Magical Song [Evangeline DeVolkan]

Recuerdo del primer mensaje :


Abrí los ojos como a las 10 y media. Y simplemte giré en la cama y no me importó nada. Cuando volví a abrirlos una hora después, me tardé unos minutos en recordar a la mundanita y que le dije que llegara temprano. Maldije en japonés y desperté al pobre de Cheshire que estaba dormido justo en mi cama. Gatos... le consigo la mejor cama de gato de Nueva York y él piensa que la mía es mejor. ¡Me tiene completamente controlado!


- Cuida la puerta, ¿quieres?

De mala gana voy a darme un baño, maldiciéndome a mí mismo por hacerla venir a mediodía sólo porque me pareció divertido. Debí decirle que a las dos... O quizá, no debí largarme de fiesta de nuevo en la corte Seelie después de despedirme de ella. Kyo, eres un idiota. Encima cuando salí, sólo alcancé a ponerme la ropa interior y un pantalón deportivo negro de lo más sencillo cuando escuché el timbre. Esto no está pasando. Digo, yo sé que soy guapo y bastante, algunas veces he sido modelo y hasta idol a lo largo de mi vida, pero ella es una mujer y encima mundana. Por si fuera poco, Cheshire empieza a maullar.

- ¡Ya sé, ya voy! ¡Argh!

Tomo la primera playera que me encuentro y voy a abrir la puerta, aún sin ponérmela. No me importa enseñar ni los tatuajes ni los piercings, sé que la prioridad en este momento es abrir la maldita puerta. Coloco la camiseta sobre mi hombro derecho, me pongo las sandalias que dejo convenientemente junto a la puerta y cruzo el pequeño jardín hasta llegar a la puerta. Abro y miro a la mundanita, le hago una "v" con la mano izquierda y estoy perfectamente consciente de que estoy mojado, no me peiné y me escurre agua, pero bueno, es lo que hay.

- Irasshaimase! Bienvenida a mi casa, V.

Tengo que contenerme para no sonreír, Kyosuke realmente parece sorprendido como si de repente me hubieran salido un par de ojos extras y antenas, eso me hizo pensar que tendía a aterrorizar a la gente a su alrededor. Y lo más curioso es que eso realmente me pareció una locura, Kyosuke era un brujo peligroso, practicante de magia negra y sin embargo...sin embargo distaba mucho de ser realmente terrible.

Terminamos de comer y retiro el plato mientras escucho su opinión, me parece bastante sensata.
-Preocúpate por ti, los que quieres y los que se preocupan por ti, me suena a una buena ideología de vida-admito mientras lavo los utensilios de cocina que he utilizado. En realidad sonaba bastante similar a mi propia manera de vivir cuidando solo de mi familia, algunas veces ni siquiera de mi y...bueno, en realidad jamas había tenido a nadie que se preocupara verdaderamente por mi cosa que me hizo dudar ¿Kyosuke entraría en esa categoría? Lo miro con curiosidad pero me niego a seguir indagando en ese tema, por el momento había invadido suficiente territorio inexplorado con él como para ir tan adentro.
Me divierte que me utilice como despertador aunque se que es una buena idea, en una sala llena de nehpilims y subterraneos ni loca se me ocurriría dormirme, de hecho mi instinto me lo impedía así que me encargaría de escuchar todos los tediosos detalles que a él ni por asomo le interesaban.

Cuando regreso y el me tiende una tarjeta de crédito no puedo evitar mirarla como algún tipo de insecto extraño y desconocido, me sentía como toda una pueblerina pero nunca había soñado siguiera en usar una tarjeta de crédito. Miro a Kyosuke, luego a la tarjeta y luego a él de nuevo, por un momento realmente pienso en decir algo pero él realmente parece deseoso de que simplemente me calle de manera que tomo la tarjeta y asiento con la cabeza. De nuevo pienso en agradecerle pero realmente parece tenso, incluso sorprendido por su propia acción de manera que asiento a sus indicaciones y me dirijo a la puerta . Sin embargo y ya con la mano en la perilla no puedo evitar volverme y decirle
-Gracias, por todo
Y no se trata solo del viaje o la tarjeta, de echo creo que esos era los dos motivos menos relevantes, se trataba de que...bueno, no estaba segura de que se trataba en realidad pero cuando cerré la puerta a mis espaldas no pude evitar una sonrisa conmovida. Por mucho que intentara negarlo sabía que terminaría encariñandome de Kyosuke, solo esperaba que eso no terminara en un completo desastre.

Francamente, creo que no sé ni qué diablos estoy haciendo. Ella es huraña y simplemente no se deja, pero de repente me agradece y me siento especial y conmovido. Es algo simple y más me vale que se me pase, no puedo terminar convirtiéndome en un meloso. Antes me echo limón en un ojo.

Quizá eso es lo que me hace pasarle mi filosofía de protección. Quizá aquí todos están acostumbrados a Magnus Bane y esa forma que tiene de ser gran brujo en donde le importa un rábano lo que pase. Yo había peleado por esto y había demostrado ser poderoso pese a que no tengo 800 mil años. Y había demostrado que me preocuparía por los brujos. Ahora sin embargo, acepté la responsabilidad de preocuparme por esta mundanita, le diga lo que le diga normalmente, pero no puedo decírselo así.

- Es una opción como persona y como líder. A veces hasta funciona.

Y por "funciona" me refiero a que alguien lo entiende, aunque en mi caso, francamente a todos o les da igual o lo asumen como parte de mi deber.

Le explico a Evan que quiero que escuche por mí, porque francamente yo voy a cumplir un requisito. Opinaré al final y seguramente diré lo mismo que en la carta. Pero claro, mueren por verme.

Regresa y decido hacer otra estupidez y le doy la tarjeta de crédito. No era tan estúpido si teníamos en cuenta que mi más reciente carrera universitaria me permite hackear la tarjeta si se le ocurre ir a comprarse mil cosas que me dejarían en la ruina, pero es un acto de confianza y un acto de libertad. Confío lo suficiente como para dársela y la dejo elegir lo que quiere, salvo para la reunión. Ya es su problema si se compra un vestido rosa como extra.

Parece tan contrariada como yo, pero por fin la toma y va a la puerta. Yo llamo al gato con un ademán y lo abrazo, cuando de nuevo, ella me sorprende. No sé qué decirle y me niego a decirle un "de nada".

- Anda, largo.

Se marcha y siento como si pudiera tener paz otra vez.

- ¿Ves esto, Cheshire? Maldita mundana, es demasiado parecida a mí pero ha sufrido más y la admiro. Estúpidos mundanos...

Cargo al gato y me siento a jugar Final Fantasy XIII, un videojuego donde se ensalzan las capacidades únicas de resistencia de los mundanos, y cómo son capaces de hacer posible lo imposible.

Como Evan...