Vagando sin rumbo // Kat L

Nunca me había molestado el no saber hacia donde iba, el caminar sin rumbo convertía todo lo que te encontrabas en una sorpresa aunque no siempre agradable pero para mi era la mejor forma de conocer un nuevo lugar, de manera que empece a vagabundear por el Instituto sin prestar demasiada atención hacía adonde me dirigía. Atravesé los silenciosos pasillo una y otra ves sin estar seguro de si era el mismo o habían sido diferentes pero de alguna manera todos ellos me llevaban a un lugar desierto de poco interés. Al igual que en los cuentos estaba perdido en una enorme casona silenciosa y vacía aunque no estaba seguro de si se trataría de un cuento de terror o uno de hadas, yo lo tacharía mas bien de misterio pero aun quedaba por ver.
Encontré la enfermería: vacía, la cocina: vacía, la sala de entrenamientos: vacía. Era como una casa habitada por fantasmas, fantasmas muy pero muy silenciosos.
Había pasado ya cinco veces por la cocina cuando decidí tomar otro rumbo esperando encontrarme con algo que valiera la pena observar con atención pues ya había abandonado mis esperanzas de conocer a alguien nuevo. Tras varios pasillo más finalmente dí con la biblioteca que era sin duda uno de los lugares mas sublimes de todos. En cuanto entre el olor a cuero gastado y pergamino viejo me recibió haciéndome sentir en casa de la misma manera que harían sentir a un ratón de biblioteca. Recorrí maravillado las hileras infinitas de libros, todos llenos de preciosa información que yo ansiaba saber, y dejando a un lado mi búsqueda de gente decidí perderme en un buen libro por un rato.

Atravesé un par de estantes buscando algo que me llamara la atención pero mientras me asomaba con cuidado pude ver a una persona, mas concretamente a una chica sentada en uno de los sofás con un libro en las manos. Parecía completamente abstraída de la realidad y estaba tan quieta que bien podía hacerse pasar por parte del mobiliario. Me acerque un poco más sin hacer ruido para observar mejor su rostro y de inmediato quede maravillado, era preciosa con unos enormes ojos azules y la piel perfecta. Era la modelo ideal para una de mis fotografías así que saque mi cámara que casi siempre llevaba conmigo y me acerque lo suficiente para tener una buena imagen de su rostro tranquilo. Entonces tome la foto y ella quedo documentada para siempre en los ojos de mi cámara.

Ni siquiera supe cuando llego, tan solo me di cuenta cuando la cámara disparo su flash y yo quede retratada con mi mejor atuendo a favor de los Looney Tunes. Parpadee un poco confundida por las luces y una vez pude volver a ver con normalidad vi al tipo psicópata que casi me dejaba ciega e intente fulminarlo con la mirada pero creo que mas bien pareció que tenia pispelo.
-¿Que demonios piensas que estas haciendo?-gruñí molesta mientras veía la foto salir de la cámara instantánea. De inmediato la tome para verla y por supuesto mis ojos parecian los de un venado asustado en plena carretera y a punto de ser atropellado. Tras un rato volví a ver de nuevo al idiota que casi me dejaba ciega y esta vez era bastante fácil de ver que estaba molesta.

El tipo ya pasaba de los dieciocho pero no le contaba mas que veintiuno, aun así me parecía inadecuado decirle chico...En cualquier caso el desconocido era realmente atractivo con unos ojos azul/grisáceo impresionante y una boca increíblemente hermosa. Aun así por muy guapo que fuera seguía siendo un idiota, un idiota psicópata peligroso.
-¿Eres un Ligthwood acaso?-pregunto tomando nota de su cabello oscuro y ojos azules que según sabía definían a esos cazadores, de todas maneras seguía sin conocerlos así que puede que este fuera uno de ellos pero si era así estaba perdida. ¿No se suponía que siendo encargados del Instituto debían ser algo así como que más normales?
-En cualquier caso amigo tu eres un verdadero acosador ¿para que son las fotos?-digo arrugando la nariz con curiosidad-¿Debo preocuparme?
Una vez pasada la sorpresa inicial deje ir mi enojo y me dedique completamente a examinarlo como si se tratase de alguna clase de sándwich mohoso intergalactico pero no encontré nada que no fuera normal. Runas, ropa negra, armas debajo de la ropa; típico nefilim.
Aparentemente New York estaba lleno de personajes interesantes. Valentina, Jez,...y ahora este tipo. Por fortuna siempre me había agrupado del lado de los locos de manera que no me costaba añadirme en la lista, y es que los locos eran mejores conversadores. Así que me le quede viendo esperando una respuesta.

Ella se quedo aturdida por uno momento torciendo los ojos de manera extraña y me doy cuenta que le he lanzado el flash en los ojos. Ella esta furibunda y no tiene problema con insultarme pero su aspecto es tan dulce que hasta parece encantador, claro que ella no esta nada encantada.
Lo siento, no quería asustarte-digo bajando la cámara. Ella examina la foto donde sus enormes ojos se ven aun más enormes por la sorpresa, a mi me parece una linda foto y me digo a mi mismo que si ella no me ponía una orden de alejamiento conservaría esa foto como el primer recuerdo de nuestro primer encuentro.
Me mira enojada como una pequeña niña molesta con el ceño fruncido y una mueca en su boca, me mira una y otra vez deteniéndose en mis ojos finalmente pero sin disminuir su molestia.
No era mi intención, estaba seguro de que había quitado el flash.

