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Primera vez que vengo por aquí... Me gusta esta ciudad... (Xaminé)
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Primera vez que vengo por aquí... Me gusta esta ciudad... (Xaminé)
Había salido a recorrer las calles, su departamento aún estaba vacío, ya que recientemente se había mudado a la fabulosa ciudad de Nueva York, luego de unos preciados 50 años en su París de ensueño. Era la primera vez que pisaba suelo norteamericano, nunca había ido a América, siempre había permanecido presa de la magia y los secretos del viejo mundo. Debería pasar los próximos días comprando algunos muebles para vestir su nuevo hogar. Había decantado por este destino porque luego de su último desengaño amoroso quería alejarse de todo. No quería cruzarselo ni de casualidad, cosa que era difícil para dos inmortales errantes que se aburrían cada tanto de estar en el mismo sitio.
Suspiro, metiendo las manos más profundo en los bolsillos de su abrigo, corría viento y comenzaba a hacer frío. Pronto comenzaría la temporada de nieve, y podría disfrutar a la ciudad en su absoluto esplendor, o eso le habían dicho. Caminó, algo más rapido que antes, decidida a encontrar pronto un lugar donde tomar algo y ver si conseguía información acerca de como se desarrollaba el submundo en este sitio. Amaba a La Clave, sentía una deuda hacia ellos, pero no en todos lados conocían su historia ni que había ayudado muchas veces en su Francia natal. Poco le importaba, su conciencia estaba tranquila, su único deseo era hacer lo que consideraba correcto, lo que los demás pensaban no le interesaba.
Vio un bar, de aspecto tranquilo, y decidió que para ser su primera noche allí sería un buen lugar. Entró y examino el lugar, aspirando el aire más cálido que había allí. Se podía respirar el alcohol de las bebidas, y se oían risas de gente que jugaba a distintos juegos y un aplauso para alguien que bajaba de hacer karaoke. Sonrió, pensando que era un lugar agradable, un lugar al que le gustaría ir seguido.
Se sentó en la barra, obsequiando su sonrisa al camarero y ordenando su bebida preferida - Un black rose por favor... Viva la Bastilla! - exclamó a modo de broma, fingiendo un acentro frances que era real, haciendo referencia al origen del trago. Sabía hablar múltiples idiomas, y luego de un largo tiempo había logrado eliminar de todos ellos el acento francés. Incluso, podía fingir un acento si era necesario.
Toma el vaso que le tiende el mesero, y comienza a beberlo, mirando a su alrededor. A su izquierda, dos asientos más allá de ella, hay una muchacha, de esas que parecen duras de solo mirarla. El tipo que le parecía sensual pero que jamás le daría la hora. Esos guantes con los dedos cortados en su mano, le resultaban sexys, pero, en fin, poco debía importarle la falta de atención de una mortal. Le resultó sorpresivo, sin embargo, ver que la chica se giró y dejó a su vista un par de vistojos ojos verdes brillantes. Nota entonces su piel, de un violaceo claro, y se sorprende aún más. - Parece que no soy la única bruja del bar - dice, intentando llamar su atención de vuelta.
Suspiro, metiendo las manos más profundo en los bolsillos de su abrigo, corría viento y comenzaba a hacer frío. Pronto comenzaría la temporada de nieve, y podría disfrutar a la ciudad en su absoluto esplendor, o eso le habían dicho. Caminó, algo más rapido que antes, decidida a encontrar pronto un lugar donde tomar algo y ver si conseguía información acerca de como se desarrollaba el submundo en este sitio. Amaba a La Clave, sentía una deuda hacia ellos, pero no en todos lados conocían su historia ni que había ayudado muchas veces en su Francia natal. Poco le importaba, su conciencia estaba tranquila, su único deseo era hacer lo que consideraba correcto, lo que los demás pensaban no le interesaba.
Vio un bar, de aspecto tranquilo, y decidió que para ser su primera noche allí sería un buen lugar. Entró y examino el lugar, aspirando el aire más cálido que había allí. Se podía respirar el alcohol de las bebidas, y se oían risas de gente que jugaba a distintos juegos y un aplauso para alguien que bajaba de hacer karaoke. Sonrió, pensando que era un lugar agradable, un lugar al que le gustaría ir seguido.
Se sentó en la barra, obsequiando su sonrisa al camarero y ordenando su bebida preferida - Un black rose por favor... Viva la Bastilla! - exclamó a modo de broma, fingiendo un acentro frances que era real, haciendo referencia al origen del trago. Sabía hablar múltiples idiomas, y luego de un largo tiempo había logrado eliminar de todos ellos el acento francés. Incluso, podía fingir un acento si era necesario.
