Refrain [Kamui] [+18]

Noche de viernes, y como siempre, estoy listo para ir a bailar entre subterráneos. Tomo un baño largo, y al salir me peino como siempre, con el cabello hacia atrás. Me acomodo los piercings y luego elijo ropa de mi armario. En esta ocasión, quiero ir todo de negro, así que me pongo ropa interior y playera negra. Dejo mis alas ocultas bajo el tatuaje de mi espalda, y me pongo calcetines negros también. El pantalón y la chamarra son por supuesto de cuero, y para terminar, me pinto las uñas de galaxia en tonos azules y violetas, por supuesto, que resaltan con el fondo negro. Las seco con magia y entonces estoy listo para salir.

Después de pensármelo un poco, decido tomar un taxi en lugar de sacar la moto, porque así no tengo que preocuparme si consigo ligar esta noche. Y vamos, quiero, ya me hace falta.

Al llegar uso un hechizo para no tener que pagarle al taxista y luego entro sin problemas al Pandemonium. Adoro este lugar, y más que nada porque ya organicé el desastre por aquí.

Voy directo a la barra y pido de mi bebida secreta, ajenjo violeta y voy a la caza de alguien que se deje. Me siento en una de las mesas, pero pronto, veo a un chico solo y me muevo para sentarme con él. Es de esos niños lindos y violables, y es mundano, así que aprovecho mi oportunidad. Pronto estoy escuchando sus bobadas, y descubro que es un nerd en la escuela y es la primera vez que sale. Cuando me aburre, le acaricio con un dedo el cuello y lo atraigo hacia mí para besarlo. Lento y suave, para convencerlo. No me importa ser el seme esta noche.

Era por fin viernes en la noche , quería salir a divertirme un rato y claro dar rienda suelto a los placeres de la carne. Hoy tenía ganas de acostarme con un chico pero si cae primero una chica no me molesto, lo que busco es acción y sé cómo conseguirlo. Sé que no mucha gente me conoce como cantante acá y eso creo que es malo, me deberían conocer más así creo que saltarían a mis brazos, más tipas que tipos pero algo es algo.

Me baño y me tomo mi tiempo para arreglarme, me pongo unos percings en la oreja derecha, reviso mi armario para ver que puedo usar, tener mucha ropa no siempre es bueno, elijo una camisa purpura pulcramente planchada, con unos pantalones de mezclilla algo deslavados y una chamarra de cuero, con unos lentes color violeta. Mi atuendo estaba listo, tomo las llaves de la moto, y salgo a manejar primero por la ciudad hasta que termino en el Pandemonium, estaciono la mato y entro sin ningún problema.

En la barra pido una cerveza, reviso con la mirada el lugar a ver si algo me interesa, una chica se acerca y se me unta como un gato, le concedo su deseo y la beso lascivamente para luego alejarme del lugar, ella no era mi tipo, pero tiene lo que quería e irá a buscar a alguien para que le de lo que yo no quise darle. Veo a dos jovenes besandose, me parece reconocer a alguien así que me acerco.

-No creí encontrar al chico al que le robe la virginidad tratando de acostarse con cualquiera.

Dije con burla, me recargo en su silla y bebo un trago de mi cerveza.

-Esperaba más de ti, estoy decepcionado.

Predeciblemente, el chico trata de resistirse, pero yo acepto el reto y sin usar magia, lo abrazo, sin estar dispuesto a dejarlo ir. Es lindo, por lo que veo, tiene la Visión, aunque sólo de forma pausada, y en todo caso, o lo acepta por las buenas o lo obligo, así de sencillo. Más que nada porque parece que sólo hay heterosexuales hoy, y él es lo más cercano a gay que tendré por aquí. Cuando hago una pausa para tomar aire, veo que está muy rojo y negando, así que vuelvo a besarlo y esta vez le meto mano.

Pero justo cuando está cediendo, y por las buenas, llega un imbécil a interrumpirme. Y cuando habla me sorprende tanto su voz que suelto al chico, que se queda mirándolo como si en lugar de haberse topado un violador, se hubiera topado dos. Yo sólo miro a Kamui, pero el chico parece reconocerlo, y duda por un instante, hasta que entiende que el cualquiera que menciona el demonio es de hecho, él. Entonces cruzo la pierna derecha sobre la izquierda y volteo a mirar a mi primer hombre, y de los pocos que recuerdo en realidad de mi larga lista de amantes. Ignoro los pasitos del mundano que aprovecha para escabullirse, como si pensara que voy a hacerle caso y perseguirlo.