Ella parece estar descifrandome con la mirada, sus ojos de gato no tienen reparo en mirarme con curiosidad de manera que decido hacer lo mismo.Lo primero que noto es su interesante atuendo, es original y realmente no el tipo de cosas que se esperarían de una nefilim pero obviamente a ella no le importaba quebrantar un par de tradiciones.No sabía que edad atribuirle, sin duda no podía ser mucho menor que yo pero tenia un aire atemporal que llegaba a confundirme, bien podría tener catorce o diecinueve y no habría mucha diferencia. Decidí quedarme en una edad más neutral, tal vez unos dieseis recién cumplidos aunque podía notar lo alta que era incluso estando sentada,
Me sorprende que crea que sea un Ligthwood, es decir un miembro de la familia encargada del Instituto a quienes por cierto aun no había conocido, solo había escuchado rumores sobre su pertenencia al Circulo y el repudio de la Clave.
No, no soy un Ligthwood. Me llamo Aiden, Aiden Blachcrow sin ningún Ligthwwod en ninguna parte-digo en tono conciliador. Repentinamente se tranquilizo e incluso me sonrío de manera que le devolví la sonrisa.
No, no debes preocuparte-respondo tomando asiento en el sofá de al lado y esperando que ella no me echara Simplemente me gusta documentar los lugares y las cosas que veo, no eres la única persona a la que le he tomado foto pero igual hago tomas de lugares o de animales...en realidad de todo lo que me llame la atención

¿Asustarme? ¿Asustarme a mi? ¿No quería asustarme a mi?
-No me has asustado simplemente casi me dejas ciega-digo restregándome los ojos para eliminar los últimos destellos de colores que me nublan la visión.-Una advertencia para la próxima vez, avisa antes de lanzar ese rayo blanco para evitar que alguien te clave su cuchillo serafín por "accidente"
Uso las comillas a modo de amenaza aunque se que jamas le hundiría un cuchillo a un inocente que no representara amenaza por mucho que me sorprendiera. Otra regalo de mi madre era que podía sentir cuando un peligro se acercaba y por supuesto el nefilim no era un peligro, de hecho parecía bastante arrepentido por lo que asentí aceptando su disculpa.
-Esta bien, no pasa nada, pero si termino ciega tendrás que ser mi lazarillo por el resto de mi vida-bromeo.

Por supuesto no es un Ligthwood, estos parecían ser algún tipo de animal en peligro de extinción que se escondían de todo lo que se moviera por el Instituto de manera que jamas los encontraría a propósito. Él es un Blackcrow y había escuchado ese apellido antes en el Instituto de York en Londres sin embargo los apellidos muchas veces no eran directamente de las personas que conocías, había tantos cazadores esparcidos por el mundo que era difícil no encontrarte con alguna familia una que otra vez aunque estas no tenían ni idea los unos de los otros. Un árbol genealógico complicado.
-Yo soy Kat, Kat Luxford y tampoco tengo ningún Lightwood por ninguna parte-me presento tendiéndole la mano. Aiden se acomoda en el sillón de al lado de manera que es mas cómodo para mi mirarlo.
Escucho su explicación antes de asentir con la cabeza, suena realmente como una buena idea para recordar, así al menos si durante una pelea se le causaba una conmoción cerebral y olvidara todo tenia fotos que le recordaran su vida.
-Suena bastante genial-admito un poco sorprendida. No era un acosador después de todo-Pero como me has tomado una foto sin mi permiso lo mínimo que puedes hacer es dejar que yo también te tome una foto.
Extiendo la mano esperando que me preste la cámara mientras que al mismo tiempo le tiendo la foto que me ha tomado.

Parece incredula cuando le digo que si la he asustado y me recuerdo a mi mismo que era una cazadora de sombras, sin importar su aspecto esta chica es un arma por si sola de manera que un simple flash no iba a asustarla ni mucho menos pero se lo toma con gracia pero no sin una advertencia.
Me parece divertida su amenaza, sin duda podría ocurrir un accidente como ese sin embargo dudaba mucho que el avisarle a una persona que actuara natural para una foto funcionara, el secreto era que documentaran un momento fresco y no una pose ensayada, de esa manera las fotografías eran mejores y nadie se tenia que preocupar por retoques de maquillaje o cambios de ropa o nada por el estilo.
No te preocupes, no dejare que me lo claven sin pelear un poco-le digo con una sonrisa perezosa. Nadie en el Instituto, o mas bien en ningún Instituto, atacaría a otro nefilim por muy de sorpresa que lo tomara, era algo así como instinto, ese instinto de cuando hay una amenaza y cuando no, y yo por supuesto no me consideraba una amenaza para otros nefilims.

No te aflijas, si te quedas ciega por mi culpa te juro por el ángel que seré tu lazarillo de por vida-hago una cruz invisible sobre mi pecho aunque no hace falta, los nefilims no jurábamos por Raziel a menos que estuviéramos dispuestos a mantener esa promesa por el resto de nuestras vida pero como estaba seguro que no terminaría ciega no me importo. Por muy fuerte que fuera el flash los ojos de los nefilims necesitaban mas que un poco de luz blanca para dejar de funcionar. El ángel nos había llenado de regalos para hacer posible nuestra misión, en otras palabras poseíamos poco de la fragilidad de los humanos normales pues nuestros huesos, músculos y cuerpo en general estaba hecho para luchar con criaturas poderosas, oscuras y capaces de generar todo tipo de daño.

Acepto su mano pero en vez de estrecharla deposito un beso sobre sus nudillos una costumbre que me había quedado de mi hogar en Londres. Nefilim o no Kat seguía siendo una dama.
La idea no es completamente mía-admito pasandole la cámara sin problema-Lo vi en una película mundana como a los once y salí volando a comprar una cámara. Me ofrecieron muchos tipos de cámaras digitales pero no cargo ninguna computadora y la memoria se llenaría muy fácilmente, en eso entre a curiosear en un anticuario y la vi. Desde entonces cargo con ella.-explico la historia con una sonrisa, aun consideraba esa cámara vieja y temperamental una de mis mejores adquisiciones-¿Que posee quieres que tenga? ¿El pensador? ¿La venus del Nilo? ¿La estatua de la Libertad?
Hago diversas poses con fingida seriedad mientras espero que tome la foto.

