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Te echo de menos {Jace}
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Te echo de menos {Jace}
Apenas llevábamos ni un día en Idris y ya empezaba a pensar que no había sido tan buena idea... Sé que Valen me apoya y está de mi parte, o al menos puedo contar con ella, aunque parece que empieza a llevarse bastante bien con Jace, pero mi móvil no funciona y no tengo forma de comunicarme ni con Simon ni con Luke. Por eso tampoco puedo preguntarle si ha habido algún cambio en mi madre... y al final el único con el que sé mandarme esos mensajes de fuego es con Kyo, y no quiero utilizar ese método salvo que no me quede más remedio.
Así que allí estaba, a media tarde, ojeando mi cuaderno de dibujo, sin saber de qué otra forma pasar el rato, encerrada en el cuarto que Valentina me había prestado para nuestra estancia.
Acababa de terminar de dibujar la runa que hice hace unos días en casa de Kyo, al pensar en mi madre. Creo que significa familia, pero al no tener muy claro aún cómo funciona lo que puedo hacer, es difícil decirlo. Terminé de perfilarla con el lápiz y entonces miré por la ventana cerrada y con las cortinas abiertas. Es cierto que Idris es realmente hermoso, y ahora estaría dispuesta a asegurar que muchos de los paisajes que mi madre pintaba en sus cuadros eran parte de esto, solo que hasta ahora no lo habría imaginado.
Suspiré dejando el lápiz en la mesita de noche y echando un vistazo al resto de dibujos de mi cuaderno, deteniéndome por un momento en ese dibujo de Jace con alas de ángel. Le echo de menos... echo de menos cómo era todo cuando nos conocimos, antes de Valentine, antes de saber que era mi hermano... Y lo curioso es que apenas habíamos pasado tiempo conociéndonos hasta ese momento, pero lo extrañaba muchísimo. Pensé, tras esa breve sesión de entrenamiento, que quizá en algún momento las cosas podrían ir mejor entre nosotros, pero no nos hablábamos apenas desde lo de Kyo y cada vez me sentía peor. Aunque el apoyo de Valen me ayuda mucho con esto creo que sigue siendo demasiado incómodo estar así, en una misma casa, sin apenas mirarnos cuando nos cruzamos en el pasillo.
Suspiré y me levanté de la cama, dejando el cuaderno de dibujo también en la mesita de noche, cerrado. Entonces me miré en un espejo alargado que había junto al armario. Llevaba unos sencillos vaqueros negros con un par de rotos a la altura de las rodillas, unas deportivas gastadas y una camiseta granate que me quedaba algo grande, de forma que de las mangas, a la altura más o menos de los codos, una de ellas caía ligeramente por mi hombro, dejando ver el tirante de un sencillo sujetador negro. Era informal. El tipo de ropa algo más holgada que a veces solía llevar mi madre en casa, pero al contrario que a ella, que solía ensalzar sus curvas, yo me sentía como si llevase ropa dos tallas más grande de la que debería.
Suspiré frente al espejo. ¿Debería cambiarme? No, es estúpido... somos hermanos, se supone que deberíamos acostumbrarnos a vernos tal cual, no que pareciera que cambiaba mi forma de vestir al ir a verle... Aun así me fijé en mi pelo, recogido con un palillo chino como lo solía llevar mi madre al pintar. Me lo quité, soltando mi melena pelirroja y dejándola caer, ligeramente ondulada, ahuecándola un poco. Mejor, supongo...
Entonces salí de la habitación, mirando por el pasillo. Supongo que la mayoría estarían abajo, o en sus habitaciones. A lo mejor Valentina se ha pasado por alguna de esas reuniones de la Clave, al ser mayor de edad...
El caso es que terminé frente a la puerta de Jace, dando un par de golpecitos con el puño un tanto apurada y diciendo aún tras la puerta, sin saber si estaría o no ahí.
- ¿Jace? Soy yo... ¿Podemos hablar?
Quería arreglar las cosas, o al menos intentarlo, y algo me dice que, si no doy el primer paso, él no lo hará, y no quiero perderle. Supongo que por mucho que duela, tenerle como hermano es mejor que directamente no tenerle en mi vida...
Así que allí estaba, a media tarde, ojeando mi cuaderno de dibujo, sin saber de qué otra forma pasar el rato, encerrada en el cuarto que Valentina me había prestado para nuestra estancia.
Acababa de terminar de dibujar la runa que hice hace unos días en casa de Kyo, al pensar en mi madre. Creo que significa familia, pero al no tener muy claro aún cómo funciona lo que puedo hacer, es difícil decirlo. Terminé de perfilarla con el lápiz y entonces miré por la ventana cerrada y con las cortinas abiertas. Es cierto que Idris es realmente hermoso, y ahora estaría dispuesta a asegurar que muchos de los paisajes que mi madre pintaba en sus cuadros eran parte de esto, solo que hasta ahora no lo habría imaginado.
Suspiré dejando el lápiz en la mesita de noche y echando un vistazo al resto de dibujos de mi cuaderno, deteniéndome por un momento en ese dibujo de Jace con alas de ángel. Le echo de menos... echo de menos cómo era todo cuando nos conocimos, antes de Valentine, antes de saber que era mi hermano... Y lo curioso es que apenas habíamos pasado tiempo conociéndonos hasta ese momento, pero lo extrañaba muchísimo. Pensé, tras esa breve sesión de entrenamiento, que quizá en algún momento las cosas podrían ir mejor entre nosotros, pero no nos hablábamos apenas desde lo de Kyo y cada vez me sentía peor. Aunque el apoyo de Valen me ayuda mucho con esto creo que sigue siendo demasiado incómodo estar así, en una misma casa, sin apenas mirarnos cuando nos cruzamos en el pasillo.
Suspiré y me levanté de la cama, dejando el cuaderno de dibujo también en la mesita de noche, cerrado. Entonces me miré en un espejo alargado que había junto al armario. Llevaba unos sencillos vaqueros negros con un par de rotos a la altura de las rodillas, unas deportivas gastadas y una camiseta granate que me quedaba algo grande, de forma que de las mangas, a la altura más o menos de los codos, una de ellas caía ligeramente por mi hombro, dejando ver el tirante de un sencillo sujetador negro. Era informal. El tipo de ropa algo más holgada que a veces solía llevar mi madre en casa, pero al contrario que a ella, que solía ensalzar sus curvas, yo me sentía como si llevase ropa dos tallas más grande de la que debería.