- Vaya, eso es nuevo. ¿Cuándo exactamente fue que me robaste la virginidad? Si te la regalaron como se estila entre demonios, o como se estilaba entre samurai. Mira que fue la primera virginidad que regaló mi padre, porque siempre fui el más guapo y pornoso de sus hijos.

Me acerco mi vaso y bebo un trago largo. Quizá mi padre en realidad quería que Kamui me despertara lo pornoso, como hizo, porque luego vaya que me andaba prestando por ahí para cometer asesinatos después de la acción o para sacar información. Secretamente, le agradezco a este demonio, pero no tiene por qué saberlo.

- Yo de lo que estoy decepcionado es de no haberte visto en como 350 años o algo menos. Y... de que bebas cerveza. De todos los posibles sustitutos para el sake de este lugar, escogiste el que menos alcohol tiene.

Le dedico una sonrisa burlona, consciente de que me veo y soy muy diferente del chico que seguramente le dio algo muy valioso. Porque vamos, un demonio de la lujuria valora la virginidad.

- Tanto tiempo, Kamui-sama. ¿Me extrañaste? Seguro que sí. Debo ser el mejor uke que has tenido, y le he pagado con mi cuerpo a más de un demonio, seguro que has escuchado rumores. Sobra decir que lo apreciaron bastante. ¿Así que por qué estás en Nueva York? No creí que me buscarías.

Yo sé que soy arrogante, pero también sé que si logré divertirlo cuando no sabía nada sobre las artes amatorias y me quedé más tiempo del que debía para segundos encuentros, además de que todavía me recuerda, debí haber sido bastante genial. Y eso por supuesto que eleva mi ego.

Y tal como recordaba mi querido Kyo tiene que contestar con algo, sólo sonrió mientras escucho sus ocurrentes respuestas, ruedo los ojos cuando dice que fue el más guapo y pornoso de sus hermanos.

-No sé que tan pornoso te creías pero recuerdo que no tuviste un buen comienzo, aunque claro con las indicaciones necesarias de la persona correcta terminaste haciendo un trabajo... decente.

Tomo un trago más de la cerveza, y como quedo vació el otro lugar me siento en ese lugar, cruzo las piernas y lo observo, había cambiado y me gustaba más como se veía ahora, tenía estilo y seguramente en la cama ha de haber mejorado. Me reclamo que no nos hemos visto como en 350 años, pero he estado ocupaado, además no puede pensar que mi vida estaba centrada en volver a encontrarlo, no había sido tan bueno como para buscarlo.

-¡Vamos no creerás que dejaste una gran huella en mí cómo para que te buscara! Además tú tampoco hiciste algo por ir a verme, supongo que fui uno más, como tú para mí. No seas exagerado, ahora estás aquí y creo que me gusta más como te ves ahora, y seguro que en la cama ya sabes más trucos, no digo que más que yo, tengo muchos años perfeccionando esa área.

Sé que le ha pagado con sus cuerpo a otros demonios y no me gusta la idea pero no es algo que le piense decir.

-Estoy viviendo aquí, ahora soy cantante de rock, me sorprende que no hayas escuchado de mi, y como me internacionalice salí de Japón.

Seguro que no rechazará un beso de mi parte, vi que se estaba comiendo al otro chico, puede ser comido ahora, seguro le encantará. Me acercó y lo beso lascivo, besar a alguien con percings me gustaba esa sensación, meto las manos en su cabello.

Sus palabras me fastidian, y bastante. Es cierto que empezó a darme miedo, que pensé que me violaría y me dolería asqueroso, no como Ryô que había prometido no lastimarme nunca. Frunzo el ceño, con el ego herido, pero consciente de que no puedo esperar mucho de un íncubo. Esperan demasiado de sus amantes.

- Era virgen, torpe, ¿qué esperabas? Se me prohibió practicar, pero bien que aprovechaste esa inocencia que te di.

Creí que se iría, pero no, se sienta a mi lado y yo continúo bebiendo, dispuesto a ignorar lo que salga de su boca. No puedo dejar que me arruine mi noche, ya está bastante arruinada porque no hay hombres decentes. Ignoro en apariencia su forma de mirarme, pero sé que para él el cambio en mí debe ser increíblemente notorio. Uso el cabello más corto, tengo los piercings, ahora sé ocultar mis alas y me visto de cuero. Y para qué negarlo, soy más descarado y más seguro de mí mismo, ya no me siento como un ser horrendo como cuando era muy joven. Continúo la conversación, aunque seguro que incluso 500 años no son nada para él que ha vivido tanto. Pero no tenía que lanzarle bombas a mi pobre ego y lastimarlo más. No iba a mirarlo, pero inevitablemente lo hago cuando me dice que le gusta más mi apariencia ahora.