Me doy cuenta de que Aiden no es para nada un idiota como había pensado al principio, de hecho es bastante agradable y antes de darme cuenta ya me encontraba riéndome con él. Yo nunca había sido del tipo que llegara a odiar a alguien por una nimiedad como esa, en realidad hacía falta un esfuerzo descomunal y definitivamente apropósito para realmente sacarme de mis casillas.
-Suenas muy confiado-me burlo entrecerrando los ojos con reto-Deberíamos probar eso, tu y yo en un combate de cuchillas y ya veremos si realmente te defiendes tan bien como dices.
Me encantaba enfrentar nuevos oponentes y no solo por ganas (aunque por supuesto adoraba hacerlo) sino para mejorar mi técnica y aprender cosas nuevas. Hace tiempo ya que no tenia un compañero de luchas y Aiden me pareció una buena opción a pesar de ser más alto y mas corpulento que yo, jamas me había preocupado el ser más menuda en comparación que mi oponentes pues eso me daba mayor libertad y yo era definitivamente mucho mas flexible que la mayoría de ellos.
-Espero por tu bien que no me quede ciega, ciertamente puedo ser insoportable y no soy el tipo de chica que acepta quedarse encerrada en casa. Y no se que tan bien funcionaria eso del lazarillo en una disco llena de gente.

Cuando me besa la mano me quedo un poco desconcertada y no puedo evitar soltar una risita nerviosa. Su caballerosidad es ciertamente extraña y me recuerda a la conversación que tuvimos con Jez sobre el amor en el siglo XIX. Mirando a Aiden me doy cuenta que bien podría ser un caballero de aquella época, uno que usara trajes a medida, sombreros de copa y besara las manos de todas las damas que les presentaran. Solo que había un problema y es que yo no era una dama, no de esa manera, y sin duda yo habría causado estragos en una época tan refinada.
-Por el ángel, me harás sonrojar-digo fingiendo darme aire. Definitivamente ese tipo de comportamiento era nuevo para mi.

Escucho lo de la película con una sonrisa y me pasa la cámara sin problema antes de empezar a hacer poses que me sacan carcajadas sin poder evitarlo. No acostumbraba reír de una manera tan llamativa, en realidad no acostumbraba reír a carcajadas y no lo había hecho en mucho tiempo pero allí frente al cazador sentía como hasta las lagrimas se me salían. Intente controlarme para tomar un par de fotos que cayeron en la alfombra antes de que pudiera atraparlas por los espasmos en mi estomago ante tanta risa.
-Por el ángel-murmuro aun riendo-Creo que no me he reído así en...en mucho tiempo
Recojo las fotos para verlas y sonrío satisfecha, he capturado su pose de el pensador y de la estatua de la libertad.
-Y dime Aiden-digo finalmente una vez he logrado controlarme-Intuyo que no vives aquí hace mucho ¿Eres ingles?

Su entusiasmo me hace sonreír, la verdad es que hacia mucho tiempo que yo no tenia un compañero con quien entrenar y me limitaba a repetir ejercicios una y otra vez, no tenia problemas a la hora de cazar pero sonaba interesante la idea que me proponía. Era tan confiada como hermosa e incluso un poco arrogante pero como aun no la había visto luchar aun no sabía si esa arrogancia era aceptable sin embargo me daba la impresión de que seria una verdadera adversaria digna de ver.
Acepto el reto pero no te quejes cuando pierdas-la molesto con una sonrisa de lado.-Solo por hora y lugar y estaré más que dispuesto a enfrentarme a cualquier ataque que se te ocurra
Probablemente mis habilidades de lucha con otro nefilim estaban algo oxidadas pero no había nada como una buena pelea para recordar y por su sonrisa arrogante imaginaba que ella se sentía muy segura de si misma. Sin duda Kat tenia un buen cuerpo pero no precisamente el de un guerrero, era demasiado delgada aunque sin ser esquelética y con curvas, sus extremidades eran largas y torneadas sin embargo sus muñecas parecían demasiado delicadas para cargar con cualquier peso y su cintura tan estrecha como la de una muñeca. Sin embargo había algo en la manera en que se movía que me recordaba a un gato, ademas irónicamente de su nombre, porque al igual que los gatos daban un aspecto siempre relajado pero a la mas mínima provocación te acuchillaban por la espalda, o mas que un gato seria como un gato montes de las nieves con su suave pelaje blanco y esos enigmáticos ojos capaces ver más allá de las sombras más oscuras.
Y sin duda no era el tipo de chica que se quedaba quieta en casa, cazar, salir de fiesta...no parecía querer parar ni un minuto, la vida en Nueva York parecía hecha perfecta para su gusto. Yo por otro lado prefería centrarme en mi tarea y permanecer en casa cuando no estuviera cazando.
Me parece curiosa su forma de reaccionar, al contrario de su inicial seguridad parece no saber bien que hacer ante mi saludo. Otra vez me digo a mi mismo que probablemente no se le educo de esa manera, que creía que saludos como esos solo pertenecían al pasado y a las películas. Su risa nerviosa me hace sonreí, parece tan desconcertada...
Tranquila, puedes sonrojarte si quieres, prometo que esto quedara entre nosotros-le guiño el ojo con confidencialidad.

Sus carcajadas resuenan como campanillas de viento por la biblioteca de forma melodiosa y casi hipnótica, su rostro dulce parece dejar a un lado cualquier reserva que tuviera conmigo y yo disfruto esa naturalidad que surge de ella, es como un aura de alegría flotante como el champagne dorado y burbujeante.
Pues deberías hacerlo más a menudo, te sienta muy bien-comento con diablura. Es tan extraña como intrigante y además no le es difícil ser espontanea. Una verdadera joya de ojos azules, una como nunca antes la había visto.
¿Me ha delatado el acento? Si, soy de Yorksshire pero no he estado allí desde los catorce o quince-explico-¿Y tu? ¿Siempre has vivido en Nueva York o también llegaste recién?