Toma el vaso que le tiende el mesero, y comienza a beberlo, mirando a su alrededor. A su izquierda, dos asientos más allá de ella, hay una muchacha, de esas que parecen duras de solo mirarla. El tipo que le parecía sensual pero que jamás le daría la hora. Esos guantes con los dedos cortados en su mano, le resultaban sexys, pero, en fin, poco debía importarle la falta de atención de una mortal. Le resultó sorpresivo, sin embargo, ver que la chica se giró y dejó a su vista un par de vistojos ojos verdes brillantes. Nota entonces su piel, de un violaceo claro, y se sorprende aún más. - Parece que no soy la única bruja del bar - dice, intentando llamar su atención de vuelta.
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Re: Primera vez que vengo por aquí... Me gusta esta ciudad... (Xaminé)
Mi tiempo en New York seguía y creo que no acabaría en un rato, lo bueno era que podía crear un portal y estar en mi querido frio hogar, me quede un momento observando por la ventana la nieve empezaba a caer y pronto esto estaría completamente blanco.
Termine de ponerme la blusa de mangas largas negra con letras blancas que decían RIOT, tome unos lentes y me observe en el espejo alborotando un poco mi cabello, estaba muy sencilla pero era mi estilo cuando no tenía nada importante que hacer , más que pasear y vagar un poco en este mundo. Bajo hasta el sótano de mi pequeña casa y mientras atravieso el portal que llevaba un rato esperando, coloco mis amados guantes negro de piel. Y aparezco en un callejón en el centro de NY tomo un poco de aire y suspiro húmedo, pronto llovería se podía sentir en el aire.
Entre al primer bar que vi y entre estaba un poco lleno pero aun quedaban lugares donde estar, la mayoría eran mundanos así que no tendría ningún problema en toparme gente no deseada, tome asiento en la barra y espere a que llegara el chico del bar que se encontraba coqueteando con una chica mundana al otro extremo de la barra, rodé los ojos y le grite – Eit, tu niño anda a tenderme, aunque sigas hablándole y rogándole no se acostara contigo –termine un poco divertida pero mi rostro mostraba fastidio, el ver sonrojar al chico y que las chica se riera al igual que los demás del lugar, espere a que estuviera a mi lado y le pedí mi vaso de Ron.
Me quede divertida viendo como el chico mesero ya no se acervaba a la joven con quien pretendía acostarse y tener una noche de diversión, negué levemente mientras le daba tragos a mi bebida, sentí como alguien me miraba a unos cuantos metros, me le quedo viendo fijamente era un chica o mejor dicho bruja rubia, muy linda. Mis ojos brillaron un poco más al momento que me hablo eso normalmente pasaba cuando tenía comunicación con alguien de los míos.
Al parecer, pero yo llegue primero. –Alce una ceja y veo al chico que servía los tragos- él te lo puede confirmar. –solté una risa burlona.
Termine de ponerme la blusa de mangas largas negra con letras blancas que decían RIOT, tome unos lentes y me observe en el espejo alborotando un poco mi cabello, estaba muy sencilla pero era mi estilo cuando no tenía nada importante que hacer , más que pasear y vagar un poco en este mundo. Bajo hasta el sótano de mi pequeña casa y mientras atravieso el portal que llevaba un rato esperando, coloco mis amados guantes negro de piel. Y aparezco en un callejón en el centro de NY tomo un poco de aire y suspiro húmedo, pronto llovería se podía sentir en el aire.
Entre al primer bar que vi y entre estaba un poco lleno pero aun quedaban lugares donde estar, la mayoría eran mundanos así que no tendría ningún problema en toparme gente no deseada, tome asiento en la barra y espere a que llegara el chico del bar que se encontraba coqueteando con una chica mundana al otro extremo de la barra, rodé los ojos y le grite – Eit, tu niño anda a tenderme, aunque sigas hablándole y rogándole no se acostara contigo –termine un poco divertida pero mi rostro mostraba fastidio, el ver sonrojar al chico y que las chica se riera al igual que los demás del lugar, espere a que estuviera a mi lado y le pedí mi vaso de Ron.
Me quede divertida viendo como el chico mesero ya no se acervaba a la joven con quien pretendía acostarse y tener una noche de diversión, negué levemente mientras le daba tragos a mi bebida, sentí como alguien me miraba a unos cuantos metros, me le quedo viendo fijamente era un chica o mejor dicho bruja rubia, muy linda. Mis ojos brillaron un poco más al momento que me hablo eso normalmente pasaba cuando tenía comunicación con alguien de los míos.
Al parecer, pero yo llegue primero. –Alce una ceja y veo al chico que servía los tragos- él te lo puede confirmar. –solté una risa burlona.
