Xamkyo ;) [+18]

La sensación es muy extraña, pero lo cierto es que me siento como un idiota. Me hice otra idea porque Xami me había declarado su amor y ahora todo se había complicado al grado que ya no entiendo lo que está pasando. Supogo que lo que se cuenta es cierto, y las mujeres en verdad dicen una cosa y se refieren a otra. Lo peor es que me siento decepcionado, como si hubiera saltado al vacío y lo hubiera arriesgado todo, y ella se hubiera enterado. Derrumbé mi muralla y no sirvió de nada, esa es la sensación. Más aún cuando Xami se ríe, pero sus palabras son bonitas y de nuevo no tienen nada que ver con lo que me está diciendo. Para mí, quien debe pedir ser novios es el que se enamora primero, y a veces lo he pedido yo, y a veces me lo han pedido. Pero tras este fiasco, yo no voy a pedírselo, aún cuando ella insinúa que yo debería hacerlo.

La miro a los ojos cuando corrige el "quiero" y lo cambia por "amo", y pese a que siento que me ha dado un golpe ahora que le dí paso libre a mí, no dejo de sentir la calidez y la emoción sólo por esa palabra.

- Demuéstramelo.

No puedo evitarlo, sé lo difícil que es de verdad que amas a alguien, pero también es difícil creerlo. Y yo quiero creerle, pero la que tiene que reparar la grieta es ella, por haberme convencido de bombardear mi muralla y para nada. Ella se me queda viendo como boba y de nuevo no sé qué hacer. Es agradable, pero como que tiene la mirada perdida. Al menos no dura mucho y vuelve con lo de la comida. Pongo los ojos en blanco.

- Que sí voy a comer, pero debiste cocinar. Así iría con más ganas.

Quizá estoy siendo muy quejoso, pero ya sabemos que soy así y si no me he reformado en casi cuatro siglos, dudo que pase. Apenas me da tiempo a ponerme de nuevo las sandalias cuando Xami me jala y voy de mala gana a la cocina, pero veo llamas.

- Waaaaah, ¿quemaste mi mesa? ¿Qué te hizo?

Pero entonces veo que hay una forma y luego, que son letras. Levanto una ceja mientras leo: "Sexy Kyosuke, ¿Quieres ser mi novio? PD: Si dices que no, juro por lo mas demoniaco que te acosare TODOS tus baños y no saldras vivo". Ni siquiera noto hasta después que tengo la boca abierta como un idiota, y no sólo porque hacer una especie de mensaje de fuego de esta forma es señal de que Xami aprende bien, sino porque esto es divertido, es fuego, es morado.

- Es perfecto... Oh cielos, Xami, eres una boba, pensé que no me querías de novio. Claro que quiero, no quiero que sea inútil todo el trauma que me has provocado.

La abrazo, muy emocionado, consciente de que siento mariposas en el estómago, después de tantos años.

Entrecierro mis ojos al ver su reaccion cuando le digo que le amaba, no era que me esperara un "yo igual te amo", pues esto era nuevo para èl de la nada llego un dia y le cuento todo lo que siento por èl, pero bueno, lo are le demostrare cuanto lo amo apartir de este dia.- Todos los dias te lo demostrare.. -le beso de forma rapida para despues levantarlo y jalarlo hasta la cocina.

Se va quejando como siempre, ahora por el echo de que yo no habia cocinafdo y que si hubiera cocinado estaria con mas animos para cenar, pero estaba enojada y con ese humor que me cargaba creo que lo terminaria envenenando con la comida, que esperaba, era lo unico que me pasaba por la mente cuando me mencionaba el nombre de Maguns Bane.- Estaba enojada, podrias salir muerto de la cocina y yo hubiera cocinado- esto lo digo un poco mas seria, para que vea que en verdad me habia enojado y enceoado el echo de que me mencionara a Bane.

Pero todo se me olvida cuando al entrar vemos esas letras en fuego morado, que sabia que le gustaba. Las palabras que aparecian me eran tan unicas, era algo que en verdad me alegraba en mi pecho el aver echo, me sentia tan bien, pues esa deprecion que sentia desde hace años por estar sola, habia desaparecido un poco cuando conoci a Kyo, pero ahora que sabia que lo tendria a mi lado, y que seria mio, (por que soy muy posesiva con lo que se que es mio), ese sentimiento de soledad habia desaparecio en el momento que me acepto y dijo que si queria ser mi novio.