Su mirada valiente y actitud segura me agradan por no hablar de la manera en que sonríe como un niño travieso, una sonrisa como esa en semejantes labios era todo un espectáculo capaz de hacerte sudar. Sin embargo me mantuve firme con mi reto, por muy atractivo que fuera no pensaba perder en una competencia. Yo era bastante arrogante en general aunque era difícil no serlo, siendo sinceros era una cazadora fantástica con la mayoría de armas y debido a mi madre era increíblemente atractiva de una forma no muy real entonces para mi no se trataba de una cosa de mucha impresión, sabía el efecto que tenia en los demás y me gustaba.
-Ya veremos-replico con dulzura-Por el momento dejemoslo sin concluir, solamente porque no tengo ningún deseo de levantarme en este momento. Además no creo que tengas demasiada prisa por recibir una golpisa.
Sus ojos grises me recorre con especulación como poniendo en dudas mis habilidades corporales, se que se debe a que mi aspecto no es en realidad muy fuerte, de hecho si me veías por la calle probablemente pensarías que era una de esas locas modelos anorexicas aunque con un poco más de carne en los lugares de importancia, por supuesto que no te imaginabas que en realidad yo era una guerrera. Mi cuerpo fino, al contrario de dificultarme las cosas, hacia que fuera mas ligera y flexible además que mis adversarios solían subestimarme. Pero Aiden parecía no hacerlo, no se inclinaba por mi aspecto bonito sino que examinaba mis brazos, mis piernas...No me incomodo a pesar de que podía sentir su mirada como una especie de tibia caricia, de hecho no se sentía mal sino mas bien natural.

Su caballerosidad me hace suspirar contrariada, era tan anticuado...pero también era adorable sobre todo cuando observabas esos increíbles ojos similares a un cielo tormentoso. Y cuando me guiña el ojos no puedo evitarlo más y me sonrojo como una niña cerrando los ojos con fuerza por la repentina timidez.
-Que te quede claro que no suelo sonrojarme a menudo, de hecho este es un caso excepcional y...-no supe que más decir así que simplemente abrí un ojos para ver su expresión que nuevamente luce dulce y enternecida. Por fortuna mi risa logra zafarme de ese pequeño aprieto y rápidamente pasamos a otro tema más fácil.

-A penas y se nota-digo refiriendome a su acento-es como un susurro pero lo he identificado. He viajado a Yorkshire y estuve en su Instituto uno o dos meses, es agradable aunque un poco desierto. De todas formas tampoco soy de aquí, llegue hace menos de un mes. Soy de Gales pero he estado viajando desde que nací así que no pienso en ese lugar como mi lugar de origen sin embargo siempre que tengo que crear documentos falsos pongo nacionalidad galesa.
Ni siquiera recordaba Gales aunque había escuchado que era un lugar de cuentos de hadas, en el sentido más literal de la palabra. Tampoco nunca me había planteado volver allí porque seguramente ni familia no me recibiría en el caso de que se acordaran de mi y además no tenia ninguna razón para volver. Cuando huimos nos habíamos ido sin nada mas que una muda de ropa y armas, nunca había tenido cosas que pertenecieran a mi padre o a otro familiar, de hecho ni siquiera tenia el anillo de la casa Luxford que le correspondía a todo cazador. En otras palabras yo no existía para ese lugar.
-Cuéntame ¿como es que viniste a parar aquí?

Tranquila y segura, esa sonrisa a la que ya empiezo a acostumbrarme se desliza por su boca con decisión y yo asiento conforme con su respuesta aun a pesar que es bastante vaga.
Eres tu quien me subestima-comento risueño-Pero no tengo problema con esperar mientras no te acobardes porque entonces no me quedara otra que volver a dispararte con el flash de la cámara-le digo empuñando la cámara a modo de arma aun cuando su amenaza del cuchillo serafín sigue en pie, de todas maneras no pienso volver a hacerle eso ni a ella ni a nadie, no me encantaba la idea de ser lazarillo.
A ella no parece importarle mi examen cosa que reafirma mi primera impresión, no es el tipo de chica que se resta importancia, por el contrario sabe cuan guapa es y no le molesta presumirlo. Hermosa, segura y letal, la receta perfecta para los problemas.

Pero a la vez es tímida, adorable como una muñequita que se sonroja notoriamente y cierra lo ojos para no mirarme, tal y como lo haría una niña pequeña. No lo defino como inmadurez sino mas bien con cierta inocencia, puede que fuera una cazadora letal y experta con las armas pero no parecía entender mucho sobre lo sentimientos, algo que me pareció bastante curioso.
En ese caso me siento sumamente halagado de ser yo quien ocasione este suceso tan increíble-murmuro inclinandome hacia ella para mirarla con seriedad antes despeinarle el cabello con diversión.

No me sorprende que haya conocido mi antiguo hogar, los nefilims viajábamos allá donde nos necesitara y por lo que sabía el Instituto de York estaba casi deshabitado por el momento. Después de mi marcha solo habían quedado papa, el abuelo y dos tías de las que una se había casado y se había ido a Londres con su esposo, la segunda aun no tenia hijos y el abuelo estaba ya demasiado cansado como para luchar y dirigir todo al mismo tiempo de manera que lenta pero inexorablemente el lugar se había descuidado.
Ella por su parte es de Gales aunque no había crecido allí, tampoco llevaba mucho tiempo en Nueva York y me daba la impresión de que no sabía cuanto iba a estar por aquí. Al igual que yo era una vagabunda.
Curiosidad supongo, también estoy buscando algo de información desde hace tiempo y creí que tal vez aquí tuviera un poco mas de suerte que en los lugares anteriores-explico-También es porque he escuchado que aquí vive un brujo muy poderoso que tal vez podría ayudarme con mi investigación.
No era la primera vez que buscaba ayuda en los subterraneos solo que esta vez esperaba tener mejores resultados, por lo que había oído el brujo al que buscaba no era solo poderoso sino también antiguo y quizas en su larga experiencia hubiera visto algo similar a lo que yo soñaba. Solo me quedaba esperar.

Me cubro con los brazos la cara siguiendole el juego antes de quitarle la cámara.
-Muajajajaja ¡Ahora esta en mi poder!-me burlo con aire victorioso mientras la paseo frente a sus ojos. Me hecho a reír antes de levantarme con la cámara y alejarme un poco para tomar un par de fotos mas, luego me doy media vuelta buscando que mas fotografiar.
-Ya veremos quien subestima a quien cuando este a punto de clavarte mi daga en el cuello-digo dando vueltas por las libreras sin encontrar nada digno de una foto. Entre librera y librera escucho sus palabras con atención.

