oh by the way! I have a present for you [Alec]

Eran aproximadamente las 8 de la noche. Había salido a la cocina para prepare un café y me impresionaba lo callado que estaba el instituto; no había ningún ruido; me preocupaba que hubieran salido a cazar sin mí.
Cuando regrese a mi cuarto vi aquel empaque negro donde tenía ese arco nuevo que había conseguido en Londres; en cuanto lo vi supe que sería perfecto para Alec; parecía que me habían puesto un cartel de luces de colores para que lo encontrara.

Camine con sigilo y tome el gran empaque, olvidándome de mi taza de café por completo; Sali de mi habitación y cruce un par de cuartos hasta que llegue a donde estaba la habitación de Alec; Desde que llegue, nuestros encuentros se habían limitado a unos cuantos saludos y después no habíamos tenido tiempo de platicar pues o el o yo teníamos algo que hacer. Alec desde siempre había sido el hermano mayor que Avery no pudo cuando estuvimos separados, aunque a ambos los quería por igual.
Alexander siempre había sido bastante maduro desde pequeño y era el que se encargaba de que las cosas funcionaran bien entre Izzy, Jace y yo. El mismo me había sacado de varios problemas durante mi estancia aquí, lo quería bastante; tenía que admitir.

Toque un par de veces esperando que estuviera ahí, si no terminaría por dejarle el regalo frente a su puerta para cuando llegara.

Arco:

Estaba sentado en un sillón, mirando por la ventana, con la vista perdida en un punto fijo. Magnus ese día daba una de sus fiestas, y no era apropiado que el fuera visto en ellas, no cuando intentaba mantener todo contacto con Magnus en secreto, y solo se lo contaba a su hermana Izzy. Jace había vuelto a salir solo, probablemente de caza, lo que demostraba que seguía apartándolo de todo, recluyéndose a si mismo por su imposible relación con Clary. Y su hermana, Isabelle, probablemente hubiera ido a visitar al hado con el que estaba saliendo, Meliorn, en otro intento por hacerse la chica dura y rebelde que quería mostrar.

Sintió golpes en la puerta, y se sobresaltó, no esperaba a nadie, por lo que sorprendido, se levantó y fue sigiloso hasta la entrada, para abrir. Supuso que Jace estaría del otro lado, ofreciéndole salir de cacería con él solos, como solían hacer cuando recién habían tomado el juramento parabatai. Mayor sorpresa resultó ver que del otro lado sólo estaba Anne, su prima, a quien apreciaba, pero en fin, no era quien deseaba ver. No porque no se llevara bien, ni nada de eso, sino, porque sinceramente añoraba ver la ilusión en los ojos de Jace cuando estaba despreocupado, y salía de cacería sólo por diversión y no como un método de distracción de las intenciones amorosas que tenía hacia su propia hermana.

La sorpresa y parte de desilusión de ver a Annabeth del otro lado se vio traslucida en su rostro, y en las palabras que pronunció después - Oh... Anne... Eres tú... No te estaba esperando... ¿Buscas a Izzy? ¿Necesitas ayuda con ese paquete? Parece pesado

La sonrisa que estaba dibujada en mi rostro se fue borrando poco a poco conforme mi mente analizo la cara de Alec; miles de cosas pasaron por mi mente en esos momentos, quizá era que  después de todo ese tiempo de ausencia en el instituto mi relación con Alec se había deteriorado a punto que nuestra relación se volviera incomoda; me negué a creer eso pues durante toda mi vida ellos habían sido mi unica familia.
La otra opción es que había llegado en mal momento; y no solo a la habitación de Alec si no que al instituto; desde mi llegada pude notar la tensión que se traían todos aquí y lo más seguro es que lo que menos querían eran visitas; si, seguro que era eso.
O por lo menos eso le haría creer a mi mente. Pero apenas un par de días había decidido que mientras menos tiempo estuviera en el instituto mejor; no quería estorbar y si podía ayudar en algo, lo haría.
Me obligue a sonreír de nuevo mientras me familiarizaba con su rostro una vez más –No… la verdad es que… ammm… bueno, venía a ver…- hice una pausa –a verte para darte esto- dije señalando el paquete que estaba a mis pies –En cuanto lo vi supe que debía ser tuyo- agregue con la misma sonrisa –pero me voy, solo espero que te guste- musite mientras me inclinaba un poco para levantar el cofre done estaba el arco.

