Tu eres... ¿Una bruja? (Adhara)

Si había algo que Auken le gustaba más que correr, eran las fiestas, las distintas, las que podes encontrar gran variedad de personas y no siempre el mismo patrón, no siempre mundanos. Así fue como Ithan decía que se llamaban quienes no tenían nada de especial, como ellos eran hace un año atrás, solo jóvenes despreocupados e ignorantes que no sabían nada del mundo que los rodeaba, y que posiblemente mueran sin saberlo. Y a veces, cuando pensaba, no comprendía como todos esos años fue tan ciego, no se dio cuenta antes de todo ese mundo, hubiera sido interesante crecer conociéndolo, viendo todos esos seres que para él solo pertenecían a la magia o imaginación de las personas. Comprendió que gran cantidad de historias que leyó de chico, que su madre le leía antes de dormir eran ciertas, solo le faltaba conocer la princesa de algún reino lejano pero ¿existían?  No pudo evitar reír ante ese pensamiento, claro que las princesas o reyes existían pero no había ningún reino lejano.

La noche pasaba con tranquilidad para el joven Licántropo, aún dormía en un hotel de baja calidad, no estaba acostumbrado pero era lo que había, Ithan, su primo había insistido en quedarse, pedir unas pizzas y tratar de ser lo más absolutamente normales posibles, claro que eso era imposible, no eran normales ante el ojo mundano y tenían que acostumbrarse a vivir con su parte de lobo, aunque a Auken eso le gustaba demasiado.

Decidió ir, otra vez a Pandemónium, era la tercera vez que iba en la semana y durante los tres meses que llevaba en New York no recuerda una noche que no haya ido, tenía cierta debilidad por el lugar y por las personas que allí estaban. Fue hasta la barra pasando entre el resto de las personas que bailaba animadamente y se pidió un trago  que le recordara a su Brasil querido, luego se dio vuelta, apoyando los codos sobre la barra y con una mano sosteniendo el vaso dando pequeños tragos mirando a la gente bailar. Más directamente a una joven chica que bailaba, ¿Por qué estaba sola siendo tan linda? no podía retirarle los ojos de encima, su cabello rubio cayendo por su espalda -amaba a las rubias- su movimiento, le gustaba, pero todavía no se animaba a acercarse a ella, así que solo se contento con mirarla

Había llegado al Pandemónium hace algunos minutos, en realidad no tenía idea de cuánto tiempo llevaba en aquel lugar. Solo me limite a ir a la barra por un trago cuando llegue, había gente pero no como la de ahora. Jóvenes se amontonaban en la pista de baile, moviéndose al ritmo de la música, algunos con gran maestría y otros solo parecían unos bobos con movimientos sosos. Los mundanos no aguantaban nada de alcohol en sus venas, rápidamente se ‘alegraban’ y comenzaban a hacer todas esas tonterías que uno hace al ingerir alcohol. Los veía desde la barra, el barman venia cada vez que le llamaba, olvidándose por completo de la demás clientela, le había pedido un vaso con vodka esta vez, me lo trajo a los pocos minutos y se retiró con una sonrisa altiva y estúpida a mi parecer.

De un momento a otro la música comenzó a parecerme decente, el ambiente comenzó a cambiar, los chicos se movían al compás de la música de fondo. Sonreí de medio lado al escuchar como iniciaba una de mis canciones favoritas. Deje el vaso, ahora vacío, de vodka encima de la barra y me dirigí a la pista de baile, no me perdería por ningún motivo el bailar una de mis canciones preferidas, no solo su ritmo era bueno sino que le daba un aire sensual al ambiente. Llegue a una parte donde no hubiese tanto mundano amontonado y comencé a moverme. Mi cuerpo sentía la música, me dejaba llevar por el ritmo moviendo mis caderas, sensual y provocativamente. Tocaba de vez en vez mis cabellos para darme el aire rebelde que siempre poseía. A lo lejos note como un joven me miraba, le sonreí traviesa incitándolo a acercarse, y pensé que esa noche no sería para nada aburrida.

Termino la bebida de un trago, estaba tan acostumbrado a ella que sabía como tomarla y que no lograría nada en él, menos ahora que tiene una parte "distinta" a un mundano común y eso parece haber creado otra especie de resistencia más. Hay que admitir, que Auken eso le gusto, podría tomar más que antes, sin embriagarse enseguida.

Estaba tan entretenido mirando a la chica bailar que cuando ella lo notó y le hizo señales sintió las mejillas encenderse un poco. Aunque sea bastante extrovertido una vez que se lo conoce, cuando le gusta una chica que no conoce es bastante tímido y reservado, a veces logra ponerse nervioso por el simple hecho de que ella es linda y le gusta y no sabe si es correspondido.
Recuerda a Ithan, el siempre le hacia el aguante en esas cosas, "la segunda" era quien se acercaba a quien le gustaba y le daba una mano, pero Auken también hacia lo mismo cuando a su primo le pasaba algo igual. Siempre juntos y unidos. Se puso a pensar que le diría si estuviera él estaría, pero le llevo unos pocos segundos saber que  diría "anda, ve, no seas tonto."

Se dio vuelta rápido, apoyo el vaso vacío sobre la barra y se quedó pensando que hacer. A veces se sentía como medio tonto, sonrojándose, actuando de esa manera. Pero se decidió luego de varios segundos, volvió la vista hacia el frente, busco con la mirada a la misma chica y cuando la localizo se acerco hasta ella, metiendo sus manos en los bolsillos del pantalón —Hola— Dijo tímidamente con una sonrisa de lado —Te invito a tomar algo, ¿qué dices? —Preguntó retirando su mano derecha del bolsillo para rascarse la nuca, en la parte en la que finaliza el cabello. Otra cosa que no podía evitar era ser directo y eso era algo con lo cual no podía luchar.