-No te hagas ilusiones pequeño saltamontes-gruño enfurruñada mientas me alejo de las libreras para acecharlo con paso tranquilo-Por muy sonrojada que este igual y puedo clavarte algo afilado.
Bailoteo a su alrededor haciendo muecas para tomarle fotos mientras se ríe
-Cuéntame nuevo amigo ¿que planes tienes? ¿ya conoces a alguien en la ciudad?-digo animadamente volviéndome a sentar esta vez en el taburete frente a mi para poder verlo a los ojos sin problema-¿Y ya tomaste una habitación? Si no es así te puedo ayudar a buscar una si quieres, no llevo mucho aquí pero he logrado ubicarme bastante bien. Incluso puedo darte un tour por todo el Instituto

Me da curiosidad su búsqueda pues no especifica demasiado a que se refiere de manera que enarco las cejas curiosa y cruzo las piernas en posición de Buda.
-¿Y que es exactamente lo que estas buscando? ¿Venenos, armas antiguas, técnicas de combate...?-me parece extraño que no haya encontrado información, las bibliotecas de los Institutos estaban llenos de todo tipo de información útil e inútil de manera que era difícil no encontrar algo por muy especifico que fuera.-Y ten cuidado con los subterraneos, las cosas ultimamente estan muy tensas por aquí y no quiero que esa bonita cara tuya termine enterrada en alguna parte de Central Park
Yo menos que nadie mantenía prejuicios contra los subterraneos pero era consciente de lo tensas que estaban las cosa últimamente y no quería que le fuera mal por hacer preguntas inadecuadas a personas inadecuadas. Fue allí cuando me di cuenta que verdaderamente había hecho un nuevo amigo.
-Conozco a una persona que tal vez podría ayudarte-digo pensando en Jez. Con tantos años de vida seguramente debe saber un poco de lo que Aiden estuviera buscando.

¿Muajajaja?-interrogo divertido sin poder contenerme. Me divierte el verla bailar a mi alrededor como una niña, corre entras las hileras de libros con pasos silenciosos, luego gira al rededor mio haciendo muecas graciosas y tomándome fotos mientras rió. Creo que nunca había conocido a una persona tan llena de vida y energía como ella quien se movía como si se tratara de un pajarito inquieto, volando suave y libre sin intención de parar ni un solo momento.
Por fortuna se trata de un juego amistoso, de lo contrario me preocuparía ¿o tengo que recordarte que no debes matarme?/b]-bromeo. Ella no quiere perder, creo que no esta acostumbrada a perder lo que nuevamente me reafirma lo sorprendente de sus capacidades, debía entrenar mucho porque incluso entre sus pasos de baile se veía la fuerza y agilidad de sus músculos.
Ella se toma el tiempo de recibirme y ayudarme a acomodarme cosa que me alegra, la verdad es que por el momento mis cosas estaban tiradas en el ascensor pues no tenia ni idea de a donde dirigirme de manera que asiento agradecido.
[b]Pues aun no he cogido ninguna habitación y estoy mas que contento de recibir tu ayuda, ahora mas que nunca me alegra no haberte dejado ciega-digo haciendo un exagerado gesto de alivio antes de ponerme de pie y tenderle la mano a modo de invitación.
Aun no conozco a nadie, a nadie aparte de ti por supuesto, y tampoco tengo mas planes que una lucha a muerte contigo-digo tranquilamente. Mi primera parada había sido directo en el Instituto donde el taxista me dejo con una mirada extrañada, incluso ahora no me acostumbraba a que los mundanos vieran poco mas que una iglesia desecha a pedazos.

Demonios, busco información sobre demonios-explico y tomo en cuenta su advertencia. Desde el regreso de Valentine todos estaban un poco nerviosos, un poco extraños. No tenia problemas con hacer preguntas pero sabía que ella tenia razón sobre andar con cuidado y apreciaba que se preocupara, pocas veces encontraba a alguien que se preocupara por un vagabundo como yo de manera que sonreí sin darme cuenta por sus cuidados.
Gracias por preocuparte por mi, hacia mucho que nadie lo hacia-digo verdaderamente agradecido-Y me gustaría conocer a esa persona.

-Créeme, si quisiera matarte no te avisaría, antes de que te dieras cuenta ya tendrías clavadas mis chakrams en el cuello--digo con naturalidad mientras reviso las fotos que recién he tomado, algunas salen borrosas pero la mayoría son geniales y la risa de Aiden ha quedado para siempre grabadas en aquella fotografías que guardaría. Hay una en especial que me gusta, sale riéndose con los ojos cerrados y de alguna manera me parece una foto especial.

Él se levanta y me tiende la mano, yo le doy la mía y me levanto.
-No te preocupes, si me hubieras dejado ciega no me hubiera molestado en ayudarte. Por suerte para ti soy una persona sumamente generosa y no me importa brindar ayuda a un forastero acosador de vez en cuando. Pero no corras la voz porque sino todos los nuevos van a querer que les de un tour y tampoco es para tanto.
Salimos al pasillo y lo guió aun de la mano para que atravesemos los múltiples corredores del Instituto.
-En ese caso deberíamos salir, conozco un café que los domingos se llena de poetas frustrados, la poesía es del asco pero el café es bueno y es divertido, también hay un karaoke en un bar cercano, te aseguro de que después de un par de tequilas haremos un dúo perfecto-le guiño el ojo divertida antes de llegar al corredor.-¿Donde dejaste las maletas? ¿Las llevas contigo? Tal vez deberíamos traerlas para dejarlas en tu nuevo cuarto.