Suspiré frente al espejo. ¿Debería cambiarme? No, es estúpido... somos hermanos, se supone que deberíamos acostumbrarnos a vernos tal cual, no que pareciera que cambiaba mi forma de vestir al ir a verle... Aun así me fijé en mi pelo, recogido con un palillo chino como lo solía llevar mi madre al pintar. Me lo quité, soltando mi melena pelirroja y dejándola caer, ligeramente ondulada, ahuecándola un poco. Mejor, supongo...
Entonces salí de la habitación, mirando por el pasillo. Supongo que la mayoría estarían abajo, o en sus habitaciones. A lo mejor Valentina se ha pasado por alguna de esas reuniones de la Clave, al ser mayor de edad...
El caso es que terminé frente a la puerta de Jace, dando un par de golpecitos con el puño un tanto apurada y diciendo aún tras la puerta, sin saber si estaría o no ahí.
- ¿Jace? Soy yo... ¿Podemos hablar?
Quería arreglar las cosas, o al menos intentarlo, y algo me dice que, si no doy el primer paso, él no lo hará, y no quiero perderle. Supongo que por mucho que duela, tenerle como hermano es mejor que directamente no tenerle en mi vida...
Clary Fray- Nefilims
- Mensajes : 164
Fecha de inscripción : 12/03/2014
Localización : Casa de Luke o Instituto de los Nefilim
Re: Te echo de menos {Jace}
-Uhm... -dije medio dormido, en un intento de dejar de escuchar esos extraños ruidos que habían en mi cuarto. Sentí algo encima de mi pecho, no me quitaba la respiración pero era un peso extra. Volví a escuchar ese sonido que no podía relacionar con nada en aquel momento. Tras eso, sentí algo frío en mi mejilla, me sacudí y escuché de nuevo el aleteo... ¿Aleteo? Abrí los ojos y encima mía se encontraba un pato, con su pico amenazador. Me incorporé de pronto.
-¡Por el ángel! -exclamé. Al incorporarme el pajarraco se alejó de mí revoloteando. Me ponían enfermo, no me gustaba los patos, ese pico estaba hecho para arrancarte un trozo de piel ya sea a traición o no. -¡Vete! ¡fuera! -le dije mientras iba detrás del bicho, intentado que saliera por donde había entrado. Pero en vez de irse en silencio, seguían huyendo de un lado a otro del cuarto graznando o lo que sea que hicieran los patos, yo detrás de él hasta que tuvo la iniciativa de ir él detrás de mí, me vi obligado a retroceder. Cogí una blusa una blusa y la usé para redirigir al animal, cuando se posó el la ventana volví a mover la camisa y el animal, ya sea por haberse asustado o aburrirse de haberse burlado de mí salido por la ventana. Me apresuré a correr a la ventana y ver como el pato volaba hasta el lago que estaba al lado de la casa.
-Odio los patos... -dije en voz alta, para mí, ya que no había nada más para decírselo. Tocaron la puerta y escuché la voz de Clary tras la puerta. Estuve tentado a hacerme el loco y esperar a que se fuera, pero seguramente había escuchado el escándalo del pato y yo detrás de él, nunca iba a admitir que por un momento el pato me tuvo corriendo a mí para huir de él. Entorné un poco la ventana, no quería cerrarla pero después de lo visto tampoco quería que estuviera abierta. Seguramente le pondré un tope a la ventana para dejarla entreabierta. Fui a la puerta, poniendo mala cara al estado de mi cuarto. Abrí la puerta y le deje vía libre para que entrara.
-¿Qué quieres? -le pregunté mientras recogía la blusa del suelo y la dejaba encima de la silla. El suelo estaba lleno de plumas del pato por lo menos no estaba sucio el suelo, y normal que no estuviera sucio el piso, el pato se había limpiado las patas en mis sábanas. Las quité, estaban llenas de huellas de pato. Al pasar delante del espejo me miré el torso desnudo y el hilo de sangre que bajaba lentamente por mi torso. Puse mala cara, el pato y sus uñas raras. Ya podrían no tener nada, o simplemente mantenerse alejados de mí.
-Maldito pajarraco. -puse mala cara y busqué la estela en los cajones. Ahora parecía que tenía que pensar si me ponía un pijama, en vez de dormir con un pantalón únicamente.
-¡Por el ángel! -exclamé. Al incorporarme el pajarraco se alejó de mí revoloteando. Me ponían enfermo, no me gustaba los patos, ese pico estaba hecho para arrancarte un trozo de piel ya sea a traición o no. -¡Vete! ¡fuera! -le dije mientras iba detrás del bicho, intentado que saliera por donde había entrado. Pero en vez de irse en silencio, seguían huyendo de un lado a otro del cuarto graznando o lo que sea que hicieran los patos, yo detrás de él hasta que tuvo la iniciativa de ir él detrás de mí, me vi obligado a retroceder. Cogí una blusa una blusa y la usé para redirigir al animal, cuando se posó el la ventana volví a mover la camisa y el animal, ya sea por haberse asustado o aburrirse de haberse burlado de mí salido por la ventana. Me apresuré a correr a la ventana y ver como el pato volaba hasta el lago que estaba al lado de la casa.
-Odio los patos... -dije en voz alta, para mí, ya que no había nada más para decírselo. Tocaron la puerta y escuché la voz de Clary tras la puerta. Estuve tentado a hacerme el loco y esperar a que se fuera, pero seguramente había escuchado el escándalo del pato y yo detrás de él, nunca iba a admitir que por un momento el pato me tuvo corriendo a mí para huir de él. Entorné un poco la ventana, no quería cerrarla pero después de lo visto tampoco quería que estuviera abierta. Seguramente le pondré un tope a la ventana para dejarla entreabierta. Fui a la puerta, poniendo mala cara al estado de mi cuarto. Abrí la puerta y le deje vía libre para que entrara.
-¿Qué quieres? -le pregunté mientras recogía la blusa del suelo y la dejaba encima de la silla. El suelo estaba lleno de plumas del pato por lo menos no estaba sucio el suelo, y normal que no estuviera sucio el piso, el pato se había limpiado las patas en mis sábanas. Las quité, estaban llenas de huellas de pato. Al pasar delante del espejo me miré el torso desnudo y el hilo de sangre que bajaba lentamente por mi torso. Puse mala cara, el pato y sus uñas raras. Ya podrían no tener nada, o simplemente mantenerse alejados de mí.
