A beautiful sky (Priv. Aiden Blackcrow)

Helena se encontraba bastante aburrida con manchas de pintura sobre su rostro dando vueltas por aquel pequeño apartamento, en el suelo se observaban varias hojas de papel arrugadas rotas. Tenia que llevar una representación de la ciudad y a pesar de intentar dibujarlo una y otra vez el resultado siempre era...desastroso su exigente ser no le encontraba belleza a aquellos dibujos. Aleteo un poco sus alas para desentumir las, provocando que algunas plumas negras cayeran al suelo.La rubia se mordió los labios mientras miraba pensativa a a la ventana, cuando una idea le llego a su cabeza, había escuchado de un mirador en donde la vista era hermosa y estaba tranquilo a pesar de encontrarse en el medio de la ciudad. De manera rapida se levanto corriendo a su baño para quitarse toda esa pintura del cuerpo y ponerse decente.

Después de un rato salio con una camiseta de su grupo favorito modificada para que su espalda estuviera descubierta- mas por comodidad que por moda- mostrando su tatuaje, unos pantalones entubados y tenis negros, se arreglo su cabello mientras tomaba las llaves, su celular , su mochila donde guardaba su cuaderno y varios utensilios de dibujo por ultimo guardo su cámara mientras cerraba la puerta de su apartamento de manera brusca y se fue rumbo al elevador dando pequeños brincos.

Tomo el subterráneo al ser la vía mas fácil y rapida de transporte, no alcanzo lugar y tuvo que irse de pie pero por extraño que pareciera estaba medianamente vacío cosa que hizo que Helena soltara un suspiro de alivio, hoy no tenia ganas de ir como un paquete de sardinas , bajo en su estación mientras cantaba en voz baja una canción, solo faltaba llegar al edificio y todo estaría bien.

Camino unas calles mas antes de ver el famoso Rockefeller Center, muy dentro de ella algo pedía a gritos que ojala estuviera solo, para que le dejaran trabajar pero era una petición un poco tonta, entro al edificio para dirigirse a los elevadores en el cual pulso el botón de manera rapida aun tarareando aquella canción, espero pacientemente llegar a su destino el cual al verse en aquel alto lugar con el viento despeinando le los cabellos sonrió alegremente y mas al verlo prácticamente desierto. Tenían razón todo el lugar despedía paz y a pesar de estar en el centro de la ciudad era tan tranquilo. Admiro por unos momentos el cielo contemplando el crepúsculo con expresión asombrada.

-Ist wunderbar..-murmuro en su idioma natal- Lindo, maravilloso, hermoso...-siguió murmurando mientras sacaba su cámara disfrutando del viento que le acariciaba los brazos y la espalda .

De niño le tenia pánico a las alturas, no era simplemente miedo a caer sino un terror profundo a la oscuridad del abismo que veía bajo mis pies. Mi tutor me obligaba a pararme al borde de un acantilado mirando hacia abajo por horas y horas mientras mi cuerpo temblaba como una hoja que con el mas leve soplo de viento volaría y caería sin ninguna manera de sobrevivir. Recuerdo más que nada ese acantilado, la oscuridad y la mirada severa del abuelo Blackcrow diciéndome que un cazador no debía tenerle miedo a nada.
Curiosamente cuando me fui del Instituto de Yorkshine el miedo pareció disminuir hasta extinguirse, una vez ya no hubo a quien decepcionar fue como si todo ese sentimiento nunca hubiera existido. Hasta el momento no había podido hallarle una explicación lógica a tal suceso ni al hecho de que había empezado a amar la sensación de estar sobre el mundo.
Parado en el mirador tuve otra vez esas sensación de que el abismo estaba muy lejos y significaba una segura muerte sin embargo ya no me producía miedo.

Eran las últimas horas de la tarde y había decidido aprovechar esos últimos momentos de luz para explorar la ciudad antes que tuviera que volver al Instituto o a las calles para enfrentarme a los demonios o a alguna otra criatura oscura, esos momentos de paz con un café caliente entre mis manos eran precisamente los que me hacían olvidar que allá abajo había una ciudad llena de sangre y mucha de esa sangre seria derramada por mi. A pesar de que sabía que los demonios eran seres oscuros a veces no podía evitar pensar en que tal vez no todos fueran bestias sanguinarias, no todos fueran como ESA cosa.
Esa cosa o la bestia como generalmente la llamaba, llevaba ya un tiempo sin aparecer en mis pesadillas pero sabía que eso no quería decir que había desaparecido, por el contrario entre más tiempo descansaba peor era cuando atacaba, y a pesar de que me insistía a mi mismo que se trataba de un sueño en realidad no podía quitarme la sensación de que la bestia estaba allá afuera y yo necesitaba detenerla.