Me acurruco en sus brazos cuando me rodeo con ellos y paso mis brazos por su cintura, juntandolo mas a mi. - Estaba muy fea esa mesa, -suelto una pequeña risa y me levanto de puntillas para estar mas sercas de èl y dejar un tierno y amoroso beso en sus labios, nuestro primer beso como novios.

Ese pensamiento me hizo reir un poco mas. - Gracias por aceptarme y hacrrme en verdad feliz, no te arrepentiras de dejarme estar a tu lado. -lo abrazo fuerte y siento su olor tan unico de èl a mi alrededor, este komento estaria siempre en mi mente, y seria uno de los mas felices. Cuando por fin, èl brujo que en verdad queria, estaba conmigo, y se hacia oficial nuestra relacio.

-

En verdad espero que me demuestre que sus palabras son ciertas, y que dejaré de sentirme como un tonto. Sonrío pese a todo y dejo que me jale hasta la cocina, aunque claro que voy quejándome porque debió cocinar y porque piensa que no comeré. Pongo los ojos en blanco cuando me dice que pude haber muerto si hubiera cocinado.

- Como si no supiera sobre venenos y dejara que mi propia discípula me asesinara. Aunque entiendo tu enojo, pero no puedes ponerte así cada que vez que lo mencione. A veces tendremos que hablar del perrito faldero de la Clave.

Creo que es imposible que no hablemos nunca sobre alguien que en realidad es el más poderoso en este lugar. Aunque ahora nada de eso es importante, y sólo puedo pensar en mi pobre mesa. Al menos hasta que veo que tiene algo escrito y me siento como un bobo enamorado. De verdad que cada cosa que hace me suaviza aún más, ni siquiera pensé que pudiera volver a ponerme así. Acepto, por supuesto, y la abrazo, riendo por lo de la mesa.

- Oh, no me des besos mediocres.

Tomo aire, porque aún esto es raro, pero cada vez menos. Lentamente me acerco a sus labios y le doy un largo beso, ya carente de dudas.

Las dudas llegan después.

- Me tendrás paciencia, ¿verdad? Sabes a lo que me refiero. Pondré de mi parte.

Vamos, no somos mocosos como para tener una relación de manita sudada. Vuelvo a echarle otra mirada a la mesa y le sonrío al fuego violeta.

- ¿Y si salimos después de cenar? Quiero hacerme un tatuaje.

No estoy molestando de verdad, porque en realidad no creo que sus besos sean mediocres, pero ya se sabe cómo soy y que tenía que decir algo así tarde o temprano. En parte era un pretexto para besarla bien, esta vez tomando yo mismo la iniciativa. Si bien es cierto que una de las cosas que más me calma es que Xami sea tan dominante, y que le dije que soy una pasivota, no es tan cierto. Aún con los hombres, yo soy muchas veces el que toma la iniciativa, y por eso disfruto hacerlo también ahora. Para mi alegría, el beso le gusta y me hace sonreír, porque no es fácil aún besar a una mujer.

- Años de práctica, aprovéchalo.

Le hago un guiño y luego le sostengo la mirada, deleitándome al ver en sus ojos lo que siente por mí. Quizá es eso lo que hace surgir la duda, y aunque podría ser mejor no hablar, creo que es lo correcto. Si en verdad me ama, sabrá entender y también valorar mi esfuerzo.

- No es por el tiempo y no es porque no quiera. Es porque esto será casi como cuando era virgen. Pero pondré de mi parte, y no quiero que pienses que las cosas pornosas están vetadas. Porque no.

