría que fueras feliz, no que pasases la vida intentando vengarles. Al final eso solo genera odio, y ya sabes, lo el lado oscuro y todo eso...

Sé que sonaba muy Star Wars, pero realmente era cierto. Creo que si alguien se obsesiona con una idea así, puede hacerse mucho daño, y a fin de cuentas, no recuperará a la gente que ha perdido.
Valentina decidió entonces probar a ver con mi runa de apertura, cogiendo un libro de la estantería que estaba sellado. Espero que no nos echen mucha bronca por esto.
Al decirme que probase, negué y le tendí el cuaderno hacia ella.

- Haz los honores. Yo ya la he probado y sé que funciona. Inténtalo tú a ver, así veremos si a todos los cazadores les funciona de la misma forma.

Creía que sí, pero no estaba cien por cien segura. Sería una buena forma de comprobarlo.

Me contó que también ella había tenido problemas con la Inquisidora. Aunque no me gustó cómo trató a Jace, su muerte tampoco me alegraba lo más mínimo. Fue un infierno lo que se desató en ese barco y ojala hubiese podido hacer más de lo que hice, o antes...

- Sí, no la justifico, pero está claro que tenía una venganza personal contra Valentine, ya sabes, por lo de su hijo... Nada justifica los medios que utilizaba, pero supongo que no pensaba con claridad, aunque tuviese mal enfocada su ira.

Ni Valentina ni Jace tenían la culpa de nada de eso.
Cuando me senté con ella a charlar y a practicar runas no me imaginé lo que iba a contarme, pero cuando lo hizo, cuando me contó que Valentine había matado a su familia, no pude evitar tensarme por un momento y llevar tímidamente una mano a su hombro, dolida por lo que me contaba. En cierto modo no podía evitarlo... yo llevaba su misma sangre.

- No sabes cuánto lo siento... Yo...

No sabía muy bien cómo decirlo y aparté la mano por si acaso antes de hacerlo. Valentina me había parecido una chica estupenda. Espero que no me odie después de esto, pero cuando escuché cómo decía que al menos Valentine había tenido a su hijo, no podía dejar fuera a Jace.

- Te aseguro que a él eso nunca le ha importado y no es que lo tratase muy bien pese a que se quedase con él. Valentine le ha hecho mucho daño a Jace, tanto de niño como actualmente. Ni siquiera le importó cuando la Inquisidora le ofreció cambiarlo por los Instrumentos Mortales, prefiere el poder que a su propio hijo...

No me había podido quitar de la cabeza la historia que Jace me contó sobre el halcón. Valentine había sido cruel con él, pese a que fuera su propio hijo.
Bajé la mirada, suspirando ligeramente antes de continuar.

- Yo... también soy hija de Valentine. No lo supe hasta hace poco, y te aseguro que, de poder cambiarlo, lo haría. Él nunca ha sido nada para mí, fue Luke, un amigo de mi madre, quien se ha portado para mí como un padre todos estos años... y por culpa de Valentine mi madre está en coma.

Al final alcé la mirada, atreviéndome a mirarla, aunque aún algo avergonzada, como si en cierto modo sintiese que podría cargarme con lo de su familia al igual que a Valentine, como si mi sangre tuviese algo malo por ser la misma que la de él.

- Solo puedo intentar prometerte que pase lo que pase haremos todo lo que podamos para detenerle, y que pase el resto de su vida arrepintiéndose por el daño que ha hecho. Siento mucho lo que has pasado, pero matarle no te devolvería a tu familia y te ensuciarías las manos con alguien que no vale la pena. No te lo digo porque sea mi padre o porque me importe, porque no es así, sino porque creo que mereces mucho más que eso, que estás por encima de alguien como él.

Le dije sinceramente, suspirando de nuevo entonces y asintiendo, aunque aún algo apagada, cuando ella decidió probar mi runa de apertura.
Al parecer funcionó, haciéndome esbozar una sonrisa algo más animada.

- Parece que sí. Puedes copíartela si quieres. A lo mejor la necesitas en algún momento, y creo que tu vida sería más importante que preservar mi secreto, si te llega a hacer falta.

Le ofrecí sinceramente. En parte era lo menos que podía hacer sabiendo el daño que Valentine le había causado.

Supongo que no hay nada que pudiera decir a Valentina y que le sirviera de consuelo ante lo que Valentine le había hecho a su familia. Me sentía mal en cierto modo, aunque sé que no es culpa mía, pero aún me cuesta asimilar que lleve la misma sangre que ese monstruo, que tanto daño ha hecho a familias como la de Valentina, a Jace o incluso a mi madre.
Suspiré con la respuesta de ella. Estoy de acuerdo y espero sinceramente que podamos detener a Valentine y ponerle bajo custodia de la Clave. Tiene que responder por todo lo que ha hecho.