-Maldito pajarraco. -puse mala cara y busqué la estela en los cajones. Ahora parecía que tenía que pensar si me ponía un pijama, en vez de dormir con un pantalón únicamente.
Jace C. Wayland- Nefilims
- Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 28/04/2014
Re: Te echo de menos {Jace}
Esperando tras la puerta, empecé a escuchar ruidos de lo que parecían ser... ¿graznidos de pato? Tenían que ser imaginaciones mías. Acerqué un poco la cara a la puerta y alcancé a escuchar algunos gritos por parte de Jace como "vete" o "fuera". Esperaba que no fuera por mí, al menos no lo parecía, y cuando Jace abrió la puerta y me preguntó qué quería, me aparté un poco por inercia. Parecía realmente enfadado... ¿Y yo qué he hecho ahora?
Iba a quejarme por el recibimiento, algo sonrojada entre la molesta y verle sin camisa alegremente, hasta que me fijé en que tenía un arañazo en el pecho.
- Jace, ¿qué te ha pasado?
Me acerqué a él por inercia y posé una de mis manos en su pecho, casi a la altura de ese hilo de sangre, mirándole preocupada. Al poco la aparté un poco avergonzada y miré a mi alrededor. El cuarto estaba lleno de plumas y las sábanas, que él estaba empezando a retirar, tenían huellas de pato.
Me hubiese reído de no ser porque me preocupaba que, siendo Jace el cazador de sombras experto que es, se hubiese dejado arañar por un simple pato.
- Vaya... ¿estabas practicando para la cena de acción de gracias o algo así?
Comenté, viendo que no tenía muy buena cara, así que negué y terminé por esbozar una leve sonrisa, sacando la estela de mi madre de mi bolsillo.
- Anda, déjame que te cure eso, ¿vale? ¿Puedo?
Le dije, acercándome un poco a él con cierta cautela. No parecía de humor y tampoco quería volver a pelearme con él, de hecho la idea era venir a arreglarlas cosas, no a ponerlas peor, así que esperé y no quise acercarme hasta tener su permiso, si es que me lo daba.
Iba a quejarme por el recibimiento, algo sonrojada entre la molesta y verle sin camisa alegremente, hasta que me fijé en que tenía un arañazo en el pecho.
- Jace, ¿qué te ha pasado?
Me acerqué a él por inercia y posé una de mis manos en su pecho, casi a la altura de ese hilo de sangre, mirándole preocupada. Al poco la aparté un poco avergonzada y miré a mi alrededor. El cuarto estaba lleno de plumas y las sábanas, que él estaba empezando a retirar, tenían huellas de pato.
Me hubiese reído de no ser porque me preocupaba que, siendo Jace el cazador de sombras experto que es, se hubiese dejado arañar por un simple pato.
- Vaya... ¿estabas practicando para la cena de acción de gracias o algo así?
Comenté, viendo que no tenía muy buena cara, así que negué y terminé por esbozar una leve sonrisa, sacando la estela de mi madre de mi bolsillo.
- Anda, déjame que te cure eso, ¿vale? ¿Puedo?
Le dije, acercándome un poco a él con cierta cautela. No parecía de humor y tampoco quería volver a pelearme con él, de hecho la idea era venir a arreglarlas cosas, no a ponerlas peor, así que esperé y no quise acercarme hasta tener su permiso, si es que me lo daba.
Clary Fray- Nefilims
- Mensajes : 164
Fecha de inscripción : 12/03/2014
Localización : Casa de Luke o Instituto de los Nefilim
Re: Te echo de menos {Jace}
Me alejé de la puerta para recoger un poco el desastre que había montado el maldito pato de los demonios. En ese momento me di cuenta de la herida y también lo hizo Clary mientras buscaba mi estela que misteriosamente no conseguía encontrarla. Lo que no esperaba es que se acercara a mí y me tocara directamente. Me hubiera gustado sentir asco, pero no era eso lo que sentía cada vez que la veía o la tocaba, sabía que algo andaba mal en mí y sabía que Clary no tenía la culpa de nada de esto. Se alejó de mí, una parte de mí gritaba que no lo hiciera, pero la otra sabía que era mejor de ese modo ya que yo mismo había decidido eso.
-No sé que es acción de gracias. -le dije mientras seguía buscando mi estela y me ponía cada vez peor por el desorden de mi habitación. No me gustaba las cosas desordenadas, todo estaba mucho mejor en su sitio. La chica negó con la cabeza y sonrió, la ignoré todo lo que pude, ya había tenido emociones fuertes por un día. Escuché sus palabras y levanté la vista para ver la estela que había sacado, reconocí que el modelo era bastante antiguo aunque tenía que admitir que a pesar de ser antigua era una bonita. Me pidió permiso y por un momento me quedé en silencio pero solté todo el aire que tenía en mis pulmones.
-Sí, como quieras. - me quedé quito a la espera que hiciera la runa curativa. Era un arañazo superficial, nada grave pero no me gustaba estar sangrando, tampoco me gustaba que mi habitación se hubiera convertido en una pocilga y mucho menos el patio de recreo para esas asquerosas aves acuáticas. -¿Para que has venido? -le pregunté recordaba que había venido a mi cuarto por un motivo, un muy diferente a convertirse en mi enfermera particular.
-No sé que es acción de gracias. -le dije mientras seguía buscando mi estela y me ponía cada vez peor por el desorden de mi habitación. No me gustaba las cosas desordenadas, todo estaba mucho mejor en su sitio. La chica negó con la cabeza y sonrió, la ignoré todo lo que pude, ya había tenido emociones fuertes por un día. Escuché sus palabras y levanté la vista para ver la estela que había sacado, reconocí que el modelo era bastante antiguo aunque tenía que admitir que a pesar de ser antigua era una bonita. Me pidió permiso y por un momento me quedé en silencio pero solté todo el aire que tenía en mis pulmones.
-Sí, como quieras. - me quedé quito a la espera que hiciera la runa curativa. Era un arañazo superficial, nada grave pero no me gustaba estar sangrando, tampoco me gustaba que mi habitación se hubiera convertido en una pocilga y mucho menos el patio de recreo para esas asquerosas aves acuáticas. -¿Para que has venido? -le pregunté recordaba que había venido a mi cuarto por un motivo, un muy diferente a convertirse en mi enfermera particular.