Última edición por Xaminé O. Goldschmidt el Dom Dic 01, 2013 9:43 pm, editado 1 vez
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Re: Primera vez que vengo por aquí... Me gusta esta ciudad... (Xaminé)
Ríe en voz alta, mientras sorbe un poco de su bebida - Discúlpame, no sabía que era una competencia... - se levanta y se acerca a ella, sentándose en la banqueta de al lado y se muerde el labio, preguntándose si no le resultara incómodo que la salude como acostumbran en Francia, con un beso en cada mejilla, ya que su interlocutora tenía el aspecto de ser la clásica chica dura. Decidió que poco le importaba, después de todo, si los humanos eran animales de costumbres, los inmortales decidían a que costumbre mantenerse fiel, y el saludo de su Francia amada era una costumbre que no estaba en negociación. Se acerca aun más y le da un beso en cada mejilla, soonrojándose levemente al separarse, pensando en que olía bien, y en que apostaría que era del viejo continente, igual que ella. - Soy Edwige, y tú?
- De todas formas... Acabo de llegar a esta ciudad... A decir verdad... Es la primera vez que vengo por aquí... Me gusta esta ciudad... - dice, en un deseo de intercambiar opiniones con alguien que probablemente haya visto tanto mundo como ella, cosa que no le sucedía a menudo, ya que no solía encontrarse con brujos todos los días. - La gente se la pasa corriendo de un lado al otro, como si ya tuviera asumido que va a morir. Me dan... ternura. - agrega.
- ¿Hace mucho que vives por aquí? Me vendría bien alguien que me ponga al día de lo que sucede aquí. Fuera del hecho de que nunca vine - hace una pausa para tomar un poco más de su bebida, la acidez de las moras siempre le resultaba deliciosa - pasé los últimos 50 años en París. Y allí las cosas son bastante distintas, o eso creo.
Permanece mirandola de semi costado, mientras sorbe su bebida por la pajilla, curiosa hasta la punta del cabello por conocer más acerca de la curiosa bruja que tenía enfrente, hechizada, aún siendo inmune a su hechizo, por los brillantes ojos verdes, que le recordaban a un viejo amigo, y a alguna que otra aventura que habían atravesado juntos en las bellas y olorientas calles de París.
- De todas formas... Acabo de llegar a esta ciudad... A decir verdad... Es la primera vez que vengo por aquí... Me gusta esta ciudad... - dice, en un deseo de intercambiar opiniones con alguien que probablemente haya visto tanto mundo como ella, cosa que no le sucedía a menudo, ya que no solía encontrarse con brujos todos los días. - La gente se la pasa corriendo de un lado al otro, como si ya tuviera asumido que va a morir. Me dan... ternura. - agrega.
- ¿Hace mucho que vives por aquí? Me vendría bien alguien que me ponga al día de lo que sucede aquí. Fuera del hecho de que nunca vine - hace una pausa para tomar un poco más de su bebida, la acidez de las moras siempre le resultaba deliciosa - pasé los últimos 50 años en París. Y allí las cosas son bastante distintas, o eso creo.
Permanece mirandola de semi costado, mientras sorbe su bebida por la pajilla, curiosa hasta la punta del cabello por conocer más acerca de la curiosa bruja que tenía enfrente, hechizada, aún siendo inmune a su hechizo, por los brillantes ojos verdes, que le recordaban a un viejo amigo, y a alguna que otra aventura que habían atravesado juntos en las bellas y olorientas calles de París.
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Re: Primera vez que vengo por aquí... Me gusta esta ciudad... (Xaminé)
Aprieto mi mandíbula al sentir su saludo, por su asentó había entendido que era Francesa pero no creí que se atreviera a saludar de la forma tradicional que lo asían en su país, muevo mi silla para poder verla bien y no de lado doy un trago mas a mi bebida, era delgada y un lindo cuerpo, rostro muy lindo, en realidad es completamente linda, pero algo me decía que tendría algo que no me agradaría. Termine con mi bebida y me volví a acomodar en mi silla pidiendo otro trago igual- Xaminé, - le dedique una leve sonrisa, y volví mi vista al chico que serbia mi trago.
Sonrió un poco más al escuchar sobre su primera vez en este lugar, y en verdad se notaba , tome mi vaso y lo levante un poco inclinándolo hacia ella- Bienvenida a New York, donde tu vida es más rápida que… -en eso escucho a una chica gritarle a otro chico en la mesa de atrás, si no me equivocaba le acaba de pedir que sea su novia, y ahora estaban terminado- que esa relación que acaba de iniciar y terminar. –el sonido seguido que se escucha es el portazo que da la mundana al salir, lastima el tipo se veía atractivo.
Me giro dando la espalda a la barra, recargando mis codos en ella y sonrió de lado, al escucharla- La verdad en eso no te serviría mucho, llevo unos cuantos días y no pongo mucha atención a las noticias de los neoyorkinos, si quieres saber algo de ellos en la entrada esta el periódico diario, puedes comprar uno si gustas. –señale el pequeño estante de periódicos y revistas. Puede que suene grosera y muy hostil, pero era asi como me portaba con gente que no .
Sonrió un poco más al escuchar sobre su primera vez en este lugar, y en verdad se notaba , tome mi vaso y lo levante un poco inclinándolo hacia ella- Bienvenida a New York, donde tu vida es más rápida que… -en eso escucho a una chica gritarle a otro chico en la mesa de atrás, si no me equivocaba le acaba de pedir que sea su novia, y ahora estaban terminado- que esa relación que acaba de iniciar y terminar. –el sonido seguido que se escucha es el portazo que da la mundana al salir, lastima el tipo se veía atractivo.