Me parece una investigación curiosa, no es que sea del todo raro, nosotros estudiamos todo tipo de demonios y sus debilidades para poder vencerlos pero obviamente él buscaba algo mas especifico. Había muchas clases de demonios por no hablar de los demonios mayores que eran mas peligrosos que ningún otro pero era obvio que su investigación iba mas allá de lo básico.
-No se mucho al respecto, no mas que como asesinarlos pero estoy segura de que mi amiga podrá hablarte un poco mas respecto a ellos, es una bruja así que pienso que tiene información de primera mano, y si no siempre podemos buscar con otros brujos.
Se me hace un nudo en la garganta al escucharlo, aparentemente no era la única que llevaba demasiado tiempo sola y su sinceridad me aturde un poco, no estaba acostumbrada a que la gente fuera tan sincera sobre sus sentimientos ni mucho menos, de hecho probablemente Aiden era lo contrario a mi a pesar de que parecía que nuestra historia no era tan diferente.
-Ni se te ocurra ponerte cursi o te dejare perdido en algún pasillo solo para torturarte-digo con voz ronca por el sentimiento, no puedo evitar sonreír y tomarle de nuevo la mano, lentamente y mirándolo a los ojos le doy un beso en la palma justo en el centro de la runa en forma de ojo gravada en su piel.
-Pase lo que pase jamas te dejare solo, porque yo sé que es estar sola y perdida a la deriva y es algo que no quisiera que te pasara a ti

Pongo los ojos en blanco divertido antes de que se me ocurra una genial idea, sin embargo me la guardo para el momento preciso antes de seguirla por el pasillo. Kat parece saber exactamente hacia donde vamos de manera que me dejo llevar sin hacer preguntas.
En ese caso definitivamente me alegra haber invadido la biblioteca y haberte acosado, estoy seguro de que es una de las mejores decisiones que he tomado en mucho tiempo-digo con la mano en el pecho. No mentía, de hecho creo que Kat es una de las personas mas sorprendentemente raras que he conocido y eso era bueno, era como una especie de amor a primera vista o mas bien amistad a primer insulto porque no tenia que decirlo en voz alta para sentirlo. Jamas había tenido tanta confianza con alguien, nunca había podido hablar sin tapujos con alguien de la manera que lo hacia con ella, me gustaba la sensación de tenerla cerca como si fuera una especie de luz a la que seguir, como la sensación de no estar solo.
¿Cuantos años tienes para empezar? ¿Ya tomas tequila?-la molesto picandole una mejilla como si en serio fuera una niña, en realidad bien lo podía ser aunque no calculaba su edad exactamente, tenia algo así como un aire a temporal pero en cualquier caso los nefilims madurabamos mucho antes que los mundanos por obvias razones. Mi padre solía decir que no madurabamos hasta que veíamos un cadáver y asesinábamos a quien lo mato, la primera vez que hice eso tenia nueve años. Yo empece a cazar antes que la mayoría, mi abuelo era muy estricto y siempre me puso aprueba tal vez debido a que se preocupaba de que hubiera sido débil como mi mama de la que pocas veces hablaban.
En cualquier caso deberíamos empezar a practicar ¿en que canción piensas? Canto de todo...bueno menos Justin Bieber o One Direcion o cualquier otra payasada nueva que hayan sacado para vender productos a adolescente precoces-advierto con una mueca irónica.
Deje las maletas en el elevador, puedo ir a traerlas solo si quieres y nos encontramos aquí-sugiero antes de darme cuenta que no tengo ni idea de donde esta el elevador.

La expresión de Kat cambia repentinamente y veo una veta frágil en sus ojos, por mas que parece luchar contra ello me doy cuenta que en realidad ella padecía de otro tipo de miedo. Repentinamente se acerca con una sonrisa tímida y besa mis runas mientras murmura algo que hace que se me rompa el corazón, es realmente hermosa y viéndose tan frágil y triste hago lo único que se me ocurre, la abrazo.
Nunca había abrazado a alguien con tanto sentimiento, nunca me había sentido tampoco tan cercano a alguien, por un momento pareció que a quien abrazaba era un reflejo de mi mismo y cuando hundí mi rostro en su cabello fue como si algo hubiera encajado, como si encontrara algo que nunca hubiera buscado.
A donde vayas, yo ire,
a donde mueras, yo moriré y allí seré sepultado;
El Angel sera mi testigo y aun mas, hasta que la muerte nos separe a ti y a mi.
Y entonces lo supe, supe que había encontrado a mi compañera...muy tarde, por tan solo un año, porque tenia 19 y no había vuelta atrás. Solo por eso la abrace mas fuerte, quise permanecer así pero sabía que no podía durar para siempre así que me separe.
Si te hubiera conocido hace un año te hubiera pedido que fueras mi parabatai, te habría rogado de ser necesario pero es demasiado tarde. Sin embargo no voy a dejar de cuidarte, yo a asegurarme de estar a tu lado incluso cuando no me quieras, voy a protegerte y haré lo que sea que te haga feliz porque por muy loco que parezca, y por muy repentino que sea estoy seguro de que si no lo hago perderé a la luz mas brillante de el camino.

-Tomo tequila, vodka y todo lo que te imagines-replico con dignidad-Y tampoco es que la edad mundana importe demasiado, ¿y de todos modos cuantos años tienes tu? ¿cincuenta?
Vuelvo a sacarle la lengua irritada por aquella muestra de condescendencia, poca gente me trataba de esa manera, de hecho casi nunca me encontraba con gente que creyera que era una niña o que le importara pero en realidad no estoy del todo molesta. Se que bromea pero no se como reaccionar de manera que intento recomponer mi barrera.
-No soy ninguna niña dulce e inocente que tengas que cuidar, recuerda que soy capaz de matarte si quiero-gruño finalmente antes de soltarle la mano a acelerar el paso.
Me alegra que no le gusten esas ridiculeces, yo era una extrema purista en cuanto a mi música, no tenia un genero favorito aunque había muchas bandas que adoraba de manera que intente pensar en una.
-¿Que tal Green Day? no, ya se, ¿te sabes algo de los Stones?
Conocía casi todas las canciones de los Rolling Stones, su música siempre me había gustado aunque no solía hablar mucho de eso, generalmente estaba mas familiarizada con la música de las discotecas, pop de Britney Spears, Will.I.Am, Madonna...En fin, pero no había nada como los viejos y buenos clásicos.
-No seas tonto, te perderás y luego tendré que buscarte por todo esto y créeme que no me haría gracia, de todas formas estoy segura de que no tienes ni idea de adonde vas-hago un gesto irónico antes de volver a tomarle la mano para cruzar al siguiente pasillo.