Di un trago a mi café mientras observaba las luces de la ciudad con un mínimo de impresión, habría sido mejor ver el cielo estrellado que todas esas luces falsas que las ensombrecían hasta hacerlas desparecer. Edificios, casas, bares...todas esas luces encendidas no me parecían especialmente espectaculares pero al menos hasta aquí arriba no alcanzaba a llegar el disturbio de música a todo volumen, autos pitando y gente hablando por teléfono. Aquí arriba todo era silencio, silencio y luces que brillaban sobre el abismo oscuro, y de fondo un sol rojo a penas visible en el horizonte cubierto de rascacielos grises llenos de oficinas de ejecutivos importantes. Ni siquiera el sol podía luchar con tan terribles adversarios.

Me di media vuelta y me recosté en el barandal dándole la espalda al vació mientras esperaba a que todo se fundiera en la oscuridad. Empece a cantar por lo bajo una canción que no recordaba donde había escuchado, solo me sabía el coro por lo que lo repetí una, dos, tres, cuatro...iba por la quinta repetición cuando vi a la chica rubia subir.
Al principio me llamo la atención porque creí que se trataba de una niña perdida pues su rostro tenia unas facciones tan dulces y redondeadas que me confundieron pero una vez la examine mejor comprendí que no debía ser mucho menor que yo, tal vez unos quince años pero no podría asegurarlo. Su cabello rubio flotaba como un aura al rededor de su rostro y sentí un extraño sentimiento de incomodidad en la boca del estomago sin embargo paso rápidamente. La escuche murmurar algo a lo lejos en un idioma conocido pero no fácilmente identificable ¿alemán? Paso a mi lado con su cámara dispuesta a tomar algunas fotos cosa que me hizo sonreír, la habría imitado pero había dejado mi cámara en casa por lo que no me quedo mas remedio que simplemente mirarla. El tatuaje en su espalda me llamo la atención, las alas eran comunes en los adolescente hoy en día pero el ala rota lucia bastante tétrica.
¿Un ángel caído?-murmuro para mi mismo frunciendo el ceño.

La rubia tomo algunas fotografías, aprovechando la mezcla de colores que se mostraba ante sus ojos todo de rojos y naranjas. El atardecer realmente era tan bello...Se acerco un poco mas pegándose al barandal, nunca le había temido a las alturas seria ridículo que lo hiciera teniendo en cuenta que parte de su vida se la vivió en lo mas alto del cielo . Tan concentrada se encontraba en sus cavilaciones que aquel repentino escalofrío que le asalto la sorprendió. Era un frió tan espectral que parecía intentar congelar su alma. Por un momento paro de hacer lo que hacia para tratar de regresar el calor a su cuerpo, en cuanto aquella sensación se fue se quedo un momento apoyada en el barandal fijando su mirar en el cielo anaranjado, sus ojos de la manera mas discreta que pudo encontrar fueron recorriendo aquel espacio abierto, tratando de encontrar el porque de aquel repentino sentimiento.No quería pensar que pasaría si fuera un demonio...hace tanto que no luchaba con un demonio, no tenia armas adecuadas...seguramente terminaría muy herida. Lo único que sus ojos claros encontraron fue un joven que bebía un café, a pesar de que intento despegar la mirada de manera inmediata por pena no pudo hacerlo tan rápido como ella hubiera deseado. El joven era bastante guapo, lo que mas le llamo la atención fue aquellos ojos azules y los labios. Aunque había algo extraño en el....pero no supo identificar que.

Le escucho murmurar algo y el miedo se apodero de ella ¿Acaso el glamour que siempre usaba estaba perdiendo su efecto?¿Como adivino que era con tanta facilidad? Trato de serenarse cuando se dio cuenta de que se refería al tatuaje de su espalda sonrió mientras soltaba una pequeña risa un poco nerviosa.

-¿Que acaso no lo somos todos?-inquirió tapándose la boca de manera tímida.

Suspiro aliviada mientras se acercaba un poco mas a aquel atractivo joven, deseo poder haberle visto antes para poder dibujarlo en su cuaderno, noto que fruncía su ceño y no pudo evitar pensar que de seguro se vería mejor sonriendo, pero no lo menciono por el hecho de que tal vez se molestara. Se acerco un poco a el y le tendió una mano de manera tímida.

-Mi nombre es Helena-se presento sonriendo amplia mente.

Es una forma de verlo-admito con una sonrisa perezosa, había escuchado eso en una canción antes aunque no compartía el pensamiento, al fin y al cabo en cierta forma los cazadores eramos ángeles y las hadas (si es que las leyendas eran cierta) eran caídos así que en el fondo estaba seguro de que la canción simplemente juntaba palabras que sonaran ritmicamente para gustar. En cualquier caso el tatuaje esta bien hecho y eran en si mismo una obra de arte, me gustaba verlos como una expresión de si mismos, una parte de ellos con la que no habían nacido pero no por eso era menos suya. La elección era algo arriesgada pero hermosa aunque me pareció algo chocante al ver a la chica que lo lucia. No era una niña aunque su cara redondeada tenia cierto toque infantil e inocente, su cabello rubio ondulado naturalmente enmarcaba su dulce rostro y sus ojos grises de aspecto dormilón que si bien no eran muy grandes terminaban de darle el aspecto de una chiquilla.