Frunció el ceño, no entendía porque le traía un presente, pero se obligo a sonreír y a intentar ser amable, aunque prefería estar solo con sus pensamientos. -Oh... No... No debiste molestarte. ¿Quieres pasar? - dijo, haciéndose al costado y señalando su habitación con una mano, estaba todo ordenado, menos una cobija revuelta que se hallaba en el sillón en el que había pasado las ultimas dos horas sentado, envuelto para no sentir frío.

La ayudó a cargar el cofre, y lo arrastraron juntos hasta la cama, donde lo abrió, intentando hacer honor al presente y tuvo que ahogar un grito de sorpresa, ya que se encontró con el arco mas bello que había visto. Una vez le colocara las runas necesarias sería uno de los mejores arcos nephilim existentes, y sería capaz de enviar flechas lejos. Lo acarició con el dorso de la mano, como si fuera algo frágil. -Es... Es perfecto... - musitó con voz ahogada en el asombro. Por primera vez en algún tiempo había logrado sacar todo el dilema Jace/Magnus de su mente, y sentía la emoción que lo había embargado la primera vez que había levantado un arco, o la primera vez que había disparado una flecha para proteger a Izzy y a Jace es una cacería. Sonrió, miles de recuerdos lo gobernaban, le parecía increible que un arco pudiera ser tan único. Y suyo.

No, en definitiva habíamos cambiado; que había pasado con esos niños que corrían por los jardines de su casa jugando a perseguirse, a pesar de que Alec siempre había sido el más serio de los 4, siempre llegaba el momento donde terminábamos por convencerlo para que se uniera a nuestro grupo y jugáramos todos juntos. Era obvio que habíamos crecido pues no éramos los niños de antes; en definitiva que no. Me puse un poco sentimental al pensar en eso, después de todo no creía que después de todo o que pasaba todo iba esta igual ¿o si? Mi respuesta era clara.

Entre a su cuarto pero no lo suficiente para invadir su espacio y también lo suficiente para poder salir de ahí en cualquier segundo; sentía que mi presencia no era tan bienvenida en esa habitación en esos momentos. Una sonrisa se escapó de mis labios al ver su cara cuando tomo el arco en sus manos, era como ver al viejo Alec resurgir debajo de esa cara cansada –me alegra que te guste- dije sincera –En cuanto lo vi pensé en ti, no pude evitarlo- me recargue en el marco de su puerta y me encogí de hombros mientras varios flashbacks aparecían en mi mente –algún día…- “algún día deberíamos salir a cazar juntos” pensé, pero no termine la oración –Algún día… te servirá- le dije en un susurro esperando que no se notara mucho que había cambiado la oración en ese momento.
Ambos eramos unos expertos en cuanto al arco se refería y yo más que nadie sabía que nuestra más grande similitud era que queríamos proteger a todos los que amabamos pero no teníamos tiempo de protegernos a nosotros. “¿Cómo estás? Te extrañe” pensé de nuevo, pero en lugar de eso deje escapar un suspiro –Bueno, debería retirarme, pareces cansado- le dije con una sonrisa.

Sabía que sería grosero de dejar que se vaya así nomas, más después de aquel regalo. Sin embargo, le costaba encontrar una excusa, parecía que ambos estaban incómodos. Era difícil encontrar temas en común con alguien a quien hacía tanto que no veía, más después de todos los sucesos del último mes.

Has hablado con Izzy? De seguro le viene bien algo de presencia femenina en la casa... No es como que a nosotros nos interesen sus charlas de zapatos - dice, siendo esto lo primero que le pasa por la mente, aunque no muy bueno, suficiente como para evitar que se vaya tan rápido. Y en parte era cierto, a veces Izzy podía ser algo aburrida, sobre todo cuando comenzaba a hablar de las compras que había hecho, sabía que lo hacía porque intentaba aparentar normalidad, pero ya nada era normal, no desde que aquella insulsa pelirroja había aparecido en sus vidas complicando a todo lo que estaban acostumbrados. Jace se había convertido en un ser cada vez mas imprudente y ausente, y ellos lo extrañaban, extrañaban salir de cacería con él... Aunque al otro no le importara.