- Vaya, gracias. Bueno, me conociste puro e ingenuo, pero eso se me acabó cuando me quitaste lo virgen. O bueno, se disminuyó. Y ahora soy mucho más diferente y poderoso. Soy el Gran Brujo de Tokio, aunque no lo creas.

Le echo una mirada.

- Quizá nunca seré tan bueno en la cama como tú, pero vaya que he aprendido.

Como respuesta a su comentario sobre ser cantante de rock, dejo mi vaso sobre la mesa de enfrente y saco mi celular. Rebusco hasta encontrar una de sus canciones y la pongo.

- No puedo decir que soy tu más ferviente fan, pero me gustan muchas de tus canciones. No entiendo bien esa fijación con hablar de haber perdido el amor... por lo que eres, claro. Pensé que los demonios de tu raza no amaban, sólo sentían lujuria. Y de hecho, me parece mejor. El amor es una pérdida de tiempo y esfuerzo.

Aunque él quizá recuerde algún comentario sobre Ryô, mi licántropo amado. Pero en realidad, ahora, después de haber amado como estúpido a Magnus Bane, sí que pienso que el amor es estúpido. Apago la canción y vuelvo a guardarme el celular en la bolsa del pantalón. En realidad sólo escucho las canciones de Kamui cuando pienso en Ryô o en Magnus, el resto del tiempo no me gustan, precisamente porque me recuerdan que perdí a mi único amor correspondido y todavía siento algo por ese tonto que jamás me quiso ni me querrá.

Antes de que pueda tomar mi vaso, Kamui me toma por sorpresa. Pese a todo lo que dijo sobre mí, me besa y si tardo un segundo en corresponderle, es mucho. Rodeo su cuello, acaricio su nuca y meto mis dedos entre su cabello. Ahora lo trae corto, y también me gusta más. Mientras enredo mi lengua con la suya, siento que el espacio entre los dos es demasiado, así que me subo sobre él, y me siento sobre su regazo con las rodillas a los lados de sus muslos para poder besarlo mejor.

También tengo con que contestarle a Kyo, no ha sido el mejor como para que no tengo nada que reclamarle y se nota que le doy donde le duele, y sonrió divertido, era tan fácil lograr que haga berrinche y me gustan sus berrinches, creo que se ve tan violable, algo así como "Callate o te violo" Es muy divertido en realidad, me recuerda que era primerizo, ruedo los ojos.

-¡Oh! Pero no tienes que participar para ser un pervertido, existían muchas formas de aprender o tal vez sea algo que se trae. Además. por lo que recuerdo tú boca no era tan virgen como tú padre me aseguro. Claro que supe sacarle provecho a tu "inocencia", tenías que aprender.

Eso lo decía porque cuando ya estabamos en la acción al muy estúpido se le ocurre decir otro nombre, luego averigue que era su amor platonico o que sé yo, y fue cuando enfurecí, me mintieron y no me gusta eso. Así que en nuetros siguientes encuentros deje claro que cuando estuviera conmigo debía olvidar ese nombre y creo que lo logré, luego me aburrió y mis intereses cambiaron por otros más jóvenes.

Lo miro atentamente y le digo que me gusta más como luce ahora, y tiene que presumir, por favor, es sólo un brujo yo soy un demonio soy más que él aunque veo que por eso presume.

-Deja de ser tan presumido, puedes se el gran brujo del mundo y sabes uqe no me impresionarías, lo que me impresiona es como te mueves en la cama, eso es lo realmente importante para mí, supongo que ya lo sabes.

Le comento que soy estrella de rock, y me pone una de mis canciones, mi sonrisa se ensancha al ver que tiene una de mis canciones en su celular. Y me da nuevas pistas de su forma de pensar.

-Alguna vez creí en el amor, cuando nací, luego me di cuenta que eso no es lo que importa sino el placer del sexo, pero me sorprende de ti, más sabiendo que mientras cogías conmigo veías a tu amorcito... ¿cómo se llamaba?

Sí, seguía provocandolo, quería que se molestara o que reaccionara, pero antes de dejar que se escape, lo beso lascivo y corresponde de igual manera e incluso se sube sobre mí, meto mis manos en su cabello mientros me derrito en su nueva manera de besar, pero no le diría eso nunca o no me dejaría de molestar jamás, me separo y muerdo su labio sacando sangre, lamo su sangre y me lamo los labios luego.

-Se ve que me extrañaste Kyo, y para que mentir quiero ver que tanto has aprendido.