- De verdad siento mucho todo lo que has pasado por su culpa... Me avergüenza tener que aceptar que lleve su misma sangre, pero te aseguro que no tengo nada que ver con él, ni Jace ni yo, y ninguno queremos que eso cambie tampoco.

No quería que ella se convirtiese en lo mismo que Valentine por buscar venganza. Se ve que es una buena chica y solo ha sufrido más de lo que merecía, pero se destruiría a sí misma si se deja llevar por algo así y termina matando a Valentine. Sería igual que él, y con lo que le odia, nada debe ser tan horrible como convertirte en aquello que más odias en el mundo.
Me alegré de que al final recapacitase, esbozando una leve sonrisa amistosa y asintiendo más tranquila cuando me aseguró que ella no nos veía ni a mí ni a Jace de la misma forma que a Valentine.

- Eso es cierto y me alegra que lo veas. Espero que podamos ser buenas amigas, hasta ahora me han tenido demasiado sobreprotegida aquí, y me alegra conocer a alguien que se ofrece a estudiar y practicar conmigo.

No era mi intención contarle lo de las runas que soy capaz de crear, o recordar, aún no tengo muy claro cómo funciona, pero cuando le presté mi cuaderno y las vio, no me quedó otro remedio.
Le dejé que probase la runa de apertura, comprobando que realmente otros cazadores podían usarlas también y no solo yo misma o Jace, por tener la sangre de Valentine.
Asentí al final al escucharla, esbozando una amistosa sonrisa. Ver que se preocupa por lo que puedo hacer en vez de considerar que podría explotarlo me demuestra que será una buena amiga, y me alegro. Por lo general siempre hemos sido Simon y yo, nada más, pero ahora, con todo lo que ha pasado, a ambos nos vendrá bien hacer nuevos amigos.

- Gracias por guardarlo y por tu apoyo, aunque aún no he participado en muchas batallas y no es que me gusten demasiado, pero si necesitas que te acompañe en algún momento, avísame. Aunque me iría bien practicar un poco con algún arma antes. Hasta ahora he dependido de Jace demasiado...

No es que no fuese agradable verle como caballero de brillante armadura, pero ahora que se supone que es mi hermano, me siento algo incómoda. Antes parecía algo así como mi héroe, ahora es como si yo fuese la hermana pequeña inútil de la que tiene que cuidar...
Cerré mi cuaderno y pregunté entonces a Valentina con cierta curiosidad.

- ¿Qué arma crees que sería más fácil para aprender de inicio? No es que tenga muy claro cuántas hay o cómo se utilizan. Hasta ahora he visto a Jace usar los cuchillos serafín y me ha prestado alguno, me dejaron también una pistola para vampiros, y he visto a Alec usar un arco y a Isabelle un látigo que parece soltar chispas, pero no me veo mucho con algo así...

Quizá ella podría aconsejarme mejor.

Aunque sabía que no era culpa mía lo que fuese que Valentine había hecho con la familia de mi nueva amiga, no podía evitar sentirme mal por ello. Aunque suene duro y bastante triste, casi era mejor cuando creía que mi padre estaba muerto que descubrir el tipo de hombre que realmente es. Al menos yo no tuve que criarme con él, pero Jace...
Intenté dejar de lado el tema cuando Valentina hizo lo mismo y asentí agradecida porque quisiera ayudarme.

- Gracias, de verdad esto es muy importante para mí. No quiero seguir siendo una carga para Jace y algo me dice que él sería demasiado protector como para enseñarme. Me alegra contar con otras opciones para aprender.

Le mostré lo que podía hacer con las runas. No era algo planeado, pero al ver mi cuaderno, no quise mentirle una vez había visto las que he creado, o recordado, porque aún no tengo muy claro cómo funciona. Ella misma comprobó que no solo yo podía usarlas, sino cualquier cazador, y asentí cuando cerró de nuevo el libro y dijo que lo mejor sería estudiar un poco primero.
Abrí mi cuaderno por una hoja en blanco, por si tenía que tomar notas de algo, mientras ella traía otro libro, esta vez de armas, y me mostraba algunas.
Asentí con su explicación. Creo que más o menos la seguía.

- Ya veo, es como eso de las varitas en Harry Potter, ¿no? Que no cualquier mago se siente igual de cómodo con cualquier varita.

Comenté como ejemplo y eché un vistazo a los dibujos de armas que Valentina me enseñaba, quedándome algo pensativa por un momento ante su pregunta.