Todos parecían estar tan sumergidos en sus problemas que ahora sí, comenzaba a incomodarme de verdad; comenzaba a incomodarme la idea de estar en el instituto en medio de tantos problemas, de tantos cambios. Pero aun así; no pensaba retirarme; quizá aún no estaba tan involucrada pero tampoco era una cobarde como para huir de los problemas de mi familia –si… Izzy- suspire mientras me cruzaba de brazos y regresaba a la puerta para recargarme en el marco de la misma –Me ha presumido su nuevo par de zapatos; no puedo negar que esta geniales- dije pero de inmediato entendí que a él no le interesaba para nada las compras de su hermana.
-¿Han salido a cazar últimamente?- pregunte con curiosidad; moría de ganas por ver a Alec con ese arco en acción.

Sonrío tranquilamente cuando la escucho hablar de Izzy y sus zapatos, pensando que eso los libraría a el y a Jace de un par de charlas acerca de "no saben que bellos zapatos conseguí en las rebajas ayer", y sobre todo, los libraría de la emoción que solía rodear a ese tipo de comentarios. También pensó en que ahora tenían la posibilidad de salir de caza con dos carnadas, de seguro a Jace le gustaría la idea de ensuciarse las manos el doble en la mitad de tiempo. Una excusa para que al menos, la próxima vez, salieran a cazar juntos. Jace y él, como la pareja parabatai que eran. Y las muchachas, claro, la distracción para los demonios y algo que dejara de hacer tan evidente las furtivas miradas que echaba a Jace, que últimamente no hacían más que distraerlo, ya que lo confundían con respecto a lo que estaba comenzando a suceder entre él y Magnus.

Ante su pregunta no pudo evitar fruncir el ceño y hacer una mueca, como si fuera un tema sensible. - No mucho... Jace... ha estado algo ocupado. Ya sabes, con la pelirroja esa - dice, intentando aparentar que no le importaba, aunque en realidad le importaba y mucho. Llevaba un tiempo que Jace salia sólo de caza, sin avisar a nadie y haciendo caso omiso de todo riesgo al que se sometía, cosa que lo enfurecía, ya que sentía que su parabatai se había olvidado de él. Lo único que lo distraía de ese pensamiento eran las tardes pasadas en casa de Magnus, pero claro, de eso no hablaba con nadie más que con su hermana, quien guardaba su secreto con más fiereza que los propios

Alec estaba más perdido en sus pensamientos que nada y de nuevo, no podía culparlo pero aun así me sorprendía que mejor Jace había sido más abierto conmigo que él, Jace me había contado gran parte de lo que pasaba por su mente mientras que Alec se dedicaba a callarlo todo y quedarse el solo con eso… si tan solo pudiera ayudarlo a lidiar con todo aquello.
Escuche su comentario sobre Clary y no pude evitar reír al escuchar que al igual que yo le decía “la pelirroja” al parecer no estaba muy contento de que estuviera ella en el instituto –no te agrada ¿cierto?- pregunte aunque sonó mas a afirmación.
Sabía que mis ojos se habían iluminado pues a pesar de que no había tratado mucho a Clary tampoco era como si me hubiera recibido tan bien -¿celos parabatai?- pregunte de nuevo con una sonrisa; si era eso lo entendía a la perfección, me pasaba cuando mi parabatai le prestaba más atención a alguien más –Bueno, Sé que no debería decir esto pero… tampoco me agrada mucho, quizá porque no la conozco bien- añadí de inmediato, encogiéndome de hombros –pero en fin, debería dejar que descanses- musite mientras me giraba y abría un poco la puerta –oh! Una noche deberíamos salir a cazar… como en los viejos tiempos- propuse; en estos momentos era lo único que quería, salir a cazar con ellos como antes de todos los problemas.