Me giro dando la espalda a la barra, recargando mis codos en ella y sonrió de lado, al escucharla- La verdad en eso no te serviría mucho, llevo unos cuantos días y no pongo mucha atención a las noticias de los neoyorkinos, si quieres saber algo de ellos en la entrada esta el periódico diario, puedes comprar uno si gustas. –señale el pequeño estante de periódicos y revistas. Puede que suene grosera y muy hostil, pero era asi como me portaba con gente que no .
Última edición por Xaminé O. Goldschmidt el Dom Dic 01, 2013 9:43 pm, editado 1 vez
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Re: Primera vez que vengo por aquí... Me gusta esta ciudad... (Xaminé)
Ríe suavemente, con su risa cantarina. Era bastante optimista, pero se reía por lo distraída que estaba su interlocutora. Parecía que le preocuparan los mundanos, los había observado comenzar y romper su relación y luego le había sugerido buscar diarios... ¿De que le servirían? Pensó en decirle como hubiera dicho ella "No, tonta...", pero parecía que no le caía bien a su interlocutora, por lo que pensó que quizás no convendría actuar como si tuviera confianza. Ambas podían ser brujas, pero no por eso tenían que gustarse entre sí... Aunque aún esperaba que la otra pudiera guiarla en algo - Me refería a ponerme al día... Con lo que sucede en nuestro mundo. Las acciones de la bolsa poco me interesan, en cambio... Me gustaría saber, no sé, quien es el brujo de la zona, quien esta a cargo del instituto... Las cosas que si importan. - se explico, intentando mantenerse seria, para no caerle peor aún.
Miró a su bebida, que estaba casi vacía, e hizo una mueca. Le había entristecido un poco el rechazo de su colega. Ella sólo buscaba hacer amigos. Suspiro, pensando que al fin y al cabo, tenía razón: era el tipo de chica que a ella le gustaba pero que nunca era recíproco. Vació la copa y le hizo una seña al barman, para que la llenara de nuevo. Podría suceder que no se hiciera amiga de una bruja, pero al menos se haría amiga de esos Black Rose, ni en Francia hubieran podido servirlos mejor.
Desplazó su mirada por todo el bar, le agradaba la vitalidad del neoyorquino promedio, parecían ser felices, allí, en el bar, cumpliendo con lo que probablemente fuera una rutina luego de un día de trabajo. Miro el karaoke e intento imaginar a la muchacha sentada al lado suyo cantando y tuvo que hacer acopio de todas sus fuerzas de voluntad para evitar siquiera sonreír, pensando que sería algo que tampoco le caería en gracia. Ella no quería estar sola, por lo que intentaría llevarse bien con aquella bruja, era la mejor oportunidad que había tenido desde que había llegado, y no estaba dispuesta a arrojarla al garete sin intentarlo lo suficiente, eso no era ella, ella no era alguien que se daba por vencida. Sabía que si buscaba o esperaba lo suficiente, lo que necesitaba venía a ella. Así había sucedido desde que era pequeña y por eso era su máxima creencia.
Miró a su bebida, que estaba casi vacía, e hizo una mueca. Le había entristecido un poco el rechazo de su colega. Ella sólo buscaba hacer amigos. Suspiro, pensando que al fin y al cabo, tenía razón: era el tipo de chica que a ella le gustaba pero que nunca era recíproco. Vació la copa y le hizo una seña al barman, para que la llenara de nuevo. Podría suceder que no se hiciera amiga de una bruja, pero al menos se haría amiga de esos Black Rose, ni en Francia hubieran podido servirlos mejor.
Desplazó su mirada por todo el bar, le agradaba la vitalidad del neoyorquino promedio, parecían ser felices, allí, en el bar, cumpliendo con lo que probablemente fuera una rutina luego de un día de trabajo. Miro el karaoke e intento imaginar a la muchacha sentada al lado suyo cantando y tuvo que hacer acopio de todas sus fuerzas de voluntad para evitar siquiera sonreír, pensando que sería algo que tampoco le caería en gracia. Ella no quería estar sola, por lo que intentaría llevarse bien con aquella bruja, era la mejor oportunidad que había tenido desde que había llegado, y no estaba dispuesta a arrojarla al garete sin intentarlo lo suficiente, eso no era ella, ella no era alguien que se daba por vencida. Sabía que si buscaba o esperaba lo suficiente, lo que necesitaba venía a ella. Así había sucedido desde que era pequeña y por eso era su máxima creencia.