De golpe me quedo tiesa, cuando me abraza siento que he caido en una especie de trampa, que alguien finalmente ha podido verme y eso me confunde. No vieron a Kat la bella, salvaje, fuerte, independiente y libre cazadora que derrama sangre allá donde va, que sonríe victoriosa, que mira una cosa bonita y hace lo que sea para conseguirla hasta que se aburre y la tira al olvido; Aiden estaba viendo a la pequeña y solitaria Katsa que vive en mi interior, a la chica que muchas veces al verse al espejo sentía ganas de arrancarse el pelo y arañarse la cara para deformar esa hermosura inhumana, la Katsa que se quedaba en vela imaginando como seria la cara de su padre, la que se preguntaba que era tener una verdadera familia.
Me aparto de golpe y retrocedo confundida sin saber que decir, lo miro y esquivo sus ojos azules intentando darle un sentido a todo, intentando volver a formar la barrera que siempre llevaba conmigo pero es inútil. Pero lo veo y es como si me viera en un espejo, veo las mismas dudas y la misma soledad que estaba segura nadie mas sentiría. Y comprendo que Aiden esta en lo cierto, porque por primera vez me imaginaba al lado de alguien, me imaginaba confiando en alguien, me imaginaba a un hermano....
Luego todo se rompió porque como de costumbre la realidad devasto los sueños.
-Jamas tendré un parabatai, ni tu ni nadie, y tampoco soy una luz como tu dices. No puedo alumbrar tu camino o cualquier analogía tonta que tengas, no estoy hecha para estar con otra persona porque...porque...
Porque soy un monstruo, porque soy como ella
Me muerdo el labio tan fuerte que siento el sabor de mi sangre pero por mucho que quiera no puedo dejar de mirar a aquel desquiciado nefilim que había devastado mis defensas. Necesitaba que cometiera un error, que dijera algo erróneo, que pensara algo equivocado para asi convencerme de que solo había sido una ilusión, de que en realidad aquella persona que estaba frente a mi no era mi hermano de batalla, que no era la persona que me complementaba.
-No quiero hacerte daño, no quiero decepcionarte ni herirte pero tienes que entender que lo que ves no es todo lo que hay, que mas allá de lo que sea que veas en mi hay algo oscuro y frío decidido a destrozar aquello que quiera.

Me divierte su irritación, supongo que a nadie le importa verdaderamente su edad, y no era de extrañar que bebiera sin preocuparse por si le pedian su identificación porque al fin y al cabo ni siquiera era una mundana y con una runa podría desaparecer de la vista de cualquier mundano que quisiera quitarle si vodka o simplemente fracturarle algo hasta que la dejara en paz. A pesar de que era una medida extrema no dudaba que ella lo haría para lograr estar en paz con su bebida.
Cincuenta y uno exactamente-bromeo con una sonrisa burlona-Pero no tienes porque ponerte a la defensiva, de todas formas aunque intentara impedirte que bebieras o cualquier otra tontería seguramente terminaría amordazado en algún callejón oscuro repleto de ratas
Me da la impresión de que ella esta intentando alejarse, como si se estuviera escondiendo y aunque ni siquiera se muy bien lo que esto significa igual quiero evitarlo.
¿Hace cuanto no tienes a alguien que intente cuidar de ti? Entiendo que no es algo que te emocione pero no puedes ser un cubo de hielo en medio del océano, no puedes ser solo tú contra el mundo por siempre.-Intento usar mi tono desinteresado pero en realidad no puedo, me preocupa esa manera en que ella ve al mundo y no es solo por ella sino porque también se trata de una respuesta para mi. Cuando se trata de un problema propio tendemos a magnificarlo pero ahora que lo veo en Kat es como si toda la vida hubiera sabido esa respuesta, porque yo tampoco podía ser un bloque de hielo en medio de la nada.

El tema de la música parece tranquilizarla y abandono el tema de momento porque presiento que si la presiono demasiado terminara huyendo y no la podre alcanzar.
Me se varias aunque no todas ¿Satisfaction tal vez? De Green Day si me se algunas mas. Escoge tú
Asiento con la cabeza admitiendo que ella tiene razón, si intento ir solo probablemente terminare perdido de alguna manera así que me alegra cuando vuelve a tomar mi mano para dirigirnos al asesor.

Su rechazo no me sorprende aunque me preocupa, parece desesperada por encontrar una salida y yo me negué a dejarla ir, rápidamente tome sus manos que se encontraban frías por la sorpresa y le sostuve la mirada nada dispuesto a perderla cuando sentía que casi podía tocar su alma.
Entonces si no quieres ser mi luz permiteme ser la tuya, con todas las cosas cursis que implica, poder cuidarte y que puedas recurrir a mi cuando sientas que todo al rededor se esta derrumbando, cuando necesites ayuda, cuando se te ocurra alguna tontería sin importancia de la que quieras hablar. No me importa que suene a una tontería, a una cosa descabellada, pero puedo sentir en los más hondo de mi ser que eres mi otra mitad de alma y que puedo poner mi vida en tus manos.Y sin importar cuanto miedo te de voy a seguir allí cuidándote hasta que confíes en mi como yo confió en ti, no voy a dejar de insistir aunque lo único que quieras es mandarme lejos, voy a ser como tu sombra si es necesario con tal de asegurarme que estés a salvo.-le beso la frente con dulzura y me mantengo casi pegada a ella para que se acostumbre a mi presencia-Puede que piensas que soy un idiota, tal vez lo soy, pero no me importaría salir herido por ti y si me decepcionas en algún momento entonces juntos mejoraremos esas cosas. Yo también tengo defectos, yo también tengo debilidades y tengo mis propios demonios pero creo que aquella persona que esta destinada a estar contigo tienes unos demonios que te complementan. No solo se trata de las cosas buenas sino también de las mala, no quiero que todo sea color de rosa sino que a pesar de la sangre y el frió haya alguien que me haga recordar lo que es no estar solo y si tienes miedo de destrozarme entonces no te preocupes, no tengo miedo de estar a tu lado.