No es que no me agrade - dijo, rápidamente, medio a la defensiva, no fuera a ser cosa que se notara demasiado su aversión hacia Clary y fuera identificada como celos... Y no celos parabatai precisamente. De descubrir los celos a descubrir que... le gustaban los hombres y que llevaba años enamorado de Jace, siempre había un paso. Y en este momento no quería que se supiera, no quería que más gente lo descubriera... Ya le resultaba suficiente con Izzy y Clary. - Es solo que desde que ella apareció, hay muchos problemas... Valentine volvió y Jace... Bueno, no parece llevarla bien. - explicó, como si fueran los únicos motivos que lo movían a tener cierto resentimiento hacia Clary.

Asintió a su pedido, después de todo, no creía que fuera a hacerle mucho daño salir con Annabeth de cacería, y sería una buena oportunidad para estrenar el arco y que ella pudiera ver cuanto lo apreciaba... Sabía que no era muy expresivo, aunque el identificaba ese aspecto con el hecho de que temía que si era muy expresivo, todo el mundo pudiera descubrir que era realmente, que era una persona sensible y que no era tan fuerte como aparentaba serlo. No quería pensar en su padre zarandeándolo diciendo que se dejara de comportar como una niña, que él era un hombre. Su mirada se oscureció cuando este pensamiento lo asalto desprevenido. Si había alguien por quien el fingía, por sobre todas las otras personas, era para no sentir aún más rechazo por parte de su padre. No quería saber que, además de no sólo no ser su preferido, le resultaba desagradable por... por algo que en fin el no podía controlar. Sonrió de nuevo a Annabeth, intentando apartar estos pensamientos de su cabeza - Claro, me encantaría cazar contigo de nuevo - y demostrar que no soy tan malo, que soy mejor que lo que el resto espera, pensó para sí - Incluso, Jace no está nunca... Me vendría bien una compañera de entrenamiento... Sobre todo una que sepa desafiarme con el arco... Aunque yo termine ganandole - dijo, intentando hacerle un chiste y distraerla de si algo se había notado en su rostro.

Lo escuche con atención y asentí; en ese momento no podía estar más de acuerdo con él; no había estado aquí cuando llego Clary pero conocía a Jace y él no era de esos que sufría por alguien; en cuanto platique con el pude ver que algo definitivamente había cambiado por culpa de la pelirroja –te entiendo- dije sincera; recargándome una vez más en la puerta –pero creo que Jace es más fuerte que eso; saldrá de esa tonta obsesión por Clary y entonces las cosas regresaran a la normalidad- dije para después soltar un suspiro –o eso espero al menos, pero si una cosa se es que estamos para el ¿no es así?- añadí para terminar buscando su mirada –creo que nosotros nos apoyamos, sea cual sea la situación- dije una vez más; como diciéndole que siempre estaría ahí para ellos, pero vamos, eso lo sabía o al menos esperaba que lo tuviera bien presente –pero no me quiero poner sentimental – añadí ya con una sonrisa y aclarando mi garganta.

Me había girado un poco cuando lo escuche una vez más -¿tu? ¿Ganarme con el arco?- añadí con una sonrisa, aunque la verdad es que me intimidaba un poco -¿me estas retando, hermanito?- dije de nuevo ahora solo para picarlo –bueno, eso solo lo probaremos de alguna manera- levante una ceja y con la mirada le señale el arco que apenas le había dado –anda vamos a la sala de entrenamiento, claro si quieres…- añadí un poco más apenada pues me había emocionado demasiado rápido; pero es que esa era yo, la que quera que todo mundo estuviera bien y feliz y ese era uno de mis problemas; siempre ponía a todos antes que a mí.

off:

-No creo que le interese que estemos para él - murmuró, más para si mismo que para nadie. Era otra de esas tantas noches en donde se hartaba de sentirse ignorado por Jace, y que éste saliera a cazar sólo, sin importar lo mucho que él se preocupara por él. Parecía que hubiera hecho un hobbie de salir y exponerse a todo tipo de peligros sólo por sentirse vivo o distraerse. Sentía que cada vez estaba más lejos suyo, más inalcanzable, y eso lo hundía en un pozo.