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Re: Primera vez que vengo por aquí... Me gusta esta ciudad... (Xaminé)
Al parecer si estaba muy distraída ya que a que submundo le interesaría el mundo mundano, niego y termino mi trago, carraspeo un poco mi garganta y me giro a Edwige, Edwige tendría que poner atención y empezar a aprenderme los nombres de la gente que conocía, cierro un poco los ojos y suspiro, le pido al chico otro trago- Edwige, te llamare Edwi, si? Me es más fácil aprendérmelo. Es eso o empezarte a cambiar de nombre cada que te hable. – creo que había sido muy dura al inicio desde que se acerco, como normalmente hacia pero había pensado cambiar y era un buen momento.
Al parecer quería saber del Instituto, y lo que pasaba alrededor, la verdad como llevaba poco en este lugar no sabía mucho, pero a lo que pregunto si podría contestarle- Los Lightwood, Robert y Maryse, ellos son los encargados del Instituto de New York, Esta un loco que se llama Valentine atacando a los nuestros, y a la Clave, para hacerle mejoras según el pero no creo que sea mejor que ahora, mmh...-tomo mi nuevo trago y bebo un poco saboreando de nuevo el licor, el casi no hablar tenía sus problemas, se que secaba muy rápido la boca, relamí mis labios y continúe- El Brujo es Magnus Bane, un buen brujo, creo que por eso es el Gran Brujo de Brooklyn, -alzo una ceja y por segunda vez la veo fijamente, ¿enserio no sabía de él? Eso si era raro.- ¿De dónde vienes mujer? Casi todo nuestro mundo sabe de él, y pues creo que el tal Valentine es lo más importante que les a pasado, todos hablan de él –le comento retándole importancia y girándome de nuevo.
Paso mi vista por todo el bar hasta que veo una mesa a unos cuentos pasos, en una ventana y la esquina, tomo mi trago y le hago una señal al chico para indicarle que estaría en aquel lugar y que no dejara de servir como se debía a mí y mi nueva acompañante, camino hasta la mesa y me siento en uno de los sillones grandes y muy cómodos, subo una de mis piernas y me siento sobre ella, al tiempo que le daba un trago a mi vaso, veo que la chica se queda donde estaba- ¿Te quedaras en esa silla sola? Pensé que querías tener compañía.. y acá estaremos mas cómodas. –le sonrío un poco alzando una de mis cejas y señalando le el sofá de enfrente.
Al parecer quería saber del Instituto, y lo que pasaba alrededor, la verdad como llevaba poco en este lugar no sabía mucho, pero a lo que pregunto si podría contestarle- Los Lightwood, Robert y Maryse, ellos son los encargados del Instituto de New York, Esta un loco que se llama Valentine atacando a los nuestros, y a la Clave, para hacerle mejoras según el pero no creo que sea mejor que ahora, mmh...-tomo mi nuevo trago y bebo un poco saboreando de nuevo el licor, el casi no hablar tenía sus problemas, se que secaba muy rápido la boca, relamí mis labios y continúe- El Brujo es Magnus Bane, un buen brujo, creo que por eso es el Gran Brujo de Brooklyn, -alzo una ceja y por segunda vez la veo fijamente, ¿enserio no sabía de él? Eso si era raro.- ¿De dónde vienes mujer? Casi todo nuestro mundo sabe de él, y pues creo que el tal Valentine es lo más importante que les a pasado, todos hablan de él –le comento retándole importancia y girándome de nuevo.
Paso mi vista por todo el bar hasta que veo una mesa a unos cuentos pasos, en una ventana y la esquina, tomo mi trago y le hago una señal al chico para indicarle que estaría en aquel lugar y que no dejara de servir como se debía a mí y mi nueva acompañante, camino hasta la mesa y me siento en uno de los sillones grandes y muy cómodos, subo una de mis piernas y me siento sobre ella, al tiempo que le daba un trago a mi vaso, veo que la chica se queda donde estaba- ¿Te quedaras en esa silla sola? Pensé que querías tener compañía.. y acá estaremos mas cómodas. –le sonrío un poco alzando una de mis cejas y señalando le el sofá de enfrente.
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Re: Primera vez que vengo por aquí... Me gusta esta ciudad... (Xaminé)
Le pareció un poco grosera la forma en que decidió darle un apodo que nadie le daba, pero decidió hacer caso omiso del hecho: No todo el mundo era expresamente amable en todas partes del mundo, sin importar el país en que estuvieras, siempre había alguien que te trataba de manera más dura que el resto, cosa muy usual, además, en los brujos, que por sus normalmente complicadas historias de vida, solían ser más duros que el resto. Cada uno decidía como tomarse la vida, después de todo, había deducido Edwige luego de cansarse de intentar que la gente cambiara su actitud. Hizo su mejor intento por sonreír amablemente - No hay problema, entiendo... La inmortalidad te llena de nombres por recordar y en un momento se torna confuso, ¿verdad? - dijo, intentando demostrar cierta empatía con su interlocutora para que no se sintiera incómoda.