Jace C. Wayland- Nefilims
- Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 28/04/2014
Re: Te echo de menos {Jace}
Creo que fue instintivo... es algo que no puedo controlar, pero cuando me acerco a Jace, es por instinto, como si de alguna forma mi cuerpo tuviese un imán hacia el suyo, sobre todo cuando le ocurre algo y me preocupo por él, como hice ahora con su herida. Al posar mi mano unos segundos sobre su cálido pecho, sentí por un momento una fugaz corriente en mis dedos, que pasó a recorrerme todo el cuerpo, pero la aparté enseguida, con un leve sonrojo en mis mejillas.
Ante mi pequeña broma, me preguntó sin tener idea de lo que estábamos hablando, así que intenté explicarlo un poco por encima.
- Es una cena similar a la de navidad... y es tradición hacer pavo relleno al horno. Al ver todo lleno de plumas...
Comenté, negando al final y suspirando.
- Olvídalo, era un chiste estúpido.
Dije con una leve sonrisa, pidiendo entonces su permiso para acercarme y ayudarle con su arañazo. Cuando me lo permitió, me acerqué a él de nuevo y llevé la punta de la estela junto a su herida. Lo más suavemente que pude, como si hacer el trazo con delicadeza pudiese quemarle menos, moví con habilidad la estela, dibujando sobre su pecho esa runa curativa. Apenas estuvo, me aparté de nuevo, respondiendo a su pregunta con la mirada algo baja.
- No soporto que estemos peleados...
Dije sinceramente, alzando entonces mis ojos verdes hasta los suyos, de ese dorado tan inusual que le hacía parecer un ángel...
- Y te echo de menos. Esperaba que pudiéramos hablar y tratar de arreglarlo.
Guardé la estela en mi bolsillo, esperando su respuesta algo nerviosa. Jace es un chico complicado. Nunca tengo claro cómo puede reaccionar.
Ante mi pequeña broma, me preguntó sin tener idea de lo que estábamos hablando, así que intenté explicarlo un poco por encima.
- Es una cena similar a la de navidad... y es tradición hacer pavo relleno al horno. Al ver todo lleno de plumas...
Comenté, negando al final y suspirando.
- Olvídalo, era un chiste estúpido.
Dije con una leve sonrisa, pidiendo entonces su permiso para acercarme y ayudarle con su arañazo. Cuando me lo permitió, me acerqué a él de nuevo y llevé la punta de la estela junto a su herida. Lo más suavemente que pude, como si hacer el trazo con delicadeza pudiese quemarle menos, moví con habilidad la estela, dibujando sobre su pecho esa runa curativa. Apenas estuvo, me aparté de nuevo, respondiendo a su pregunta con la mirada algo baja.
- No soporto que estemos peleados...
Dije sinceramente, alzando entonces mis ojos verdes hasta los suyos, de ese dorado tan inusual que le hacía parecer un ángel...
- Y te echo de menos. Esperaba que pudiéramos hablar y tratar de arreglarlo.
Guardé la estela en mi bolsillo, esperando su respuesta algo nerviosa. Jace es un chico complicado. Nunca tengo claro cómo puede reaccionar.
Clary Fray- Nefilims
- Mensajes : 164
Fecha de inscripción : 12/03/2014
Localización : Casa de Luke o Instituto de los Nefilim
Re: Te echo de menos {Jace}
Cada vez que Clary me tocaba sentía la misma corriente y el mismo calor, hoy y ese momento no era excepción de nada. Estuve a punto de ponerme tenso, sin embargo tenía que mantener la compostura, no dejarme llevar por mis sentimientos. Ya estaba claro que todo salía mal cuando lo hacía. Salía herido, a mí no me importaba ser herido, de hecho había tenido una vida casi llena de sufrimiento, sin embargo no soportaba ver a Clary mal por mi culpa, sobre todo por lo que sentía por mí. Tenía que alejarla de todo eso, solo tenía que hacer vida con otro hombre, aunque eso me partiría. Un precio que estaría dispuesto a pagar.
La miré cuando me explicó que era acción de gracias, así que era así como se llamaba esa fiesta. Sabía que en una época la venta de pavo estaba presente en todas las tiendas, no obstante nunca me había importado su nombre o en que consistía. Los mundanos con sus costumbres y nosotras con las nuestras.
-Ni si quiera celebramos navidad, excepto en Londres. -le expliqué, como si no quisiese la cosa. -El instituto de Londres se encarga de realizar una cena por navidad, han dicho que está bastante bien. -nunca había asistido, así que no sabía si tenían o no razón sobre dicha fiesta. Me dijo que me olvidara del asunto, que su comentario solo había sido un chiste. Me encogí de hombros y guardé silencio.
Dejé que se acercara a mí para que curara el pequeño arañazo del pecho, podría dejar que e curara por si solo pero no tenía ganas de eso, simplemente quería que desapareciera aunque me quedara una fina cicatriz por el uso de la estela. Sentí el escozor y el quemazón que siempre sentía cada vez que la estela tocaba mi piel y el cual estaba acostumbrado. Con el tiempo siempre acababas por acostumbrarte a ese dolor, incluso podrías echar de menos. Dibujó rápidamente la runa curativa se apartó, esperé a que contestara a mi pregunta y escuché atentamente a lo que me decía. Yo tampoco soportaba que lo estuviéramos, pero que estuviera aquí era peligroso. Ella no sabía nada de la Clave y lo que podía hacer cuando se enterara de los poderes que tenía Clary. Solo lo sabíamos unos pocos, pero la Clave tenía sus trucos y no siempre agradables. Clavó sus ojos que tanta vida tenían y sentí que mis fuerzas se rompían, pero mantuve la postura. No tenía que dejarme de llevar.
-Clary, no se va arreglar nada. -le contesté. -Olvídalo ¿de acuerdo? -era mejor terminar todo. -Tu no tendrías que estar aquí, pero lo estás. Punto. No hay más que hablar, y tampoco quiero tocar el tema. -no pensaba decir que la echaba de menos, eso sería destrozar yo mismo mi propio muro de defensa. -Míralo de este modo, nuestra primera pelea seria de hermanos. Ahora estaremos bien y a la próxima te pondré sal en el café como broma, y tú cogerás un pato para meterlo en mi cuarto mientras duermo.
La miré cuando me explicó que era acción de gracias, así que era así como se llamaba esa fiesta. Sabía que en una época la venta de pavo estaba presente en todas las tiendas, no obstante nunca me había importado su nombre o en que consistía. Los mundanos con sus costumbres y nosotras con las nuestras.