Insiste con la cena y pongo los ojos en blanco, mientras sonrío divertido. Veo que aparece su cámara y toma varias fotos. Pero no cuenta conmigo. Dejo que haga cosas en la cocina, yo me siento con la pierna derecha cruzada sobre la izquierda, y muevo las manos. A velocidad lenta, condensando el agua del aire hasta crear un bloque delgado de hielo, del tamaño de la mesa, que levita a una distancia sobre la mesa. Continúo hablando y le propongo a Xami salir de cita. Predeciblemente, pregunta por el tatuaje. Antes de contestarle, soplo sobre el hielo y con un pase lo transmuto en cristal. Paso todo lo que hay sobre la mesa hasta la superficie lisa y transparente, y cuando bajo las manos, encapsulo el fuego violeta en lo que acabo de crear. El resultado es la misma mesa, el mismo fuego, pero las llamas están atrapadas dentro del cristal. Ay Kyosuke, eres un maldito sentimental.

- Bueno, ya que apareciste otra mesa, me quedaré esta en mi laboratorio secreto. Y sí, un tatuaje. Llega un momento en la vida en el que siento la necesidad de quitarme los tatuajes anteriores. Y si viste, ya no me dejé ninguno, pero como sabes, me gustan, así que me haré otro. Ya lo había pensado hace varios años, y lo volví a pensar cuando me dijiste que te gusto. Ya lo verás.

Uso mi magia, de mis tipos favoritos de magia después de la oscura, para conservar este acto sentimentaloide, no sólo de Xami, sino mío también. Y veo que es apreciado, cuando Xami me da otro beso y la atraigo hacia mí para que se siente sobre mis piernas.

- ¿Eh? ¿En la sala? ¡Ay no, qué vergüenza! No podré traer visitas para que no vean eso, ¡qué horror, es privado!

Con un pase, envío la mesa hasta mi "laboratorio" secreto en el sótano. Xami se levanta y sirve la comida y yo me muevo hacia la mesa nueva, mirando curioso la comida. Jamás había visto algo así, aunque me recuerda el curry, pero le falta el arroz al lado, así que es... extraño.

- ¿Qué es? Parece... curry raro.

Picoteo el plato con el tenedor en cuanto me lo pone al frente, pero esto es algo que jamás he comido. Reconozco algunas cosas y termino por sumergir el tenedor en la salsa y probarla. Pica, de un modo muy diferente al curry. Me sirvo en lugar del agua que tiene Xami, una cerveza, directo del refrigerador y sin levantarme siquiera. Hasta que la tengo al frente, pruebo la exótica comida que está bastante buena. Aunque luego de algunos bocados, pica demasiado y recurro a la cerveza.

Propongo salir de cita, pero Xami está de curiosa con lo de mi tatuaje nuevo. Niego. Ni crea que voy a decirle, es algo meloso ahora, y en todo caso, es bastante extraó para mí volver a tener un tatuaje tan grande.

- No hagas puchero, te enterarás cuando me lo hagan. Aunque iré con el licántropo nuevo, se ve sádico y sí aceptará hacérmelo todo en una sesión. Y no insistas, no te diré.

Sonrío divertido y le hago un guiño antes de seguir comiendo.

Siento a Xami sobre mis piernas, y reibo la recompensa de un beso en el cuello.

- No hagas eso. No cuando puedo prenderme y a ver qué hacemos.

Sirve la comida, pero no sé lo que es. Xami no se inmuta, y de hecho, me da el primer bocado. Ok, esto sí que me había gustado, más el gesto, por supuesto. Ya se sabe que la comida y yo no somos los mejores amigos, da igual lo que sea.

- Probé una cosa mexicana cuando tenía a mi mundana esclava... quesadillas. Se ve que está de moda. Yo nunca había comido eso.

Digo, no es un país de los que haya visitado, y en todo caso tiene poco que me dio por viajar. O bueno, poco para un inmortal.

Picoteo la comida, curioso, e identifico los pocos ingredientes que conozco, pero sí que como. Incluso cuando es muy picante, porque sabe bastante bien con la cerveza.

Sin dejar de comer, propongo que tengamos una cita, aunque no tengo la menor idea de la hora. Esto no sería problema si sólo es una cita, pero si incluimos el tatuaje, tal vez sí lo fuera. Esto vuelve curiosa a Xami, y por supuesto que entre más curiosa se pone, menos quiero contarle, sólo para verla así. Será mi alumna, mi novia, y podré quererla, pero eso no me quita lo fastidioso. Contraataca y cuando casi he terminado de comer, ella me acaricia la pierna, por debajo de la mesa y como si fuera secreto.