- Pues... La verdad no lo había pensado. He visto a Jace usar esos cuchillos que parecen de cristal, y a Izzy con un látigo, pero no me veo capaz de usar ninguna de las dos cosas... Y en una ocasión me dejaron una pistola para vampiros, pero aun así la idea de acercarme demasiado no me hace mucha gracia... Quizá el arco, porque Simon podría echarme una mano también, pero no sé si a Alec le haría gracia que use la misma arma que él... ya te comenté que no le caigo muy bien.

Comenté aún pensativa, mirándola con cierta curiosidad.

- ¿Tú qué me recomendarías? Como ves no tengo mucha experiencia en esto.

Comenté con una leve sonrisa. Me gustaría aprender, pero no sé si seré capaz de manejar un arma. Después de ver luchar a Jace, Izzy e incluso a Alec, me siento demasiado torpe a su lado.

Preferí no hablar más de Jace con Valentina, al menos de momento. Aún me resulta confuso tener que considerarlo mi hermano y soy incapaz de dejar de sentir lo que siento por él. No es un tema que me haga muy feliz últimamente, ni que deba notarse. Mis sentimientos hacia él no son apropiados y tengo que guardármelos para mí.
Al ponerle ese ejemplo de Harry Potter y no enterarse, esbocé una sonrisa amistosa.

- ¿En serio? ¿No has leído Harry Potter? Yo necesito un entrenamiento de cazador, pero tú tendrías que aprender sobre algunas cosas de mundanos. Os perdéis mucho centrados solo en los entrenamientos.

Comenté, explicándome un poco después.

- Harry Potter es un niño mago, el protagonista de unos libros que también se han hecho en película, y ahí los magos usaban varita para poder hacer magia, pero no a todos se les daba bien con la misma y normalmente la magia de la varita escogía al mago y no al revés.

Era un resumen escaso, pero ya le traería los libros para prestárselos, si le interesaba conocer algo más, o hacer una sesión de pelis. Seguro que Simon se apunta y Valen le caería genial. Posiblemente sea la primera cazadora con la que realmente pudiera llevarse bien de inicio.
Ella me preguntó por mis habilidades y ahí suspiré un poco avergonzada.

- Pues básicamente lo que has visto en mi cuaderno de dibujo es todo. Se me da bien dibujar, pero no soy especialmente buena en nada más, menos con armas.

Le comenté, aunque cuando me prestó uno de sus cuchillos serafín no quise hacerle el feo, así que me levanté y lo cogí con las dos manos, cuando me preguntó lo que sentía, respondiéndola con naturalidad.

- ¿Sinceramente? Como si fuese a cortar algo en la cocina con un cuchillo demasiado grande.

No tenía ni idea de qué hacer con ello, salvo ponerme a picar cebolla. Esto no se me va a dar muy bien... quizá sería mejor empezar con algo más físico y menos de armas.

Asentí con una amistosa sonrisa cuando me propuso ese trato. La verdad es que nunca he tenido muchos amigos, además de Simon, y hacer una amiga aquí, a la que no tenga que ocultar lo que he descubierto últimamente de mi vida me anima bastante.

- Trato hecho. Con todo lo que ha pasado, me iría bien ir al cine y a tomar una pizza. Se lo comentaré a mi amigo Simon y podríamos ir con los demás del instituto, si se animan.

Además, en una salida en grupo no será tan violento tener a Jace cerca y estaría bien hacer algo divertido mientras Valentine está desaparecido otra vez, hasta que le dé por reaparecer para meterse de nuevo en nuestras vidas.
Agradecí a Valen su fe cuando mencionó mi don con las runas, pero eso no creo que vaya a servirme de mucho en una pelea, mirándola poco confiada al hablarme de dagas y hachas.

- No lo sé, haré lo que pueda, pero tienes razón, lo mejor es que empecemos mañana y quizá deberíamos empezar más por lo físico que por las armas. No quiero tirarme un hacha en un pie o algo así.

Comenté, añadiendo al acordarme de mi idea sobre preguntarle a Izzy.

- Y quizá podría decírselo a Isabelle, así la conoces. También vive aquí, es la hermana de Alec, el arquero del que te he hablado antes.

Estaba más tranquila sabiendo que podría concienciarme para esto antes de empezar, así que mientras la pregunté con curiosidad.

- Bueno, pues si no vamos a entrenar hoy ni a seguir estudiando, dime, ¿qué querrías saber de cosas de mundanos?

Siempre podría dejarle algo de música o unos comics, si le interesan. Seguro que a Luke no le importa que lleve a una nueva amiga a casa para prestarle algunas cosas.