Al oír hablar de los Lightwood y de Valentine, la recorrió un escalofrío. Aún recordaba la época del Círculo y el haber intentado pasar desapercibida: habían sido tiempos oscuros para los submundos. Aunque parecía entenderse que ahora los Lightwoods estaban separados de Valentine, cosa que no sabía si tomarla como algo bueno o como que, ya que no se convencía de que los Lightwoods se hubieran vuelto de golpe en seres confiables. Comienza a beber de su copa y casi escupe la bebida de sorpresa al escuchar nombrar a Magnus... ¿Magnus Bane? Su amigo de aventuras en La France parecía haber llegado lejos... El brujo de Brooklyn, nada menos. Sonrió un poco orgullosa de él, debería de seguro visitarlo y beber un trago por los viejos tiempos.
Ensimismada en sus pensamientos, no advirtió que su acompañante se había retirado a una mesa un poco más alejada. Cuando se gira a hacerle un comentario, se queda con la boca abierta, sin comprender adonde se había ido. La busca por el bar y la descubre sentada en una mesa en una de las esquinas del bar. Sonríe cuando la invita a seguirla, pensando que quizás esta noche se hiciera de una amiga. Aunque con la bruja que tenía enfrente no era fácil asegurar nada, de eso se había dado cuenta hacía un rato ya.
Se acercó a la mesa y ocupo el lugar que la otra le había indicado. Se sentó y casi en un acto reflejo cruzó una pierna sobre la otra. Decidió inquirir un poco más acerca de su acompañante, aunque temía que ésta lo tomara como una invasión al espacio personal. Sonrió e intentó preguntar sin sonar demasiado curiosa - Tú no eres de aquí... ¿Verdad?
Al oír hablar de los Lightwood y de Valentine, la recorrió un escalofrío. Aún recordaba la época del Círculo y el haber intentado pasar desapercibida: habían sido tiempos oscuros para los submundos. Aunque parecía entenderse que ahora los Lightwoods estaban separados de Valentine, cosa que no sabía si tomarla como algo bueno o como que, ya que no se convencía de que los Lightwoods se hubieran vuelto de golpe en seres confiables. Comienza a beber de su copa y casi escupe la bebida de sorpresa al escuchar nombrar a Magnus... ¿Magnus Bane? Su amigo de aventuras en La France parecía haber llegado lejos... El brujo de Brooklyn, nada menos. Sonrió un poco orgullosa de él, debería de seguro visitarlo y beber un trago por los viejos tiempos.
Ensimismada en sus pensamientos, no advirtió que su acompañante se había retirado a una mesa un poco más alejada. Cuando se gira a hacerle un comentario, se queda con la boca abierta, sin comprender adonde se había ido. La busca por el bar y la descubre sentada en una mesa en una de las esquinas del bar. Sonríe cuando la invita a seguirla, pensando que quizás esta noche se hiciera de una amiga. Aunque con la bruja que tenía enfrente no era fácil asegurar nada, de eso se había dado cuenta hacía un rato ya.
Se acercó a la mesa y ocupo el lugar que la otra le había indicado. Se sentó y casi en un acto reflejo cruzó una pierna sobre la otra. Decidió inquirir un poco más acerca de su acompañante, aunque temía que ésta lo tomara como una invasión al espacio personal. Sonrió e intentó preguntar sin sonar demasiado curiosa - Tú no eres de aquí... ¿Verdad?
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Re: Primera vez que vengo por aquí... Me gusta esta ciudad... (Xaminé)
Estaba viendo hacia la ventana, observándolo que hacían los humanos que pasaban por la acera de enfrente, no era que me importara mucho lo que hicieran o no pero al parecer era lo único que se podía hacer en este lugar, como extrañaba Finlandia allá me distraía con facilidad todos me conocían y fácil me podía distare con los jóvenes y tener una noche divertida, pasarnos de tragos y seguir la fiesta todos en cada de alguien más, solté un suspiro y le di otro trago a mi copa.
Se me nota mucho?.. ¿Qué me delata? –Levanto una de mis cejas viéndola fijamente, mi acento no era muy notorio o bueno eso creo, ya que llevaba mucho tiempo hablando tantos idiomas que casi no se me notaba, a lo mejor era que casi no estaba informada de las noticas de este lado del mundo o mejor dicho de ningún lado, ya que normalmente era muy independiente no me gustaba mucho saber algo sobre del mundo de los submundos, el meterme en eso hacía que me enojara por el hecho de que no me dejaban usar mi magia a mi gana, nunca había estado deacuerdo con esas leyes, cuando me veía con los de la clave era solo por cosas que la verdad nunca les ponía atención, pero tenía que acudir a las juntas que realizaban en el Instituto de Finlandia, con todos los subterranos finlandeses, que a pesar de no ser muchos aun así tenían sus juntas y yo como soy la única bruja del país finlandes por obligación también tenía que ir.