- No.

Sonrío divertido y meto el último bocado de enchilada en mi boca. No me van a convencer sus ojos de gatito perdido.

Cambia la estrategia y pregunta por el lugar.

- Hay un licano que tiene un estudio de tatuajes y piercings. Me gusta saber esas cosas porque así aumento mi colección de joyería. Y el tipo es bueno. Te dije que ya tenía ganas de este tatuaje... que no te diré qué es. Aunque no sé qué rayos de hora es, quizá sea mejor ir a eso mañana.

Al ver su diversión en u ojos, por no decirme de que se trataba el tatuaje, me hizo enojar un poco pero también se me hacia divertido, pues estábamos pasando un tranquilo momento entre los dos desde que había vuelto, sin peleas o tratos tan hostiles como los que había tenido hacia él estas ultimas horas.

Anda dime, o te acosare y are que me lo digas. -le enseño la lengua de forma infantil, bromeando o bueno eso creo, ya que si mi curiosidad seguía creciendo eso pasaría, por lo que tenía que cambiar el objetivo que tenia. Me platico sobre el hombre lobo y su tienda de tatuajes y piercings, me pareció algo bueno pues ya sabía donde ir a la otra que me tatuara alguna parte de mi cuerpo. Que la verdad no era mucho, pero en ese momento recordó un tatuaje que tenía que ahora ya no representaba nada, pues ya no estaba sola y sin vida, ahora tenía a Kyo que me hacía sentir viva al cien.- Sabes, puede que yo también me tenga que quitar algunos tatuajes, es hora de un cambio, los cambios son buenos. Solo es una lástima que no me pueda quitar esas alas de mi espalda. –suelto un leve bufido, tenia alas de ángel, no me gustaban los ángeles ni un poco.

Tomo su mano sobre la mesa y le doy un leve apretón, en ese momento no se porque pero un recuerdo me viene a la cabeza y un anillo que había echo hace tiempo. Lo habia echo para él pero nunca se lo había dado –te tengo un regalo, pero –hago un leve gesto divertido y malvado a la ves, se podría decir que esta era mi venganza por no decirme de lo que se trataba su tatuaje y como será. – pero te lo daré después –le guiño un ojo de nuevo y me acerco a besar sus cuello con mis suaves labios y luego besar sus labios en un profundo y perfecto beso, me separo un momento para mirarlo fijamente

Son altas horas de la noche, mm.. Calculo de las 1 o 2 de la madrugada no estoy segura. ¿Quieres ir ahora a dar un paseo o lo dejamos para mañana? –le sonrió de lado, sin regresar a mi asiento inclinándome hacia él mientras recargo uno de mis codos en la mesa y con mi otra mano aun sostengo su mano, entrelazada con la mía.

Por supuesto que Xami no va a rendirse tan fácil, pero vuelvo a negar, aunque me amenaza con acosarme de un modo bastante infantil y adorable.

- Nop. Y no funcionará ninguna amenaza.

Cuando pregunta, le cuento sobre el hombre lobo y su tienda de tatuajes y piercings, pero no esperaba que se le antojara también. Sin embargo, no me gusta cómo habla sobre sus marcas de bruja y la miro a los ojos.

-Tus alas son hermosas porque tú eres hermosa y son tus marcas de bruja. Yo hubiera querido tener alas negras como marca de brujo, además de mi cabello y mis ojos. Volar me parece fascinante. Así que no quiero oírte criticar algo que es parte de ti, ¿ok? Me parece deprimente.

Y me parece que es darle la razón a los estúpidos nefilims y a esa idea de que nosotros no somos bellos ni dignos de nada. La belleza es mucho más que la apariencia, y un subterráneo puede ver belleza donde ni un humano ni un mundano la ven.

Xami toma mi mano y trata de provocarme para que le cuente sobre el tatuaje. Pongo los ojos en blanco, aunque me distraigo cuando besa primero mi cuello y luego mis labios. Mordisqueo sus labios al separarme.

- Si esperabas que te ofreciera contarte sobre el tatuaje que quiero hacerme a cambio de saber sobre tu regalo, pues fallaste bonita. Yo sí soy paciente, y sólo ver tu cara de frustración me motiva mucho más a ser paciente.