Meto las manos debajo de su camisa tocando de nuevo su cuerpo, ese cuerpo que miles habrán tocado pero yo tuvo primero y sentí como se estremecía entre mis manos y tuve todo lo primero que él pudo darme, salvo claro su primer beso y eso siempre se lo restragaré, porque es era algo importante para mí.

-¡Te violaré, aquí y ahora! Espero que te gusten los expectadores.

El muy torpe de Kamui intenta que me sienta mal porque no fui tan increíble en mi primera vez. Vamos, si no tenía práctica.

- Sólo escuché cómo era y se suponía que no tenía que haber escuchado. Si por eso llegué asustado. Y no, le di mi primer beso a mi primer amor, y le habría dado más, pero pues no era tan idiota como para desafiar a mi padre. Él no supo del beso, pero tú le dijiste seguramente, porque me azotó cuando volví. Pese a eso, vaya que fuiste buen maestro, después me convertí en el primer ejemplo de James Bond y Mata Hari. Era divertido. Seguro no tienes ni idea hasta qué grado he aprovechado con tus enseñanzas.

Ignoro la referencia a esa vez que pronuncié el nombre de Ryô, particularmente porque sigue teniendo la idea equivocada. Pero el hecho sigue siendo que yo amaba a ese licano, aunque le pese a Kamui.

Me agrada que a Kamui le guste el Kyo de ahora, y aprovecho para decirle que soy el Gran Brujo de Tokyo. Pongo los ojos en blanco.

- Sólo te estaba contando, si ya sé que a un demonio tan viejo no le impresiona nada. Gánate ver cómo me muevo en la cama.

Lo bueno es que yo soy el creído, él es monotemático. Todo es sexo, hasta me sorprende que ande por ahí cantando cancioncitas románticas, como por supuesto, sé. Supongo que al igual que muchos demonios, puede cambiar de apariencia, pero por lo visto le gustó esta que usa ahora, y por eso lo reconocí. Aunque no esperaba que alguna vez hubiera creído en el amor.

- Ryosuke. Y no lo veía en ti, la única vez que pensé en él fue esa y ni siquiera es como tú crees. Podrás ser un poderoso demonio, pero hay cosas humanas que por lo visto nunca entenderás. Yo ya no creo en el amor tampoco, pero me he enamorado dos veces. Fue genial mientras duró, y horrible cuando se terminó. Al final sólo ves que estorba.

Ni siquiera me enojo, en realidad estoy seguro de que más bien parezco triste, aunque no debe notarse mucho. Recordar a Ryô y a Magnus es doloroso.

Afortunadamente, Kamui usa sus encantos para distraerme, y aunque me toma por sorpresa, me dejo llevar por su esencia de demonio de la lujuria. Sólo disfruto con el beso, y se lo correspondo de la forma en la que me nace, sin preocuparme en realidad por complacerlo, aunque se nota que le gusta. Gimo cuando me muerde tan fuerte, en realidad él fue quien me enseñó el placer del dolor.

- Digamos que he extrañado un buen amante, pero a ti personalmente, no. Ni siquiera pensé volver a verte, pero admito que fantaseo a veces contigo mientras me masturbo. Debe ser un cumplido para un íncubo.

Y es completamente cierto.

Me relamo cuando siento sus manos por debajo de mi camiseta y espero a que descubra los piercings de mis pezones, otra nueva adquisición. Respiro agitado y sólo lo miro, mientras él me toca y va encendiendo mi piel. Bajo mis manos por su torso, más firme quizá de como estaba la última vez, pero en lugar de acariciarlo más abajo, me muevo contra él, frotando mi trasero contra su entrepierna.

- Me gustan. Si no te gustan, puedo hacer un glamour.

Rodeo sus hombros de nuevo y lamo y mordisqueo su cuello, tentándolo. Estoy consciente de que he aprendido bastante desde la última vez que nos vimos.

Logro molestar a Kyo como quería, no se tiene que haber tenido relaciones para ser un pervertido, había muchas formas de serlo, o tal vez sólo es algo con lo que nace. No sé que es lo que pensó, y hace berrinche como un bebé, sonrió con triunfo y mi sonrisa se ensancha cuando dice que su papá lo azoto por lo del beso.

-Claro que le dije, me quisieron vender gato por liebre y eso jamás. Me da gusto escuchar que tu padre te haya castigo, pero no creo que te haya sido duro, regresaste a mis brazos cada vez que te pedía e incluso cuando no te pedía. No es hora de quejarse por eso además, ya paso demasiado tiempo. ES bueno saber que te convertí en un buen alumno, seguro que has disfrutado cada sesión que has tenido.