Se me nota mucho?.. ¿Qué me delata? –Levanto una de mis cejas viéndola fijamente, mi acento no era muy notorio o bueno eso creo, ya que llevaba mucho tiempo hablando tantos idiomas que casi no se me notaba, a lo mejor era que casi no estaba informada de las noticas de este lado del mundo o mejor dicho de ningún lado, ya que normalmente era muy independiente no me gustaba mucho saber algo sobre del mundo de los submundos, el meterme en eso hacía que me enojara por el hecho de que no me dejaban usar mi magia a mi gana, nunca había estado deacuerdo con esas leyes, cuando me veía con los de la clave era solo por cosas que la verdad nunca les ponía atención, pero tenía que acudir a las juntas que realizaban en el Instituto de Finlandia, con todos los subterranos finlandeses, que a pesar de no ser muchos aun así tenían sus juntas y yo como soy la única bruja del país finlandes por obligación también tenía que ir.
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Re: Primera vez que vengo por aquí... Me gusta esta ciudad... (Xaminé)
Sonrío con timidez y cierta cuota de cautela, no le gustaba sentir que se entrometía, menos cuando había un letrero de neón encima de todo diciendo "mantén tu nariz alejada de mis asuntos”. Arrugó la nariz y elevó aún más las comisuras de sus labios antes de hablar, como si quisiera elegir las palabras adecuadas para responder – Es que… - comenzó, mirando a su alrededor – Eres la única que toma ron. Aparentemente los neoyorquinos sólo beben cerveza… o algún que otro trago largo – dijo, señalando alrededor, antes de disculparse – Lo siento… Es que cuando uno pasa tanto tiempo intentando pasar desapercibido… Se vuelve algo detallista. – dijo, sonrojándose y bajando la vista, algo incómoda.
Sabía que su manía era especial, por todo lo que había sufrido. Sin embargo, no por eso podía despegarse de ella. Era parte de ella, y Edwige juraría que es lo que la mantuvo con vida durante tantos años. Alejó esos recuerdos destellantes de su mente, bajando a la realidad, a aquel agradable bar donde estaba a salvo. Al menos por el momento.
Volvió a recorrer con la mirada las mesas. Le parecía increíble la energía que reinaba en aquel lugar. La gente reía, cantaba en el karaoke y bebía, como si no hubiera un mañana, pero Edwige apostaría a que todos ellos tendrían un trabajo al que se presentarían en la mañana como si hubieran dormido toda la noche. Sentía como la energía que emanaban comenzaba a invadirla, a invitarla a un ritmo de vida que era totalmente capaz de seguir. Pero sabía que tenía que mantener distancia. Al menos por un tiempo. Después de todo había ido a Nueva York para descansar de Francia… de París… Dejar de pensar en todas las personas que habían ido quedando en el camino en los últimos 50 años. En cuantos amigos nefilims, hombres lobos y algún que otro mundano. Para ellos el tiempo era sinónimo de crueldad, pero sobre todo era sinónimo de final. Y a todos les había llegado el suyo. Suspiró, apurando su copa, vaciándola antes de darse cuenta. La nostalgia la estaba invadiendo, y ni la energía de ese lugar parecía poder ayudarla.
Sabía que su manía era especial, por todo lo que había sufrido. Sin embargo, no por eso podía despegarse de ella. Era parte de ella, y Edwige juraría que es lo que la mantuvo con vida durante tantos años. Alejó esos recuerdos destellantes de su mente, bajando a la realidad, a aquel agradable bar donde estaba a salvo. Al menos por el momento.
Volvió a recorrer con la mirada las mesas. Le parecía increíble la energía que reinaba en aquel lugar. La gente reía, cantaba en el karaoke y bebía, como si no hubiera un mañana, pero Edwige apostaría a que todos ellos tendrían un trabajo al que se presentarían en la mañana como si hubieran dormido toda la noche. Sentía como la energía que emanaban comenzaba a invadirla, a invitarla a un ritmo de vida que era totalmente capaz de seguir. Pero sabía que tenía que mantener distancia. Al menos por un tiempo. Después de todo había ido a Nueva York para descansar de Francia… de París… Dejar de pensar en todas las personas que habían ido quedando en el camino en los últimos 50 años. En cuantos amigos nefilims, hombres lobos y algún que otro mundano. Para ellos el tiempo era sinónimo de crueldad, pero sobre todo era sinónimo de final. Y a todos les había llegado el suyo. Suspiró, apurando su copa, vaciándola antes de darse cuenta. La nostalgia la estaba invadiendo, y ni la energía de ese lugar parecía poder ayudarla.
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Re: Primera vez que vengo por aquí... Me gusta esta ciudad... (Xaminé)
Escucho su comentario sobre que soy la única que toma ron en todo el bar, hago una leve mueca y veo los tragos que tiene cada uno de los que están en el negocio, era verdad la mayoría tenían cervezas y yo era la única con ron, sonrió ampliamente y le doy otro trago a mi ron, hechizo el vaso para que no tenga fin, era un hechizo que había conocido gracias a Kyosuke mi mentor, pues normalmente lo usaba cuando salía de fiesta.