Alec no sabía en quien apoyarse, cada vez se sentía más solo y todo lo que había dado por hecho se iba desvaneciendo. Izzy cada vez estaba menos cerca suyo y Jace estaba en una fase de "déjenme solo siendo infeliz que no los necesito", y todos parecían haberse olvidado de Alec. En cierta forma era mejor, menos personas se darían cuenta de las noches en que desaparecía para ir donde Magnus, pero por otro lado era triste sentir que nadie lo notaba. Y era tan cerrado que no se daba cuenta que su prima estaba ahí delante suyo esperando que él la dejara entrar.

Estuvo a punto de dejar pasar su desafío, no tenía ganas de verse obligado a conversar con nadie por estar simplemente encerrado en la sala de entrenamiento. Pero lo pensó dos veces y aceptó, algo agradecido por tener una forma de distraerse y dejar de pensar en si Jace volvería a tener suerte y regresaría indemne de nuevo. Por eso, aumentó la apuesta - Suerte que Izzy no esta... Sino lamentaría ver la forma en que esas botas que traes puestas muerden el polvo - dijo, con una sonrisa mientras tomaba el arco y caminaba hacia la puerta, pasando por al lado de Ann - ¿Ya te diste por vencida? - murmura, esperando que lo siguiera para poder cerrar la puerta y dejar todos sus secretos dentro, aunque fuera por un rato.

Me encogí de hombros al momento del escucharlo hablar; los quería a ambos pero también aceptaba que no podía existir otro par más necios que ellos; además de que si no los conociera afirmaría que tenían una relación bastante codependiente… si, los conocía y sin duda afirmaba eso, claro que el que fueran parabatai influiría bastante.
No dije nada ante ese comentario, ya había dicho lo que tenía que decir y no tenía más que agregar seguro que en un tiempo ellos terminarían de arreglar sus problemas o por lo menos eso esperaba.

La sonrisa que pensé se había desvanecido por el resto de la noche, apareció de nuevo en mi rostro; un poco más animada y hasta pude asegurar que los ojos se me iluminaron un poco –me haces reír- musite en un tono bastante sarcástico –espero no te apene perder contra tu prima pequeña- añadí mientras lo alcanzaba por el pasillo y caminaba a su lado hasta llegar a la sala de entrenamiento –las damas primero ¿no es cierto?- dije mientras me acercaba al estante donde estaban las armas y tomaba uno de los arcos, mi arco.
Tenía años ahí y en una de las esquinas superiores tenia grabado mi nombre en letras cursivas, nunca lo había sacado de esa sala pues siempre había sido mi especial para el entrenamiento, puse la flecha en su lugar y -voilà- susurre cuando mi flecha dio justo en el centro de la diana –algo sencillo para comenzar- comente mientras me giraba para ver a Alec con una sonrisa orgullosa.

- Por supuesto que no me apenará perder con mi prima pequeña... Porque eso no sucederá - respondió a su provocación, riendo, intentando mantener esa apariencia serena que había recuperado. Intentaba mantener a Magnus, a Jace y a la apestosa pelirroja fuera de sus pensamientos, cosa que tenía cierta dificultad, más cuando se dirigía a la sala de entrenamiento buscando consuelo por todo el conflicto que significaban.

- Por supuesto que las damas, primero... Más cuando llevan las de perder - provocó, a sabiendas que sin importar cuanto se esforzase su prima, el podía superarla. Al fin y al cabo, el arco que llevaba en su mano era perfecto, y pronto se convertiría en un complemento de su brazo. Si bien Magnus hacía magia con sólo chasquear los dedos, él sentía chispas recorrer sus brazos con un arco entre las manos, y terminaba siendo sumamente sencillo dar en el blanco, ya que su magia estaba en eso, en el método y paciencia que requería dejar que la flecha siguiera su camino y diera justo en el objetivo.

Sonrió al ver que su prima había logrado el blanco en el primer intento, había mejorado bastante desde la última vez que habían entrenado juntos. - Parece que alguien ha estado entrenando... Aunque nunca sera suficiente, primita... Nunca. - murmuró, mientras daba un paso al frente para tomar una flecha y encajarla en el arco a punto de ser estrenado. Lo levantó hasta la altura de sus ojos, y luego de respirar profundamente, lo dejó correr. Dio justó en el blanco, dividiendo a la flecha de Annabeth en tres trozos que Alec sabía que eran iguales, aunque no pudiera confirmarlo debido a lo lejos que se encontraba.