Y no mencionada nada de su amado licantropo, sólo de recordarlo me daban nauseas, pero saber que fue mío primero me bastaba, eso me repetía una y otra vez, cuando alguien estaba conmigo ESTABA conmigo, no me gustaba que pensará en otras personas y Kyo había cometido ese error.

Le digo que no se presumido para mí no significa nada que sea el gran brujo de sepa donde, asiento cuando dice que sólo me informaba sabe que no me impresiona y me dice que si quiero ver sus movimientos en la cama tendré que ganarlo.

-¿Y crees que no lo haré? Soy el demonio de la lujuría si quiero que supliques lo harás.

Aunque con Kyo me costaba más que con cualquier otro lograba que suplicara ser violado, no creo haber perdido la practica. Al fin me dice como se llamaba su amorcito, levanto una ceja por lo que dice, ahora ya me intrigo, dejo que termine de hablar y pregunto, tengo que saber a que se refiere.

-¿Si no lo viste en mí por qué escuche su nombre salir de tu boca mientras te cogía? Sabes que nunca entenderé a los humanos, pero tú dime entonces.

Noto algo raro en su voz, no es enojo, ese sentimiento lo conozco muy bien, es algo más que eso, tristeza tal vez, creo que Kyo está quedando loco. Nunca lo había topado así, creído sí, pero triste jamás. Para hacer que olvide eso lo beso con lujuría, y termina por sentarse en mis piernas y contniuamos el beso, termino por morderlo y sacarle sangre.

-Eso ya es decir mucho, saber que te masturbas pensando en mí, ya me puso sentimental.... Naa ya me puso caliente y eso tienes que compensarlo.

Le digo que lo violaré, rió fuerte por lo que dice.

-No te atrevas a hacer eso, me gusta tener expectadores, y eso es nuevo para ti, al menos no te conocía esta parte exhibicionista.

Meto las manos bajo su ropa, siento que su cuerpo se estremece, rodea mi cuello, suspiro cuando lame mi cuello, jadeo muerdo su oreja de nuevo sacandole sangre, sólo esta vez dejo que caiga el fino hilo de sangre. Le quito la playera de un golpe, no sé si ocultara sus alas, por mí que no pero si desea hacerlo no me molesta, seguramente luego tendré oportunidad de ver sus alas, veo sus nuevos percings, jalo fuerte uno mientras lamo y muerdo el otro pezón.

Por supuesto que el idiota de Kamui le había contado a mi padre que ya había dado mi primer beso. Sin que me lo confirme, ya lo sabía. Ruedo los ojos.

- No te quita lo culero.

Kamui se pone de sangrón cuando le digo que soy el Gran Brujo de Tokyo, pero bueno, allá él. Sólo es porque ahora me presento así, pero de todos modos, no tiene nada de malo presumir un poco. Y le aclaro también que tendrá que ganarse el ver cómo me muevo ahora en la cama.

- Ya no soy ese niño ingenuo, sólo te lo recuerdo.

Hablamos un poco sobre Ryô, pero en realidad Kamui no entiende muchas cosas, aunque crea que sí. Tal y como imaginé, le intriga y quiere saber.

- Estaba disculpándome con él. Fue eso. Porque me estaba gustando mucho hacerlo contigo, pero se suponía que perdería mi virginidad con él porque lo amaba. Así que pronunciar su nombre fue a modo de disculpa, no porque estuviera imaginando que tú eras él. Era bastante sentimental de joven.

Olvido todo cuando me besa y entonces comienza lo divertido. Hasta me siento sobre sus piernas y gimo cuando me muerde y me saca sangre. Hasta empiezo a decirle guarradas, aunque son verdad. Sonrío de lado, maquiavélico, al comprobar que logré mi objetivo de provocarlo. Incluso ofrezco usar un glamour para ocultarnos, pero tampoco le molestan los espectadores.

- Es nueva. Digo, poco después de que te conocí, mi padre me popularizó, así que digamos que aprendí a ser exhibicionista.

Comenzamos a tocarnos y siento de nuevo cómo Kamui mezcla sus caricias con dolor. Me quito la chamarra y pronto él me quita la playera. Ahora en lugar de mis alas, sólo se nota el tatuaje con el que las oculto. También escucho silbidos y murmullos de la gente, que empieza a acercarse para mirar. Pero no importa demasiado porque me distrae Kamui. Jala una de las argollas y muerde mi otro pezón y echo la cabeza hacia atrás y gimo fuerte. En parte por los mirones voy a hacer más escándalo.

- Veo que te gustaron mis piercings. Y todavía tengo uno más divertido.