Sonrió y veo a la bruja ampliamente, hasta este momento había prestado atención a su marca en el rostro era muy bella lástima que la ocultaba, eso no era gusto para nosotros los brujos. Yo casi nunca las ocultaba, pues me gustaba lucirlas y hacer notar que era diferente a todos, ya que era la única bruja que tenia alas de ángel, algo muy divertido ya que era mitad demonio- Si bueno no soy igual a ellos.. asi que no tomo lo mismo que ellos. –Señalo a los mundanos con mi vista mientras hacia que un grupo de chicas que bailaban y cantaban se cayeran, rio sonoramente y vuelvo a dar un trago a mi vaso- ¿Te gustaría ir a otro lugar? .. tu decides, por ser nueva aquí –sonrió de lado y observo por la ventana, el punto era que ya quería salir del lugar, pero no quería deja atrás a mi nueva “amiga”- Podemos ir a un centro nocturno y divertirnos un rato.
Sonrió y veo a la bruja ampliamente, hasta este momento había prestado atención a su marca en el rostro era muy bella lástima que la ocultaba, eso no era gusto para nosotros los brujos. Yo casi nunca las ocultaba, pues me gustaba lucirlas y hacer notar que era diferente a todos, ya que era la única bruja que tenia alas de ángel, algo muy divertido ya que era mitad demonio- Si bueno no soy igual a ellos.. asi que no tomo lo mismo que ellos. –Señalo a los mundanos con mi vista mientras hacia que un grupo de chicas que bailaban y cantaban se cayeran, rio sonoramente y vuelvo a dar un trago a mi vaso- ¿Te gustaría ir a otro lugar? .. tu decides, por ser nueva aquí –sonrió de lado y observo por la ventana, el punto era que ya quería salir del lugar, pero no quería deja atrás a mi nueva “amiga”- Podemos ir a un centro nocturno y divertirnos un rato.
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Re: Primera vez que vengo por aquí... Me gusta esta ciudad... (Xaminé)
Notó que observaba sus marcas. Sabía que se estaba sonrojando por nada importante, pero no podía evitarlo. A pesar que llevaba siglos viviendo en conocimiento de su verdadera naturaleza, no había forma de borrar los maltratos a los que se vio sometida durante el tiempo en que debió cumplir funciones de esclava en aquella iglesia en su ciudad natal. Dudaba que alguien con la personalidad de su nueva amiga pudiera comprender porque lo hacía, o que siquiera le interesara. A pesar de que todos llevaban años siendo alimento de gusanos, aún les temía. Les temía a pesar de poder pulverizarlos si lo deseaba. Pero ese no era su estilo, y ahora no tendría sentido. Seguiría escondiendo su verdadera naturaleza pensando en que quizás esa era la única manera de rendir tributo a sus padres, muertos por injusticia.
Se sintió un poco incómoda por la pequeña maldad de Xaminé al provocar la caída de las muchachas. Tuvo que contenerse para no ir a ayudarlas. Después de todo, estaba en su naturaleza ser bondadosa. Pero no podía alejarse de la bruja, alguien con quien, al menos por un rato, podía ser ella misma. Por eso, luego de dedicarle una breve mirada con un gesto mezcla de preocupación y disculpas, se volvió hacía su interlocutora y le sonrió, sinceramente agradecida por la invitación. Quizás sonara muy entusiasta cuando dijo - ¡Me encantaría! Cualquier lugar es genial en mi opinión... No conozco mucho, por lo que podrás comprender que sería una pésima guía turística... - comenzó a hablar algo nerviosamente, y demasiado rápido. Si no se hubiera estado conteniendo, probablemente hubiera comenzado a dar saltitos en el asiento. Al fin y al cabo, Edwige era un tierno malvavisco que solía endurecerse para protegerse, y cuando parecía que había sido aceptada, dejaba caer sus barreras.
Se sintió un poco incómoda por la pequeña maldad de Xaminé al provocar la caída de las muchachas. Tuvo que contenerse para no ir a ayudarlas. Después de todo, estaba en su naturaleza ser bondadosa. Pero no podía alejarse de la bruja, alguien con quien, al menos por un rato, podía ser ella misma. Por eso, luego de dedicarle una breve mirada con un gesto mezcla de preocupación y disculpas, se volvió hacía su interlocutora y le sonrió, sinceramente agradecida por la invitación. Quizás sonara muy entusiasta cuando dijo - ¡Me encantaría! Cualquier lugar es genial en mi opinión... No conozco mucho, por lo que podrás comprender que sería una pésima guía turística... - comenzó a hablar algo nerviosamente, y demasiado rápido. Si no se hubiera estado conteniendo, probablemente hubiera comenzado a dar saltitos en el asiento. Al fin y al cabo, Edwige era un tierno malvavisco que solía endurecerse para protegerse, y cuando parecía que había sido aceptada, dejaba caer sus barreras.
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