Burke Psychiatric Hospital || Atualización || Normal

Era el año 1939 cuando el Doctor Magnus Burke fundó el hospital psiquiátrico que hoy día continúa llevando su nombre. Escogió un buen sitio en Los Angeles para construirlo, un descampado infértil, una zona tranquila. La edificación era apta para los pacientes, ideada para controlar las acciones de cada uno y evitar cualquier escape. Pronto logró fama ya que los pocos afortunados en salir se mostraban obedientes y sumisos. Los métodos utilizados eran un misterio para la prensa y la sociedad. Los métodos eran un secreto, ya que muchas personas se opondrían a tales torturas.
El acceso al manicomio se desvirtuó al poco tiempo, donde el Doctor Burke decidió albergar a niños y adolescentes sin hogar, huérfanos. Debía perfeccionar sus métodos y éstos jóvenes eran sus conejillos de indias. Lo que comenzó por un proyecto para ayudar a los insanos, terminó como una obsesión para el mismo fundador, ya no quería curarlos, quería verlos sufrir. Inclusive fue capaz de someter a su propia hija, apenas niña, a aquellas prácticas aberrantes. La mató, así como asesinó a muchos antes que ella. Pero ese golpe no logró detenerlo.

Tres años pasaron hasta que sucediera lo inevitable. La víctima era un pequeño niño de apellido Mackey, fue su última tortura en vida. Los pacientes organizaron una revolución, algunos eran locos, otros sólo habían llegado allí por mala suerte, pero todos tenían un mismo objetivo: vengarse. Salvaron al pequeño, torturaron a los doctores y enfermeros, hicieron que el Doctor Burke sintiera en carne propia cada uno de sus métodos nada ortodoxos hasta dejarlo sin vida. La instalación sufrió grandes daños, muchos pacientes escaparon, otros se quedaron para incendiar el lugar y hacer desaparecer el cuerpo del fundador. Muchos murieron esa noche y hasta la fecha no hay rastro físico de aquel despreciable hombre.

En el año 2000 el Doctor Sebastian Collingwood compró el terreno. Reconstruyó el edificio intentando mantener la estructura original pero ampliando para poder albergar a más pacientes y para que el personal que quisiese pudiera vivir allí dentro. Sólo un sector quedó intacto, el edificio donde el Doctor Burke realizaba sus inhumanos experimentos y donde presuntamente falleció. Tampoco se ha hecho gran esfuerzo por quitar los cuerpos enterrados de las víctimas. Pero cabe destacar que ya no se practican métodos tan anticuados para la sanación de los pacientes, ni en los internos se encontrará a alguien cuerdo.

Las paredes de Burke Psychiatric Hospital fueron construídas para que lo que pasara allí dentro se quedara allí dentro. El dolor jamás se fue. Los gritos aún se oyen. La desesperación sigue haciendo eco en cada persona encerrada en el manicomio. Los pacientes del pasado están sumidos en la locura eterna y los torturadores padecen en un infinito calvario. Éstos seres recrean sus peores momentos cada noche. Intentarán que formes parte de su terrorífica historia. Ten cuidado, porque la línea entre la el mundo de los vivos y los muertos es muy fina y podrías quedar atrapado en aquel al que no pertenezcas.

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