Note como el chico me daba la espalda, bueno supongo que en realidad no valía la pena, yo nunca le rogaría a alguien por atención y menos a un chico. Seguí moviéndome al ritmo de la música, preferí concentrarme en los movimientos que hacía, en sentir la música correr por mis venas, y dejarme llevar por ella. Cambio la canción pero no por eso deje de bailar, ya me había ‘encendido’ y no pararía hasta estar cansada. De repente el chico al que había incitado a acercarse llego a mi lado. Me detuve y le escuche. Sonreí complacida, el tenia agallas, pocos hombres eran directos y esos eran de los que me encantaban. –Hola…- le conteste con una sonrisa traviesa.

La pose del joven me dio algo de gracia, parecía de los chicos atrevidos y que se llevaban a cualquier chica a la cama cada noche, pero con esa posición me daba a comprender que era todo lo contrario. –Me encantaría… lindo- le guiñe el ojo derecho y comencé a caminar hacia la barra, esta vez pediría algo con lo que disfrutar la compañía del chico. –No vienes?- le pregunte al girarme hacia el, le sonreí nuevamente, como si fuésemos a hacer alguna travesura, lo cual era estúpido ya que solo íbamos por unos tragos.

No pudo evitar una sonrisa de idiota cunado la chica le dijo que si a su invitación de tomar algo, acompañado de un ligero rubor en sus mejillas que intento disimular o retirar de allí. Extrañaba a su amigo que quien hacia todo esto más fácil y pasable para él, pero tenía que acostumbrarse al hecho de hacer estas cosas por sí solo. Después de todo su amigo no estaría por siempre.

Camino detrás de ella, asintiendo a la pregunta que había hecho "¿No vienes?" claro que iría, correría si fuera por Auken, pero tiene que mostrarse tranquilo y sereno, no apresurarse y ser lo bastante consciente. Llego hasta su lado y caminaron juntos hasta la barra. No era demasiada distancia desde donde estaban, pero aun así fue silenciosa, no sabía que preguntarle o que decirle sin tener miedo que su voz suene ronca o entre-cortada. Estaba claro que no sabía muy bien como manejarse cuando él era quien tenia la iniciativa, su primo Ithan siempre lo hacia ver más fácil, como caminar y llegar hasta la chica, decirle dos palabras y listo. Aunque si lo piensa bien, esto fue más o menos así, simplemente era cuestión de preguntar si era lo que quería o no. Podía decirte que si y lo peor era que no. No era demasiado complicado.

Un poco más tranquilo y seguro todo se le hizo un poco más sencillo. Se sentó en una de las sillas de la barra y le hizo señas a la joven para que se siente al lado de él —¿Qué es lo que quieres tomar? —Le preguntó sonriendo de lado —Por cierto... —Siguió como recordando que todavía no se había presentado, ni sabía el nombre de la bonita joven que tenía enfrente —Soy Auken... ¿vos...? ¿Como te llamas? —Luego de decir su nombre, le preguntó el suyo. Al fin conocería el nombre de tan linda chica y dejaría de ser una desconocida para él.

La miro y sonrió con los labios, era normal encontrar chicas que tomaran martinis u otras que tomaran cerveza, eran los extremos, siempre, nunca otra cosa distinto pero estaba bien, le gustaba lo predecible en algunas cosas, lo hacía sentir un poco más seguro aunque sea de estúpido buscar seguridad en una bebida de una chica. Asintió y dijo —Bien, un martini para la señorita —Río levemente y miro hacia el barman a ver si en algún momento se disponía a venir a atenderlos.

—Lo mismo digo Adhara... —Devolvió el cumplido a la chica mientras la miraba atentamente como queriendo ver más allá de ella, lo aprendió en cuanto se convirtió en lobo, recuerda que siempre le costó aprender a hacerlo pero una vez que pudo todo resulto un poco más sencillo y salía con más facilidad, "es una costumbre que se aprende con el tiempo" le había dicho su primo que parecía tomar todo con más facilidad. En ella podía sentir ese aire a submundo, lo que te daba la seguridad de que humana no era, pero todavía seguía sin saber bien como diferenciarlos, ¿acaso los demás sabían y él era el único que no podía? Siempre se había preguntado eso y lo único que pudo distinguir una vez es a los nephilims y a los vampiros por el simple hecho de ser blancos, fríos y dar miedo.

Estaba tan perdido en sus pensamientos que no presto mucha atención al barman que ya estaba para atenderlos, al fin... —Ah, si, una Caipirinha por favor y que sea con Cachaza y no olvides el sorbete, gracias —Dijo con determinación, recordando la primera vez que pidió esa bebida en NY y se la dieron con Vodka, era buena pero nunca era lo mismo con la verdadera bebida, él estaba acostumbrado a esa y no a otra, por ende no quería otra y no lo iba a tolerar, para eso preferiría tomar otra cosa.

Luego que se fue el barman con su encargo de bebidas, Auken volvió a recordar lo que se había preguntado hace unos minutos, y no dudo en dar vueltas, por lo que fue directamente al punto —Dime Adhara... ¿Sos una bruja, verdad? —Le preguntó igual de tranquilo de como había pedido las bebidas, incluso hasta con casi el mismo timbre de voz, solo que está vez un poco más bajo. Tenía demasiada curiosidad y esperaba que ella sea una bruja, tenía cierta debilidad hacia los brujos o cualquier submundo inmortal por el simple hecho de vivir demasiados años prácticamente iguales.