-Ni si quiera celebramos navidad, excepto en Londres. -le expliqué, como si no quisiese la cosa. -El instituto de Londres se encarga de realizar una cena por navidad, han dicho que está bastante bien. -nunca había asistido, así que no sabía si tenían o no razón sobre dicha fiesta. Me dijo que me olvidara del asunto, que su comentario solo había sido un chiste. Me encogí de hombros y guardé silencio.
Dejé que se acercara a mí para que curara el pequeño arañazo del pecho, podría dejar que e curara por si solo pero no tenía ganas de eso, simplemente quería que desapareciera aunque me quedara una fina cicatriz por el uso de la estela. Sentí el escozor y el quemazón que siempre sentía cada vez que la estela tocaba mi piel y el cual estaba acostumbrado. Con el tiempo siempre acababas por acostumbrarte a ese dolor, incluso podrías echar de menos. Dibujó rápidamente la runa curativa se apartó, esperé a que contestara a mi pregunta y escuché atentamente a lo que me decía. Yo tampoco soportaba que lo estuviéramos, pero que estuviera aquí era peligroso. Ella no sabía nada de la Clave y lo que podía hacer cuando se enterara de los poderes que tenía Clary. Solo lo sabíamos unos pocos, pero la Clave tenía sus trucos y no siempre agradables. Clavó sus ojos que tanta vida tenían y sentí que mis fuerzas se rompían, pero mantuve la postura. No tenía que dejarme de llevar.
-Clary, no se va arreglar nada. -le contesté. -Olvídalo ¿de acuerdo? -era mejor terminar todo. -Tu no tendrías que estar aquí, pero lo estás. Punto. No hay más que hablar, y tampoco quiero tocar el tema. -no pensaba decir que la echaba de menos, eso sería destrozar yo mismo mi propio muro de defensa. -Míralo de este modo, nuestra primera pelea seria de hermanos. Ahora estaremos bien y a la próxima te pondré sal en el café como broma, y tú cogerás un pato para meterlo en mi cuarto mientras duermo.
Jace C. Wayland- Nefilims
- Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 28/04/2014
Re: Te echo de menos {Jace}
Fue posar mi mano sobre el pecho de Jace y sentí una corriente desde las yemas de mis dedos que agitó todo mi cuerpo, mirándole por un momento con un fugaz sonrojo. Cada vez que estaba cerca de él sentía que mi corazón se desbocaba, pero al mismo tiempo era algo agridulce, como si necesitases algo para ser feliz, pero a la vez te hiciera sentir como si tu corazón se rompiese en pedazos. ¿Por qué... por qué Valentine nos hizo esto...?
Suspiré y traté de centrarme en su arañazo, aunque le miré sorprendida cuando me dijo que nunca había celebrado ni la navidad.
- ¿Ni la navidad? Yo siempre la celebraba con mamá. Luke solía traer un árbol pequeño y lo decorábamos en el salón, luego tomábamos la cena de navidad y siempre había algún regalo bajo el árbol...
Esbocé una leve sonrisa nostálgica con el recuerdo, mirando entonces a Jace con una pizca de ilusión. Aunque no pueda ser como me gustaría, al menos me haría feliz poder compartir algo así con él.
- Quizá podrías venir con nosotros el año que viene. Espero que las cosas vayan mejor para entonces...
Si mamá despertaba, seguramente, aunque las cosas no volvieran a ser como antes, algunas las mantendríamos, y quiero que Jace sea parte de nuestras vidas, aunque tenga que ser como un hermano.
Dibujé perfectamente la runa en su pecho, con todo el cuidado que pude, como si una parte de mí pensase que siendo delicada quizá le quemaría menos, aunque no tenía idea de si valdría de algo o no. Entonces guardé la estela de nuevo y le miré algo más seria, diciéndole lo que realmente había venido a decirle.
Al principio su respuesta me hizo mirarle con cierta tristeza. ¿Acaso decía que no podríamos volver a estar como en ese entrenamiento? Me dolía que así fuese... pero entonces al final dijo que podía ser nuestra primera pelea de hermanos, como quitándole importancia. No quiero ser su hermana, no lo he querido nunca y dudo que pueda dejar de amarle, pero tenerle en mi vida, aunque sea así, es mucho mejor que no tenerle...
Terminé incluso con una pequeña risita cuando dijo lo del pato, negando divertida.
- No creo que pudiese... Dudo que fuera capaz de cazar un pato sin terminar llena de picotazos o dentro de algún lago.
Comenté, y respondí ante la idea del café, con una fingida mirada de enfado.
- Y si te atreves a hacerme eso te aviso que te escupiré el café encima...
Al final esbocé una leve sonrisa, y en un fugaz impulso me acerqué a él y le abracé de golpe. Apenas fueron unos instantes, con mis brazos alrededor de su cuello y notando la calidez de su pecho, antes de apartarme rápidamente, con una leve sonrisa tímida de disculpa.
- Por cierto... no sé si te valdrá, pero prometo hacerte caso durante todo el tiempo que estemos ante la Clave. No diré ni haré nada, me quedaré contigo todo el tiempo y haré lo que consideres apropiado.
No era tan complicado. No le estaba prometiendo estar pegada a él todo el viaje, porque tenía que buscar ese libro, pero sí hacerlo durante todo el tiempo que estuviéramos con asuntos de la Clave.
Suspiré y traté de centrarme en su arañazo, aunque le miré sorprendida cuando me dijo que nunca había celebrado ni la navidad.
- ¿Ni la navidad? Yo siempre la celebraba con mamá. Luke solía traer un árbol pequeño y lo decorábamos en el salón, luego tomábamos la cena de navidad y siempre había algún regalo bajo el árbol...
Esbocé una leve sonrisa nostálgica con el recuerdo, mirando entonces a Jace con una pizca de ilusión. Aunque no pueda ser como me gustaría, al menos me haría feliz poder compartir algo así con él.
- Quizá podrías venir con nosotros el año que viene. Espero que las cosas vayan mejor para entonces...
Si mamá despertaba, seguramente, aunque las cosas no volvieran a ser como antes, algunas las mantendríamos, y quiero que Jace sea parte de nuestras vidas, aunque tenga que ser como un hermano.
Dibujé perfectamente la runa en su pecho, con todo el cuidado que pude, como si una parte de mí pensase que siendo delicada quizá le quemaría menos, aunque no tenía idea de si valdría de algo o no. Entonces guardé la estela de nuevo y le miré algo más seria, diciéndole lo que realmente había venido a decirle.