-¿A caso eres un idiota? Olvídalo, se que lo eres pero ¿es que acaso no comprendes la inmensidad de lo que me estas pidiendo? ¿Que pasaría si aun no tuvieras dieciocho y yo accediera a ser tu parabatai de manera tan irreflexiva? ¿Que pasaría cuando te dieras cuenta que no soy tu hermana, que hay otra persona a la que realmente le confiarías tu vida? No puedes simplemente ver a alguien y saberlo, algo así se basa en confianza y tiempo y...y en todo tipo de cosas complicadas que no implican un par de fotografías y risas y sonrojos. Escogerme de parabatai seria probablemente uno de los errores mas idiotas que pudieras cometer pero al menos yo soy lo suficientemente consciente como para impedírtelo ¿Y si yo fuera una soñadora loca como tú? ¿Y si termináramos obligados a estar juntos por toda la vida? Es casi tan terrible como el suicidio así que no seas idiota, si realmente quieres condenarte a tener que estar al lado de alguien consiguiente a otra idiota que este tan loca como para intentarlo-gruño apartándolo de un empujón, Tenerlo tan cerca me perturba, me cosquillea la piel y hace que me siente extraña, su tibio aliento sobre mi rostro tan fresco como la menta y picante como el clavo...suspiro entrecortadamente mientras en mi interior aquella pequeña y triste sombra que es la soledad se lamenta por mis palabras, por primera vez había parecido ver algo de esperanza que le ayudara en aquel revuelto interior perturbado que era mi alma pero una vez mas yo alejaba a todo aquel que amenazaba a atravesar mis limites.
-Y no necesito ninguna luz, siempre me las he arreglado en la oscuridad yo sola y ni ahora ni mañana ni nunca voy a necesitar a nadie, no necesito a nadie mas que a mi misma y si te sigues acercando lo único que lograras es que te lastime, y después de eso no te quedara mas remedio que odiarme y mas que cualquier otra cosa no quiero que me odies. No puedes entenderlo porque no sabes lo que soy, no sabes que no soy ni por cerca lo que crees, pero entre mas te acercas y mas insistes e insistes mas cerca estas de que te rompa en pedazos.-digo con dureza, los ojos me pican pero me niego a derramar una sola lagrima, no lloraba desde que era una niña y no lo haría ahora. Eres una guerrera, eres una criatura salvaje y nadie te necesita...y tu tampoco necesitas a nadie.
¿Alguien me recordaría una vez muriera? ¿Alguien pensaría en mi? ¿Si aceptara aquella descabellada idea de Aiden él me recordaría? Lo dudaba, y de todas maneras no necesitaba ser recordada, al fin y al cabo no se suponía que tenia que haber nacido para nada así que entre mas rápido se apagara mi existencia el universo tendría un problema menos con el que lidiar.

Pienso en dejarlo abandonado y largarme pero no quiero que piense que me importa tanto, me mantengo firme fingiendo que solo se trataba de una tontería de poca importancia y camino decidida hacia el elevador para recoger sus maletas. La verdad es que carga poco en comparación mía aunque eso no es decir mucho, mi equipaje ligero contaba con al menos tres valijas grandes llenas de mi ropa y mis libros, una mediana cargada de la mayoría de mis armas y alguna otra para cosas no realmente necesarias pero importantes.
Cargo con una con tranquilidad manteniendome callada, espero que entienda que es mi forma de decirle que deje el maldito tema por una vez. Luego camino de vuelta al pasillo de las habitaciones y abro la puerta que suelta un crujido mostrando cuanto tiempo lleva sin que nadie viva adentro. Miro hacia un lado y me doy cuenta que sin pensarlo eh escogido la habitación junto a la mía cosa de la que me arrepiento pero al no tener una buena excusa suelto la maleta al lado de la puerta y extiendo los brazos con una sonrisa ironica mostrando el sobrio y aburrido dormitorio.
-Hogar dulce hogar

A veces no es necesario pensar tanto, a veces solo...lo sabes y ya-digo con seguridad pero se que ella no me escucha, esta demasiado ocupada asegurándome que no es como yo creo, que es cruel, que hay algo malo con ella; y eso me confunde. -No se trata de una obligación, no se trata de estar atados de por vida como si se tratara de una maldición o algo por el estilo ¿es tan difícil imaginar que alguien te quiere cuidar porque le importas?
Me despeino el cabello sintiéndome frustrado, tenia ganas de agitarla a la espera de ver si reaccionaba, era difícil ver a alguien que parecía tan dispuesta a ser autodestructiva.
Me quedo sin palabras al escuchar que teme que yo la odie y por primera vez no se que decir, siento que no hay nada que pueda decir que le demuestre que ella no me va a hacer daño pero quiero entender primero porque lo cree, porque esta tan segura de que no es capaz de confiar en nadie sin hacerle daño.
Y veo sus ojos brillantes a pesar de la fiera mueca de sus labios y por un momento siento como si nos separara un mundo de distancia, la veo tan lejos de mi que pienso en darme por vencido, incluso intento decirme que ella tiene razón, que solo fue una idea loca pero no puedo hacerlo.
No se de que te estas escondiendo, no se que es lo que te pone tan mal pero voy a estar aquí si quieres decirmelo, si quieres decirme cualquier cosa aunque creas que soy un loco despistado, aunque creas que exagero y que no es mas que un ataque de locura y que piensas que no puedes simplemente saberlo y ya, aun así voy a estar aquí esperando que seas lo suficientemente valiente como para enfrentar lo que sea con lo que estés lidiando. Voy a estar aquí y no puedes obligarme a que no me importes, nada de lo que digas va a poder hacerme cambiar sobre nosotros tal voz porque soy un loco y un idiota como tu dices pero lo siento y eso me basta para saber que eres mi hermana.

La veo alejarse por el pasillo, al principio creo que me abandonara pero luego me doy cuenta que se dirige al ascensor, la sigo sin decir nada mas, parece realmente confundida y molesta y yo la dejo pensar por un momento, tampoco es que tuviera nada mas que decirle, lo que sentía se lo había dicho ya y esperaba que lo hubiera entendido.
Cargamos con las maletas hasta una de las habitaciones aunque momentos antes de entrar parece cambiar de opinión, sigo sin decir nada y dejo las maletas para dar un pequeño recorrido por la simple habitación. Era como lo son la mayoría de institutos, suficientemente grande para ser cómodo pero demasiado pequeño para ser lujoso.
¿Donde duermes tu?-digo finalmente dispuesto a romper el silencio.