Así que es demasiado tarde, y por lo tanto, el licano por nocturno que sea, pues no tendrá abierto. Seguro estará aullándole a la luna o algo por el estilo.

- Podemos dar un paseo y mañana vamos de cita más larga. A menos que tengas otra idea, tú escoge.

Estoy jugando con fuego, porque realmente estoy dejando que escoja lo que quiera.

Entrecierro los ojos al escucharlo, como es posible que tenga tanta paciencia, o cómo es posible que yo sea tan curiosa, suelto un bufido y suelto su mano cruzándome de brazos –Tonto brujo sexy.. –susurro entre dientes, estaba más que frustrada y sin paciencia, es verdad, por lo que a veces no sabía lo que decir, ruedo los ojos y tomo su cerveza a la que le doy un trago y arrugo mi frente, la cerveza no me gustaba, me gustaban las cosas más fuerte pero necesitaba algo que no fuera agua.

Un paseo sería bueno para bajar mi humor, pero también tenía muchas ideas en la cabeza por lo que una sonrisa malvada y burlona se asomo por mis labios, le guiñe un ojo de forma coqueta y divertida mientras me levantaba y me sentaba en su regazo, rodeo su cuello con una de mis brazo y con mi otra mano juego con el cuello de su ropa- Yo creo que mejor nos quedamos en casa, o ¿no? –susurro en su oído y muerdo su oído, mientas ronroneo como un lindo gatito. -puede que logremos darle un buen uso al látigo nuevo

Puede que al darme la opción de escoger el salir o no, se diera cuenta que jugaba con fuego y cuando juegas con fuego, te quemas y eso es lo que podría pasar esta noche. Paso mis uñas por su nuca y su cabello, acariciándolo levemente. Recorro con mis labios, su oído, su mandíbula hasta sus labios donde muerdo fuerte donde están sus piercing, estirándolos un poco, los suelto- Entonces ¿seguro que quieres que yo decida qué hacemos? –sonrió de lado y levanto una de mis cejas viendo fijamente sus hermoso ojos violetas.

Le hago un guiño y me relamo, demostrando lo sexy que soy, aunque quizá esto último fue más porno que sexy, pero así soy yo. Es claro que está frustrada, a punto de explotar, pero también me sorprende que no lo haga. Se nota que efectivamente le importo, al grado de que no me lanzará chispas. En venganza seguramente, se bebe mi cerveza, aunque parece que no le gusta.

- ¿No te gusta? Para qué te la tomas, o para qué no la transmutas. ¿Tanto te ciega tu frustración, Xaminé?

Quizá esto la moleste más, pero es que es cierto.

Propongo salir de paseo, pero sin pensarlo, dejo que ella elija y al instante, me arrepiento. Sólo puedo pensar que su opción es violarme y no es que esté mal la violencia, pero ¿se puede? Digo, porque sigue siendo una mujer y no tiene con qué... ¿o sí? Ok, ya me estoy dando miedo.

Se sienta en mi regazo y yo jugueteo con los piercings de mis labios, visiblemente nervioso. Creo que la misma idea que tuve yo, la tuvo ella, y por su fuera poco, mi mente que ya voló muy lejos hace que mire sus manos. Me está provocando, pero lo peor es que la sensación de miedo empieza a parecerme excitante. Cuando muerde mi oreja, la verdad es que sé que estoy perdido, pero me remata con la mención a un látigo.

- Are? ¿Tienes un látigo? Adiós al estereotipo de 50 Sombras de Grey... me estás cayendo cada vez mejor.

Le echo una mirada cargada de interés por eso del látigo y por supuesto que encantado con la mordida.

Estaba de más volver a darle la advertencia de que si entro en pánico me tenga paciencia. Aunque quizá la advertencia para mí es que simplemente me deje llevar. Cosa que logro en cuando pasa sus uñas por mi nuca y mi cabello, algo que me encanta y me vuelve bastante dócil. Sí que me ha estudiado, o quizá sólo tiene buenos movimientos, porque la mordida al final me hace soltar incluso un jadeo. Cualquier zona con piercings se vuelve mucho más sensible.

- Como dije, tú elijes hoy.