Al principio su respuesta me hizo mirarle con cierta tristeza. ¿Acaso decía que no podríamos volver a estar como en ese entrenamiento? Me dolía que así fuese... pero entonces al final dijo que podía ser nuestra primera pelea de hermanos, como quitándole importancia. No quiero ser su hermana, no lo he querido nunca y dudo que pueda dejar de amarle, pero tenerle en mi vida, aunque sea así, es mucho mejor que no tenerle...
Terminé incluso con una pequeña risita cuando dijo lo del pato, negando divertida.
- No creo que pudiese... Dudo que fuera capaz de cazar un pato sin terminar llena de picotazos o dentro de algún lago.
Comenté, y respondí ante la idea del café, con una fingida mirada de enfado.
- Y si te atreves a hacerme eso te aviso que te escupiré el café encima...
Al final esbocé una leve sonrisa, y en un fugaz impulso me acerqué a él y le abracé de golpe. Apenas fueron unos instantes, con mis brazos alrededor de su cuello y notando la calidez de su pecho, antes de apartarme rápidamente, con una leve sonrisa tímida de disculpa.
- Por cierto... no sé si te valdrá, pero prometo hacerte caso durante todo el tiempo que estemos ante la Clave. No diré ni haré nada, me quedaré contigo todo el tiempo y haré lo que consideres apropiado.
No era tan complicado. No le estaba prometiendo estar pegada a él todo el viaje, porque tenía que buscar ese libro, pero sí hacerlo durante todo el tiempo que estuviéramos con asuntos de la Clave.
Clary Fray- Nefilims
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Localización : Casa de Luke o Instituto de los Nefilim
Re: Te echo de menos {Jace}
Me encogí de hombros por su pregunta llena de sorpresa, los cazadores de sombras no teníamos las mismas costumbres que los mundanos. Para nosotros esas fiestas y esas creencias eran algo estúpidas, todo lo que ellos creían mera fantasía eran tan reales como ellos mismos. Se sorprenderían saber que muchas de las muertes o desapariciones de sus seres queridos eran por culpa del mundo de las sombras. Si ellos supieran la verdadera realidad, se les destruiría toda su realidad. Pensar que toda la realidad de sus vidas pendían de un hilo, un hilo que teníamos que proteger nosotros.
-Ni navidad. No tenemos la necesidad de celebrar ese tipo de fiestas. -aunque fuera verdad, era consciente que en Londres si que se celebraba una fiesta. Sin embargo a estas alturas creía más que era por costumbre que festejar realmente esa fiesta mundana. Acabó por invitarme para celebrar esa fiesta, no estaba muy seguro de querer ir a celebrar tal cosa. -Me lo pensaré. -fue lo único que le dije y lo único que podía prometerle. No pensaba decirle que sí cuando ni si quiera yo sabía lo que iba a pasar al final de día, lo único que sabía al cien por cien es que estábamos comenzando una guerra.Una guerra por un solo hombre, por mi padre, por nuestro padre.
Al final me dijo lo que realmente quería y el motivo de su visita. A estas alturas de la situación no podía hacer nada. Ella había desobedecido y aquí estaba, más no podía hacer. Seguir enfadado solo acababa con mi paciencia y la de Alec, que él ya no sabía que hacer conmigo. En realidad nadie sabía que hacer conmigo cuando me enfadaba de esa forma, y para decir la verdad estaba cansado de todo un poco. Solo quería estar tranquilo el tiempo que estuviera en Idris, sobre todo porque no podía dar caza a demonios, seguramente habría unos pocos y bastante débiles. No tendría ninguna emoción darles caza. Lo único que podía distraerme era entrenar con mi parabatai, hacerlo con Valentina que ya me quedo claro que era una buena luchadora, tocar el piano y leer. Esos era los únicos placeres que podría tener en aquel lugar. La miré sin decir nada mientras que contestaba a mi comentario sobre dejarlo todo correr. No quería que me diera explicaciones, no quería escuchar sus motivos solo me pondrían de mal humor.
-Si hago lo del café no podrás hacerme nada, primero no estaré presente y segundo sigo siendo mucho más rápido que tú. -le aclaré con una media sonrisa pero lo siguiente que hizo me quedé totalmente petrificado y en tensión. Me sentía incómodo, pensé por un momento si devolverle o no el abrazo y acabé por colocándole las manos en la cintura para ayudarla a apartarse cuando ella terminó el abrazo. Escuché sus palabras, que me iba hacer caso en todo, enarqué una ceja.
-Los dos sabemos que tu mayor don es desobedecer. -alce las dos cejas y me separé de ella para seguir recogiendo el cuarto. Sacudí todas las plumas por la ventana sacudiendo el maldito edredón y las sábanas. Hice la cama a la perfección, no había nada fuera de su sitio. Me molestaba que las cosas estuvieran desordenadas, podían llamarme compulsivo puede que fueran verdad pero me daba igual. Me gustaba el orden, que todo estuviera bajo mi control. Fui hasta el armario y cogí ropa limpia. -Tienes tres opciones. -la miré. - Salir del cuarto, darte la vuelta o quedarte mirando mientras me cambio. -me había visto miles de veces sin camisa, pero ¿podría soportar verme sin pantalones? Lo dudaba, le hice un gesto con el dedo para que se diera media vuelta y quedase de espaldas de mí.
-Ni navidad. No tenemos la necesidad de celebrar ese tipo de fiestas. -aunque fuera verdad, era consciente que en Londres si que se celebraba una fiesta. Sin embargo a estas alturas creía más que era por costumbre que festejar realmente esa fiesta mundana. Acabó por invitarme para celebrar esa fiesta, no estaba muy seguro de querer ir a celebrar tal cosa. -Me lo pensaré. -fue lo único que le dije y lo único que podía prometerle. No pensaba decirle que sí cuando ni si quiera yo sabía lo que iba a pasar al final de día, lo único que sabía al cien por cien es que estábamos comenzando una guerra.Una guerra por un solo hombre, por mi padre, por nuestro padre.
Al final me dijo lo que realmente quería y el motivo de su visita. A estas alturas de la situación no podía hacer nada. Ella había desobedecido y aquí estaba, más no podía hacer. Seguir enfadado solo acababa con mi paciencia y la de Alec, que él ya no sabía que hacer conmigo. En realidad nadie sabía que hacer conmigo cuando me enfadaba de esa forma, y para decir la verdad estaba cansado de todo un poco. Solo quería estar tranquilo el tiempo que estuviera en Idris, sobre todo porque no podía dar caza a demonios, seguramente habría unos pocos y bastante débiles. No tendría ninguna emoción darles caza. Lo único que podía distraerme era entrenar con mi parabatai, hacerlo con Valentina que ya me quedo claro que era una buena luchadora, tocar el piano y leer. Esos era los únicos placeres que podría tener en aquel lugar. La miré sin decir nada mientras que contestaba a mi comentario sobre dejarlo todo correr. No quería que me diera explicaciones, no quería escuchar sus motivos solo me pondrían de mal humor.