Con una sonrisa amable tome su mano y deposite un ligero beso sobre sus nudillos.
Un gusto conocerte Helena, yo soy Aiden-me presento con tranquilidad. Ella tiene una sonrisa un poco nerviosa de manera que yo sonrió mas ampliamente con intención de tranquilizarla.-Es una vista espectacular aunque creo que seria un poco mejor si se pudieran ver la estrellas ¿no crees?
Suspiro con resignación, las grandes ciudades terminaban de opacar el cielo y no era algo que me gustara demasiado, ni siquiera las luces mas brillantes y potentes podían competir con la belleza fría y lejana de las estrellas. Vuelvo a mirar a Helena quien se mantiene a mi lado mirando el vació de forma similar a como yo lo hacia.
¿Sueles venir sola aquí a menudo?-pregunto curioso a la espera de saber la razón por la que había llegado sola. Las personas, las mujeres sobre todo, preferían andar en grupos aunque últimamente ese pensamiento parecía demasiado anticuado, solo tenia que ver a Dakota y a Kat para saber que no siempre era el caso pero ellas eran guerreras, criaturas fuertes capaces de acabar con cualquier amenaza mientras que Helena no debía ser mas que una mundana aun cuando tenia un extraño presentimiento sobre ella.

La rubia sonrió en cuanto escucho aquella respuesta, si era una manera de mirarlo pero ella lo dijo muy literal, la razón era muy simple...todos de alguna manera u otra son ángeles pero con lo fácil que es caer nos convertía a todos en unos ángeles caídos. Unos repudiados al fin y cabo. Los mundanos hacían todo lo posible para ganarse el cielo, desde entregar su vida entera a Dios hasta ser los peores hipócritas en la historia, era muy divertido teniendo en cuenta que alababan una religión con buenos principios pero que cada quien moldeaba a su modo. Negó suavemente con la cabeza dándose cuenta que se había distraído demasiado, el joven frente a ella parecía estudiarla, sabia que su apariencia era la de una chiquilla cosa que durante un tiempo le ayudo bastante.

-El gusto es mio Aiden-dijo sonrojándose levemente, desde los años 70 casi nadie tenia esa clase de gestos, eso denotaba una educación exquisita, y tuvo razón el joven se veía mucho mejor sonriendo.

-Tienes razón, es una vista hermosa pero le faltan las estrellas-dijo viendo al cielo siempre con la mitad anaranjada y pocas estrellas visibles-Es lo mas bello de todo el cielo nocturno, es algo que envidio de los pueblos pequeños.-

Sonrió de manera amplia antes de contestar, Helena siempre fue una persona solitaria eso si no contamos a " su hermano mayor", no le preocupaba el estar sola al fin y cabo no era una persona que no se supiera defender , aunque no le negaba una buena compañía a quien se la ofreciera.

-Si,-dijo levantando levemente la mirada para poder clavarla en aquellos ojos azules- ¿Y tu?-sabia que los hombres eran mas dispuesto a ir solos a lugares aunque últimamente todo lo que creía conocer acerca de la sociedad cambiaba tanto como ella de ropas.

Cada lugar tiene sus cualidades, los pueblos pequeños son muy acogedores pero con él tiempo extraño las multitudes y los ruidos de las grandes ciudades. Aunque no pueda ver las estrellas hay muchas otras cosas que encontrar, los teatros por ejemplo-digo pensativamente. Generalmente cuando me hallaba en un lugar me imaginaba permaneciendo allí para siempre y cuando me iba lo extrañaba pero rápidamente me absorbía la nueva vida en al nuevo lugar, no es que no extrañara los antiguos lugares simplemente que había algo esplendido en cada uno.

Helena parece muy segura, no tenia miedo a andar sola por allí cosa que me impresionaba, incluso yo a veces me sentía un poco extraño en la soledad, pero también me causo una especie de instinto protector al que estaba acostumbrado. Cuando era un niño siempre había deseado tener hermanos menores y supongo que Helena lucia un poco como eso.
No realmente sabes, en realidad no soy de los que sale mucho solo porque si, soy bastante hogareño a menos que este trabajando, prefiero quedarme en casa con un buen libro pero había escuchado que la vista era impresionante y me pareció que valía la pena dar una hojeada.-Explico volviéndome para mirar la inmensidad de las luces de la ciudad-En realidad recién llego a Nueva York y según una guía turística que repartía un chico vestido de caja de comida china era uno de los lugares que había que ver antes de morir.
Comento aun un poco intrigado preguntandome que tenia que ver la comida china con el turismo. Aquella era una ciudad extraña.
¿Y tu vives aquí?