-Si hago lo del café no podrás hacerme nada, primero no estaré presente y segundo sigo siendo mucho más rápido que tú. -le aclaré con una media sonrisa pero lo siguiente que hizo me quedé totalmente petrificado y en tensión. Me sentía incómodo, pensé por un momento si devolverle o no el abrazo y acabé por colocándole las manos en la cintura para ayudarla a apartarse cuando ella terminó el abrazo. Escuché sus palabras, que me iba hacer caso en todo, enarqué una ceja.
-Los dos sabemos que tu mayor don es desobedecer. -alce las dos cejas y me separé de ella para seguir recogiendo el cuarto. Sacudí todas las plumas por la ventana sacudiendo el maldito edredón y las sábanas. Hice la cama a la perfección, no había nada fuera de su sitio. Me molestaba que las cosas estuvieran desordenadas, podían llamarme compulsivo puede que fueran verdad pero me daba igual. Me gustaba el orden, que todo estuviera bajo mi control. Fui hasta el armario y cogí ropa limpia. -Tienes tres opciones. -la miré. - Salir del cuarto, darte la vuelta o quedarte mirando mientras me cambio. -me había visto miles de veces sin camisa, pero ¿podría soportar verme sin pantalones? Lo dudaba, le hice un gesto con el dedo para que se diera media vuelta y quedase de espaldas de mí.
Jace C. Wayland- Nefilims
- Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 28/04/2014
Re: Te echo de menos {Jace}
Lo dijo como si el hecho de no estar haciendo algo que se considerase útil para un cazador de sombras fuera una absoluta pérdida de tiempo. Siempre me ha parecido que a Jace le gusta lo que hace, pero no que sea de esas personas que no pueden divertirse de otra manera.
Esbozando una leve sonrisa, respondí intentando convencerle.
- Pero no es por necesidad, sino para divertirte, que te hagan regalos y pasar tiempo con la familia y los amigos. Seguro que te gustará. Y a Luke se le da bastante bien el pavo relleno.
Al decirme que lo pensaría, mostré una sonrisa más alegre con la idea.
- Genial, con eso me vale por el momento.
Sé que Jace necesita tiempo. Valentine ha sido el único padre que ha conocido, y aunque los Lightwood hayan sido buenos con él, al menos Alex e Izzy, que le han tratado como hermanos, al igual que el pequeño Max, no creo que Marisse sea el mejor modelo de madre. Vale, la nuestra tiene sus defectos, pero en el fondo siempre me ha protegido y eso es algo que valoro sinceramente.
Le ayudé con la herida en su pecho, aunque el simple roce de mis dedos con su piel hiciese que una corriente me agitase todo el cuerpo. Dudo que alguna vez pueda verle solo como a un hermano, pero supongo que no puedo hacer otra cosa... solo fingir todo lo que pueda, aunque sepa que en mi corazón las cosas no están bien.
Entonces bromeó con lo del café, y sonreí algo más relajada. Echaba de menos esto, intentar ser solo Jace y Clary, sin más de por medio.
- Dame unos meses y lo veremos. Valentina está ayudándome mucho y espero ir mejorando... Aunque te echo de menos como profesor...
Le dije con una leve sonrisa, aunque bajando la mirada con cierta timidez. Ese entrenamiento que tuvimos había sido la última vez hasta el momento que habíamos conectado algo más, y con lo de Kyo se estropeó todo...
Al final sonreí con esa respuesta, aunque contesté bastante rápido, dejándome llevar por la experiencia de mis propios actos.
- Es cierto... pero no te habría conocido si no lo hiciera.
No dije más, pero daba a entender que por nada habría cambiado el conocerle y, de no haber desobedecido en mi cumpleaños y mentido para ir con Simon al Pandemonium, nunca hubiese conocido a Jace. Puede que hubiera evitado muchas otras cosas, pero por mucho que duela, por difícil que resulte, nada sería tan malo como no tenerle en mi vida.
Apenas se puso a recoger todo de forma compulsiva, intenté echarle una mano, retirando algunas plumas con una leve sonrisa, y poniéndome al otro lado de la cama para que fuese más rápido.
Entonces, al decirme las tres opciones, le miré por un momento algo apurada, con un tono rojizo en mis mejillas, y me volví mirando a la puerta al momento.
- Sí... claro... por supuesto...
Incluso me acerqué hasta casi darme con la puerta en las narices, cruzándome de brazos como haría una niña castigada contra la pared, y mirando la puerta fijamente, como si fuese lo más interesante que hubiese en esa habitación, aunque estaba claro que no lo era...
Esbozando una leve sonrisa, respondí intentando convencerle.
- Pero no es por necesidad, sino para divertirte, que te hagan regalos y pasar tiempo con la familia y los amigos. Seguro que te gustará. Y a Luke se le da bastante bien el pavo relleno.
Al decirme que lo pensaría, mostré una sonrisa más alegre con la idea.
- Genial, con eso me vale por el momento.
Sé que Jace necesita tiempo. Valentine ha sido el único padre que ha conocido, y aunque los Lightwood hayan sido buenos con él, al menos Alex e Izzy, que le han tratado como hermanos, al igual que el pequeño Max, no creo que Marisse sea el mejor modelo de madre. Vale, la nuestra tiene sus defectos, pero en el fondo siempre me ha protegido y eso es algo que valoro sinceramente.
Le ayudé con la herida en su pecho, aunque el simple roce de mis dedos con su piel hiciese que una corriente me agitase todo el cuerpo. Dudo que alguna vez pueda verle solo como a un hermano, pero supongo que no puedo hacer otra cosa... solo fingir todo lo que pueda, aunque sepa que en mi corazón las cosas no están bien.
Entonces bromeó con lo del café, y sonreí algo más relajada. Echaba de menos esto, intentar ser solo Jace y Clary, sin más de por medio.
- Dame unos meses y lo veremos. Valentina está ayudándome mucho y espero ir mejorando... Aunque te echo de menos como profesor...
Le dije con una leve sonrisa, aunque bajando la mirada con cierta timidez. Ese entrenamiento que tuvimos había sido la última vez hasta el momento que habíamos conectado algo más, y con lo de Kyo se estropeó todo...
Al final sonreí con esa respuesta, aunque contesté bastante rápido, dejándome llevar por la experiencia de mis propios actos.
- Es cierto... pero no te habría conocido si no lo hiciera.
No dije más, pero daba a entender que por nada habría cambiado el conocerle y, de no haber desobedecido en mi cumpleaños y mentido para ir con Simon al Pandemonium, nunca hubiese conocido a Jace. Puede que hubiera evitado muchas otras cosas, pero por mucho que duela, por difícil que resulte, nada sería tan malo como no tenerle en mi vida.
Apenas se puso a recoger todo de forma compulsiva, intenté echarle una mano, retirando algunas plumas con una leve sonrisa, y poniéndome al otro lado de la cama para que fuese más rápido.
Entonces, al decirme las tres opciones, le miré por un momento algo apurada, con un tono rojizo en mis mejillas, y me volví mirando a la puerta al momento.
- Sí... claro... por supuesto...
Incluso me acerqué hasta casi darme con la puerta en las narices, cruzándome de brazos como haría una niña castigada contra la pared, y mirando la puerta fijamente, como si fuese lo más interesante que hubiese en esa habitación, aunque estaba claro que no lo era...
Clary Fray- Nefilims
- Mensajes : 164
Fecha de inscripción : 12/03/2014
Localización : Casa de Luke o Instituto de los Nefilim
Re: Te echo de menos {Jace}
-Comprendo. -le dije sin entender muy bien esas fiestas mundanas, pero seguramente me esforzaría o no lo haría según mi estado de animo. La verdad es que me gustaría pasar tiempo con ella, sin embargo saber que no podíamos estar juntos era casi insoportable. No podía verla como una simple hermana, no podía a pesar de tener que hacerlo. Le dije que me lo pensaría y ella esbozo una gran sonrisa alegre. Después de ver aquello no era difícil comprender como alguien como yo había caído. Saber que yo la hacía sonreír me gustaba, pero también sabía que la había hecho llorar o hacer daño en general más de una vez.
Al verme la herida que me había causado el ave se apresuró a curarme. Dejé que lo hiciera, cuando sus dedos rozaron mi pecho lo único que quise hacer fue abrazarla y besarle. Pero eso no podía ocurrir, simplemente no podía ocurrir más. La reina Seelie se había divertido bastante con aquella vez que consiguió atrapar a la chica en su corte hasta que le diera un beso. Obviamente me había calado, diciendo que me hacía un favor cuando en verdad lo único que había hecho fue complicar las cosas. Sobre todo porque el maldito mundano se había convertido en un vampiro y sin contar que yo había montado otro lío que era darle mi sangre. Algo que le dio el don de poder caminar bajo la luz del sol. Se había quedado entre nosotros, y si te podía fijar un poco veías las cicatrices de los colmillos de ese mundano.
Le hice una broma con el café y las palabras que uso para contestarme sonaron bastante seguras de ella misma. No dudaba de que ella fuera capaz de convertirse en una gran guerrera, pero yo era el mejor cazador de sombras de mi generación.
-Puedes entrenar todo lo que quieres, pero yo seguiré siendo el mejor. -yo también hablaba sin ninguna duda. -Ya te dije que era el mejor profesor. -contesté a su frase de que me echaba de menos como profesor. Sn embargo después de lo que paso con ella en el instituto y nuestra sesión de aprendizaje preferiría no volver hacerlo. De hecho no quería volver a provocarlo.
-Hubiera acabado por conocerte. -le dije totalmente seguro. -Valentine te habría cogido junto a tu madre, y después hubiera venido a por mí. -el cuarto estaba echo un desastre y cuando me curó me alejé un poco de ella para tener una distancia completamente prudencial y comenzar a recoger. -Siempre y cuando hubiera considerado que le fuera útil. -cuando todo estuvo en su sitio fui al armario y le di tres opciones para que eligiera la que más le convenía. Se dio la vuelta cara a la puerta. Me saqué el pantalón y cogí un pantalón limpio, unos vaqueros oscuros y después una cogí una camisa. -Ya está. -le avisé al mismo tiempo que me colocaba la camisa y comenzaba a abrocharme la camisa.
Al verme la herida que me había causado el ave se apresuró a curarme. Dejé que lo hiciera, cuando sus dedos rozaron mi pecho lo único que quise hacer fue abrazarla y besarle. Pero eso no podía ocurrir, simplemente no podía ocurrir más. La reina Seelie se había divertido bastante con aquella vez que consiguió atrapar a la chica en su corte hasta que le diera un beso. Obviamente me había calado, diciendo que me hacía un favor cuando en verdad lo único que había hecho fue complicar las cosas. Sobre todo porque el maldito mundano se había convertido en un vampiro y sin contar que yo había montado otro lío que era darle mi sangre. Algo que le dio el don de poder caminar bajo la luz del sol. Se había quedado entre nosotros, y si te podía fijar un poco veías las cicatrices de los colmillos de ese mundano.
Le hice una broma con el café y las palabras que uso para contestarme sonaron bastante seguras de ella misma. No dudaba de que ella fuera capaz de convertirse en una gran guerrera, pero yo era el mejor cazador de sombras de mi generación.
-Puedes entrenar todo lo que quieres, pero yo seguiré siendo el mejor. -yo también hablaba sin ninguna duda. -Ya te dije que era el mejor profesor. -contesté a su frase de que me echaba de menos como profesor. Sn embargo después de lo que paso con ella en el instituto y nuestra sesión de aprendizaje preferiría no volver hacerlo. De hecho no quería volver a provocarlo.
-Hubiera acabado por conocerte. -le dije totalmente seguro. -Valentine te habría cogido junto a tu madre, y después hubiera venido a por mí. -el cuarto estaba echo un desastre y cuando me curó me alejé un poco de ella para tener una distancia completamente prudencial y comenzar a recoger. -Siempre y cuando hubiera considerado que le fuera útil. -cuando todo estuvo en su sitio fui al armario y le di tres opciones para que eligiera la que más le convenía. Se dio la vuelta cara a la puerta. Me saqué el pantalón y cogí un pantalón limpio, unos vaqueros oscuros y después una cogí una camisa. -Ya está. -le avisé al mismo tiempo que me colocaba la camisa y comenzaba a abrocharme la camisa.
Jace C. Wayland- Nefilims
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Fecha de inscripción : 28/04/2014
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